El 17-A: Primer análisis de urgencia
Redacción.- El 17 de abril pasará a la historia por haberse llegado a una situación sin salida en el País Vasco. Con las simetrías electorales surgidas de estas elecciones, la única consecuencia inevitable es un aumento de la inestabilidad en aquella región española. Las tres coaliciones posibles, encierran en sí mismas, un alto grado de conflictividad. PNV ha perdido votos. PSE no ha avanzado lo suficiente. PP ha evitado una caída en picado y los khmers rojos, paleocomunistas vascos, se han superado... Madrazo entra en el basurero de la historia. La sociedad vasca ha resultado todavía más simétricamente cortada al 50%.
El nacionalismo, ¿vencedor?, no, desde luego
Cuando Ibarreche explicaba con una seriedad pasmosa, y en perfecto castellano, que el PNV había ganado, eso valía de cara a los militantes propios pero no de cara a las simetrías electorales ante las que deberá enfrentarse, irremediablemente. No hay que olvidar, de todas formas, el carácter autista, fanático y obtuso del lendakari. Pero con esos resultados, el proceso de negociación que Ibarreche ofrecerá al Estado Español, estaría condenado al fracaso si hubiera un estadista en Madrid... pero en Madrid gobierna un individuo débil y cobarde, sin ideas y sin proyecto. Si hubiera estadista en Madrid, Ibarreche debería archivar su plan, pero en Madrid no hay gobierno digno de tal nombre. Ibarreche lo sabe y aumentará su presión.
El PNV no puede darse, en ningún caso, por satisfecho del resultado electoral. El nacionalismo retrocede en su conjunto. Mientras que en los años 80, dos terceras partes de la cámara eran nacionalistas, hoy el voto nacionalista sigue ruralizándose y descendiendo en cifras absolutas. Para colmo, hay dos datos significativos: el aumento de la abstención que ha incluido a 1/3 del electorado y el aumento inesperado del voto batasumo.
A partir de ahora, Ibarreche va a experimentar la realidad de las cifras: el electorado no ha refrendado su plan, ha perdido 148.000 votos. Todo lo contrario. No han logrado incorporar lo esencial del voto batasuno. No han logrado conquistas a sectores del PSE, ni mucho menos recuperar al electorado joven. Los resultados son un golpe para Ibarreche.
En el bloque constitucionalista, los resultados han sido, poco más o menos, los mismos que hace cuatro años. El PSE pasa a sustituir al PP como segunda fuerza, pero, el PP ha aguantado el golpe y dista mucho de haberse desmoronado. Por lo demás, el PSE ha ascendido a costa de desfigurarse interiormente, prometer A (que no habrá referéndum, Pachi López dixit) y no-A (que antes de dos años habrá referéndum, ZPlus dixit) al mismo tiempo. Al lado de estas cifras, los 15 escaños del PP son, al menos, escaños de una opción clara e incontrovertible.
Electoralmente, las urnas no han derrotado al PNV, al que han derrotado completamente es al plan Ibarreche y a su lendakari, el cual, a partir de ahora, se enfrenta al hecho consumado de que ya no va a poder sacar adelante su plan, como no sea gracias a los votos comunistas o a un acuerdo con los socialistas.
Cualquiera de las dos opciones es perfectamente posible e Ibarreche optará por una u otra a fin de hacer olvidar su fracaso. Pero si bien HB era una fuerza patriótica, aparentemente más nacionalista que comunista, al partido comunista de las tierras vascas le traiciona su nombre que, junto a sus líderes, tienen una imagen tan atractiva como sendero luminoso, los khmers rojos o la guerrilla maoísta nepalí A Ibarreche le va a ser difícil para que el capital vasco acepte un pacto con esa gentuza.
