Matar al tripartito pero que parezca un accidente
Infokrisis.- En gran periodista Fernando Ónega, publica hoy una crónica en La Vanguardia en la que se sostiene que el tripartito está muerto y enterrado y que ahora solamente se trata de explicar cómo se explica al electorado de CiU y de PSC que, desde febrero ya estaba pactada la “sociovergencia”. En realidad vamos a presenciar la mayor estafa al electorado después del “OTAN, de entrada NO”. Los socialistas son “asín”…
Fuimos los primeros en decirlo…
Desde el mes de febrero venimos diciendo que existe un pacto secreto entre Mas y ZP. Los datos que permiten pensarlo son muchos:
- El hecho de que CiU se opusiera, intentara rebasar a ERC en la tramitación del estatuto elevando unilateralmente el listón del estatuto y manifestando hasta el día antes de la votación en el parlamento de Catalunya que votaría en contra.
- Sin embargo, CiU voto, finalmente, de forma positiva. El cambio solamente se produjo tras la llamada de ZP a Mas el día antes de la votación. La versión oficial indica que ZP “convenció” a Mas con sus argumentos: esto es, “tirando de talonario”. A partir de ese momento, la situación se precipita.
- ZP, castigado muy duramente en las encuestas de intención de voto a causa de su dependencia de ERC y de su famosa llavecita, solamente logró despegarse temporalmente del PP, cuando se hizo evidente, tras la llamada a Mas, el alejamiento de ERC por parte de ZP.
- A partir de ese momento, ERC se convierte en el paria de la política española: ZP, de un día para otro olvida su “alianza” con Carod, lo presenta como causante de todos los desajustes del tripartido (cuando en realidad, la causa era la incapacidad y excentricidad de Maragall). En una palabra: lo hecha a las fieras, lo sacrifica.
- El tripartito se rompe poco después de que Maragall, solamente apoyado por ERC y boicoteado desde su propio partido –por Montilla especialmente- intentara recomponer su gobierno para finalmente entender que su tiempo había concluido y disolver las cámaras.
Era evidente en el mes de febrero de 2006, que ante la convocatoria de nuevas elecciones, CiU ganaría, seguido de PSC o, como máximo, pensar que ocurriría justo lo contrario. Los pequeños seguirían siendo pequeños y los grandes más o menos permanecerían con su dimensión. Si el tripartito había traído:
1) Inestabilidad en Catalunya y
2) Merma de la intención de voto para ZP…
… era evidente que no podía contemplarse como una futura opción viable. La única opción capaz de facilitar estabilidad mediante la formación de un gobierno de amplia mayoría (lo que beneficia a CiU, y en especial a la patronal catalana, horrorizada con la posibilidad de un nuevo tripartido) y contribuir a la gobernabilidad del Estado (lo que beneficia a ZP) es la “sociovergencia”. Cualquier otra fórmula puede excluirse por anticipado, tal como dijimos desde el momento mismo de conocer los resultados electorales: tenemos “sociovergencia”, “gran coalización” o “frente de los mentirosos”, pero pactarán PSC y CiU, las dos principales aves rapaces de la política catalana, no pueden sino entenderse. En el fondo, nos dirá Montilla, “yo no miento, también también esta fórmula es un tripartito”… pues no en vano, en CiU coexisten un partido (CDC) y un partidillo (UDC).
La escenificación que nos espera en las próximas dos semanas y media
Al día siguiente de conocerse los resultados electorales, los dirigentes de todos los partidos, sin excepción, dieron la sensación de una actividad frenética destinada a “asegurar el autogobierno de Catalunya”. Carod volvió a enseñar su famosa llavecita: “Tenemos la llave de la gobernabilidad”, en un gesto que le costará caro en los próximos meses.
Carod, un pobre diablo, dogmático y muestra del antiguo estilo de hacer política al estilo de la oposición al tardoranquista. Carod siempre ha creído que la independencia de Catalunya dependía de ganar para el nacionalismo al PSC. La creación del tripartito obedecía a esta sugestión. Lo que Carod no ha entendido es que el PSC tiene el corazón a la izquierda y la cartera a la derecha. La consigna de “gobierno de izquierdas” dice muy poco a los dirigentes del PSC que lo tienen mucho más claro: mejor un gobierno fuerte, a un gobierno de izquierdas en Catalunya. El primero asegura que los plazos para lucrarse son largos y la impunidad casi total, lo segundo es una mezcla de inestabilidad, idealismo y dogmatismo, peligroso, que no garantiza la continuidad de los negocios…
Carod sacrificado en la infame representación
Carod, o no se ha enterado o no se quiere enterar que ya no tiene las llaves de nada, salvo de su propia tumba política. En estos próximos días va a multiplicar declaraciones triunfales, sobrevalorando su papel y alzando el techo de sus exigencias. Montilla pondrá cara de póker y dirá que si, que el comité del PSC tiene que estudiar las propuestas… durante dos largas semanas, todos los actores van a ir mareando la perdiz: Montilla volverá y dirá que las exigencias de Carod siguen siendo muy altas –por mucho que éste las vaya rebajando, pues, no en vano, a medida que esta farse avance, él mismo irá entendiendo el fondo de la cuestión: la existencia del pacto Mas-ZP- y que no pueden ser satisfechas. CiU dirá otro tanto. Al final, después de “angustiosas” negociaciones en las que estaremos en varias ocasiones “al borde de la ruptura”, el “nuevo tripartito” (PSC-CDC-UDC) tomará las riendas de la Generalitat siendo saludado por todos los medios de comunicación catalanes como una muestra de “generosidad y responsabilidad por parte de los dos partidos mayoritarios de Catalunya”.
