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INFOKRISIS, el blog de Ernest Milà

El verano más negro de ZP

El verano más negro de ZP Redacción.- ZP jamás olvidará el verano de 2005. Es el verano en el que tuvo que gobernar. Tuvo, pero no supo. Hasta ahora, entre el recurso al “talante” y vender grandes fases (“diálogo de civilizaciones”), ZP ha podido ir sobreviviendo. Pero desde el 15 de julio, las cosas se le han torcido. Gobernar es tomar medidas, no vender humo. La muerte de 17 soldados españoles en Afganistán es la guinda amarga que corona el agrio pastel de verano de ZP.

Pepe Bono en Afganistán

Hoy, 17 de agosto se han dado dos noticias: una buna y otra mala; la buena es que Pepe Bono se ha ido a Afgnistán; la mala es que todo induce a pensar que volverá.

Como se sabe, el único signo de identidad del PSOE de ZP, es que quiere ser diferente del PP de Aznar. De ahí que, inmediatamente se conoció la noticia de la muerte de 17 soldados españoles, Bono y ZP se repartieran los papeles: el primero en calidad de ministro, iría a “supervisar” las autopsias tal como dijo “El País” (¿pero qué significa “supervisar”? ¿acaso es forense?); el segundo se quedaría en su puesto de mando, vendiendo serenidad. Ambos hablarían por videoconferencia: Bono informaría disciplinadamente y ZP pondría cara de preocupación, todo ello escenificado para las cámaras de TV.

El espectáculo ha sido bochornoso. Por que ni las condolencias enviadas por Bono sobre el terreno, ni las transmitidas por ZP, han podido eludir la pregunta fundamental de la cuestión: ¿qué diablos hacen 850 soldados españoles en un lugar dejado de la mano de Dios, perdido en un lugar difícilmente explicable y en donde no hay más que amapolas (para fabricar morfina) y cabras?

Costaba entender –pero se podía entender- que la España de Aznar se pusiera del lado del primo de Zumosol de la política internacional e intentara quedarse, al menos, con las migajas del pastel iraquí: seguridades en el suministro de petróleo para cuando éste escasee. La intervención española en Irak, era moralmente rechazable, pero, al menos, detrás de aquella infamia, existía un objetivo político. Hoy, cuando Pedro de Arístegui ha intentado explicar las razones por las que España debe seguir presente en Afganistán, se ha repetido la perplejidad que siempre hemos sentido por aquel conflicto. ¿En Afganistán? ¿Qué se nos ha perdido allí? De hecho, las rutas del petróleo que deberían de haberse abierto tras la guerra de octubre-noviembre de 2001, conducían el petróleo del Caspio, hasta el Índico, no desde luego a Europa, ni mucho menos a España. ¿Qué se nos ha perdido?

¿Vamos a creer la “versión oficial” que carga la responsabilidad de los atentados del 11-S al gobierno talibán? Y aunque así fuera: ¿qué se nos ha perdido allí? ¿Acaso los EEUU han participado en una expedición contra Marruecos de donde salieron los brazos ejecutores de los atentados del 11-M (aunque no, desde luego, los ideadotes)? ¿Cómo es posible que ZP fuera tan diligente a la hora de retirar las tropas de Irak y, crease, a partir de entonces, un extraño vaso comunicante con Afganistán, sin que nadie lo hubiera pedido? Era, desde luego, para congraciarse con Bush. Pero, a la vista de lo visto, la muerte de 17 jóvenes soldados, no ha servido absolutamente para nada, tan solo para causar una riada de dolor inútil que ya conocíamos desde la tragedia del Yak-42.

El embrollo de los 17 soldados muertos, no es menor que el de las víctimas del Yakolev. De hecho, es la primera crisis grave que tiene que afrontar el Ministerio de la Defensa. Pero el problema, en este momento, ya no es de si las autopsias se realizan bien o mal (los muertos, muertos están), si ZP procura simular más cara de aflicción que Aznar hace dos años o si han “caído defendiendo la libertad”, como han dicho Bono y ZP… todo esto es retórica de baratillo. Lo realmente importnate es que ministro de defensa y presidente del gobierno, expliquen ¿qué hacen nuestros soldados en Afganistán? ¿qué defienden allí? ¿qué ventajas geopolíticas va alcanzar España destacando 850 soldados en una zona perdida e inhóspita?

La respuesta a todos estos interrogantes es NINGUNA. En el caso de Irak, la inmoralidad del conflicto se atenuaba con el recurso al suministro petrolífero. En Afganistan, la inmoralidad del conflicto, no queda atenuado por nada. Así pues, la consigna a defender en estos momentos es clara: QUE REGRESEN TODOS LOS SOLDADOS ESPAÑOLES DESTACADOS EN AFGNISTAN, ESA NO ES NUESTRA GUERRA, LOS INTERESES QUE ALLI SE DEFIENDEN NO SON NUESTROS INTERESES. ¡QUE VUELVAN A CASA, YA!

