Blogia
INFOKRISIS, el blog de Ernest Milà

Eduardo Arias: eternamente agradecido por tu "Marketing de Guerra" (III de III)

Infokrisis.- Era yo un chico tentado a mis lejanos y desmadrados 20 años por el marketing y la publicidad que obtuvo su máster en 1976 y en esta temática por el Centro de Nuevas Profesiones de Barcelona. Luego, empeñado en seguir esa vía transferí mis inquietudes hacía las "operaciones psicológicas" en escuelas innombrables que no suelen dar títulos reconocidos pero que formar, lo que se dice formar, si forman. OPSIC (operaciones psicológicas) es una sigla maldita de los que saben cómo manipular a las masas. El que tenga formación en esa dirección no quiere decir que lo mío sea llevar a rebaños de borregos hacia donde la superioridad y el mando indican. Dice solo que conozco la técnica, nada más.

El caso es que tenía yo archivados todos esos conocimientos cuando, debió ser en abril o mayo de 2008, Eduardo Arias me pasó unas fotocopias primorosamente encuadernadas con espiral para que me las leyera. Dado que esto ocurrió durante un Curso de Acción Política organizado por E2000 y dada la común militancia con Eduardo, le juré y perjuré que me leería el texto y opinaría sobre él. Mentí, claro. Le di apenas un apresurado vistazo al centenar y pico de fotocopias primorosamente encuadernadas con espiral del 15, concluyendo que aportaban poco a la mercadotecnia. Eran un dejà vû que tenía superado.

El núcleo de la polémica

En un siguiente CAP, Eduardo -querido Eduardo, mira que eres coñazo cuando te lo propones- me recriminó el no haber leído "su libro", a la sazón titulado Marketing de Guerra. Cuando eso ocurría yo había olvidado ya el libro en un cajón que no localicé sino casi un año después. Y entonces me lo leí. Tenía razón en mi primera apreciación: no aportaba gran cosa a la mercadotecnia que me habían enseñando en 1975-76 y quedaba muy por detrás de los cursos de OPSIC que recibí antes y después de esa fecha. Con todo y por deferencia al que puedo calificar como "mi entrañable camarada" me leí el libro, más que nada para evitar que en un siguiente CAP pudiera recriminarme el no haberlo hecho.

Cabe decir que Eduardo y yo estamos separados por una -al menos por mi parte- cordial discrepancia que se remonta a doce años doce: él considera que nuestro espacio natural de crecimiento es el franquismo y yo -que conocí lo mediocre y gris del franquismo- que mi padre me enseñó a vivir el momento, creo que del franquismo no pueda obtener nada esencial a casi 35 años después de la muerte de Francisco Franco.

En términos políticos, cabría decir que Eduardo es partidario del "sector histórico" (es decir de llevar una lucha política en el siglo XXI elevada sobre las brasas de los 40 años de franquismo) y yo soy partidario de la "autonomía histórica" (esto es, de la consideración de que una toma de posición en 2009 debe ser independiente de movimientos históricos anteriores). Esto es lo que nos separa, por mi parte fraternalmente, y lo que hace que estando en el mismo partido -E2000- mantengamos posiciones discrepantes. No creo que sea mal asunto llevar a la luz pública una polémica entre camaradas.

Y esta es la finalidad de estas líneas: demostrar a Eduardo que el libro tan emotivamente recomendado por él, me lo he leído finalmente, lo he subrayado, lo he estudiado como se estudia un libro de texto, he reflexionado sobre él y si algo he llegado a entender es lo que ya sabía por mi formación en marketing y publicidad convencionales y por mi formación en OPSIC. Dicho de otra manera: el contenido de "Marketing de Guerra", recomendado por Eduardo, refuerza -y de qué manera- mis posiciones y es un alegato, precisamente, contra las suyas, propias del "sector histórico". En patriotas.es, los últimos artículos de mi querido camarada se titulan así: "20-N: José Antonio" (13.12.09), "20-N: Franco" (11.012.09), "20-N: la transición" (10.1209), "20-N: hacemos política" (09.2.09), "Ramiro Ledesma en memoria" (27.12.09), y la serie "Recuperar el terreno entregado" (26.09.09), cuyos títulos son suficientemente ilustrativos de por dónde van sus tiros y, de paso, generar tortícolis a fuerza de mirar atrás: rendir un tributo al "sector histórico" y encontrar en él una plataforma para proyectarse sobre el presente.

