365 QUEJÍOS (106) Mascotas
365 QUEJÍOS (106) – MASCOTAS EXÓTICAS
Hubo un tiempo en el que la gente tenía compañía porque tenía familia o estaba integrada en una familia. ¿Mascotas? Sí, claro que había mascotas: no había masía que no fuera guardada por un perro, lo más intranquilizador posible. Y luego estaban los que criaban pajaritos en la terraza (recuerdo ahora, por algún motivo, al marido de la protagonista de Plaça del Diamant, la novela de Mercedes Rodoreda) o el indiano que volvía con un animalico de aquellas lejanas tierras (habitualmente una cacatúa o un titi). Luego se impusieron las peceras (decían que inducían serenidad) y más tarde los perros de tamaño medio y los gatos. Una vecina tenía infinidad de gatos y me llamaba la atención porque toda su casa olía de forma particular. Otra, antigua corista venida a más, daba de comer a los que recorrían ociosos el solar de al lado. Pero fue en los años 90 cuando empecé a percibir que estaban irrumpiendo un nuevo tipo de animales domésticos: las especies exóticas. Y de eso me quejo: de que cada vez hay más.
0 comentarios