Mis textos para el FNJ (II). DECIR NO PARA AFIRMAR
Infokrisis.- Este breve texto fue uno de los pocos documentos "ideológicos" que escribí para el FNJ. Es fácilmente percibir la influencia de tres vectores: el pensamiento tradicional tal como fue formulado por Julius Evola, el pensamiento e la "nueva derecha" francesa y finalmente algunos resabios de los pensadores españoles de los años 30. Se trataba de una visión muy somera y sencilla de lo que, en realidad, eran los rudimentos de una "concepción del mundo" orientada hacia la acción política.
DECIR NO PARA AFIRMAR
(Patria y Libertad, 10, octubre de 1978)
Queremos una nueva sociedad. Somos conscientes de que, a lo más, la Constitución puesta a referéndum, no representa más que la continuidad de las actuales estructuras eso sí, más erosionadas y no es más, en definitiva, que un programa de decadencia absoluta, global e irremisible.
Por eso votaremos no a la Constitución los que tengamos edad para votar. Por eso manifestamos desde ahora nuestra decisión, inquebrantable y firme, de oponernos a la Constitución ahora y después del referéndum y de no aceptar el resultado más que como un test de la situación política de España.
Aunque el 51% de los españoles estuvieran a favor del suicidio colectivo nosotros indudablemente nos opondríamos. Nuestra postura frente a la Constitución es la misma. Oposición total, radical y para siempre.
Ahora bien, esta oposición no se realiza en nombre de la negación por la negación, sino que nace directamente del proyecto de sociedad que defendemos y de nuestra concepción de la vida, del mundo y del hombre. Por eso rechazamos la Constitución.
1. EL HOMBRE
El hombre no es un mero paquete celular: es el receptáculo de una vida distinta de la física, espiritual, cuyas potencialidades deberá desarrollar a lo largo de su paso por el mundo.
El hombre es un ser rico en posibilidades que deberá desarrollar a lo largo de un proceso interior: es, pues, siempre algo incompleto que debe hacerse pernanentemente a sí mismo. Es portador de una misión: lograr su propia perfección.
La aventura del hombre es la lucha por la superación de su condición material y la Historia se ha caracterizado en sus fases de esplendor por el establecimiento de normas y patrones que exaltaban su condición espiritual y el triunfo de la voluntad.
En la culminación del proceso de superación interno del hombre se halla el hombre integral, liberado y que ocupará el máximo escalón en la jerarquía social.
2. LIBERTAD
Si la vida es desarrollo, camino hacia la plenitud de su propia manera de ser la libertad es la posibilidad inalienable de recorrer ese camino.
La libertad, entendida como realidad absoluta, se realiza en la capacidad de dominio sobre los instintos, sobre los sentimientos, sobre las manifestaciones inferiores que son connaturales al hombre y que éste puede controlar y dirigir: del pensamiento al miedo, todo puede dominar al ser humano o ser dominado por éste.
Esta libertad absoluta es espiritual, es conquista y no concesión.
Cuando aplicamos a la vida contingente este principio se produce una diversificación de contrastes que encuentra su valor absoluto en referencia hacia su unidad de origen: nacen así "las libertades", por ejemplo, la libertad de pensar que es positiva y la de matar a un amigo que es negativa.
Toda sociedad humana, desde la tribu hasta los modernos Estados, no logra sobrevivir si no aceptan como condición fundamental y a través de una disciplina elemental restricciones a sus libertades.
Negamos que las libertades físicas sean condición necesaria y suficiente para la emancipación del hombre, son desde luego, necesarias, pero no suficientes: un náufrago en una isla desierta no está sometido a leyes ni autoridad, es libre en el sentido liberal y anarquista del término, sin embargo pude ser un individuo totalmente oprimido si no sabe controlar sus deseos y pasiones.
El liberalismo miente cuando afirma que sin libertades individuales el hombre no podrá realizarse: ningán Estado moderno ha podido demostrar que un alto nivel de libertades civiles eleve el sentido ético de sus ciudadanos.
3. LA JERARQUíA
No es igualmente libre el intemperante que el mesurado, el valiente que el cobarde, el disoluto que el sobrio y forzosamente deberán ser distintos sus atributos.
Todas las tradiciones del mundo occidental hablan de una vida posterior a la muerte cuya felicidad o infortunio dependerán de lo que hayamos realizado o no en esta vida. La muerte sorprende al hombre en un grado de evolución espiritual, en un nivel jerárquico...
Es en función de esta jerarquía como debe organizarse la comunidad. La noción de "aristocracia" recobra aquí su verdadero sentido: "mando de los mejores", mando de aquellos que han logrado una más amplia realización de su ser, que han recorrido el camino de su liberación con mas decisión y voluntad.
De otra forma la sociedad cae en manos de demagogos, degenerados, ladrones, oportunistas y simplemente bandidos que buscan el poder con una única intención lucrativa. Una "sociedad normal", no la actual evidentemente, debe articular una ética y una forma de Estado tales que facilitan el acceso de quienes estén más altos en el escalón jerárquico a los mecanismos de mando y la dirección: un Estado Orgánico.
4. EL ESTADO ORGÁNICO
Un Estado Orgánico es aquel que parte de la real división de la Sociedad en corporaciones y comunidades específicas que en su federación fonnal constituyen una Nación, entidad esencialmente dinámica.
El Estado Orgánico se funda en la autonomía de las pequeñas comunidades naturales, es fundamentalmente descentralizador y no se basa en leyes cuantitativas, sino cualitativas. Cada actividad encuentra su sentido y rango en la unidad superior del Estado.
Las representaciones de los partidos y su papel son sustituidas por las representaciones comunales en donde es fácil advertir que es el más capacitado el más responsable para ostentar el mando de la comunidad.
En un Estado Orgánico el hombre debe de estar siempre a salvo de los condicionantes económicos: las grandes acumulaciones de capital deben ser proscritas, la propiedad privada debe encontrar su límite en su dimensión lesiva para el bienestar global. Fundamentalmente se deberá tender a eliminar los monopolios y trusts en beneficio de la pequeña y mediana empresa y de las iniciativas cooperativistas y comu¬nitarias.
La repoblación del campo debe ser un objetivo de una sociedad "normal", evitar las grandes acumulaciones urbanas y la contaminación que envenenan al hombre con el fin de crear un marco ecológico idóneo al desarrollo del ser humano.
© Ernest Milà – infoKrisis – infoKrisis@yahoo.es – http://infokrisis.blogia.com – Prohibida la reproducción de este texto sin indicar origen
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