Referendum: final grotesco para un Estatuto nefasto
Infokrisis.- El resultado del referendum sobre el Estatuto de Catalunya ha estado a la altura del texto vomitado por el Parlament de Catalunya y regurgitado por ZP y Artur Mas. Uno de cada tres catalanes apoyo un Estatuto que pocos han leído y mucho menos han meditado sobre sus consecuencias. La larga agonía del Estatuto ha terminado en fallecimiento. El cadáver a partir de ahora, va a regir los destinos de Catalunya. A la comida-basura, a la tele-basura, sigue la democracia basura. La nuestra.
Lo que han demostrado los resultados del referéndum
Desde el punto de vista de ZP, la “democracia ha vencido en Catalunya”. Y ha dicho: “tres de cada cuatro votos han ido a favor del Estatuto”. Si, es exacto… pero falso. Solamente en política 2 más 2 puede ser 3 ó 5, pero difícilmente 4. Desde el punto de vista de Rajoy el fracaso del Estatuto ha sido memorable: “de cada tres votantes catalanes, uno ha apoyado el texto”. Nuevamente 2 más 2, son 3 ó 5. Pero luego está la realidad.
Y la realidad dice que el Estatuto, cuya tramitación se inició a espaldas del electorado sin que existiera la más mínima demanda social, no ha suscitado el más mínimo interés. Era curioso ver en las mesas de voto solamente a personas muy maduras. Son los mismos que votaron afirmativamente en el referéndum sobre la Ley Orgánica del Estado en 1977, volvieron a hacerlo en la Ley de Reforma Política de 1976, lo volvieron hacer en el referéndum constitucional de 1970, nuevamente votaron al Estatuto de Catalunya de 1979, en el referéndum sobre la OTAN de 1986 y en el referéndum sobre la Constitución Europea de 2005… en todo referéndum existe un “remanente inercial” que vota y, además, vota afirmativamente a la propuesta del gobierno de turno.
Así pues, del 75% de votos habría que restar el voto inercial, imposible de determinar pero que está ahí presente y enmascarado. La conclusión, sean cuales sean las cifras finales, es que el resultado ha sido esquelético y que el Estatuto nació de una agonía y murió, finalmente, ayer; lo que no va a impedir que el PP presente su recurso de inconstitucionalidad (con muchas posibilidades de salir adelante en varios temas) y que el tándem PSC y CiU (omitimos ICV-EUiA por ser un cero a la izquierda) vaya a aplicar el Estatuto iniciándose una segunda agonía del fantasma estatutario: el tira y afloja de la “comisión de competencias”, seguido de los desajustes inevitables provocados por la aplicación del texto y las consiguientes tensiones sociales.
Esto no ha hecho más que empezar. Al Estatuto le queda mucho camino por delante. Sólo que la crispación no ha hecho más que comenzar.
El resultado del referéndum ha demostrado que el electorado catalán ha permanecido de espaldas al texto estatutario y que la consulta no ha otorgado al Estatuto fuerza suficiente como para que permita hablar de un texto de “todos los catalanes”.
Lo que ha demostrado la tramitación del Estatuto
La tramitación del texto estatutario demostró algunas cosas: en primer lugar, la irresponsabilidad de los partidos catalanes que establecieron una verdadera carrera para ver quién iba más lejos en la reclamación de competencias. Tanto CiU como el PSC se empeñaron en dejar atrás a ERC en reivindicaciones autonómicas. El Estatuto que surgió del Parlament fue una volátil hoja de máximos, inconstitucional por los cuatro costados y que no había por donde coger. CiU mantuvo hasta el último momento la incertidumbre sobre su apoyo al texto: si se abstenía, el proceso habría concluido allí mismo. Pero bastó una llamada de ZP a Mas para que no cundiera el pánico y se produjera un cambio de alianzas, no comunicado a ERC sino unas semanas después. Esto demostró que “bambi” era, en realidad, una serpiente traidorzuela que no dudaba en dejar en la estacada a los que hasta ese momento habían sido sus aliados: descompuestos y sin novia. Frecuentemente, la cobardía y la pusilanimidad tienen como acompañante inevitable a la traición. ¿Podía esperarse otra cosa de ZP?
