Blogia
INFOKRISIS, el blog de Ernest Milà

TRADUCCIONES

La colonización de Europa. Guillaume Faye (G). CAPÍTULO VII. LA NUEVA CUESTIÓN RACIAL Y ÉTNICA. PRIVILEGIO RACIAL Y EL PECADO ORIGINAL DEL RACISMO

Todos los pueblos del mundo tienen un derecho moral a defender su unicidad y su identidad étnica, pero esto no parece extenderse a aquellos del zócalo europeo. A estos últimos, se impone el imperativo de la dilución étnica. Como si fueran culpables, intrínsicamente, de existir. Seremos los blanqueadores de la Historia que hace falta diluir a toda prisa en el agua.

Una de las consecuencias del etnomasoquismo es que el mínimo acto de defensa o de prevención contra las consecuencias de la inmigración es considerado como racista y en consecuencia calificado de penalmente culpable. Todo litigio entre un Europeo y un no-europeo tiende a volverse a favor del último ya que se le supone "víctima del racismo". Culpabilizados e incapacitados, los tribunales les dan la razón. Que se trate de peleas o de estafas, los no-europeos se benefician de un privilegio jurídico (y mediático) implícito. Son menos castigados que los autóctonos.

Pero es más grave aún: los Estados están intentando proporcionar las "reglas de comportamiento antirracista". Se inscribe en la lógica de Ubu-Roi. En Gran Bretaña, en un informe para la Cámara de los Comunes respecto del funcionamiento de Scotland Yard, en febrero de 1999, Sir William Mac Pherson de Cluny, juez del Tribunal Superior, denunció que la organización está minado por un " racismo pernicioso e institucional". ¿Por qué? Simplemente porque en algunos raros conflictos de muerte de negros por blancos, en los cuales la causa verídica pertenece a los conflictos típicos de traficantes, la investigación policial había rechazado admitir que se trataba de crímenes racistas y había llegado a la conclusión que se trataba de asesinatos banales, sórdidos y crapulosos. Dicho de otro modo, el asesinato de un negro por un blanco no puede ser más que un crimen racista, pecado capital. El contrario no es así, evidentemente.

Más impactante aún: el informe estigmatiza otra investigación sobre la muerte de un joven negro, Stephen Lawrence, ya que la policía no concluyó, por falta de pruebas, la culpabilidad de los cinco jóvenes blancos. No era correcto, "carecía de rigor" estigmatiza el informe oficial. Incluso sin pruebas deberían haber sido inculpados y encarcelados cinco blancos (violando el habeas corpus) ¿Por qué? Porque según explica Le Figaro (23/02/1999) "las deficiencias policiales no han permitido identificar a los presuntos cinco autores del delito, y que han sido denunciados como asesinos por el Daily Mail". Uno cree estar soñando: en materia de "crímenes racistas", las denominaciones de los periodistas son considerados por el Corte Supremo del Reino Unido como superiores a las investigaciones de la policía y de la justicia británicas. En materia racial, la prensa-basura es más fiable que Scotland Yard...

Todo esto indica y confirma lo que se sabía ya: en la ideología hegemónica, se implantó la convicción subterránea, sutilmente destilada, de que el pecado de racismo es monopolio del europeo; vieja reminiscencia judeo-cristiana, el europeo está sufriendo el pecado original del racismo. Se deben de desarrollar muchos esfuerzos para ser perdonados, y su salud pasa por el mea culpa del etnomasoquismo. Los otros pueblos, ellos, se hallan exentos de esta mancha indeleble.

Por otra parte, por sus errores, la prensa revela el estado de espíritu del entorno cuando se manifiesta que un acto racista ha sido cometido en contra de los europeos, y se habla de " racismo inverso". ¿Por qué inverso? Como si el europeo fuese intrínsicamente racista y los no europeos accidentalmente racistas. Una vez más, el antirracismo se manifiesta bien como la forma más sutil y más perversa de racismo.