No hay un despegue del PSE en relación al PP. Los 18 escaños que ha obtenido, distan mucho de la expectativa de despegue que tenía ZPlus en el País Vasco. El electorado no ha apoyado al PSE, tanto como este partido hubiera deseado para poder tirar adelante el Plan Pachi o para que el talante de ZPlus hubiera recibido su primera confirmación electoral.
Desde Madrid, ZPlus dará la consigna a los socialistas vascos de que intenten pactar con Ibarreche. O de lo contrario, peligra el acuerdo con ERC y la estabilidad del gobierno catalán. El problema es cómo va aceptar el electorado socialista del resto del Estado un acuerdo de este tipo que sacaría a Ibarreche de la crisis con la que se va a despertar a partir de mañana.
Las simetrías electorales hacen que parar gobernar, Ibarreche precise 37 escaños. Le faltan 8. Estos 8 pueden salir solamente de una coalición con los comunistas vascos o con los socialistas vascos. La primera opción va a ser malentendida incluso por los propios nacionalistas vascos. La segunda puede hundir en la miseria a los socialistas fuera del País Vasco. La tercera -seguir como hasta ahora- le aportará solo inestabilidad.
Neguri mira mal todo lo que huela a comunismo. Incluso al comunismo vasco. Así pues, hay que pensar que los padres-patrones del PNV van a ser más proclives a un entendimiento con los socialistas. En el fondo, lo que proponía Pachi López supone el corte de una nueva rodaja del salchichón a la vinculación del País Vasco con el Estado español. Cuando el Plan Pachi defiende que el País Vasco es una nación, está claro que se está más cerca de la independencia de lo que se está hoy. Ibarreche, se va a resignar a avanzar un poco más despacio de lo previsto. Por lo demás, la entrevista hace un mes entre ZPlus e Ibarreche, es suficientemente elocuente de por donde van las preferencias. El coste que esto va a tener para el socialismo español, va a ser incalculable, incluso dentro del propio pesebre socialista.
Socialistas suben, pero no tanto como para jugar un papel decisivo
El PSE ha avanzado. Ha ganado votos, especialmente en las ciudades industriales vascas, ha recuperado el voro obrero que perdió en los 90. En bilbao y San Sebastián ha subido 5 puntos. Es el único partido que ha subido en votos: 20.000, demasiado poco como para despegar del PP.
Con estos resultados Pachi López no puede aspirar a ser lendakari, ni mucho menos a ofrecer una alternancia al PNV. El drama de los socialistas es que su victoria es pírrica y que, a pesar de haber subido en votos, no ha subido lo suficiente como para que sea evidente que el cambio tiene credibilidad tal como decía López en su primera alocución después de saberse los resultados.
El derrotado en estas elecciones no es vasco. Se llama ZPlus y su política de mano tendida no ha logrado la credibilidad suficiente de los sectores españolistas vascos que no han huido del PP sino que solamente ha convencido a los nacionalistas dubitativos.
PP, baja, pero no tanto como para considerarse derrotado
El PP ha perdido 20.000 votos. No está claro que los haya ganado el PSE. Los nuevos votos del PSE han procedido, en buena medida, de antiguos votantes del PNV, centristas y poco entusiasmados con el Plan Ibarreche. Los antiguos electores del PP que no han repetido voto, han engrosado la bolsa de la abstención. María San Gil ha hecho una buena campaña y remontado en apenas 15 días lo que las estadísticas le auguraban. Por que las estadísticas preveían un derrumbe irremediable del PP, lo que quiere decir que el voto tapado, es decir, la gente que no es sincera en las encuestas, sin duda por miedo, es muy superior a lo que las constantes de corrección aplicadas por los estadísticos han aplicado.
Pero los votos recibidos por el PP son votos de contención del nacionalismo y no van a ser votos de gobierno. El gran éxito personal de María San Gil es precisamente haber contenido al PSE y evitado que el surpasso fuera demasiado evidente. Contrariamente a lo que opinaba Pachi López, el resultado evidencia la polarización de la sociedad vasca. Sigue existiendo la misma polaridad de hace 4 años, solamente que con un tercio de abstención y con una todavía mayor simetría y equidistancia de hace cuatro años.
