Remodelación previa a la crisis verdadera
Infokrisis.- La toma de posesion de tres nuevos ministros, no desveló ningún misterio sobre los motivos que llevaron a la remodelación. Ahora bien, la "gran crisis", todavía está por llegar. Vamos a analizar brevemente lo que supone esta primera remodelación del gobierno ZP y lo que vendrá en Septiembre. ZP se juega su futuro político que, por lo demás, está en manos de ETA y de la aplicación del Estatut.
La dimisión de Bono: plataforma para competir de nuevo con ZP
Es indudable que Bono no ha dimitido “por motivos familiares” tal como alegó. Según explicó, entregó su carta de dimisión a ZP hace unos meses, por discrepancias con la orientación del gobierno en materia autonómica. La cuestión es por qué ZP hizo efectiva en este momento la dimisión. Semana Santa suele ser, desde 1977, cuando fue legalizado el PCE, un período vacío de noticias, como puede serlo el mes de agosto. El hecho de que ZP haya elegido este momento para resolver su “minicrisis” es significativo. Consciente de que, de entre todos los ministros de su gabinete, Bono, era el que, con mucho, resultaba el más conocido y popular, ha debido de esperar un momento de relajación informativa para sustituirlo.
Ahora bien, Bono se ha ido por la puerta pequeña. No hay que olvidar que, en el congreso del 2001 fue el rival de ZP y quien, en buena lógica, hubiera debido imponerse como Secretario General del PSOE. Pero el apoyo de Maragall, desequilibró la balanza y operó lo inesperado. Maragall conocía que ZP compartía sus tesis sobre el “federalismo asimétrico” y que, de alcanzar el poder, no dudaría en operar una reforma radical del Estado.
El hecho de que Bono fuera elegido por ZP para dirigir el Ministerio de la Defensa, entraba dentro de la lógica de su primer período de gobierno, presidida por la idea del “talante”. ZP demostraba su “talante” colocando a su rival dentro del PSOE al frente de uno de los ministerios más importantes del gabinete. No era una idea ingenua: se le sacaba de la presidencia de Castilla-La Mancha, que siempre podía ser un trampolín, y se le colocaba en un ministerio del cual podía ser apeado en cualquier momento y reducido a la nada. En el fondo ZP es una especie de esquizofrénico sin baja laboral, que, tan pronto ejerce de “bambi”, como de “Maquiavelo”.
Ahora bien, ¿cuál era la idea de Bono presentando la dimisión? No hay que olvidar que el primer receptor de los informes del CNI era Bono, así pues sabía perfectamente –como mínimo tan bien como el ministro del Interior- las dificultades que se va encontrar el “proceso de paz” del que hablaremos más adelante. Entre esto y las dificultades que va a encontrar el Estatuto Catalán a la hora de aplicarse (los problemas no han hecho más que comenzar) y quizás también, ante la marcha de la investigación sobre el 11-M, es seguro que Bono dé al gobierno ZP como próximo a su final. Y, una vez más, aspira a la jefatura del PSOE y sitúa su umbral de aspiraciones en ocupar la presidencia del gobierno.
Bono lo que ha hecho en estos años ha sido una precampaña electoral como su misma dimisión ha sido el momento álgido: Bono es perfectamente consciente de que para poder alcanzar una mayoría absoluta es preciso incorporar a sectores del centro-derecha. De hecho, en el otro lado, Gallardón opina justamente lo mismo: para conquistar una mayoría absoluta, es preciso incorporar a sectores de centro-izquierda. Ambos, coherentes con estos criterios, multiplican sus declaraciones en vistas a obtener ese tipo de electorado capaz de colmas sus futuras ambiciones políticas.
Bono sabe que el ejército es uno de los fetiches de la derecha. Pronto aprendió que la derecha vota a quien ensalza más a la bandera y a la unidad nacional. Nunca más volvería a dar la cara por un presidente de Gobierno que lo enviaba a EEUU a las misiones más comprometidas tras la retirada de tropas. Bono entendió que las fugas de ZP hacia los nacionalismos periféricos, su relativismo en temas de Nación, su calculado “talante”, jamás iban a atraer votos suficientes como para romper su actual techo electoral. Y, ya se sabe, que en España, gobernar sin mayorías absolutas es estar vendido a los nacionalismos.
Además, el tema ETA puede acabar mal, muy mal, con demasiadas esperanzas y expectativas suscitadas, sin demasiada base.
