Perspectivas del próximo curso político: año decisivo
Infokrisis.- Como cada año, a principios de septiembre, aprovechamos el comienzo del curso político para analizar las línea generales de la tarea de gobierno y los problemas con los que se va a enfrentar nuestro país. Desde esta óptica podemos afirmar que el curso político 2006-2007 va a ser decisivo como ningun otro. Tiempo de crisis, tiempo de caos, tiempo de ZP... nuestro tiempo.
1. La inmigración llegará a 6.000.000…
En el momento de escribir estas líneas el problema de la inmigración ilegal y masiva se ha enquistado y empieza a cundir el desánimo entre la población y la desorientación en el gobierno que ya no sabe que excusas urdir para salir airoso ante el descontento de nuestra población.
Si el año pasado estallaba la crisis de las vallas de Ceuta y Melilla, resueltas solamente con la inyección de 40 millones de euros a Marruecos, este nuevo curso político se inicia con la crisis de los kayucos. El año pasado el gobierno salió airoso afirmando que la culpa no era del “efecto llamada”, sino de la pobreza… Caldera ha intentado dar el mismo argumento un año más tarde, sosteniendo exactamente los mismos argumentos. En estos 12 meses, Caldera ha pasado completamente desapercibido para la opinión pública que le responsabiliza –con razón- de la regularización masiva de 2005, que reavivó el efecto llamada sostenido que se vivía desde la reforma de la Ley de Extranjería de 1999 realizada por el PSOE. La inmigración ha quemado al ministro Caldera y, en buena lógica, debería ser uno de los futuros cesados. Pero la lógica no rige para el gobierno ZP.
Lo realmente grave es que, sumando una media de 1.500 nuevos inmigrantes al día que entran por Barajas, en patera, en kayuco, en autobús por los Pirineos, más la reagrupación familiar… 2007 terminará con 6.000.000 de inmigrantes. Algo insoportable para la sociedad y el erario público español.
Este país no es rico, nuestros recursos económicos son limitados y no permiten un régimen de subsidios masivos, abordados desde hace 20 años en Europa, sin desequilibrar gravemente nuestra economía.
Aproximadamente el 50% de los inmigrantes constituyen una “fuerza no productiva”, esto es, subsidiada: unos porque están en paro, otros porque están de baja laboral, otros porque son menores, otros porque son delincuentes, otros porque son mujeres y ancianos que han llegado aquí por reagrupación familiar pero que pertenecen a grupos nacionales en los que la mujer no trabaja, otros, simplemente, porque trabajando como autónomos no pagan su cuota mensual, otros porque son ilegales… el caso es que estamos por encima del 50% (en cifras absolutas en este momento, en torno a 2.500.000 de inmigrantes) situado fuera del mercado laboral, es decir: subsidiado.
Todo lo que hemos conocido hasta ahora en materia de crisis de inmigración no va a ser nada comparado con lo que se nos viene encima en todas las áreas sensibles en las que la inmigración tiene un peso decisivo: paro y delincuencia, violencia doméstica y aumento del precio de la vivienda, formación de ghetos y tensiones étnicas, religiosas y sociales…
La crisis de la inmigración va a ser el gran riesgo que tendrá que afrontar el gobierno ZP para su reelección en 2008.
2. El “proceso de paz”, la gran apuesta y la gran mentira
A lo largo de este curso político el “proceso de paz” deberá ofrecer algunos resultados. En nuestra opinión todo está ya hablado, decidido y pactado. La detención selectiva de dirigentes etarras ha facilitado que “Josu Ternera” quede como dirigente único e indiscutido de la banda… partidario de liquidar el tema del terrorismo, eliminar los riesgos de resultar detenido y pasar el resto de su vida en prisión y ávido de quedarse con el tesoro de ETA acumulado tras cuarenta años de racket y extorsión.
Es evidente que ZP intenta utilizar el “proceso de paz” para mejorar su imagen ante la opinión publica. De eso y no de otra cosa se trata: por ello, lo más probable es que los primeros pasos se harán visibles antes de las elecciones municipales, a fin de que tanto ZP como ETA puedan resultar beneficiados a costa del electorado centrista del PP de un lado y del voto nacionalista del PNV y EA de otro. Porque de lo que se trata es de crear las condiciones para un gobierno de izquierdas en el País Vasco en las elecciones autonómicas. Este mismo pacto puede dar lugar a ayuntamientos “de izquierdas” (HB-PSE) tras las municipales.
