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INFOKRISIS, el blog de Ernest Milà

El gran problema que se nos viene encima: el agua

El gran problema que se nos viene encima: el agua Redacción.- El pasado 10 de septiembre, las calles de Alicante fueron recorridas por 100.000 manifestantes (150.000 según los organizadores, 50.000 según El País) que protestaban por la rectificación del trasvase Jucar-Vinalopó. Nosotros mismos participamos en la movilización popular que demuestra la irresponsabilidad del gobierno socialista en materia hídrica y la situación real de la agricultura en España. El problema se irá agravando en los próximos años.


Júcar-Vinalopó o la “desplanificación” socialista

Cuando el gobierno ZP rectificó el proyecto originario del trasvase Júcar-Vinalopó, condenó al socialismo levantino y murciano a un papel marginal, como mínimo, en la próxima década. El drama que han tenido que soportar los militantes de base del PSPV, sus cuadros y sus cargos públicos más honestos, no se le escapa a nadie. La ministra Carbona decidió, sin atender consejos técnicos, que el transvase inicialmente aprobado no era el que convenía y, alteró el proyecto original. Las aguas del Vinalopó en lugar de ser trasvasadas en la “zona alta” del río, lo es en la “zona baja”… donde el agua está contaminada por todos los residuos industriales posibles y el flujo el mínimo.

Zonas como el Alto Vinalopó, que ceden agua a toda la provincia, están viendo como sus acuíferos descienden a un ritmo de 9 metros por año, lo que supone la seguridad de que dentro de apenas unos años, estos acuíferos no podrán regenerarse y se agotarán. Situación mucho más grave, si tenemos en cuenta que el nuevo recorrido del trasvase hará a estas comarcas, hídricamente dependientes, cuando el trazado original, podía aliviar el descenso de los acuíferos y estos estarían en condiciones de regenerarse.

Pero en realidad el problema es mayor y afecta prácticamente a toda la agricultura de la zona de Alicante y Murcia. No es raro que la manifestación del sábado haya estado prácticamente formada por los agricultores de estas provincias, casi en solitario. La movilización, iniciada por la Asociación de Jóvenes Agricultores y por las instituciones que administran el agua en estas provincias, fue seguida masivamente.

El triste papel de los cargos públicos socialistas

La única personalidad socialista de cierta relevancia que acudió a la manifestación, fue la alcaldesa de Villena. El resto de alcaldes y concejales socialistas estuvieron ausentes. Ausente estuvo también la COAG, sindicato de los agricultores de izquierda que ha quedado anegado por la movilización del sábado y que difícilmente levantará cabeza nunca más. El alcalde de Elche, también socialista, ni apareció y la tónica general de la manifestación fue de movilización antisocialista. De hecho, los miembros de IU de estas provincias, se negaron a secundar la manifestación, no por que no compartieran los postulados de la misma, sino por que “era hacer el juego al PP”.

Ciertamente, Rita Barberá, y el presidente de la comunidad valenciana, estuvieron presentes en lugares muy discretos, pero no puede decirse que las 100.000 personas presentes fueran militantes del PP. En las calles de Alicante, en la tarde del 10 de septiembre, estuvieron presentes representaciones de todos los agricultores de estas provincias.

El triste papel de los cargos públicos socialistas evidencia dos cosas, como mínimo: en primer lugar, que para ellos, no moverse en la foto es fundamental, y que, colocan los intereses del partido, por encima de los intereses de sus conciudadanos y electores. “El País”, el día antes de la manifestación, publicaba los resultados de una encuesta pagada por el PSPV en la que se afirmaba –contra el sentido común- que la alcaldía de Alicante podría caer en manos socialistas en las próximas elecciones. Era evidente que esta encuesta ficticia –difícilmente encontraríamos una región en donde el socialismo esté tan desarbolado y esquelético como Alicante- tenía como única finalidad, reducir el impacto de la manifestación del día siguiente que se preveía masiva. Así fue, en efecto: una protesta masiva contra la política socialista.

Acumulación de errores e imprevisiones

A fuerza de insistir en la importancia del petróleo para la economía y el desarrollo occidental, se suele olvidar que el agua no es menos importante. Tiene que ver, tanto con la producción de energía (hidroeléctricas), como con el cultivo de la tierra (agricultura y alimentación), como con la subsistencia de las poblaciones (consumo doméstico).

No hay que olvidar que buena parte de las grandes guerras del siglo XX, se han desarrollado sobre el trasfondo inquietante del control de los recursos hídricos: el problema palestino tiene como desencadenante final el agua, el control de los acuíferos de Gaza y Cisjordania y de las fuentes del Jordán; la guerra de los “seis días”, estalló cuando Siria amenazó con cortar las fuentes del Jordán, gracias a cuyas aguas, el desierto del Negev se convirtió en un vergel. En la misma guerra de Irak, está detrás, tanto el control de los recursos energéticos, como de los recursos hídricos del Tigres y el Eufrates.