No hay que perder de vista las condiciones absolutamente lamentables en las que los candidatos del PP deben de operar en el País Vasco. La violencia psicológica y, frecuentemente, física del nacionalismo, sigue presente, especialmente en Guipúzcoa. Los candidatos del PP han sido constantemente hostigados. Sin olvidar que tanto ellos como el PSE, han tenido que pagar un tributo de sangre.
Por todo ello, si bien el PP retrocede, desde luego, no se hunde y evidencia que su estructura resiste y resiste bien los ataques propinados desde todos los frentes.
El Partido Comunista de las Tierras Vascas
El que, a estas alturas, exista un partido comunista, demuestra que el, eufemísticamente llamado movimiento de liberación nacional vasco, sigue siendo lo más parecido a los khmers rojos en versión vasca. Después de treinta años de presentarse como una mezcla de patriotismo populista, de ecologismo tradicional, y de nacionalismo de sangre y suelo resulta que, Herri Batasuna, devenida, EH y, finalmente, partido comunista de las tierras vascas, no es más que una opción arqueológica, marxista, paleocomunista tal como algunos sosteníamos desde siempre.
Los chicos de la gasolina, los khmers rojos de boina y txacolí, tienen el seguimiento del mismo electorado que cuando se presentaban como defensores de la tierra y del RH vasco. Dudamos de que en el País Vasco haya tanto partidario de los khmers de la boina. Lo que hay es un porcentaje de irracionalismo, últimos mohicanos de la violencia, a los que les da igual la forma exterior que adopte la coalición: basta con que corra la voz que son los de ETA, para que les voten. La ideología, el programa, la sigla, las formas, importan poco.
Y esto nos confirma en que un sector del País Vasco sufre una patología profunda que les lleva a apoyar opciones que en ningún lugar de la Europa civilizada lograrían más allá de unos pocos votos residuales. Lo previsible hubiera sido que el PCTV hubiera acaparado solamente el voto comunista vasco, que, es lícito pensar, que hubiera estado muy por debajo de la habitual clientela de HB-EH. Pero no ha ocurrido lo esperado, sino que, el electorado de HB-EH ha seguido con relativa fidelidad la consigna de Otegui, votar al PCTV. Otro segmento ha ido a parar al nacionalismo
La esclerosis del espacio abertzale
La gran esperanza era Aralar. Los socialistas tenían la esperanza de que el espacio abertzale se remodelara. No hay que olvidar que las siglas del PSE se complementan con las de EE, Euzkadiko Ezkerra y no hay que olvidar que este partido surgió de la Ponencia Otsagabia, elaborada por Eduardo Moreno Bergarecha (a) Pertur, miembro de ETA(p-m), partidario de la reconversión del grupo en partido político. Este partido, finalmente, terminó por fusionarse con el PSE. Este caso, evidentemente, excepcional, ha sido extrapolado por los socialistas que, mentalizados por el vaho etílico de Maragall, creían que era posible que una parte del sector abertzale radical se corriera a posiciones moderadas para terminar formando una coalición con nacionalistas y socialistas, tal como ocurre en Catalunya. De eso nada.
El espacio abertzale se ha reconvertido de la peor manera posible: se ha radicalizado, mientras que el espacio moderado Aralar- no ha logrado despegar (y si no lo ha hecho ahora, no lo hará jamás). Los comunistas vascos, por su parte, no se han dado cuenta de que están en el siglo XXI y que su ideología es un subproducto del siglo XIX.