Ahora bien, el “proceso de paz” peligra por varios frentes: de un lado, la opinión pública –no solo las víctimas- está a favor del castigo a los delincuentes y del cumplimiento de las penas de prisión. Cada vez que en la Audiencia Nacional aparece un matarife etarra, el “proceso de paz” parece más absurdo y ridículo. El juicio contra Txapote y su compañera, el juicio contra Iñaki Bilbao… demuestran solamente una cosa: que ETA no es un fenómeno político, sino una banda de psicópatas anormales, verdaderos tarados con el cerebro desorganizado… como la mayoría de asesinos en serie. ¿Y es a esos psicopatones a los que el gobierno ZP va a poner en libertad?
Cada vez que un Txapote la emprende a golpes con la jaula de vidrio de la Audiencia Nacional, o cada vez que un Iñaki Bilbao evidencia el mal estado de sus neuronas amenazando a cualquier cosa que se mueva, el “proceso de paz” pierde puntos ante la opinión pública. A ZP le va a resultar difícil “vender” este proyecto a esa opinión pública.
Pero hay otro elemento: no sería la primera vez que ETA respondiera con una escisión ante una oferta de paz o ante la posibilidad de reconocer lo estúpido de su terrorismo. Por mucho que ZP intente tensar la cuerda, la opinión pública no va a aceptar que los asesinos de Miguel Ángel Blanco y tantos otros salgan en libertad así como así. Algunos de los matarifes de más “prestigio” deberán seguir en la cárcel. Y esto ocasionará tensiones en el interior de la izquierda abertzale, en la que algunos de los más observadores ya empiezan a no tener dudas sobre el papel de “Josu Ternera” en toda esta representación teatral dramatizada y están decidiendo boicotearlo.
El hecho de que en las últimas semanas se hayan reproducido algunos episodios de kale borroka es significativo de lo ajenos que permanecen ante el “proceso de paz”. Y hay algo peor: el proceso de paz solamente resuelve aquello que ETA ya no está en condiciones de realizar (los asesinatos), pero, por lo demás, el odio de los abertzales hacia todo lo que no es su propio mundo, la presión contra los ciudadanos vascos considerados “españolistas”, todo eso no entra dentro de la negociación.
ZP ha logrado, para mayor gloria de las encuestas del CIS, que el Estado se siente a negociar con una banda de psicópatas, que, por lo demás, ya estaba moribunda. Solamente había que apuntillarla, encerrar a sus últimos mohicanos y tirar la llave de sus celdas al retrete. ZP ha optado por lo que cree que le va dar más “prestigio”: negociar mostrando que con “buen talante” se resuelve todo.
3. Las elecciones autonómicas catalanas
Fuimos de los primeros en pronosticar que el gobierno Maragall duraría apenas dos años. Nos equivocamos solamente por 8 meses. Dijimos hace tres años que Maragall no estaba en condiciones de presidir, no sólo el gobierno de la Generalitat, sino ni siquiera una asociación de vecinos. Todo desde el principio del gobierno Maragall pasó a ser surrealista y absurdo: Carod-Rovira y su viajecito a Perpignan, la sustitución de Carod por un ilustre desconocido que tres años después sigue siendo tan gris y mediocre como desconocido, el hundimiento del barrio de El Carmelo, las multas y las denuncias por incumplimiento de la legislación lingüística, la absoluta parálisis de la tarea de gestión del día a día, los enfrentamientos con la Generalitat de Valencia, las frases intempestivas repetidas una y otra vez, siempre más surrealistas, siempre más escandalosas, siempre más estúpidas…
Pero nada de todo esto igualaría lo que vendría del peor gobierno autonómico y la peor gestión que haya podido darse en España desde las Cortes de Cádiz: el “nou Estatut”. Cuando decíamos que no había demanda social de un nuevo Estatuto, no mentíamos. Lo hemos comprobado en la pobre participación ciudadana en el referéndum de junio.