La idea de Eduardo es que nuestro espacio político natural es el que se identifica con todos estos temas: franquismo, falangismo, carlismo, fuerzanuevismo. Abandonarlo, supone un triple salto mortal que nos deja sin espacio originario, y no nos ayuda a ganar nuevos espacios. Simplificando, claro está, ésta es la idea de fondo. Obviamente no estoy de acuerdo.

Mi idea es que el franquismo murió el 20-N de 1975, hace justamente 34 años, lo que no es poco; el franquismo y  los movimientos históricos murieron mucho antes de la transición y precisamente el fracaso de la extrema-derecha consistió en identificarse en el período 1976-1983 con ellos, ignorando que su momento histórico ya había pasado. Como si Recaredo se hubiera identificado con los numantinos frente a los romanos. O como si Indalecio Prieto hubiera identificado sus orientaciones con "Los Vengadores de Alivaud", grupo carbonario que existió cien años antes. O, más exactamente, como si (1968 menos 40 años) yo, cuando era joven y tronchamozas, me hubiera identificado con la dictadura de Berenguer, de la misma forma que Eduardo (2009 menos 40) se ha identificado con el tardo-franquismo.

Mirar atrás produce tortícolis y evita contemplar el presente con ojos abiertos y atentos al presente. En mi opinión eso es lo que le pasa a Eduardo: que experimenta la sensación de que con mitos -en ocasiones excepcionalmente tenues- de los años 30, puede abordarse una lucha política en 2009. Yo opino que ni de coña.

Y esto es lo que vamos a demostrar en estas líneas que son, ante todo, una reflexión personal y la demostración de que me he leído el puto libro de marras recomendado por Eduardo y quien me lo recomendó.

¿Cuál es nuestra forma de guerrear?

"Marketing de Guerra" el libro que me recomendó Eduardo para entender su posición, parte de la base de que la lucha política no es más que un traslación de la idea de guerra convencional. Idea que comparto por completo y sobre la que ya he escrito en mi MANUAL DE LUCHA POLÍTICA. En la guerra convencional se trata de conquistar el territorio geográfico, en la guerra política ese "territorio" es la población y lo que separa a un partido del poder es precisamente la población, Conquístala y obtendrás el poder.

Pero, y esta es la esencia del libro recomendado por Eduardo, existen distintas formas de guerrear: guerra de posiciones, guerra de flanqueo, guerra de guerrillas, guerra defensiva, guerra ofensiva, etc. La idea de Eduardo es que la "nuestra" es la "guerra de guerrillas" que consistiría en encontrar un fragmento lo suficientemente pequeño de mercado (esto es, de "frente") para defenderlo. Para Eduardo, ese fragmento es el "sector histórico" (franquismo, falangismo, carlismo, fuerzanuevismo) a la vista de que en la transición obtuvo un diputado y que Fuerza Nueva, logró movilizar cierto sector de la población. Así pues, la defensa del franquismo y de los demás movimientos históricos se basaría en que fueron "algo" hace la friolera de 35 años y, como se sabe, dónde ha habido mucho, siempre queda algo…

Así pues nuestro "entorno natural de captación" sería el franquismo, la falange, el carlismo y el fuerzanuevismo de la transición que no era sino una visión fragmentaria y parcial del franquismo en su versión nacional-católica.

Yo no creo que ese sea el "modelo de guerra" que nos conviene practicar y lo explicaré:

1) El franquismo tuvo lugar hace más de 35 años, quienes eran maduros entonces tienen hoy 70 años para arriba. Me limito a constatar que el tiempo pasa y que lo que podía ser -más o menos- cierto en 1975, no lo es casi 35 años después.