* * *

Una ley ha sido votado recientemente, en Francia, y la misma en Inglaterra y en Bélgica que tiene por objeto combatir el " racismo en las contrataciones y en las ofertas de empleo". Se pueden presentar ahora denuncias por discriminación racial y en caso de rechazo en la contratación de un negro, de un mestizo, de un magrebí, de un asiático, etc. Idem en materia de rechazos al alojamiento por parte de un propietario. Lo cual plantea dos cuestiones: En primer lugar, se dirige hacia una política general de cuotas raciales. En consecuencia las discriminaciones en el otro sentido no son jamás perseguidos. Los pequeños anuncios de empleo (y matrimoniales evidentemente) estás sobrecargados de anuncios que excluyen a los europeos o que requieren, gracias a la fórmula excl., ("exclusivamente") la pertenencia obligatoria a la comunidad magrebí, musulmana, africana, etc. Nadie dice nada, evidentemente.    

En otros dominios, como hablé en otra parte, los "empleos-juveniles" y sobre todo los empleos de "agentes de vigilancia" o "auxiliares de seguridad" son prioritariamente reclutados entre los jóvenes afro-magrebíes, a pesar de su ineficiencia demostrada. Idem para todos los empleos públicos en los barrios conflictivos.

Es inútil remarcar que en el conjunto de los países de África, de medio oriente, y de Asia, la discriminación hacia los Europeos no es perseguida y que no existe ninguna "ley antirracista" que los proteja.

* * *

En abril de 1999, SOS Racismo condenó por discriminación racial una discoteca (el Pym's en Tours) que había rechazado la entrada de cuatro jóvenes beurs - y en realidad los militantes de SOS racismo estaban al acecho en la discoteca. Comentando la decisión del Tribunal Superior de Tours (perfectamente contrario al derecho ya que un establecimiento privado puede rechazar a quien quiera), Malek Boutih, presidente asimilacionista de SOS racismo se vanagloria con énfasis: " La señal se lanzó. Por la primera vez, la juventud descendiente de la inmigración ha retomado su orgullo de ser francés, ya que ha sido en nombre de todo el pueblo francés que esta decisión ha sido tomada" (Libération, 1-2/05/1999). Las asociaciones de consumidores y de inquilinos son en la misma declaración, invitados a quejarse ellos también por "discriminación racial".

Ahora bien, hace falta saber que un europeo de origen rechazado en una discoteca por una razón u otra, desestimado de un empleo o de una demanda de alojamiento no se beneficia de absolutamente ningún privilegio de recurso por "discriminación". Aún más: las discotecas africanas, los cafés árabes, las empresas dirigidas por los alógenos de todo origen, etc, que rechacen a los europeos autóctonos no son solamente sancionados, pero considerados además que actúan correctamente. Sólo el europeo de origen es obligado a "abrirse al otro", según la jerga, y la discriminación racial que lo concierne a el no es tenido en cuenta.

Por otra parte, lo que se olvida comentar -tanto la ideología antirracista salida del pensamiento mágico y del angelicismo intelectual- es que los empresarios de discotecas que rechazan determinados jóvenes no lo hacen por razones "raciales" pero porque saben de experiencia -y del mismo modo que lo saben todos los jóvenes beurs o no- que el comportamiento de estos últimos genera peleas, tráfico de drogas, y que acaba con el cierre del establecimiento.

Yo me involucré durante quince años en las discotecas a lo largo de toda Francia, Bélgica y Luxemburgo: me topé con un número impresionante de empresarios del mundo de la noche que eran de todos los orígenes, incluso algerianos o marroquíes, y que rechazaban la entrada en su local de bandas masculinas de beurs y de negros -excepción hecha de raros individuos con comportamiento cívico. ¿Son "racistas"? Los asiáticos mismos son perfectamente aceptados. 

Bajo el pretexto de la lucha contra la supuesta discriminación racial hacia los inmigrantes, se trata en realidad de favorecerlos, en detrimento de los europeos de origen. Esta es la política actualmente aplicada por el gobierno francés, imitando las técnicas americanas de la "discriminación positiva"(affirmative action). Encarando el problema racial, la ideología dominante, igualitaria y antirracista contradice sus propios dogmas y reestablece los prejuicios racistas, contradiciendo su precepto de anonimato individualista y de meritocracia.