El veranito de ZP

El otro día, un conocido diario titulaba su editorial: “Gobernar es apagar fuegos” y lo hacía en un doble sentido, alegórico y real. De manera alegórica, ZP tiene la obligación de “apagar el fuego” nacionalista e independentista, en lugar de avivarlo como ha hecho desde que sentó sus reales en La Moncloa. De manera mucho más real, ZP y el gobierno socialista, así como la Junta de Castilla-La Mancha, tenían la obligación de apagar el fuego iniciado en Cuenca y que costó la vida a 11 bomberos. Hoy se sabe que la Junta cometió graves negligencias en el tratamiento del siniestro, se sabe que rechazó la ayuda ofrecida por otras comunidades autónomas gobernadas por el PP, para evitar que este partido pudiera “sacar tajada” de las llamas. Quienes si que no sacaron tajada alguna, fueron los 11 bomberos muertos, mientras ZP iniciaba sus vacaciones en Lanzarote (esa isla machacada por la inmigración ilegal y masiva).

De la misma forma que en Semana Santa, el gobierno dio muestras de no estar en condiciones de controlar los embotellamientos de tráfico, ahora ha vuelto a dar señal de incapacidad para controlar los incendios. Gobernar es resolver problemas. De hecho, gobernar es buscar soluciones sencillas a problemas complejos. Algo, desde luego, que excede el alcance y las luces de ZP.

Para colmo, en Roquetas, un tipo muere en el interior del cuartelillo de la Guardia Civil. Hasta que el tribunal no dicte sentencia, no estaremos en condiciones de saber exactamente qué pasó y si la Guardia Civil se excedió o no. Lo que sabemos, por el momento, lo sabemos por el médico forense que realizó la autopsia en el cuerpo del agricultor fallecido. En el momento de escribir estas líneas, lo más destacado es que el sujeto había ingerido ingentes cantidades de cocaína, porros y alcohol. Y esto es lo más dramático. Un drogado, jamás se sabe por donde puede salir y cuál puede ser su reacción. Lo terrible es que una de las funciones del gobierno es la defensa de los derechos humanos… pero también la lucha contra la drogadicción y las toxicomanías. Pues bien, hoy más que nunca, las drogas, duras y blandas, se han extendido como una mancha de aceite, no solo en núcleos urbanos donde siempre han existido, sino en zonas rurales, entre agricultores, en pequeños pueblos y entre la juventud, incluso lumpen, cuando hasta no hace mucho, la cocaína era una “droga selecta” apta solamente para bolsillos potentes. La debilidad del gobierno en todos los terrenos, es una constante también en éste. Su desidia (el gobierno todavía no tiene claro si legalizar o no el porro, ni mucho menos qué medidas aplicar para combatir la drogadicción) está haciendo que el problema de la droga alcance unos límites absolutamente dramáticos.

En el ministerio de la defensa, las cosas no van en absoluto bien, a pesar de que su titular, sea el político más conocido y goce de un favor popular superior al del mismísimo ZP. Pepe Bono sirve para cualquier cosa, menos para ministro de la defensa. Sus medidas en el ejercicio del cargo, se han limitado a palabras y a una subida cicatera de sueldos, para, a continuación, elevar hasta el 7% la presencia de extranjeros en las FFAA (a cambio de la nacionalidad…), fracasar en la campaña de reclutamiento del presente año (cuando los spots presentaban a los soldados como hermanitas de la caridad, una especie de ONG con hábito mimetizado y en donde deliberadamente no aparecía ningún arma) y exclamar, en el colmo del disparate que prefería morir a matar… Tenemos el primer ministro de defensa pacifista en la historia. No es raro que España esté, en estos momentos, sin defensa nacional digna de tal nombre.

En Catalunya, ZP ha pasado de defender ante Ibarreche la “Vía Catalana” a tragarse sus palabras. Ha bastado una pequeña discusión sobre un tema absolutamente secundario y que en la Catalunya real no interesa a nadie (la cuestión de “los derechos históricos”) para que la “vía Catalana” hacia el “nuevo estatuto” se desvaneciera inmediatamente. ERC ha preferido reconstruir el “frente nacionalista”, después de juzgar que ya ha ganado a una parte significativa de electores del PSC, con CiU, antes que seguir gobernando con Maragall. Carod quiere ser el próximo “president de govern” y aspira a que haya elecciones anticipadas en Catalunya antes del verano del 2006. Ha rectificado su estrategia y aspira a un “frente nacionalista” que lidere el camino hacia la independencia. Este frente se está intentando concretar estos días entre CiU y ERC. Lo que implica, inmediatamente, la caída de Maragall y la necesidad para Zp de buscar nuevos aliados parlamentarios. Este verano, como ningún otro antes, ha sido el de la inestabilidad política. El embarrancamiento del “nou Estatut” ha tirado por la borda la única actividad desempeñada por Maragall en los dos últimos años. Quitando esta iniciativa, su paso al frente del gobierno autonómico de Catalunya tendrá solamente dos “hitos” significativos: la visita de Carod a la cúpula de ETA y el hundimiento del barrio de El Carmelo con el escándalo del 3% de racket.