Durante ¡tres años, tres! el gobierno catalán ha estado paralizado, concentrando absolutamente todos sus esfuerzos en la elaboración de un nuevo estatuto… que, tras ser aprobado por el Parlament, fue modificado de arriba abajo tras la conversación telefónica Mas-ZP, aun cuando no está claro si la “pasada por el parlamento” mejoró o empeoró el texto. El caso es que hoy el Estatuto ya está aprobado.
Sea como fuere, ZP solamente dio la patada a Carod y se arrojó en manos de Mas, cuando las encuestan le indicaron que Carod resultaba inaceptable para la opinión pública española. A partir de ahí, es fácil suponer que uno de los pactos Mas-ZP es la formación de un gobierno de coalición PSC-CiU, si ninguna de las dos fuerzas tiene mayoría absoluta (lo que es casi seguro), ocupando la presidencia el partido que obtenga más votos. Todo induce a pensar que será Mas. Tres años de Maragall son mucho más de lo que el electorado del PSC puede soportar.
De hecho, lo realmente importante de estas elecciones es el resultado que van a obtener las opciones anti-Estatuto: Ciudadanos de Catalunya (disidentes del PSC) y el PP. Y, por supuesto, la suma de votos nulos y en blanco. Prevemos que el resultado no va satisfacer a los popes de uno y otro lado de la Plaza de San Jaime.
4. Elecciones municipales
En marzo-mayo de 2007 se convocarán elecciones municipales. Aún es pronto para intuir quien resultará más beneficiado. Será en las grandes ciudades donde quizás se perciba alguna tendencia que permitirá intuir lo que ocurrirá un año después en las generales. Ahora bien, en Madrid y en Barcelona, el PSOE y el PSC deberán presentar nuevos candidatos y no está claro de quien se va a tratar.
Lo realmente sorprendente es que el PSOE va a tener que presentar un programa que resulte creíble para la población: parece difícil, por ejemplo, que en el Levante español logre superar el descrédito en el que ha caído su sigla con la renuncia a apoyar el Plan Hidrológico Nacional aprobado en la legislación anterior por el PP y del que es justo reconocer su idoneidad, especialmente para la agricultura.
Le va a resultar muy difícil al PSOE hablar de vivienda, de posturas ante la corrupción municipal, del negocio del ladrillo, por no hablar de la necesidad de una “segunda descentralización” en la que ni cree, ni considera necesario en la medida en que atenúa el “Estado de las Autonomías” y no es recogida por los “nuevos Estatutos”…
Y, finalmente, le va a resultar muy difícil, no solo al PSOE, sino también al PP, negar que “toda España es Marbella” y que la corrupción municipal es el primer y más amplio frente de la corrupción y la razón principal del alejamiento entre la población y la clase política.
5. La investigación sobre el 11-M
A lo largo del anterior curso político, la negación de la versión oficial sobre los atentados del 11-M pasó de ser patrimonio de un pequeño grupo de “conspiranoicos” a ser asumido por buena parte de la sociedad española. Datos nuevos no faltan, desde luego.
Hoy puede hablarse, sin temor a equivocarnos, que una parte de la trama ya ha sido revelada: la policial. En efecto, determinados policías conspiraron, permitieron, alentaron, cubrieron y participaron directamente en el atentado. Y, luego, una vez cometido, engañaron a la opinión pública, crearon pistas falsas, biografías fantasiosas y, finalmente, asesinaron a los que tres semanas habían presentado como autores directos en la masacre de Leganés.
Hoy podemos afirmar que, lo quiera o no reconocer el gobierno, la versión oficial –SU VERSION- ha sido completamente desacreditada y no resiste un juicio justo. Hubo conspiración. Esa conspiración asesinó a 192 personas. Y tuvo consecuencias importantísimas para la política española. ZP, el mediocre, el indocumentado, el peor presidente de la democracia española, con el peor gobierno, es un producto del 11-M.
A lo largo de este año, el juicio será inaplazable: eso, o los “presuntos culpables” irán saliendo de prisión. El año pasado se disipó la “versión oficial” sobre la “célula española de al Qaeda”. Todos los procesados resultaron absueltos de complicidad con los atentados del 11-S y condenados solamente por delitos menores. Pero el 11-S no es el 11-M. La opinión pública pudo soportar la sentencia de la “célula española de al Qaeda”, pero cuando se produzca la sentencia absolutoria de la mayoría de implicados en el 11-M y quede claro que todos los imputados de relación directa, TODOS, eran confidentes de determinados servicios de seguridad del Estado, veremos lo que exige la opinión pública y como percibe lo que ocurrió entre el 11 y el 14-M.