En 1998, el ministerio de Asuntos sociales de Martine Aubry decidió un " plan para luchar contra la discriminación racial en las contrataciones". Como si los empleadores, sistemáticamente racistas, seleccionaran a los candidatos en función del color de su piel.. Así en 1998, 13.000  " jóvenes descendientes de la inmigración o pertenecientes a barrios conflictivos" han sido "apadrinados" en su búsqueda de empleo por los poderes públicos, y 30.000 en 1999. Se trata de realizar contrataciones forzosas, basado en el modelo de los "empleos-juveniles" presionando a las empresas o a los municipios. Este "apadrinamiento" es financiado a cargo del contribuyente, a través de los "programas de inserción" Traces, Nouveau Départ y del plan nacional de Acción por el Empleo. Como en el caso de los handicaps físicos, se viene entonces a imponer cuotas de jóvenes inmigrantes en las contrataciones. Implícitamente los poderes públicos y la ideología hegemónica antirracista los consideran en consecuencia como handicapados sociales. Este es el racismo anti-racista en su estado bruto.

De este modo, un africano o un magrebí que no paga su alquilar deviene inexpulsable, porque sería "racista" expulsarlo.

La ideología igualitaria se desmorona en el inigualitarismo discriminatorio. Y sobre todo la ideología antirracista deviene el mejor vector del racismo. Oficialmente, las "razas" no existen, los jóvenes inmigrantes no son una "raza" diferente de la de las demás, ¡pero el no promoverlos no se debe al "racismo"!! Busquen el error.

En realidad son sus débiles productividades, el débil nivel profesional y el porcentaje importante de incivismo que hace que los empleadores rechacen a los afro-magrebís, y no en ningún caso debido a razones "raciales". Una empresa contrata a cualquiera que sea eficaz, sin consideración por su supuesta "raza". Igualmente, es la tasa elevada de alquileres impagados y de degradación, o de problemas relativas al entorno -todas reflejadas estadísticamente- que incita a los propietarios a firmar contratos sin consideraciones raciales.  

(c) Por el texto: Guillaume Faye

(c) Por la Edición Francesa: Editions de l'Aencre

(c) Por la traducción castellana: Miguel Ángel Fernández

La colonización de Europa. Guillaume Faye (F). CAPÍTULO VII. LA NUEVA CUESTIÓN RACIAL Y ÉTNICA. LOS PERJUICIOS DEL CAOS ÉTNICO

Por tanto la riqueza racial o biológica de la humanidad debe ser reconocida como un factor positivo. Lamentablemente debido a los dogmas actuales, se han paralizado los estudios de antropología que habían mostrado grandes avances durante el siglo XIX. La genética contemporánea confirma por tanto la importancia de la herencia de los pueblos, como los estudios respecto de la transmisión del SIDA y de las enfermedades virales, que son diferentes dependiendo de las zonas antropológicas.

Las diferencias considerables de comportamiento entre los grupos humanos no pueden ser explicados por un azar respecto del medio, sino que por una herencia de tipo colectiva. La prueba de esto es que, transplantados sobre otro continente, en otra sociedad, estos grupos conservan una especificidad. Los negros americanos, los asio-americanos, y los euro-americanos no tienen en absoluto los mismos comportamientos sociales. A pesar de todos los esfuerzos de la sociedad americana para homogeneizar las costumbres.

El "racismo" -sería necesario por otra parte decir la alterofilia- no nace en ningún caso de el reconocimiento de las especificidades biológicas colectivas innatas, pero de su negación y de la mezcla forzada de zócalos diferentes sobre un mismo territorio.

El historiador egipcio Mohamed Fawzi en sus estudio sobre las poblaciones de Egipto aparecido en 1964 (Egyptian Peoples, Lawcester) escribe: " La ruptura entre la civilización faraónica y la civilización alejandrina, luego entre esta última y la civilización árabe y musulmana se explica en primer lugar por las mermas de población. Son las disposiciones hereditarias de los pueblos que en lo sucesivo han dominado Egipto que han conformado las formas del Estado y de la sociedad. Estas disposiciones son en parte genéticas y no pueden explicarse por los meros azares históricos o económicos como pretenden los marxistas ". En esa época, Egipto estaba bajo la influencia de la Unión Soviética. Fawti debió publicar su libro en Londres.