Fue así como el texto estatutario superó el trámite del parlamento español, con los votos de TODOS los partidos menos del PP. Es importante este detalle: existió unanimidad entre TODOS los partidos... menos el PP. Los diputados del PSOE, que tanto habían cacareado su oposición al Estatuto, demostraron que, a fin de cuentas, lo único que les interesaba era “salir en la foto”. Seguramente pensaron que aún quedan dos años para las elecciones y que al volver ante su electorado provincial, éste ya se habrá olvidado de su indignidad. Porque el Estatuto no solamente no es bueno para la población catalana, sino que es nefasto para las regiones más deprimidas del Estado. ¿Por qué lo han hecho? El misterio se resuelve leyendo el Estatuto: es imposible que diputados andaluces o extremeños, aragoneses o asturianos, votaran ese texto, ¿qué había ocurrido, pues?: simplemente que no habían leído lo que votaban.
El texto final en el que habían participado 150 diputados catalanes y 350 diputados del parlamento español, fue rectificado y matizado por un acuerdo entre dos personas, ZP y Mas, que pactaron la distribución del poder en los próximos seis años: Mas apoyaría a ZP en Madrid y el PSC gobernaría con CiU en Catalunya… Todo esto, naturalmente, pactado a espaldas de Maragall y, por supuesto, de Carod-Rovira. Y, no digamos, a espaldas del pueblo de Catalunya.
La tramitación del Estatuto ha demostrado lo que vale la “democracia” para la clase política catalana: se ha generado una crispación política sin demanda social de reforma estatutaria. Dos personas han pactado lo que han querido, de espaldas a los que hasta ayer se presentaban como “90% de representantes del pueblo de Catalunya”, ZP se ha evidenciado como la serpiente cobarde y traidorzuela que es…
Lo que ha demostrado la campaña sobre el referéndum
Entonces empezó la campaña. Como suele ocurrir en estos casos, la Generalitat que habría debido demostrar neutralidad en la campaña, tomó partido por el SI. El PSC decidió cumplir la última cláusula del “Acuerdo del Tinell” y cargar contra el PP. ERC se lo había puesto en bandeja. La posición de Carod, pidiendo la abstención en nombre de ERC, fue pronto rectificada por las bases del partido que exigieron el NO, olvidando que éste también era defendido por el partido situado en el otro extremo del arco político. El NO tendía a diluir el voto de ERC mucho más que la abstención, pero, además, es que ofrecía al PSC y a CiU el mejor de los escenarios posibles: eran ellos los que creaban una “nueva mayoría centrista” equidistante de los dos “extremos”, ERC y PP… es la coronación de la política de “moderación y talante” de ZP (“te acuchillo y te acogoto, pero, eso sí, de buen rollito”).
En ese marco se inicia la campaña. Desde el primer momento se percibe que solamente tienen derecho a expresar tranquilamente su opinión los partidarios del SI y, como máximo, los partidarios del NO… de ERC. El resto se ven acosados allí donde vayan y hagan lo que hagan. Es otro residuo del “Acuerdo del Tinell”, todavía en vigor. El hecho de que Rajoy fuera agredido en el mercado de Hospitalet es significativo. Hospitalet es la ciudad catalana con más castellanoparlantes de toda la autonomía. Quizás en Hostalets de Balenya o en Ventdelplá de Riudelodí eso podía haber ocurrido espontáneamente, pero no en Hospitalet. Era evidente que había instigadores.
Esos instigadores eran, en principio, grupos antiglobalización, okupas y, especialmente circulillos independentistas amamantados por generosos subsidios y por la permisividad de los municipios en los que el PSC es mayoritario. Grupos, todos, situados “al margen” de la política, pero no completamente desconectados de los “políticos de izquierdas”.
Es significativo que no solamente el PP fuera el objeto de estas agresiones, sino que también lo fuera “Ciutadans de Catalunya”, escisión del PSC. Quien se sitúa fuera del “centro nacionalista-socialista” es presentado como “extremista” y “anticatalán” (PP y CC) o bien como un “aliado objetivo” de los “enemigos de Catalunya” (ERC).
Ahora bien, hay que recordar que las competencias de la Consellería de Interior en materia de seguridad ciudadana preveían que el buen orden de los actos políticos –sea cual fuera su orientación- debía corresponder a los “mossos d’esquadra”. Pues bien, en la mayoría de los incidentes, ni los “mossos” han estado presentes, ni se han producido detenciones. Podemos pensar lo que hubiera ocurrido si a alguien se le hubiera ocurrido gritar “traidor” a ZP en algún mitin a favor del SI. Después del linchamiento, hubiera seguido la detención y la acusación por “delito electoral” y “denigración a cargo público”. Pero en las agresiones, muy reales y reiteradas a lo largo de 15 días, no se ha producido ni una sola detención.
Esta campaña ha demostrado que la libertad de expresión es sólo para quienes apoyan al “centrismo nacionalista socialista” y que Catalunya vive un proceso creciente de deterioro de la vida política en donde los grupos marginales y extremistas tienen entera libertad de acción para su kale-borroka particular.