La fractura vertical en la sociedad vasca
Estas elecciones han confirmado que en el País Vasco es quizás en donde más puede hablarse de las dos españas. La sociedad vasca está cortada simétricamente en dos, al 50%. Las piezas intermedias son irrelevantes. Madrazo, después de 4 años de coalición, ha dejado de ser decisivo para la gobernabilidad del País Vasco. Su tiempo ha pasado y no ha conseguido despegar como opción autónoma. Este resultado, sella el fin de Izquierda Unida en el País Vasco y el final personal de Madrazo como líder. Nunca más volverá a ser decisivo. Muy pocos lo van a sentir.
Lo que se abre a partir de ahora es una situación de particular inestabilidad política en el País Vasco. Y resulta sorprendente que así sea y que, justo en el momento en el que ETA está derrotada, su organización política vencida y dispersa, el nacionalismo esté más cerca de sus objetivos, gracias a que en Madrid gobierna un presidente débil, cobarde e incapaz. El PNV ha tenido su victoria pírrica y el PSE... justo lo mismo. Habrá que permanecer al tanto de lo que ocurra en las próximas horas, pero todo induce a pensar que PNV y PSE tenderán a entenderse. El problema es ¿sobre qué programa? Y no albergamos la menor duda de que la actual dirección del PSOE, dará la peor solución posible que, en la práctica, supondrá el corte de otra rodaja del salchichón, de ese salchichón que los nacionalistas se han propuesto comerse y que les acerca, cada vez más, a la independencia.
Cuadro resumen de la situación:
Abstención del 31%.
Alava: PNV 8 PSE 7 PP 7, PCTV 2, IU 1 30% abstención
Vizcaya: PNV 11 PSE 6 PP 5 PCTV 2, IU 1 31% abstención
Guipúzcoa: PNV 10 PSE 5 PP 3 PCTV 5 IU 1 Aralar 1 31%
Total: PNV 29 PSE 18 PP 15 PCTV 9 IU 3 Aralar 1
Mayoría: 37 escaños.
Tres opciones:
- PNV + PCTV = 38 escaños -> condición independencia ya. Obstáculo: demasiada disparidad entre los dos socios.
- PNV + PSE = 47 escaños -> condición retirada plan Ibarreche. Obstáculo: el PSOE puede resentirse a nivel nacional.
- PNV + IU + Aralar = 39 escaños -> condición adelante plan Ibarreche. Obstáculo: gobierno en minoría inestable.
© Ernesto Milá infokrisis infokrisis@yahoo.es
El nacionalismo, ¿vencedor?, no, desde luego
Cuando Ibarreche explicaba con una seriedad pasmosa, y en perfecto castellano, que el PNV había ganado, eso valía de cara a los militantes propios pero no de cara a las simetrías electorales ante las que deberá enfrentarse, irremediablemente. No hay que olvidar, de todas formas, el carácter autista, fanático y obtuso del lendakari. Pero con esos resultados, el proceso de negociación que Ibarreche ofrecerá al Estado Español, estaría condenado al fracaso si hubiera un estadista en Madrid... pero en Madrid gobierna un individuo débil y cobarde, sin ideas y sin proyecto. Si hubiera estadista en Madrid, Ibarreche debería archivar su plan, pero en Madrid no hay gobierno digno de tal nombre. Ibarreche lo sabe y aumentará su presión.
El PNV no puede darse, en ningún caso, por satisfecho del resultado electoral. El nacionalismo retrocede en su conjunto. Mientras que en los años 80, dos terceras partes de la cámara eran nacionalistas, hoy el voto nacionalista sigue ruralizándose y descendiendo en cifras absolutas. Para colmo, hay dos datos significativos: el aumento de la abstención que ha incluido a 1/3 del electorado y el aumento inesperado del voto batasumo.
A partir de ahora, Ibarreche va a experimentar la realidad de las cifras: el electorado no ha refrendado su plan, ha perdido 148.000 votos. Todo lo contrario. No han logrado incorporar lo esencial del voto batasuno. No han logrado conquistas a sectores del PSE, ni mucho menos recuperar al electorado joven. Los resultados son un golpe para Ibarreche.