Aceptar las diferencias biológicas innatas entre las familias humanas no tiene nada de discriminador. Alain de Benoist ha explicado perfectamente en numerosos textos que el racismo, comprendido en su sentido actual de "pecado", está producido precisamente por el rechazo de reconocer las divergencias raciológicas de la humanidad; que el odio hacia el otro procede del rechazo a admitir su especificidad y de su voluntad de asimilarlos, en el fantasma de la reducción a lo "mismo".

* * *

El caos étnico es una desgraciada cosa para Europa, como para todos los pueblos. Se supone que el hombre es un zombi desconectado de las leyes de la vida, que puede mezclarse sin importar cómo, según el dogma de la ideología igualitaria.

Existe una alquimia biológica humana. Se sabe que algunas mezclas no sirven para nada, ya que son incompatibles y demasiado extrañas, y que otras son positivas, porque están más próximas. Pero los estudios de antropología biológica están hoy prohibidas, en función del principio de que toda verdad subversiva debe ser reprimida. Como lo explicó en el siglo pasado Erwin Levy en una obra contra el marxismo (The Lacks of Internationalism, UPC Press, Chicago 1898) : " El efecto perverso del internacionalismo, considerado como doctrina política, es la de no reconocer más la dimensión biológica, religiosa y racial a los pueblos humanos, y por consiguiente de empobrecerlos. Esto que se reconoce para los árboles, los caballos, los múltiples organismos vivientes, esta diversidad de capacidades heredadas, se le rechaza respecto de nuestra especie. Sin embargo, el Talmud enseña que Dios creó a los hombres profundamente diferentes y que se trataba de un regalo que les había dado. El castigo divino, esto es Babel, la mezcla caótica de los pueblos, de las razas, de las lenguas.[...] La concepción hebraica del mundo y de la vida reposa sobre la idea de que todos los pueblos no son hermanos y solidarios, sino vitalmente diferentes, que no se les puede mezclar y que un pueblo humano único es imposible. No se puede abolir o mezclar las naciones sin grandes perjuicios ".

* * *

Es conocido el eslogan: " el hombre es un animal, cierto, pero no animal". No. El hombre es un animal y nada más que un animal. La negación del hecho racial está llevado a cabo por las élites intelectuales occidentales que están confundidas respecto del mundo de lo vivo y que, en virtud de una larga tradición gnóstica (la misma que lleva a negar la evolución filogenética) considera al ser humano como una especie única, formado en bloque, por encima del reino animal y desprovisto de sus leyes.

El hecho de creer que el hombre "no es más que un animal" es una consecuencia de los dogmas religiosos de lo más diverso y de una espiritualidad mal comprendida, dualista y maniquea, que relega la dimensión biológica a un estatus inferior. El hombre, hijo de Dios, posee en sí mismo una "parcela divina". Estando aislado del resto de la naturaleza. Esto pertenece al pensamiento mágico.

Igualmente, hace falta que retorne la noción de imperativo territorial (aunque los pueblos europeos no son menos sensibles que otros), tal y como lo había defendido Robert Ardrey, Konrad Lorenz y Irenaüs Eibl-Eibelsfeldt. Incluso si un pueblo se desmembra por la conquista, debe conservar una base, una madre-patria, sin que su savia cultural se seque luego de bastantes generaciones. ¿Existe un "pueblo" americano, australiano, neozelandés? No estoy seguro. Al contrario, a pesar de las diásporas y de las conquistas, existe sin duda un pueblo árabe, un pueblo chino, un pueblo hindú. Y todo ellos simplemente porque son conscientes de poseer un espacio vital de implantación heredada, una patria-madre, un territorio de origen y de posterior declive. Esperemos que los europeos del futuro retengan la lección : el vínculo más o menos débil entre la consaguinidad global y la territorialidad es uno de los factores centrales de la historia, un factor arcaico, que la modernidad no ha podido y no podrá abolir, y que el futuro, a pesar o a causa de las comunicaciones mundiales, no hará más que fortalecer.
 
