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INFOKRISIS, el blog de Ernest Milà

¿Vale la pena presentarse a las elecciones europeas?

Infokrisis.- Estamos a las puertas de unas nuevas elecciones europeas. Las primeras que se van a celebrar en un ambiente de crisis generalizada en Europa. Son también las primeras celebradas después de aquel malhadado referéndum convocado por ZP sobre la constitución europea y que no sirvió absolutamente para nada. Las anteriores elecciones europeas se celebraron con la innovación del euro, éstas de ahora, en cambio, no registran ninguna innovación seria en el proceso de construcción europea. En estos años, los EEUU han ido acentuando su presencia en Europa: bajo Bush en la Europa del Este (especialmente en Polonia y Chequia) y con Obama en Europa Occidental. Europa, sigue siendo un enano político que sigue con fidelidad perruna a EEUU en su aventura colonial en Afganistán y permanece silencioso ante esa falacia del “terrorismo internacional” que lo mismo sirve a los EEUU para un roto que para un descosido. 

Unión Europea: situación real


Desde el punto de vista económico, las instituciones europeas no han abordado la lucha contra esos agujeros negros que son los “paraísos fiscales”, no han hecho nada para detener la contaminación europea procedente de las finanzas anglosajonas y sus “fondos de alto riesgo”. No ha evitado que las bolsas fueran pasto de los mercados especulativos detrayendo billones de euros de la economía productiva. En la última cumbre del G-20, Sarkozy, después de un inicio en el que amenazó con irse si no se pactaban medidas concretas, regresó a París conformándose con una breve declaración sobre los “paraísos fiscales” y una más vaga referencia al control de los hedge founds… nada, en definitiva. Por lo que se refiere a la política monetaria del Banco Central Europeo, basada en el control de la inflación, no hay que exagerar su importancia: las políticas económicas no se controlan sólo regulando los tipos de interés sino habilitando baterías de medidas complementarias… estas baterías de medidas no están unificadas a nivel europeo, por lo que, las política deflacionistas pueden tener éxito en un país y fracasar estrepitosamente en otro o generar –como ha sido el caso español- fenómenos perversos como el aumento desmesurado del sector inmobiliario en la economía.

La Unión Europea, sin política exterior común (¿cómo van a tenerla si “mister PESC”, Luis Solana, más que “europeo” es un perro de presa de los EEUU tan como demostró durante los bombardeos de Yugoslavia cuando era secretario general de la OTAN?), sin política económica unificada, sin una constitución común, sin tener conciencia de su misión ni de su destino, sin estar en condiciones siquiera de establecer una política de inmigración efectiva, sin tener una idea clara de sus límites, de sus aliados y de sus enemigos, sin una política de defensa (colocando su defensa bajo el paraguas protector de la OTAN, esto es, de los EEUU), absolutamente paralizada en su proceso de construcción, huérfana de estadistas y repleta de enanos políticos de baratillo, dirigida por verdaderos bufones mediáticos a la derecha (Sarzoky), a la izquierda (Zapatero), con unos sistemas educativos cada vez más degradados… ¿Vale la pena pensar en esta Europa?

La necesidad de Europa y la impotencia de ésta Europa

Quien esto escribe es europeísta hasta la médula. No reconozco más que a la antigua civilización europea, hija de los sustratos étnicos originarios indoeuropeos, hija de la cultura clásica greco-latina e hija de la catolicidad medieval. Reconozco que la dimensión nacional de los actuales Estados europeos ya no responde a la realidad de un mundo globalizado que solamente deja espacio a los grandes bloques continentales y que si una nación se caracteriza y define por una “misión y un destino” la única forma de redefinir estos parámetros es dentro de una dimensión europea (y llevamos años desafiando sin éxito a los “nacionalistas españoles” para que nos indiquen cuál es la misión y el destino de España en el siglo XXI).

Llevamos más de 50 años de “construcción europea” y parece que el proyecto ha llegado al límite. Lo que los regímenes democristianos y socialdemócratas podían hacer “por Europa”, ya lo han hecho: han sido capaces de crear un espacio económico común, repartir fondos estructurales, ampliarse a oleadas, ganar en cantidad, en definitiva, en calidad, pero no en profundidad. La crisis económica corre el riesgo de estancar durante una década la construcción europea… ¿será el tiempo suficiente para que el lobby norteamericano en Europa favorezca la entrada de Turquía? Hoy, da la impresión de que si Sarkozy y la Merkel son contrarios a el ingreso turco en la UE se debe no tanto a sus convicciones íntimas como al riesgo de sufrir una caída de votos en caso de dar el visto bueno a la entrada de 30 millones de inmigrantes islamistas turcos en Europa Occidental.