En el bloque constitucionalista, los resultados han sido, poco más o menos, los mismos que hace cuatro años. El PSE pasa a sustituir al PP como segunda fuerza, pero, el PP ha aguantado el golpe y dista mucho de haberse desmoronado. Por lo demás, el PSE ha ascendido a costa de desfigurarse interiormente, prometer A (que no habrá referéndum, Pachi López dixit) y no-A (que antes de dos años habrá referéndum, ZPlus dixit) al mismo tiempo. Al lado de estas cifras, los 15 escaños del PP son, al menos, escaños de una opción clara e incontrovertible.
Electoralmente, las urnas no han derrotado al PNV, al que han derrotado completamente es al plan Ibarreche y a su lendakari, el cual, a partir de ahora, se enfrenta al hecho consumado de que ya no va a poder sacar adelante su plan, como no sea gracias a los votos comunistas o a un acuerdo con los socialistas.
Cualquiera de las dos opciones es perfectamente posible e Ibarreche optará por una u otra a fin de hacer olvidar su fracaso. Pero si bien HB era una fuerza patriótica, aparentemente más nacionalista que comunista, al partido comunista de las tierras vascas le traiciona su nombre que, junto a sus líderes, tienen una imagen tan atractiva como sendero luminoso, los khmers rojos o la guerrilla maoísta nepalí A Ibarreche le va a ser difícil para que el capital vasco acepte un pacto con esa gentuza.
No hay un despegue del PSE en relación al PP. Los 18 escaños que ha obtenido, distan mucho de la expectativa de despegue que tenía ZPlus en el País Vasco. El electorado no ha apoyado al PSE, tanto como este partido hubiera deseado para poder tirar adelante el Plan Pachi o para que el talante de ZPlus hubiera recibido su primera confirmación electoral.
Desde Madrid, ZPlus dará la consigna a los socialistas vascos de que intenten pactar con Ibarreche. O de lo contrario, peligra el acuerdo con ERC y la estabilidad del gobierno catalán. El problema es cómo va aceptar el electorado socialista del resto del Estado un acuerdo de este tipo que sacaría a Ibarreche de la crisis con la que se va a despertar a partir de mañana.
Las simetrías electorales hacen que parar gobernar, Ibarreche precise 37 escaños. Le faltan 8. Estos 8 pueden salir solamente de una coalición con los comunistas vascos o con los socialistas vascos. La primera opción va a ser malentendida incluso por los propios nacionalistas vascos. La segunda puede hundir en la miseria a los socialistas fuera del País Vasco. La tercera -seguir como hasta ahora- le aportará solo inestabilidad.
Neguri mira mal todo lo que huela a comunismo. Incluso al comunismo vasco. Así pues, hay que pensar que los padres-patrones del PNV van a ser más proclives a un entendimiento con los socialistas. En el fondo, lo que proponía Pachi López supone el corte de una nueva rodaja del salchichón a la vinculación del País Vasco con el Estado español. Cuando el Plan Pachi defiende que el País Vasco es una nación, está claro que se está más cerca de la independencia de lo que se está hoy. Ibarreche, se va a resignar a avanzar un poco más despacio de lo previsto. Por lo demás, la entrevista hace un mes entre ZPlus e Ibarreche, es suficientemente elocuente de por donde van las preferencias. El coste que esto va a tener para el socialismo español, va a ser incalculable, incluso dentro del propio pesebre socialista.
Socialistas suben, pero no tanto como para jugar un papel decisivo
El PSE ha avanzado. Ha ganado votos, especialmente en las ciudades industriales vascas, ha recuperado el voro obrero que perdió en los 90. En bilbao y San Sebastián ha subido 5 puntos. Es el único partido que ha subido en votos: 20.000, demasiado poco como para despegar del PP.