Carod será el gran sacrificado de esta escenificación. Habrá demostrado en demasiadas ocasiones que su capacidad de seducción sobre el PSC se reducía a la figura de Maragall y particularmente en momentos de ofuscación mental de éste. Habrá demostrado que sus maximalismos, enseñando llaves y proliferando declaraciones alarmantes, no es sino una muestra más de desconexión con la realidad e irresponsabilidad. Esto, unido a la pérdida de votos (un 20% de los que cosechó en 2003) y de diputados (5), entrañará el fin de la “era Carod” en ERC y el inicio de la “era Puigcercós”. De aquí a la marginalidad no hay más que un paso. ERC, estamos seguros, volverá a darlo y quedará reducido en breve a las dimensiones residuales que tuvo durante el período de mando de Hortalá, o en los últimos tiempos de Angel Colom y Pilar Rahola.
Cómo dar la noticia al electorado: “Muchachos, os hemos traicionado”
Las cosas no son tan fáciles como podría pensarse, ni para el PSC ni para CiU. Durante meses han ido repitiendo que no gobernarían cada uno con el otro, y a ahora les toca desdecirse de lo andado. Con demasiada frecuencia vemos como los partidos hacen justo lo contrario de lo que prometen. Esto ya no sorprende al electorado, pero le decepciona y es uno de los motivos por los que la mitad del electorado catalán se ha inhibido de cualquier relación con los partidos políticos.
No, el problema es otro: como hacer digerible para la sociedad catalana, esta pirueta tanto de Mas como de Montilla. Para eso está la escenificación. En el momento presente, es fundamental para entender los sucesos políticos, no escuchar lo que los políticos dicen, ni siquiera atender a lo que hacen en períodos electorales, sino observarlos en la calma posterior a las tempestades electorales.
Llama la atención que los comentaristas políticos catalanes eviten referirse al inevitable final de la farsa a cuya escenificación estamos asistiendo. La prensa catalana es sumisa con el poder, vive a la sombra del poder y cualquier otra cosa que sea enfrentarse al poder autonómico no entra en sus planes. La prensa catalana es portento de cobardías, oportunismos y mediocridades. No es raro que las nuevas generaciones de catalanes apenas compren prensa e intenten entender lo que está pasando utilizando blogs y métodos alternativos. Esa brecha irá ensanchándose en los próximos años, especialmente si tenemos en cuenta que Catalunya es, desde los primeros tiempos de Pujol, la zona de todo el Estado en donde la corrupción ha calado más hondo (¿recuerdan el famoso 3%?), pero la inexistencia de una prensa de investigación y el sometimiento de las empresas periodísticas a los partidos políticos, tapona la salida a la superficie de cualquier información sobre este tema: el nacionalismo catalán, está empeñado en seguir manteniendo el mito de “Catalunya, la parte más seria del Estado Español”… mito absolutamente falaz. Así pues, los medios de comunicación catalanes, mal que les pese, son los principales colaboradores en esta farsa que se va a ir prolongando durante las dos próximas semanas.
Fernando Ónega ha dado en el clavo en su titular: “Matar al tripartito: pero que parezca un accidente”. Es la única posibilidad para que el electorado catalán no se sienta traicionado (lo han traicionado), la única posibilidad para estabilizar la situación catalana y satisfacer a la patronal (una necesidad urgente después de tres años de parálisis generada por el estatuto) y dar un balón de oxígeno a ZP (muy tocado por la marcha del “proceso de paz” y por el autismo en el tema de la inmigración ilegal y masiva). Al final, tanto el PSC como CiU coincidirán en que la culpa de todo la tiene Carod y que las exigencias de Carod a ambos eran tan altas que impedían concretar un pacto con él… siempre hay “inocentes” que lo pagan todo. Crucificar a Carod, tal es el objetivo. Convertirlo en chivo expiatorio. Y Carod está yendo al matadero con su llavecita y todo.
El destino de los hombres no está escrito en lugar alguno. Cada uno de nosotros forjamos día a día nuestro destino y todos somos responsables de lo que somos. A diferencia de los políticos que crean su destino a golpe de pactos secretos y luego la única dificultad estriba en hacerlos digeribles al electorado, es decir al “sindicato de los engañados”.
© Ernesto Milà – infokrisis – infokrisis@yahoo.es
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