Las conclusiones que hay que extraer de todo este embrollo
Hasta aquí, las consecuencias inmediatas del puro sinsentido que ha sido desde el origen el Estatuto de Catalunya. Vale la pena extraer unas consecuencias de mayor calado. Sin ánimo de ser exhaustivos podemos enumerar las siguientes:
1) Nuestra democracia, la de Catalunya y la del resto del Estado es una democracia de “mala calidad”. Esto no es una “democracia”, le cuadran los calificativos de “partitocracia” (poder de los partidos) o “plutocracia” (poder del dinero).
2) La clase política está de espaldas a las necesidades, preocupaciones y anhelos de la población, preocupada solamente por disponer de más fondos y recursos.
3) Esto ha generado una ruptura entre la “España real” y la “España oficial”, evidenciada en un abstencionismo creciente.
4) Seguimos sin “modelo de Estado”. Se ha abordado la reforma de los estatutos sin diseñar primero el cauce por el que deben de transitar.
5) La reforma de los Estatutos se va a convertir en una loca carrera para conseguir “máximos” y “blindajes” de ríos y de competencias.
6) A partir de ahora va a ser muy difícil elaborar políticas de Estado. Cada autonomía se va a atrincherar en sus “blindajes”. La noción de solidaridad ha desaparecido.
7) Esta tendencia va a ser muy difícil que logre dar marcha atrás y, si lo hace, será a costa de situaciones traumáticas en las que la crispación puede pasar a mayores.
8) La España de ZP está dando marcha atrás a la rueda de la Historia: la tendencia de ZP es la opuesta a la tendencia general hacia la integración que se da en Europa.
9) En los próximos años, ZP intentará disponer de mayoría absoluta que le permita poner en marcha su proyecto de reforma constitucional y establecimiento de una república federal.
10) Todo esto dentro de un contexto de inmigración masiva, tambaleamiento de la Seguridad Social, delincuencia e inseguridad, aumento de las tasas de paro, inflación superior a las alzas salariales, desaparición de los contratos laborales “sólidos”, estancamiento del mercado inmobiliario con el consiguiente parón económico, que será acentuado por el alza continuada del precio del petróleo y la creciente carestía energética.
Ante este panorama no podemos sino ser pesimistas: España va a tener que soportar las mismas tensiones que cualquier otro país europeo, pero, al mismo tiempo, su clase política se ha reservado el derecho de crear tensiones nuevas y abordar, en el peor momento de la Historia de Europa desde 1945, un proceso de centrifugación nacional.
Sólo un GOBIERNO FUERTE, EN UN ESTADO RECONSTRUIDO puede estar en condiciones de superar este bache histórico. Seamos realistas: el resultado del referéndum de ayer es la confirmación de una línea de tendencia que ya existía desde los años ochenta. La democracia española suscitó esperanzas y entusiasmos, y enseguida nos dimos cuenta de que se transformó en partitocracia y plutocracia. Hoy EL SISTEMA YA ESTÁ COMPLETAMENTE INADECUADO PARA ABORDAR LAS REFORMAS PENDIENTES, la clase política carece de la menor credibilidad y se mantiene –como la catalana- gracias a una prensa amaestrada y adocenada que come de la mano del poder; o bien –como la del resto del Estado- gracias a la inercia y a la demagogia. A la “larga pirámide de fracasos” de la que hablara Ramiro Ledesma al final de su introducción al Discurso a las Juventudes de España, habría que añadir dos más: “el fracaso del franquismo que no estuvo en condiciones de autoregenerarse y superar la vida física de su fundador y la de la democracia que cayó pronto en la plutocracia y la partitocracia”.
En el fondo, esta es la opinión de ZP. Sólo que él cree que, si la democracia actual es de “mala calidad”, se debe a que el proceso de la transición se realizó bajo presión de los poderes fácticos franquistas y que se trata de retornar al punto de partida: la II República. Nosotros pensamos, por el contrario, que doscientos años de fracasos históricos desde Fernando VII hasta ahora, piden de nosotros IMAGINACIÓN, OBJETIVIDAD y RESPONSABILIDAD. Tres valores desconocidos por ZP. En otras palabras: dejar de mirar atrás con ira y mirar hacia delante. Porque tenemos necesidad, como país y como ciudadanos, de tener un futuro con esperanzas. Hoy no lo tenemos.
El Estatuto sólo nos ha servido para realizar estas reflexiones. Hasta la mierda sirve para abonar la tierra.
© Ernesto Milà Rodríguez – infokrisis – infokrisis@yahoo.es - 20.06.06
0 comentarios