Por todas partes en Europase acelera la construcción de mezquitas (ya se han censados 2.000 lugares para el culto; más que en Marruecos) y, como siempre, dos campos se distinguen: los que quieren frenar tal movimiento –y que están lejos de pertenecer en su mayoría a la “extrema derecha”– y los que consideran mejor acelerarlo con el fin de no “dejar que el Islam se estanque en los sótanos y los garajes”, según la expresión ya consagrada.
Pero, tomemos algunos hechos recientes, por ejemplo el asunto de la gran