Las opciones ideológicas que construyeron inicialmente Europa, ya no son preeminentes en el actual momento histórico: la democracia cristiana solamente resiste en Alemania, la socialdemocracia está en crisis en toda Europa. La nueva izquierda, al estilo de ZP, no logra encontrar su acomodo, ni sus sectores sociales preferenciales, ni siquiera unas pautas ideológicas que vayan más allá de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Pero hoy, el mapa político europeo está en plena recomposición. La crisis favorecerá y acelerará esa recomposición política y resulta difícil prever hacia dónde se orientarán las masas a la búsqueda de nuevas opciones.

Con estas sombrías perspectivas, se convocan nuevas elecciones europeas. ¿Para qué? ¿para qué alimentar una institución irrelevante que existe desde hace tres décadas pero que no logra encontrar acomodo ni generar interés en la opinión pública. En las elecciones europeas vota en torno al 50% del electorado. Así pues, los diputados electos tienen el 50% de legitimidad para representar a alguien. Hasta ahora la influencias del parlamento europeo en la sociedad europea ha sido nulo. Habrá que esperar que una reforma política, surgida no tanto de una proceso de rectificación como de una convulsión política, modificara las funciones de esta institución. Mientras esto no ocurra ¿para qué participar en unas elecciones europeas?

Elecciones europeas ¿para qué?

La sorprendente elección de tres parlamentarios europeos en 1987 por la lista encabezada por Ruiz Mateos, hizo pensar a algunos que el “distrito único” propio de nuestro sistema electoral en esa convocatoria, era la opción más favorable para que los pequeños partidos destacaran. Era, evidentemente, un error. La cristalización del voto en torno a Ruiz Mateos era solamente una manifestación del “voto loco” que tan pronto apoya a ecologistas, como a fumadores de porros, a Fuerza Nueva o a cualquier nombre que “suene” en aquel momento.

Paradójicamente, las elecciones europeas son el peor escenario en España para obtener un diputado a la vista de la escasa participación electoral. y de los muchos medios necesarios para poder dejarse oir en una "circunscripción única". El paso del tiempo no ha servido para convencer a los distintos grupos minoritarios de que esta convocatoria es solamente para “los grandes”. Así, por ejemplo, partidos como AES o FN, apuestan por esta convocatoria cada una realizando la “cuenta de la vieja”. Esta sería la tercera vez que DN aspira a “tener suerte” y la primera que E2000 se presentaría. En cuanto al MSR, me cuentan que ya ha convocado su mitin de campaña, anunciando la presencia de Luca Romagnoli y añadiendo en letra pequeña que, se ignora si obtendrán los avales para presentarse.

En realidad, existen serias dudas sobre si alguno de estos grupos políticos minoritarios obtendrán los avales suficientes. A diferencia de en ocasiones anterior, en ésta, hace falta que los concejales que se comprometen a avalar a las candidaturas, certifiquen ese aval a través del Secretario del Ayuntamiento… lo que implica que no el aval no quedará como algo desconocido para el resto del consistorio, sino que será público y notorio. Es fácil prever lo que ocurrirá: los que en otro tiempo, por amistad, por desconocimiento, por desinterés o por respeto a la libertad de expresión, apoyaban a no importa qué candidatura, ahora se lo pensarán más. A diferencia de otras ocasiones en las que los nombres de los concejales permanecían en el anonimato y todo quedaba entre el concejal avalista y la persona a que le firmaba el aval, ahora esto no va a ser posible, como tampoco lo será el falsificar –porque se ha hecho- avales salvo que se quiera ser procesado por falsificación documental…

Por otra parte, estos grupos minoritarios tampoco tienen estructura suficiente como para visitar sistemáticamente a concejales hasta lograr los 50 avales. Pero, aun en el caso de que algún grupo lograra obtener los avales, a nadie se le escapa que los resultados van a ser exiguos, difícilmente superiores a 10.000 votos. ¿Vale la pena todo el esfuerzo que supone obtener los avales, elaborar la lista y el programa, realizar la campaña solamente para obtener 10.000 votos en el mejor de los casos? La respuesta es ampliamente negativa.

Lo que indica la lógica más elemental

Si la lógica más elemental rigiera entre los pequeños partidos, haría meses que se habría intentado promover una coalición única, sumando medios, voluntades, brazos y… avales. Pero hace mucho tiempo que la previsión dejó de regir en el ambiente de los pequeños partidos.

De todas formas, para estas formaciones, esta prueba va a ser necesaria: tanto si ninguna candidatura logra presentarse, como si logra presentarse alguna y obtiene resultados escandalosamente bajos (en torno o por debajo de 10.000 votos), valdrá la pena que todos estos grupos se detengan y se pongan a pensar (hace demasiado tiempo que algo no funciona) y que intenten desbrozar el panorama de siglas e individuos más o menos estrafalarios y/o iluminados.