Es imposible olvidar que en la actualidad, con una población mundial que crece aceleradamente en las zonas del Tercer Mundo, se requieren recursos hídricos muy superiores a los necesarios hace solo 100 años. Esto hace que los acuíferos explotados tradicionalmente, se vayan agotando. Las desaladoras no siempre son la solución (lo obtenido no es apto para el consumo humano).

Países como España en los que la imprevisión, tanto del PP como del PSOE, hicieron que en apenas 5 años la población haya ascendido casi al ritmo de un millón anual, y ni los recursos eléctricos, ni los hídricos, estén en condiciones de abastecer a la población. Si tenemos en cuenta que desde el franquismo no se construyen nuevas presas y que cualquier modificación radical del panorama como el que conlleva una presa, sean condenados por una izquierda torpe y por unos ecologistas tópicos e ignorantes, hace que se desaproveche mucha agua, necesaria para cualquier cosa, menos para perderse en el mar. En el fondo, el Plan Hidrológico Nacional, auspiciado por el PP, era la única solución, racional y razonable para solventar el problema del agua, como mínimo durante los próximos 50 años. Esto era suficiente para que el PSOE intentara satisfacer a sus electores aragoneses y catalanes, aboliendo el transvase del Ebro, cuando la obra estaba ya iniciada. En el fondo, lo que gana el PSOE en Catalunya y Aragón, lo pierde con creces en Murcia y Valencia. Pero uno de los puntos del acuerdo tripartito que dio origen al gobierno autónomo de Maragall, era, precisamente, la abolición del transvase, con lo que en buena medida el PHN quedaba desnaturalizado.

Si a esto añadimos el efecto invernadero, determinadas “modas” en las técnicas de riego (el riego por goteo que reduce el impacto de la humedad en la atmósfera y, consiguientemente, conduce a la reducción de las lluvias –junto a otros factores- y a la desertización), y, especialmente, la sequía que ha tenido lugar en 2005, han evidenciado que el crecimiento español está asentado sobre un frágil equilibrio. Si el agua falta, el cultivo e incluso la vida humana resultan absolutamente inviables.

Errores, imprevisiones de unos y de otros, y factores naturales, están convirtiendo esta sequía en una verdadera tragedia nacional.

Un detalle que nadie ha comentado: un detalle vital

Además de participar en la manifestación, estuvimos realizando un “trabajo de campo” sociológico. ¿De dónde procedían las personas que se manifestaron en Alicante el 10 de septiembre? Era evidente que, en un 90%, se trataba de agricultores. Fue significativo que la manifestación fuera abierta por dos tractores. No se trataba, en absoluto, de oportunismo. Durante la media hora anterior al inicio de la manifestación, estuvimos deambulando por las inmediaciones, saludando a conocidos de toda la provincia: ahí estaban las representaciones de agricultores de Elda, Novelda, Petrer, Villena, Onteniente, Abanillas, etc. No existía una sola comarca alicantina o murciana que no hubiera enviado su representación.

Ahora bien, era muy significativo que la edad media de los manifestantes estuviera en torno a los 55 años. A pesar de que la principal entidad movilizadora era ASAJA, la Asociación de Jóvenes Agricultores, los jóvenes estuvieron casi completamente ausentes de la convocatoria. ¿Desinterés? ¿enfrentamiento generacional? ¿oposición a los motivos de la movilización? En absoluto: lo que ocurre es que las nuevas generaciones se han desentendido del trabajo en el campo. Sus padres, han preferido enviarlos a la capital a cursar estudios superiores, o bien ellos han preferido vender algún bancal para abrir bares, dedicarse a la construcción, o buscar trabajo en otros sectores, menos esforzados. El campo se despuebla, tal es la constatación más grave que realizamos al revisar nuestros apuntes sobre la manifestación.

Hoy resulta más barato traer un melocotón de china que cultivarla en España. Son las lindezas de la globalización… Es evidente que este proceso seguirá avanzando mientras no ocurra algo imprevisto. Pero si, por azar, el flujo comercial del Este al Oeste se interrumpiera, haría falta ver de dónde salen los alimentos necesarios para la población española.

Hace falta un cambio de mentalidad y un cambio de legislación. Mientras los propios agricultores sigan deseando para sus hijos un “futuro mejor” que solamente identifican en las grandes ciudades, mientras las legislaciones municipales sigan haciendo de las recalificaciones masivas y de la transformación de amplias zonas agrícolas en zonas residenciales, cada agricultor estará en derecho de considerar el valor de sus tierras y los beneficios que puede darle el cultivo de la tierra.

La movilización del 10 de septiembre fue la protesta de todos los agricultores de Alicante y Murcia. Una protesta justa y necesaria ante la política de Pilar Carbona (quien, por cierto, cada día se parece más a “Carmen de Mairena”). Una movilización popular exitosa… pero, no exenta de zonas oscuras. El campo se sigue abandonando.

Resulta imposible olvidar que, en la Edad Media, las “marcas” del Este y del Oeste, fueron repobladas por colonos-soldados. A nadie le quepa la menor duda de que en apenas 40 años, va a ser necesario proceder a la repoblación de amplias zonas de nuestro país.

© Ernesto Milà – infokrisis

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