2) Tenemos un "sector de frente" lo "suficientemente pequeño para defenderlo"… pero el paso del tiempo lo ha hecho tan absolutamente minúsculo que, más que "frente" es un boquete reducido a unos pocos centímetros y cada día que pasa más minúsculo. Para saber lo que era el franquismo había que tener como mínimo en 1976, 25 años. La gente que entendió lo que era el franquismo entonces, hoy tiene hoy más de 60 años… No son precisamente jóvenes.

3) Y, a todo esto ¿qué fue el franquismo? Respuesta: una forma de eclecticismo político que atravesó por distintas etapas: entre 1936 y 1943 el franquismo fue "falangismo imperial"; entre 1943 (Stalingrado y defenestración de Serrano Suñer) y 1956 fue "nacional-catolicismo"; y entre 1956 y 1976 fue "desarrollismo". En cada una de estas etapas el franquismo utilizó, primero a falangistas (Girón, Arrese), luego a "propagandistas católicos" (lo más parecido a la democracia cristiana en la época) y luego a "tecnócratas" procedentes del Opus Dei. De ahí que a la pregunta de "¿qué fue el franquismo?", respondamos: "una forma de eclecticismo", tal como el propio Franco explicó ingenua pero significativamente a Salgado Araujo: "Haga como yo, no se dedique a la política". El franquismo fue, en definitiva, la forma de gobierno que entre 1939 y 1975 condujo a España del subdesarrollo al capitalismo avanzado, recuperando el atraso secular de España. Y para ello sacrificó las libertades políticas -que no existían Eduardo, que no- al desarrollismo, concentrando esfuerzo en la planificación de la economía. Y en ese sentido, acertó en un país que no se había beneficiado del plan Marshall. ¿Cuál fue el problema? Que en 1975 el escuálido capitalismo español, para crecer, precisaba integrarse en Europa y en la OTAN y por eso, esas mismas fuerzas que el franquismo había amamantado, forzaron al transición española, única garantía de alcanzar ese objetivo (penetrar  en el mercado europeo). En estas escasas quince líneas, he resumido el papel histórico del franquismo: una forma de eclecticismo político que no voy a ser yo quien condene, pero que considero algo completamente coyuntural, sin proyección política en la actualidad y que, créeme, fue gris y aburrido.

4) El soporte sociológico del franquismo se diluyó por completo entre 1976 y 1983. El "franquismo sociológico" dejó de existir y se pasó con armas y bagajes a AP primero y luego al PP. Ya en 1977 eran minorías muy escasas la que apoyaban a Fuerza Nueva. Lo esencial del franquismo sociológico había pasado a AP (hoy PP) y a UCD (hoy, mierda seca bien aplanada).

5) Los "franquistas" eran anti-izquierdistas mucho más que anti-derechistas. Por tanto han ido votando regularmente a todas las opciones anti-izquierdistas: AP, UCD, CDS, PP… o bien se han refugiado en la abstención, o bien… están muertos y enterrados porque nadie que en 1976 tuviera más de 40 años goza hoy de una salud de hierro precisamente…

6) Así pues la "guerra de guerrillas" (franquistas, falangistas y fuerzanuevistas hostigando a la democracia es viable), no es precisamente lo nuestro. Si algún tipo de guerra conviene en estas circunstancias y para las fuerzas políticas de carácter patriótico, es otro modelo bélico: la guerra de posiciones. Ésta consiste fundamentalmente en tratar de erosionar una sección del frente adversario lo suficientemente concreta y reducida como para que, asediada y bombardeada una y otra vez, finalmente se derrumbe. Se trata pues de concentrar esfuerzos en ese sector y machacar una y otra vez hasta que el muro caída en mil pedazos. ¿Cuál es ese sector? Es simple y es en donde E2000 bombardea a diario: "inmigración - corrupción - paro".