Bono, dimitiendo, lo que ha hecho ha sido asegurarse el futuro. También él tiene dos rostros: el del “ministro más patriota que cualquier patriota” y el de “hombre talantudo”. Su última declaración polémica como ministro fue asegurar que los Guardias Civiles armados con armas cortas, le daban miedo, dicho con la misma frialdad con la que un año antes había dicho en EEUU que prefería “morir a matar” o aquello otro, no menos chusco, en el que afirmaba, con una seriedad pasmosa, que aspiraba a ser ministro de “soldados sin fronteras”. En todos los socialistas –y en todos los políticos que anteponen el oportunismo a los principios- existe una duplicidad en sus declaraciones, destinada a mantener a su propia clientela y seducir a la de enfrente… edificante.
El proceso de paz con ETA. Nunca tan pocos asesinos tuvieron tanto poder
ZP fue optimista respecto al proceso de paz con ETA hasta el comunicado emitido por la banda a finales de febrero de 2006, cuando la banda manifestó su intención de mantener su programa reivindicativo a niveles de máximos. El PP durante unas semanas, no supo entender que aquel comunicado –del que dimos cuenta en infokrisis- suponía un mazazo para ZP. Y que, a partir de ese momento, se iniciaba un nuevo curso.
El primer sobresalto de esta situación fue el siguiente comunicado de ETA en el que declaraba la “tregua indefinida”. El gobierno reaccionó con una prudencia que hubiera sido inusitada solamente dos meses antes. ¿Qué estaba ocurriendo?
Siempre que se produce un “proceso de paz”, éste no es casual y se debe a una unión de diversos factores: de un lado, el innegable agotamiento de la banda y el aislamiento creciente al que le habían conducido sus últimos asesinatos (a partir del asesinato de Miguel Ángel Blanco, matar costaba cada vez más caro a la banda), de otro la, no menos innegable, política de detenciones selectivas que había practicado la policía en los dos últimos años (no se trataba de desarticular a la banda, sino de detener solamente a aquellos etarras “menos accesibles, para que los “más accesibles” tomaran el relevo y facilitaran el “proceso de paz”.
Pero estas situaciones son engañosas: está claro que un personaje como “Josu Ternera”, capaz de viajar a Persignan y desplazarse por Francia con impunidad durante cuatro años, mientras TODOS sus demás camaradas, van cayendo, poco a poco, sin duda, a causa de delaciones internas situadas en la cúpula de ETA, es suficientemente sospechoso, máxime cuando sus años de parlamentario autonómico le habían habituado a la buena mesa, los trajes de marca, las comodidades y la estabilidad social… todo muy diferente de la vida en el exilio a salto de mata.
Pero ETA no es solamente “Ternera”. ETA es, más que una organización, un “estado de espíritu” radicalizado y enfebrecido por la sífilis nacionalista. ETA ha tenido escisiones sin fin a lo largo de su historia. Cuando ETA(pm) colocó las armas a la funerala, algunos de sus militantes pretendieron seguir la guerra por su cuenta y terminaron integrándose en ETA(m). Ahora no va a ocurrir de manera diferente, especialmente, cuando la organización terrorista aspira a concesiones “máximas”, cualquier resultado de la negociación puede decepcionar a los más radicales.
Los límites de la negociación ZP-ETA o no hay más cera que la que arde
ZP ha asegurado que la negociación con ETA no va a ser “política”. Que no habrá que pagar un “precio político”. Pero, en su ambigüedad característica, ZP tampoco a explicado hasta qué punto va a tensar la cuerda y hacer concesiones. Si la tensa demasiado, la cuerda se romperá y ZP corre el riesgo de que lo que aspira a presentar al electorado para obtener la mayoría absoluta, se convierta en el gran reflejo de su fracaso. Por que, incluso en el PSOE, y mucho más entre su electorado, la negociación con ETA no puede resolverse dando muchas concesiones a la banda. Ahora bien, si la cuerda no se tensa suficiente, no va sonar la música que ETA quiere escuchar y, todavía va a ser peor.
ZP apenas puede hacer otra cosa que:
1) relegalizar –con otro nombre- a Herri Batasuna y concluir los procesos abiertos contra sus dirigentes,
2) agrupar a los presos en cárceles del País Vasco.
3) realizar una política de aplicación de la ley penitenciaria poco restrictiva, liberando a presos con ¾ partes de la condena cumplida, a aquellos que tengan problemas de salud, etc.
4) garantizar que en las próximas elecciones autonómicas, el PSPV gobernará en coalición con HB y contribuirá a darle la hegemonía en el área nacionalista…
Nada más. No hay posibilidades de que ZP pueda realizar más concesiones a la banda. Pero la banda pide mucho más: pide, “solamente”, el programa KAS que, obstinadamente, ha ido defendiendo en los últimos 25 años y, fundamentalmente, autodeterminación, incorporación de Navarra a Euskadi, retirada de las FFAA y las FSE, etc. Algo inconstitucional y, por tanto, imposible. Y, lo que es peor, entre las dos posturas no hay término medio.