Para colmo, cuando se creía que el kale borrka ya había pasado a la historia, ETA intenta redimensionar sus fuerzas, estimulando lo que tiene más a mano: los chicos jóvenes que no necesitan mucho para lanzar unos cuantos cócteles molotov, volcar unos contenedores y apedrear alguna sucursal bancaria. Cuando ZP, de forma irresponsable, ha tendido la mano a ETA para “negociar”, lo que ha hecho es obligar a ETA a que realice acciones terroristas a fin de sentarse en la mesa de negociación con algún activo… en lugar de en la situación de indigencia y precariedad en la que se encontraba a mediados de 2004. Una de las pocas áreas en las que existía consenso y las cosas iban razonablemente bien (el asunto del terrorismo), ha saltado por los aires desde el momento en que a ZP se le ha ocurrido aplicar una idea propia. Decía Azaña que hay gente que pertenece al peor tipo de tontos, los tontos con ideas. ZP es uno de ellos.

La que le espera al gobierno en septiembre

A partir de ahora, el gobierno ya no va a tener tregua. Septiembre se verá dominado por la temática autonómica. Imaz seguirá predicando “la soberanía compartida para Euzkadi” (compartida entre Francia, España, la Unión Europea y el País Vasco…). Maragall echará la culpa a todas las demás fuerzas políticas (no, desde luego, a su miopía) del fracaso del “nou Estatut” y, a partir del Debate sobre el Estado de las Autonomías en el senado, es presumible que ERC rompa el gobierno tripartito. Para colmo se ha abierto un “tercer frente” autonómico: el del BNG que, también reivindica “derechos históricas” acompañados de una, no menos abultada “deuda histórica” que ZP deberá pagar si no quiere elecciones anticipadas en Galicia.

Además está la Iglesia. Era muy fácil buscar una coexistencia pacífica con ella. ZP, echando mano al manual del perfecto progresista de izquierdas, se enteró que un gobierno “de izquierdas” debía mostrar un mínimo talante laicista y a ello que se aprestó. En primer lugar con la historia débil de la ley de matrimonio homosexual, una ley absurda que ha abierto tensiones allí en donde antes no existían. En segundo lugar, financiando a los profesores de doctrina islámica en la escuela pública, al mismo tiempo que negaba la enseñanza católica en las escuelas. Finalmente, con un marasmo autista en el Ministerio de Educación y con una ministra de cuota (la Sansegundo) que permanece absolutamente muda ante el abismo que se encuentra la enseñanza primaria. No es raro que la Iglesia Católica reaccionara. Ya vimos su capacidad de respuesta en el tema de las uniones homosexuales. Ahora, en septiembre, volveremos a verla en defensa de la enseñanza católica y contra los principios educativos traídos por el socialismo de rancio y acartonado laicismo.

¿Hacia dónde vas ZP?

A fuerza de repetir lo del “diálogo de civilizaciones”, daba la impresión de que España tuviera “política exterior autónoma”. Se trata de una ilusión. Esta política es apenas una forma de verbalismo de pocos vuelos, imposible de llevarse a la práctica, por muchos fondos que se inyecten. A fuerza de repetir que tenemos tropas estacionadas en diversos países alejados unos de otros, daba la sensación de que existía algo similar a la “defensa nacional”. En absoluto: ni tenemos política exterior, ni tenemos defensa nacional. Son tan solo simulacros de pocos vuelos.

El problema es todavía más profundo: gobernar es encontrar soluciones simples a problemas complejos, ZP está generando problemas allí en donde no existían y ahondando aquellos que estaban abiertos. Gobernar es resolver cuestiones, no refugiarse en las palabras, para evitar irrumpir en el ruedo de la realidad. ZP no es un gobernante, es un vendedor de humo: ayer ese humo se llamó “talante”, luego “diálogo de civilizaciones”, ahora, ese humo –“los 17 soldados defendían la libertad”- se ha trasladado a nuestros muchachos muertos absurdamente en Afganistán. ZP no es un gobernante, es un vendedor de humo. Por el humo, efectivamente, se sabe donde está el fuego, pero también dónde esta la ineficacia hecha gobierno. Dime cuanto abusa un gobierno de la retórica y yo te diré hasta que punto es ineficaz.

Esperemos que este sea el último verano de ZP en La Moncloa. No estamos seguros de por cuánto tiempo resistirán las costuras de este país, tanta ineficacia y tanta irresponsabilidad.

© Ernesto Milà – infokrisis – infokrisis@yahoo.es

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