Por lo demás, las manifestaciones antiterroristas del curso pasado demostraron que ya es un clamor popular iniciar de nuevo y bajo otra perspectiva la investigación sobre el 11-M. Distintos medios de prensa han presentado tal número de testimonios sobre la conspiración, que solamente los portavoces del gobierno siguen mirando a otro lado, evitando responder a las cuestiones básicas. Pero cuando tenga lugar el juicio, deberán afrontar la verdad: el 11-M hubo “golpe de Estado”. Y ZP es el hijo bastardo de esa conspiración.
El escándalo está servido a medio plazo: la conspiración podrá silenciarse en cierta medida mientras el PSOE y ZP bloqueen desde el poder toda investigación oficial. Pero cuando vuelva el PP al gobierno, colocará toda la carne en el asador para descubrir qué ocurrió en aquellos atentados. El 11-M elevó a ZP a presidente, la verdad sobre el 11-M pulverizará su imagen.
A lo largo de éste curso político aumentará el descrédito de la versión oficial.
6. La aplicación del “nuevo Estatuto”
Ni ZP, ni los diputados socialistas dan la sensación de haber leído el texto del Estatuto que han aprobado. Ese texto es literalmente anticonstitucional en muchos puntos, pero sobre todo, es una insensatez. En la práctica –tal como demostramos en una serie de 10 artículos- el Estatuto sella la desaparición del Estado en Catalunya. Es un receptáculo de ambigüedades y medias tintas cuya aplicación se prevé difícil.
El texto del Estatuto catalán arrastrará la reforma de otros estatutos que lo tomarán como referencia. Es evidente que un Estado así, desaparecido en la mayor parte del territorio, es absolutamente inviable. Comunidades que “blindan” sus ríos, otras que se anclan en su derecho “consuetudinario” del que nadie se acordaba hasta hacía poco; Comunidades que reivindican “derechos históricos” en función de interpretaciones unilaterales y subjetivas… esto es lo que tenemos ante la vista.
A partir de las elecciones catalanas del 1-N, el gobierno que resulte estará “secuestrado” por el texto del Estatuto y por su inviabilidad. Quienes permanezcan fuera del gobierno catalán (ERC, fundamentalmente), tendrán argumentos suficientes para exigir la aplicación del articulado estatutario. Y el problema es que la ambigüedad del texto convertirá el traspaso de competencias en un verdadero suplicio en el que cada parte, Estado y Generalitat, intentarán extraer el máximo de beneficios… la “negociación” se convertirá en algo angustioso y en permanente tensión incluso por competencias mínimas, como ya ha ocurrido con las subvenciones a las ONG's, una de las últimas polémicas desatadas por Maragall antes de la disolución del parlamento catalán.
A partir de ahora, cualquier gobierno vivirá bajo presión por el preámbulo del Estatuto que define a Catalunya como “nación sin Estado”. Otras regiones reivindican también su categoría de “nación” (Andalucía ayer, Galicia mañana, el País Vasco, por supuesto).
Lo más probable es que el Tribunal Constitucional haga caer algunos de los artículos más polémicos del Estatuto, pero el espíritu y la ambigüedad están implícitos incluso en el pie de imprenta.
Durante el próximo curso político, el “caso catalán” se va ver ampliado a otras autonomías, a la misma velocidad con la que la aplicación del Estatuto de Catalunya se va a convertir en un tira y afloja permanente.
7. Dolor por nuestros soldados llevados a los más disparatados frentes
El próximo curso político España va a tener más soldados en el extranjero que ha tenido jamás desde los Tercios de Flandes. Y todo gracias a la banda de incompetentes que rigen los destinos de la Defensa y Exteriores. El curso político pasado ya se produjeron 17 muertos en el helicóptero derribado en Afganistán. Cada vez más, nuestros muchachos son conscientes de que están participando en una guerra como ejército ocupante, en absoluto en una “misión de paz”. Nuestros muchachos son percibidos por la población afgana como “ocupantes” y considerados como tal son hostigados. Pues bien, ese mismo proceso de indefinición de la misión y de engaño a la opinión pública se ha repetido en la misión encomendada a algo más de un millar de nuestros soldados en el Líbano.