Así pues, el proceso de paz, como ya ocurrió en 1981 con la desmovilización de ETA(pm), puede, como máximo, obtener la retirada de algunos militantes y generar una ruptura dentro de ETA, pero no ir mucho más allá. Esto en el caso de que no se trate de una habitual “tregua trampa” en la que ETA, discretamente, haya imbuido falsas esperanzas en ZP, mientras, discretamente reconstruye su infraestructura completamente a ambos lados de la “muga”.
“Rubalcaba productions” en Interior. El hombre al que jamás le compraríamos un coche usado
La seguridad interior de España tiene graves problemas, sin embargo, parece que el problema más grave para el orden público lo constituya Pedro Varela y la Librería Europa. Cuando se producen movimientos de este tipo –injustificados e injusticiables, por que, vamos a ver, a qué cerebro medianamente sano se le ocurre afirmar que Pedro Varela y una librería, “amenazan las libertades públicas”- es para distraer la atención y crear un falso señuelo; no será, sin duda, el último, auguramos en las próximas semanas más detenciones de “xenófobos” y “racistas”.
Hoy está en interior el hombre que organizó la campaña ignominiosa “queremos la verdad”, entre el 11 y el 14-M. El nuevo ministro del interior es un gran manipulador. ¿Por qué lo han elegido a él? No tanto por la deriva que va a tomar interior en esta fase de “negociación” con ETA, como por la proximidad del proceso sobre el 11-M. Se trata de dos objetivos a alcanzar: de un lado, que el “público” (esto es, el electorado) quede satisfecho con el resultado. A la vista de todo lo dicho y escrito hay que reconocer que esta va a ser la tarea más dura que deba afrontar. Los huecos del 11-M son muchos. Todos, en realidad. La “versión oficial” ya no es tal, a la vista de las investigaciones independientes, se trata, realmente, de una “versión falsa”, sin más. Jamal Zougán y los primeros detenidos van a tener que ser puestos en libertad y a Rubalcaba le va a tocar explicar quien y cómo ordenó su detención. Y en cuanto a la masacre de Leganés ya hacer falta mucha vaselina para que la opinión pública asuma acríticamente que el “muerto siempre se come el marrón”.
¿La negociación con ETA? Rubalcaba no tiene en este terreno más que una breve experiencia, la misma que podía tener cualquier otro miembro del gobierno-GAL, esto es del gobierno felipista. Cómo máximo puede ordenar la detención de unos etarras en lugar de la de otros, para así facilitar la negociación. Pero no mucho más. No es la negociación con ETA la tarea prioritaria de Rubalcaba, sino la próxima celebración del proceso 11-M, la que va a centrar sus esfuerzos.
José Antonio Alonso ¿a Defensa?
Alonso no ha sido un buen ministro de Defensa. Llegó al ministerio defendiendo justo lo contrario que el Pacto por las Libertades y Contra el Terrorismo, lo que dice ya mucho sobre la lealtad de ZP hacia dicho Pacto. Para colmo, hoy sabemos que un colectivo de mujeres del PSE estaba ¡desde hace dos años!, en contacto con las mujeres de HB, cuando el Pacto Antiterrorista establecía el aislamiento del frente civil de ETA. Decir “socialismo” es decir “traición”. Antiguo presidente de “Jueces para la Democracia”, a Alonso le queda ese aire de autoridad y suficiencia de cuando era juez. De su patriotismo no hay rastros, de su conocimiento de la problemática de la Defensa, cero absoluto.
Así pues, ¿qué hace en defensa? Nada, es como un premio de consolación: tan solo debe asistir a un acto protocolario por ahí, firmar unos ascensos por allá, acaso la compra de material ya comprometido y, como máximo, algún trago amargo cuando se trate de viajar a EEUU o asistir a los funerales de cualquier soldado muerto en el lugar más apartado e inoportuno del planeta… Poco más. Para ZP, Defensa no es un ministerio clave, tan solo una herencia del pasado, así pues, cualquiera vale. Lo raro es que no haya colocado a la Sansegundo o a cualquier otra por aquello de “romper esquemas”.
En los últimos años, los militares han demostrado ser, en su inmensa mayoría, dóciles a las decisiones de cualquier gobierno: “vayan a Irak”, e iban; “déjenlo todo colgado en Irak, y vengan”, y venían. Y en esto las políticas de derechas han sido muy parecidas a las de izquierdas. La transformación del ejército de leva en voluntario se hizo sin apenas consultar a los militares, más que nada para mejorar los porcentajes electorales que por otras cosas. Las revisiones estratégicas de la defensa, cada vez están más a merced de los bandazos político-electorales que de las necesidades reales de la defensa. Todo ha ido aceptablemente bien hasta que ZP se ha empeñado en el tortuoso camino de las reformas estatutarias. Algunos militares han recordado que el juramento –si es que todavía tiene alguna importancia- a la bandera y a la constitución, les obligaba a algo. Y han protestado tímidamente. La reacción del gobierno fue histérica y en especial la vicepresidenta nos obsequió con una de sus sobreactuaciones. Eso y un cese. Nada más. Ahí se acalló todo el “ruido de sables”.