Con estos resultados Pachi López no puede aspirar a ser lendakari, ni mucho menos a ofrecer una alternancia al PNV. El drama de los socialistas es que su victoria es pírrica y que, a pesar de haber subido en votos, no ha subido lo suficiente como para que sea evidente que el cambio tiene credibilidad tal como decía López en su primera alocución después de saberse los resultados.
El derrotado en estas elecciones no es vasco. Se llama ZPlus y su política de mano tendida no ha logrado la credibilidad suficiente de los sectores españolistas vascos que no han huido del PP sino que solamente ha convencido a los nacionalistas dubitativos.
PP, baja, pero no tanto como para considerarse derrotado
El PP ha perdido 20.000 votos. No está claro que los haya ganado el PSE. Los nuevos votos del PSE han procedido, en buena medida, de antiguos votantes del PNV, centristas y poco entusiasmados con el Plan Ibarreche. Los antiguos electores del PP que no han repetido voto, han engrosado la bolsa de la abstención. María San Gil ha hecho una buena campaña y remontado en apenas 15 días lo que las estadísticas le auguraban. Por que las estadísticas preveían un derrumbe irremediable del PP, lo que quiere decir que el voto tapado, es decir, la gente que no es sincera en las encuestas, sin duda por miedo, es muy superior a lo que las constantes de corrección aplicadas por los estadísticos han aplicado.
Pero los votos recibidos por el PP son votos de contención del nacionalismo y no van a ser votos de gobierno. El gran éxito personal de María San Gil es precisamente haber contenido al PSE y evitado que el surpasso fuera demasiado evidente. Contrariamente a lo que opinaba Pachi López, el resultado evidencia la polarización de la sociedad vasca. Sigue existiendo la misma polaridad de hace 4 años, solamente que con un tercio de abstención y con una todavía mayor simetría y equidistancia de hace cuatro años.
No hay que perder de vista las condiciones absolutamente lamentables en las que los candidatos del PP deben de operar en el País Vasco. La violencia psicológica y, frecuentemente, física del nacionalismo, sigue presente, especialmente en Guipúzcoa. Los candidatos del PP han sido constantemente hostigados. Sin olvidar que tanto ellos como el PSE, han tenido que pagar un tributo de sangre.
Por todo ello, si bien el PP retrocede, desde luego, no se hunde y evidencia que su estructura resiste y resiste bien los ataques propinados desde todos los frentes.
El Partido Comunista de las Tierras Vascas
El que, a estas alturas, exista un partido comunista, demuestra que el, eufemísticamente llamado movimiento de liberación nacional vasco, sigue siendo lo más parecido a los khmers rojos en versión vasca. Después de treinta años de presentarse como una mezcla de patriotismo populista, de ecologismo tradicional, y de nacionalismo de sangre y suelo resulta que, Herri Batasuna, devenida, EH y, finalmente, partido comunista de las tierras vascas, no es más que una opción arqueológica, marxista, paleocomunista tal como algunos sosteníamos desde siempre.
Los chicos de la gasolina, los khmers rojos de boina y txacolí, tienen el seguimiento del mismo electorado que cuando se presentaban como defensores de la tierra y del RH vasco. Dudamos de que en el País Vasco haya tanto partidario de los khmers de la boina. Lo que hay es un porcentaje de irracionalismo, últimos mohicanos de la violencia, a los que les da igual la forma exterior que adopte la coalición: basta con que corra la voz que son los de ETA, para que les voten. La ideología, el programa, la sigla, las formas, importan poco.