7) Esa pequeña porción del frente esta desguarnecida por los partidos del sistema (todos son cómplices de la corrupción, todos han generado un sistema globalizado que ha llevado directamente al paro y todos -PP y PSOE- han favorecido directamente la llegada masiva de inmigrantes. Guerra, pues, de posiciones, frente a la guerra de guerrillas aisladas en la montaña (como le ocurrió al maquis) y preocupadas solamente por subsistir. Guerra de posiciones para atacar una línea de frente muy estrecha y desguarnecida (inmigración - paro - corrupción) que se puede perforar perfectamente a condición de que uno se tome copas con gente normal y no exclusivamente con antiguos fuerzanuevistas, exfranquistas líticos y falangistas de guardarropía. ¿O es que un sector amplio de la sociedad española no está hasta los mismísimos de la inmigración masiva? ¿O es que la corrupción no supone una afrenta contra los trabajadores? ¿O es que la crisis económica no es un reflejo de la corrupción y la globalización auspiciadas por el PP y por PSOE, las dos columnas sobre las que se mantiene el sistema nacido en 1978? Hunde esas columnas y hundirás este puto sistema podrido y de mierda. El franquismo, querido Eduardo, hoy, no le interesa ya a nadie, ni si quiera a muchos de nosotros, queda tan atrás como en 1968 quedaba atrás la dictadura de Berenguer y como en tiempo de Berenguer quedaba atrás Amadeo de Saboya y como en tiempos de Amadeo quedaba atrás el carbonarismo y la comunería conspirativa liberal… ¿Y yo qué coño quieres que te diga si la historia tiene una dirección y el pasado, pasado queda?

8) El error principal de Eduardo es pensar que la "guerra de guerrillas", esa forma tan española de dar pol culo, puede tener hoy traducción política. En 1976 -yo estaba allí agarrado a los güevos de la estatua del centro de la plaza- y no habían más de 250.000 españoles, poco realmente para un régimen que había durado 38 años. A medida que la transición fue teniendo problemas de encaje, en 1980 llegaron a haber 500.000 de españoles en la Plaza de Oriente. Pero a partir del 23-F de 1981, se evidenció que había democracia para rato y esas masas, pasaron a engrosar la nómina, mayoritariamente de AP primero y del PP después. Y en eso siguen los herederos y supervivientes. ¿"Guerra de guerrillas" con quién? ¿Con Girón y Raimundo? ¿Con los 40 de Ayete  (procuradores en  Cortes elegidos directamente por el Caudillo de los que no creo que sobrevivan muchos además de Blaspi)…? El ciclo de la vida es algo maravilloso: las generaciones se suceden unas a otras: lo que hoy es presente, mañana es pasado, lo que un día fue actual, mañana tiene olor a naftalina y alcanfor. ¿Y yo que quieres que te diga? Mi momento histórico es la época de romana, la de Augusto, César y los Escipiones… Todo lo que vino después me suena a "modernidad" y no me gusta. Pero la "política" es otra cosa: consiste en buscar fuerzas sociales realmente existentes sobre las que se pueda trabajar. Y los sectores "franquistas", "falangistas", "fuerzanuevistas" hoy por hoy, no tienen el más mínimo peso real, por mucho que te empeñes. Ciento y pico kilos para obtener 19.000 votos, tal es la ratio inversión/rendimiento obtenida por AES. Por tanto, la "guerra de guerrillas" que propones tras la lectura del libro por ti recomendado, no es más que un brindis al sol… el franquismo, caro Eduardo, ha muerto; nadie se acuerda de aquel chico que estudiaba filosofía y letras, escribió unos pocos artículos en La Revista de Occidente y en el mejor momento estuvo arropado por 200 adolescentes -no más- que fue Ramiro Ledesma (no hará falta que te recuerde que la mayor parte de los grupúsculos actuales tiene justamente esa militancia y no más). De las 1.500 páginas de las Obras Completas de José Antonio, no sobreviven ni son comprensibles más allá de 50…. Todo esto supone mirar atrás, a un pasado que en nada contribuye a construir el presente.

