Zapatero: ¡cobarde y vendepatrias!
Redacción.- En la noche del miércoles al jueves, las cosas han llegado a un límite que debería ser difícil de franquear en Ceuta y Melilla. Cuatro muertos (dos en la parte marroquí y dos en la española), 300 nuevos inmigrantes, más de un millar de menesterosos saltando la valla fronteriza, son el balance de una noche dura. Para colmo, ni el presidente de Ceuta, ni el de Melilla han sido invitados a la cumbre hispano-marroquí de Sevilla: ZP ya ha decidido la suerte de Ceuta y Melilla: hoy, allí, el sátrapa marroquí impone sus condiciones.
En España no hay ni poder ni gobierno
En toda África negra ha corrido una noticia: que en España hay un gobierno débil y cobarde por el que se puede entrar en la Unión Europea. Este clamor popular que ha recorrido desde Mauritania a Zimbawe, ha generado un formidable movimiento migratorio, que excede cualquier límite conocido hasta ahora. Es el doble efecto llamada: el que siempre está presente cuando los africanos miran los escaparates de consumo europeos, y el que ha generado el rumor verdadero de que existe un gobierno débil, incapaz y cobarde.
Repetimos: débil y cobarde, tal como advertíamos desde el mes de abril de 2004 cuando ZP dio su discurso parlamentario. En España, en este momento, aquí y ahora, no hay gobierno digno de tal nombre. La clase política está preocupada solamente por cuestiones absolutamente banales que no tienen nada que ver con la tarea de todo gobierno: mejorar las condiciones de vida de la población. Nuevos estatutos que nadie pide y que se elaboran de espaldas a la opinión pública y de cara a los intereses de la clase política, relaciones diplomáticas con países como Marruecos que solamente tienen como tema de discusión los intereses inversionistas de los grandes consorcios financieros y de la propia familia real española.
Cuando, desde hace dos meses, en la frontera de Ceuta y Melilla, legiones de menesterosos saltan cada noche sistemáticamente la frontera, y ¡el gobierno español no dice absolutamente ni una palabra, ni toma iniciativa alguna!, eso quiere decir, simplemente que en España no hay gobierno digno de tal nombre.
Resulta difícil no reconocer que la petición de las autoridades autónomas de Ceuta y Melilla es justa y necesaria: expulsión inmediata a Marruecos de los ilegales que logren saltar la valla fronteriza, en el momento en que ocurra. No hay absolutamente ningún argumento posible en contra: quien fuerza la legalidad de una Nación debe atenerse a las consecuencias y, pueden agradecer los ilegales, la generosidad de este país y de esta tierra que no les juzga por vulneración de una ley.
Un gobierno digno de tal nombre tiene como primera tarea la integridad de las fronteras nacionales: en España esa protección no existe. Estamos sometidos a una invasión diaria y sistemática en la que, a los que logran cruzar la frontera, se les premia además con un papel de expulsión que, en la práctica, es una garantía de inexpugnabilidad.
La cumbre de Sevilla: la mayor infamia de ZP
Desde hace años se vienen celebrando cumbres hispano-marroquíes. Hoy empieza la cumbre de Sevilla. Es tradición que en todas las cumbres, además del presidente de gobierno, asisten los presidentes de las autonomías fronterizas con el país con el que se cerebra la cumbre. Así pues, en esta ocasión, tocaba que asistieran los presidentes de Canarias, Ceuta y Melilla. Pero estos dos últimos no han sido invitados. No hace falta preguntarse por qué: el sátrapa de Rabat ha ordenado al bobo coriáceo de ZP lo que tenía que hacer. Nada de Ceuta y Melilla en una cumbre. Total no hay ninguna duda de que Ceuta y Melilla serán entregados a Marruecos en apenas cinco años.
Resulta difícil imaginar una traición mayor al Estado y a la Nación española que la de entregar un pedazo de tierra a un país enemigo. ¿Enemigo? Un país enemigo es aquel que alberga sobre su territorio a legiones invasoras, sin hacer absolutamente ninguno de los esfuerzos que corresponden en derecho internacional.
No hay ninguna duda que en esta cumbre de Sevilla, ZP y Moratinos cederán una vez más. Eludirán tocar su cobardía es congénita y extrema- cualquiera de los puntos verdaderamente importantes y dedicarán todo su tiempo a acuerdos económicos de dudosa importancia y, especialmente, a declarar que todo va bien. Y, esa es la cuestión, que nada va bien.
Recordemos que ni el rey, ni ningún presidente del Estado, en toda la historia de la democracia española, se han atrevido a ir a Ceuta y Melilla. ¿Por qué? Simplemente para no ofender al enemigo del Sur, en otras palabras: por imposición, ayer de Hassan II, hoy de Mohamed VI. ¿Cómo es posible que las máximas autoridades de un país soberano siga las órdenes que le dicta su enemigo?
España no va bien, entre otras cosas, por que hubo un gobierno del PP que permaneció absolutamente pasivo ante la avalancha que se nos vino encima a partir de 1999, y luego un gobierno débil, cobarde y vendepatrias que ha acentuado esta tendencia hasta lo indecible.