La "carrera de caracoles" empieza a ser una carrera de caracoles paralíticos. Y aquí no pasa nada. Cada cual sigue "en su rollo" amparado en esperanzas que jamás cristalizarán: DN, como suela Canduela, tampoco ahora ocupará primeras portadas por algo que no sea conflictivo, Frente Nacional evidenciara sus auténticas dimensiones y comprobará que las cosas no son como uno quiere que sean, sino como son y una siglo que pudo tener éxito en Francia, en España puede pasar desapercibida,. En cuanto aAES percibirá definitivamente que el tema del aborto suscita simpatías para su sigla y votos para el PP (máxime en estas elecciones en las que el PP movilizará más que nunca el voto útil al ser la primera vez que puede batir en cinco años al PSOE) y E2000 advertirá que, a pesar de su crecimiento, precisa adoptar una vía más ambiciosa, lo que implica cambios estructurales y de imagen, en definitiva. De todos estos grupos, E2000 es, sin duda, quien apuesta más por las elecciones municipales y menos por las europeas. Su estructura actual, por lo demás, es más efectiva en el ámbito municipal que en cualquier otro, quizás por que es el único que tiene arraigo real en municipios de cierta importancia, fuera de la PxC.

Con estas elecciones europeas se cierra un ciclo político completo (municipales, autonómicas, generales y europeas). Todas estas formaciones políticas minoritarias habrán tenido ocasión de cubrir todo un ciclo electoral y de plantearse si los resultados obtenidos son acordes con las esperanzas depositadas, cuando se trata de tirar la toalla o de imprimir rectificaciones necesarias. Si a esto unimos el que con el paso del tiempo y a la vista de la falta de resultados de estas formaciones, se han ido creando al margen de ellas, redes a través de Internet, a través de círculos y revistas, se percibirá que sumados son bastante más de lo que parecen, pero que dispersos se convierten en una constelación de estrellas lejanas.

Pero el recurso a la unidad no es necesario en tanto que tal (la mayor parte de las piezas son demasiado pequeñas como para que la “unidad” tenga algún impacto positivo como suma de partes), sino más bien como estrategia para despejar el panorama de siglas. La “unidad” no es la condición suficiente para “arrancar”, pero si necesaria para clarificar el ambiente y simplificar la sopa de letras en que se ha convertido.

En los últimos años los “intentos unitarios” se han reducido a blogs y webs que se limitaban a expresar su afán unitario publicando noticias de todas estas pequeñas formaciones, hasta el punto que de algunas se sabe solamente de su existencia por algunos comunicados que publican y poco más. Estos intentos son, no sólo inútiles, sino contraproducentes, porque tienden a dar alas a cadáveres políticos y a eternizar su presencia, complicando la percepción que se tiene desde fuera del ambiente y eternizando la presencia de verdaderas “chabolas políticas”. ¿Unidad? Sí, pero sólo a efectos de despejar ese bosque de siglas existente hoy. Para otra cosa no servirá.

Todo esto nos confirma en nuestros puntos de vista expresados hace cuatro años: el modelo “partido” no es el más adecuado para el momento actual. ¿Existe otro modelo? Sí, claro: el modelo “red” que sería el que mejor respondería a la situación actual. En este mismo blog hemos expuesto lo que supone la adopción de ese modelo. Ante todo y sobre todo, un cambio mental: trabajar en la sociedad civil en áreas en base a los temas que estemos predispuestos para trabajar, generar estructuras de todo tipo (y no solamente políticas, sino culturales, asistenciales, profesionales, corporativas) capaces de realizar tareas de expansión en sus áreas respectivas y de cristalizar en momentos electorales en forma de candidaturas unitarias o plataformas cívicas. No es hora de repetir lo que ya escribimos hace unos años (ver nota al final), pero sí de recordar que si se quiere “estar” en política, hace falta adecuar el pensamiento a la realidad socio-política de una época, y no esperar que con concepciones y modelos de hace veinte, cuarenta o sesenta años, puedan rendir beneficios.

Esperamos y deseamos que, aun cuando las elecciones europeas, no sean un escenario particularmente interesante, ni necesario para las opciones minoritarias, es, al menos, una ocasión para reflexionar y tomar medidas. No es que tengamos mucha esperanza en que sirva para eso, pero creemos que teníamos la obligación de recordarlo.

© Ernesto Milá – Infokrisis - Infokrisis@yahoo.es – http://infokrisis.blogia.com – Prohibida la reproducción sin indicar procedencia.

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