9) Sería de desear que el "sector histórico" reconociera que es pasado y que debe un tributo al pasado. Seguramente nosotros mismos participaríamos de las actividades de fundaciones, círculos culturales que asumieran el legado franquista, joseantoniano, ramiriano… con tal de analizarlo, explicarlo, y demás. Pero difícilmente puede hacerse una lucha política hoy sobre esas bases. En 1930-50 no existía la globalización, ni las multinacionales, ni los problemas del medio ambiente… Hoy son el centro de la acción  política y, como era de esperar, gentes que vivieron en los años 30 no pudieron aportar nada al respecto… ¿Implica eso que no tengamos nada que decir? No, precisamente. Implica que, desde el "sector histórico" no hay nada que decir porque los "fundadores históricos" no dijeron nada. Luego ese camino, ha quedado dramáticamente atrás. Lo lamento: soy técnico en publicidad, marketing y OPSIC, y no tengo ningún motivo para mentir a los camaradas con los que he recorrido parte del camino: Las imágenes de falangistas uniformados producen una sensación difícilmente explicable, son como un túnel del tiempo; los planteamientos de Blas Piñar en 1977 estaban ya rebasados incluso por la doctrina del Vaticano…" ¿Y yo qué queréis que os diga? Me limito a constatar la realidad unánimemente aceptada. El "sector histórico" huele a alcanfor y a conservantes. No huele a acción política. Con él se pueden vender cuatro libros (no cuatro mil), se puede revivir el pasado, no construir el futuro. Se puede divagar sobre el ayer (siempre habrá abuelos prematuros que entrarán al trapo), no preparar el mañana. Lo siento, el ayer me interesa mucho menos que el mañana. Así me lo enseñó mi padre y así he visto que tenía razón.

10) Lo he dicho y repetido en muchas ocasiones: en ningún lugar de Europa, se ha alcanzado un éxito haciendo causa común con el "modelo histórico": Fini se vio obligado a pasar del neofascismo al postfascismo porque se le iba muriendo el electorado partidario de la República Social Italiana; en vano buscaríamos en el BNP referencias a Sir Oswald Mosley; mucho menos en el Front National de Le Pen encontraríamos loas, glosas y alabanzas al gobierno de Vichy y al mariscal Petain. El Vlaams Belang no suele hacer causa común con León Degrelle y ni el FPÖ ni e BÖZ austríacos reconocen tener nada que ver con el nacionalsocialismo histórico. Lo que funciona en un continente -Europa- deberá funcionar también en España. Diré más: en Italia el fascismo murió bajo las bombas aliadas, con medio país ocupado; Austria estuvo condicionada por la proximidad soviética y se vio forzada al neutralismo; en 1975-85 optar por el anti inmigracionismo en Francia o Italia implicaba suicidarse políticamente. En ningún país europeo, en ninguno,  hubo opción política alguna e se refiriera a las experiencias de los años 30, esto es, al "modelo histórico". Por eso, sin duda, tanto en Francia, como en Italia, como en Flandes, como en el Reino Unido, como en Austria, como en Suiza, existen hoy partidos que están rondando el poder o gestionando parcelas de poder: justamente porque supieron separarse de  modelos históricos. En España, en cambio, el franquismo puso las armas a la funerala sin resistencia, ni heroísmo: la inmensa mayoría intentaron reciclarse en UCD y en el PP…

A partir de aquí, en una segunda parte, de estas notas, vamos a intentar estudiar las distinta reglas  de la mercadotecnia incluidas en el libro cuya lectura nos recomendó Eduardo, para demostrar que sus tesis, justamente, contribuyen a condenar las suyas.

No es el que consideremos que el tema tiene excesivo calado, sino, simplemente nos vemos forzados a escribir estas líneas a cusa de la proximidad con Eduardo, que intenta justificar sus posiciones en función de la obra "Marketing de Guerra"…. Obra cuya lectura, para colmo, es lo más alejado precisamente de las posiciones del "sector histórico", justamente porque han sido escritas por un técnico en marketing y publicidad.

© Ernest Milà - infokrisis - infokrisis@yahoo.es - http://infokrisis.blogia.com - Prohibida la reproducción de este texto sin indicar origen.

0 comentarios