Alonso, no va a tener mucho trabajo, por tanto su inexperiencia en la materia, no va a repercutir en el ejercicio de su cargo. Pero puede ocurrir que si las negociaciones con ETA toman un mal derrotero y si, tras ser aprobado, el Estatuto Catalán tiene efectos indeseables sobre la política española –y eso nos parece inevitable-, el Ministro de Defensa pase a ser “el gran quemado” de la segunda mitad de la legislatura. De lo que no cabe la menor duda es de que, a unos políticos desgastados se les envía al Vaticano o a presidir tal o cual empresa, es decir, a cargos testimoniales, y a Alonso se le ha enviado a Defensa. Allí podrá tener acceso a los informes del CNI sobre el 11-M y leerlos, será su gran responsabilidad. Poco más. Pero si las cosas pintan mal en los temas ETA y Estatuto, será el gran odiado por el estamento militar.
¿Y por qué no media docena de ministros nuevos, incluidas las ministras de cuota?
La ministra Sansegundo era, sin duda, una de las más desconocidas y criticadas. Las asociaciones católicas de padres y de enseñanza la tenían como bestia negra, y en realidad, su falta de diálogo, lo confirmaban. Estaba claro que, en tanto que ministra de cuota, iba a caer, antes o después. Lo más absurdo fue que su cese llegara el día después de aprobarse su Ley de Enseñanza… ¿qué prestigio va a poder tener esa ley aprobada por una ministra sentenciada? ¿no es su cese el reconocimiento de que la ley aprobada es nefasta?
Pero, puestos a cesar a la Sansegundo, ¿por qué detenerse ahí? La ministra de sanidad no pasa por su mejor momento, la inutilidad de las leyes antitabaco y el anuncio de una ley antialcohólica (¿y por qué no el reforzamiento de una ley antidroga?) la colocan en la picota ante la opinión pública; la ministra de medo ambiente es un cadáver especialmente en la comunidad murciana y en la valenciana, donde su política de aguas compromete las posibilidades de que algún día el PSOE gane las elecciones autonómicas en estas regiones; por no hablar de la ministra de la vivienda o del propio ministro de exteriores, verdadera catástrofe instalada en el Palacio de santa Cruz.
Esto, unido a que el ministro de justicia es el único que podría hacer remontar al PSOE canario en las próximas autonómicas y, por tanto, debe cesar en el cargo, y la necesaria promoción de nombres no quemados que puedan hacer remontar el maltrecho prestigio del gobierno, hacen que, como máximo, en septiembre, deba de realizarse un nuevo reajuste ministerial. ZP está obligado a ello si aspira a ganar las elecciones de 2008. Para ello tendrá que tener un primer tirón en las municipales de dentro de un año y un segundo impulso en las autonómicas catalanes que seguirán. Y en Catalunya es donde, realmente, ZP se la juega. Es evidente que la totalidad del PSC prefiere otro candidato diferente a Maragall y que el propio ZP aspiraría a ver a Montilla como su candidato. Pero el futuro político de éste está unido al destino de la OPA sobre Endesa. Y, por lo demás, Montilla no es un político particularmente bien valorado, por el momento, en Catalunya. Así pues, todo induce a pensar que Maragall no repetirá y que él mismo es el artífice de su propia exclusión gracias a sus reiteradas “maragalladas” y a haber terminado constituyendo un elemento fuera de cualquier control. Veremos si la crisis ministerial de septiembre termina ampliándose hasta Montilla (y, por tanto, esto supondrá el entierro político del cuerpo agonizante de Maragall). De lo que no va a caber la menor duda es que ambos partidos, PP y PSOE, se la van a jugar en las próximas elecciones municipales y que, quien gane, se situará en la mejor posición en la carrera de las generales del 2008.
Así pues, esta minicrisis que ha afectado solamente a tres ministerios, es solamente, el ajuste previo a la crisis real que se avecina y que no podrá retrasarse mucho más allá de septiembre a causa de la proximidad del ciclo electoral que se avecina. La presente crisis, no ha hecho otra cosa que oficializar lo que todos sabíamos: que Bono sigue siendo el adversario de ZP y que, ahora ya ha decidido situarse al margen. Pocos dudan que, según como vayan las cosas, Bono estaré en apenas dos años, frente a ZP.
© Ernesto Milà – infokrisis – infokrisis@yahoo.es
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