Y esto nos confirma en que un sector del País Vasco sufre una patología profunda que les lleva a apoyar opciones que en ningún lugar de la Europa civilizada lograrían más allá de unos pocos votos residuales. Lo previsible hubiera sido que el PCTV hubiera acaparado solamente el voto comunista vasco, que, es lícito pensar, que hubiera estado muy por debajo de la habitual clientela de HB-EH. Pero no ha ocurrido lo esperado, sino que, el electorado de HB-EH ha seguido con relativa fidelidad la consigna de Otegui, votar al PCTV. Otro segmento ha ido a parar al nacionalismo
La esclerosis del espacio abertzale
La gran esperanza era Aralar. Los socialistas tenían la esperanza de que el espacio abertzale se remodelara. No hay que olvidar que las siglas del PSE se complementan con las de EE, Euzkadiko Ezkerra y no hay que olvidar que este partido surgió de la Ponencia Otsagabia, elaborada por Eduardo Moreno Bergarecha (a) Pertur, miembro de ETA(p-m), partidario de la reconversión del grupo en partido político. Este partido, finalmente, terminó por fusionarse con el PSE. Este caso, evidentemente, excepcional, ha sido extrapolado por los socialistas que, mentalizados por el vaho etílico de Maragall, creían que era posible que una parte del sector abertzale radical se corriera a posiciones moderadas para terminar formando una coalición con nacionalistas y socialistas, tal como ocurre en Catalunya. De eso nada.
El espacio abertzale se ha reconvertido de la peor manera posible: se ha radicalizado, mientras que el espacio moderado Aralar- no ha logrado despegar (y si no lo ha hecho ahora, no lo hará jamás). Los comunistas vascos, por su parte, no se han dado cuenta de que están en el siglo XXI y que su ideología es un subproducto del siglo XIX.
La fractura vertical en la sociedad vasca
Estas elecciones han confirmado que en el País Vasco es quizás en donde más puede hablarse de las dos españas. La sociedad vasca está cortada simétricamente en dos, al 50%. Las piezas intermedias son irrelevantes. Madrazo, después de 4 años de coalición, ha dejado de ser decisivo para la gobernabilidad del País Vasco. Su tiempo ha pasado y no ha conseguido despegar como opción autónoma. Este resultado, sella el fin de Izquierda Unida en el País Vasco y el final personal de Madrazo como líder. Nunca más volverá a ser decisivo. Muy pocos lo van a sentir.
Lo que se abre a partir de ahora es una situación de particular inestabilidad política en el País Vasco. Y resulta sorprendente que así sea y que, justo en el momento en el que ETA está derrotada, su organización política vencida y dispersa, el nacionalismo esté más cerca de sus objetivos, gracias a que en Madrid gobierna un presidente débil, cobarde e incapaz. El PNV ha tenido su victoria pírrica y el PSE... justo lo mismo. Habrá que permanecer al tanto de lo que ocurra en las próximas horas, pero todo induce a pensar que PNV y PSE tenderán a entenderse. El problema es ¿sobre qué programa? Y no albergamos la menor duda de que la actual dirección del PSOE, dará la peor solución posible que, en la práctica, supondrá el corte de otra rodaja del salchichón, de ese salchichón que los nacionalistas se han propuesto comerse y que les acerca, cada vez más, a la independencia.
Cuadro resumen de la situación:
Abstención del 31%.
Alava: PNV 8 PSE 7 PP 7, PCTV 2, IU 1 30% abstención
Vizcaya: PNV 11 PSE 6 PP 5 PCTV 2, IU 1 31% abstención
Guipúzcoa: PNV 10 PSE 5 PP 3 PCTV 5 IU 1 Aralar 1 31%
Total: PNV 29 PSE 18 PP 15 PCTV 9 IU 3 Aralar 1
Mayoría: 37 escaños.
Tres opciones:
- PNV + PCTV = 38 escaños -> condición independencia ya. Obstáculo: demasiada disparidad entre los dos socios.
- PNV + PSE = 47 escaños -> condición retirada plan Ibarreche. Obstáculo: el PSOE puede resentirse a nivel nacional.
- PNV + IU + Aralar = 39 escaños -> condición adelante plan Ibarreche. Obstáculo: gobierno en minoría inestable.
© Ernesto Milá infokrisis infokrisis@yahoo.es
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