También aquí esta misión no puede ser considerada ni remotamente como “misión de paz”: colocarse en medio de dos contendientes no es contribuir a la “paz”, sino arriesgarse a recibir palos de ambas partes. El gobierno no ha sido capaz de definir siquiera la naturaleza del problema del Líbano, Moratinos tiene una increíble tendencia a “comprender” a los palestinos y a condenar a Israel… en un conflicto en el que nadie tiene la razón y en el que nadie quiere ceder.
Minas y bombas de racimo abandonadas, recrudecimiento eventual de las hostilidades, terrorismo palestino, contraterrorismo judío… son sólo algunos de los peligros que van a tener que afrontar nuestros muchachos.
Todas estas aventuras exteriores van a costar no solamente fondos al erario público, sino además un tributo de vidas humanas: algunos no queremos que nuestros muchachos mueran por nada. ZP se sigue refugiando eternamente en que su “talante” es pacífico y remite a la retirada de Irak… pero en la aventura afgana ya han muerto demasiados soldados españoles: los del Yakolev, los del helicóptero derribado… Nuestros soldados no deben morir porque nuestra clase política tenga ensoñaciones de “gran potencia pacificadora”.
8. Remodelación gubernamental
A lo largo del mes de septiembre se producirá una remodelación inevitable del gobierno ZP, no solamente por cuestiones electorales en Catalunya y Canarias, sino por puro desgaste. La mayoría de ministros están quemados y han demostrado completamente su ineficacia e incluso su desconocimiento absoluto de las materias encomendadas.
Ahora bien, algunos de los ministros fueron elegidos por ZP en función del “principio de Peter” sobre los distintos niveles de incompetencia: un dirigente incompetente tiene tendencia a elegir para cubrir los cuadros inferiores a gente todavía más incompetente. El resultado es la parálisis de la administración: un ministro de defensa que no tiene la más remota noción de lo que es la defensa nacional, una ministra de medio ambiente capaz de defender una política hidrológica sin pies ni cabeza, un Rafael Caldera, una ministra de cultura, un ministro de exteriores, por citar solo unos cuantos ejemplos entre los más lacerantes, no sólo de la ineficacia, sino del desconocimiento de algunos ministros de sus áreas específicas de trabajo, y que están llegando al final del recorrido.
Todo el problema de la remodelación de septiembre-octubre es si ZP se va a limitar a cambiar a los ministros “tocados” (con lo cual, salvo el ministro de economía y la ministra de sanidad, prácticamente todos deberían ser defenestrados), o bien va a mantener a sus entrañables amigos (Caldera, Rubalcaba, De la Vega, etc.) y va a minimizar la crisis a unas pocas carteras que necesariamente debe suplir por cuestiones electorales.
En las actuales circunstancias, el gobierno ZP está completamente erosionado. Solamente mantiene los mismos niveles de intención de voto de hace dos años, gracias a la polarización de fuerzas políticas y, especialmente, a la defensa mediática que está realizando el grupo PRISA sobre la figura del presidente. Pero parece difícil que, en el estado actual de la gestión gubernamental, sea posible enmascarar durante mucho tiempo la mala gestión del gobierno.
9. La economía cojea, España se constipa
El gran riesgo de ZP es que la coyuntura económica internacional empeore y arrastre en su caída a la economía española. Y en este terreno las perspectivas no son en absoluto buenas. Quizás en materia económica el gobierno ZP es donde ha cometido los menos errores, limitándose a ser continuista respecto a la aplicada antes por el PP. Solbes es un técnico, perfectamente consciente de que la economía es un terreno demasiado serio como para dejarlo en manos de un analfabeto en economía como ZP. Solbes se limita a aplicar las fórmulas de la “única política posible” en economía. Sin embargo, su gestión se resiente de la catástrofe política del gobierno ZP.