Por cierto, la decisión de enviar al ejército (¿a qué ejército?) a la frontera de Ceuta y Melilla, realizada bajo presión de la UE, del dramatismo de la situación y de la hostilidad con que la opinión pública está recogiendo las noticias sobre la avalancha en las fronteras, es el último parche colocado por Zapatonto y sus dos ministros más estrafalarios, Bono y Moratinos, cuota de la subnormalidad en el gobierno.
© Ernesto Milà infokrisis infokrisis@yahoo
En España no hay ni poder ni gobierno
En toda África negra ha corrido una noticia: que en España hay un gobierno débil y cobarde por el que se puede entrar en la Unión Europea. Este clamor popular que ha recorrido desde Mauritania a Zimbawe, ha generado un formidable movimiento migratorio, que excede cualquier límite conocido hasta ahora. Es el doble efecto llamada: el que siempre está presente cuando los africanos miran los escaparates de consumo europeos, y el que ha generado el rumor verdadero de que existe un gobierno débil, incapaz y cobarde.
Repetimos: débil y cobarde, tal como advertíamos desde el mes de abril de 2004 cuando ZP dio su discurso parlamentario. En España, en este momento, aquí y ahora, no hay gobierno digno de tal nombre. La clase política está preocupada solamente por cuestiones absolutamente banales que no tienen nada que ver con la tarea de todo gobierno: mejorar las condiciones de vida de la población. Nuevos estatutos que nadie pide y que se elaboran de espaldas a la opinión pública y de cara a los intereses de la clase política, relaciones diplomáticas con países como Marruecos que solamente tienen como tema de discusión los intereses inversionistas de los grandes consorcios financieros y de la propia familia real española.
Cuando, desde hace dos meses, en la frontera de Ceuta y Melilla, legiones de menesterosos saltan cada noche sistemáticamente la frontera, y ¡el gobierno español no dice absolutamente ni una palabra, ni toma iniciativa alguna!, eso quiere decir, simplemente que en España no hay gobierno digno de tal nombre.
Resulta difícil no reconocer que la petición de las autoridades autónomas de Ceuta y Melilla es justa y necesaria: expulsión inmediata a Marruecos de los ilegales que logren saltar la valla fronteriza, en el momento en que ocurra. No hay absolutamente ningún argumento posible en contra: quien fuerza la legalidad de una Nación debe atenerse a las consecuencias y, pueden agradecer los ilegales, la generosidad de este país y de esta tierra que no les juzga por vulneración de una ley.
Un gobierno digno de tal nombre tiene como primera tarea la integridad de las fronteras nacionales: en España esa protección no existe. Estamos sometidos a una invasión diaria y sistemática en la que, a los que logran cruzar la frontera, se les premia además con un papel de expulsión que, en la práctica, es una garantía de inexpugnabilidad.
La cumbre de Sevilla: la mayor infamia de ZP
Desde hace años se vienen celebrando cumbres hispano-marroquíes. Hoy empieza la cumbre de Sevilla. Es tradición que en todas las cumbres, además del presidente de gobierno, asisten los presidentes de las autonomías fronterizas con el país con el que se cerebra la cumbre. Así pues, en esta ocasión, tocaba que asistieran los presidentes de Canarias, Ceuta y Melilla. Pero estos dos últimos no han sido invitados. No hace falta preguntarse por qué: el sátrapa de Rabat ha ordenado al bobo coriáceo de ZP lo que tenía que hacer. Nada de Ceuta y Melilla en una cumbre. Total no hay ninguna duda de que Ceuta y Melilla serán entregados a Marruecos en apenas cinco años.
Resulta difícil imaginar una traición mayor al Estado y a la Nación española que la de entregar un pedazo de tierra a un país enemigo. ¿Enemigo? Un país enemigo es aquel que alberga sobre su territorio a legiones invasoras, sin hacer absolutamente ninguno de los esfuerzos que corresponden en derecho internacional.
No hay ninguna duda que en esta cumbre de Sevilla, ZP y Moratinos cederán una vez más. Eludirán tocar su cobardía es congénita y extrema- cualquiera de los puntos verdaderamente importantes y dedicarán todo su tiempo a acuerdos económicos de dudosa importancia y, especialmente, a declarar que todo va bien. Y, esa es la cuestión, que nada va bien.
Recordemos que ni el rey, ni ningún presidente del Estado, en toda la historia de la democracia española, se han atrevido a ir a Ceuta y Melilla. ¿Por qué? Simplemente para no ofender al enemigo del Sur, en otras palabras: por imposición, ayer de Hassan II, hoy de Mohamed VI. ¿Cómo es posible que las máximas autoridades de un país soberano siga las órdenes que le dicta su enemigo?
España no va bien, entre otras cosas, por que hubo un gobierno del PP que permaneció absolutamente pasivo ante la avalancha que se nos vino encima a partir de 1999, y luego un gobierno débil, cobarde y vendepatrias que ha acentuado esta tendencia hasta lo indecible.
Por cierto, la decisión de enviar al ejército (¿a qué ejército?) a la frontera de Ceuta y Melilla, realizada bajo presión de la UE, del dramatismo de la situación y de la hostilidad con que la opinión pública está recogiendo las noticias sobre la avalancha en las fronteras, es el último parche colocado por Zapatonto y sus dos ministros más estrafalarios, Bono y Moratinos, cuota de la subnormalidad en el gobierno.
© Ernesto Milà infokrisis infokrisis@yahoo
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