En primer lugar, el dinero es cobarde. Huye de allí donde huele problemas. En el último año las inversiones han descendido respecto al año anterior y en el País Vasco y Cataluña todavía más. Los bajos tipos de interés que han estado en vigor hasta mediados de 2005 han hecho que parte del dinero inversor se haya orientado hacia el sector de la construcción. El sector industrial se ha visto huérfano de inversiones y el campo ha languidecido. Pero no es por culpa de ZP. En realidad, la culpa de ZP se reduce a seguir creyendo todavía hoy que la globalización es algo inevitable y beneficioso. No solamente no lo es, sino que la desertificación industrial de nuestro país, el abandono de miles de hectáreas de cultivo y nuestra transformación en un país de servicios, son los rasgos característicos de esta época.
Pero a partir de mediados de 2005, los tipos de interés han ido subiendo en EEUU y han arrastrado a todo el mundo.
En el próximo curso político veremos como la economía familiar queda absolutamente debilitada por la subida de las hipotecas, el estancamiento de los salarios y el ascenso de la inflación (riesgo paralelo a la subida de los tipos de interés). De todos los problemas con los que nos vamos a encontrar, el paro, y los efectos colaterales que genera, va a ser, sin duda, el más grave. El descenso de la actividad del sector de la construcción (el único que ha demostrado vitalidad en los últimos años, pero cuyo declive se ha dejado presentir el pasado curso político) se convertirá en un foco de parados y en ralentizador de la economía.
Por otra parte, el descenso y la eliminación práctica de los fondos estructurales va a generar un descenso de la obra pública con el consiguiente efecto de que las empresas españolas de este sector van a orientar sus esfuerzos hacia participación en proyectos en el extranjero, particularmente en Iberoamérica y en algunos países del este europeo.
Así pues, el curso político 2006-2007 va a ser particularmente duro en lo que a economía se refiere.
Pero el gran problema va a ser la crisis energética y el constante aumento del precio del petróleo. El gobierno ZP ya ha anunciado para diciembre un aumento del impuesto sobre la gasolina. La falta de previsión en este terreno la vamos a pagar muy cara. Estamos en manos energéticas de Marruecos y Argelia en lo que se refiere a gas natural, y dependemos casi al 100% del suministro de petróleo de Medio Oriente. La presión de los ecologistas ha hecho que nos dediquemos sobre todo a energías alternativas caras y de dudosa eficacia para grandes consumos, y, sin embargo, se evitan otras energías condenadas por los ecologistas, pero necesarias para mantener el crecimiento industrial (la nuclear y la obtención de combustibles a partir de aceites vegetales).
Esta imprevisión solamente tiene paralelo con la de la que ha hecho gala el gobierno ZP en materia hídrica. El desmantelamiento del Plan Hidrológico, una de los grandes logros del gobierno Aznar, apoyado incluso en su momento por sectores del PSOE, el “blindaje” de ríos como el Ebro, la explotación sistemática de sus acuíferos que terminarán agotándose y que en algunas zonas descienden una media de 9 metros al año, la inviable sustitución de las aguas fluviales de riego por aguas surgidas de desalinizadoras, etc., nos van a sumergir en una crisis energético-ecológica sin precedentes; y aquí sí que el gobierno ZP es culpable por haber cedido a las presiones de los nacionalistas catalanes y haber actuado de manera frívola y ligera.
* * *
10. Conclusión
El curso político que se inicia no va a ser fácil, ni para el gobierno, ni para la sociedad española. La diferencia es que el gobierno es el responsable casi exclusivo de la situación, y la sociedad española sufre la falta de capacidad de ZP para gobernar. Pero, a fin de cuentas, la sociedad española es responsable de lo que ocurre, pues ha sido a ZP a quien ha otorgado sus votos. Cada pueblo tiene lo que merece y, probablemente ZP, el peor presidente de la democracia, esté en sintonía con la situación de crisis interior de la sociedad española.
Comida basura, televisión basura, política basura, se han convertido en los elementos dominantes de nuestra cotidianeidad. La sociedad española está viviendo la crisis más profunda de su Historia. Así se entiende que la sociedad española permanezca impasible ante la inmigración o ante cualquier otro problema y que mayoritariamente absorba todas las formas de basura que se le ponen a su alcance.
Y esto nos lleva a una conclusión: cualquier forma de regeneración política implicará una previa regeneración moral de la sociedad española.
© Ernesto Milà – infokrisis – infokrisis@yahoo.es
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