(c) Por el texto: Guillaume Faye

(c) Por la Edición Francesa: Editions de l'Aencre

(c) Por la traducción castellana: Miguel Ángel Fernández

La colonización de Europa. Guillaume Faye (D). CAPÍTULO VII. LA NUEVA CUESTIÓN RACIAL Y ÉTNICA.LA RAZÓN POR LA CUAL LA CUESTIÓN RACIAL HA DEVENIDO UNA CUESTIÓN RELIGIOSA

Nunca luego de la Edad Media un tema había sido abordado con tales dosis de pensamiento mágico. El pensamiento racial como forma principal de antirracismo -el dogma dogmático central de la ideología hegemónica oficial y del pensamiento único- está presente implícitamente o explícitamente en todos los discursos públicos.

Ningún político, ninguna estrella del show-business, ningún obispo, ningún gran empresario, ningún artista, escritor o intelectual existe quien, interrogado por los medios respecto de sus convicciones, no se haya declarado primero y ante todo antirracista y que no haya presentado el racismo como la cosa que más odia, el pecado supremo contra el espíritu y la moral. Cuando Le Monde entrevistó a principios de 1999 a Johnny Hallyday, respecto de la cuestión de saber cuál era la cosa que más detestaba en el mundo, el respondió evidentemente que " el racismo ".

Del mismo modo que en el Antiguo Régimen ningún filósofo podía ser liberado a menos que recibiera el visto bueno y se hiciera leal a la fe católica. El antirracismo es aún más intolerante que la obligación ortodoxa antes de la Revolución; y es que hoy en día no se tolera ya más a ningún "libertino", a ningún escéptico. Mejor aún: para tener éxito, para encontrarse bien en la corte no basta con "no ser sospechoso" de racismo, es necesario pronunciar la propia fe de antirracismo. No es necesario blasfemar, es necesario ir a misa y comulgar. Hace falta obtener el propio pasaporte antirracista, debidamente visado por las autoridades competentes.

Prevalece a la vez la ley de la sospecha (de racismo) y la Inquisición, para erradicar tácitamente los indicios y sospechosos de ser supuestamente brujos del racismo. El ostracismo público, la marginación profesional y el rigor de las leyes están al acecho de aquel que resulta sospechoso de infamia, de la heterodoxia suprema: el racismo. Sin que por otra parte exista ninguna definición precisa que se le haya dado al término infamante. Para marginar a alguien hoy no se dice "el es homosexual", sino el es racista

* * *

Por tanto la cuestión racial ha adquirido una dimensión esencialmente religiosa, es decir, que ha alcanzado el pináculo de la pasión; por lo que habría debido lógicamente permanecer en el ámbito del análisis racional, del debate científico, tanto si es antropológico, como biológico o demográfico. La noción de "raza" ha salido del campo de la antropología para entrar en aquel de la magia. La paradoja de la lucha antirracista es que presenta sus alternativas como "científicas" . ¿Pero por qué en este caso se emplea un arsenal legislativo para hacer que el dogma sea respetable? Una verdad científica de ningún modo necesita de la ayuda por parte de la ley contra aquellos que la rechazan; un dogma religioso si.

No existe, que yo sepa, leyes que repriman a aquellos lunáticos que sostienen que la tierra es plana o a los anti-evolucionistas. Como siempre, la fe dogmática pretende legitimarse por la ciencia, y la doxa por la episteme. Pero tales manipulaciones ya no se sostienen.

¿Por qué un retorno de este tipo en esta edad materialista y tecnocientífica, en este fin de siglo, de un imperativo moral poderoso e irracional?

Desde mi punto de vista, las dos mayores razones de esta situación son:

1) La aparición de una sociedad multirracial debido al hecho de la inmigración masiva, un hecho totalmente novedoso en Europa. Las elites ideológicas perciben de modo inconsciente que se trata de una amenaza, de un traumatismo de un trastorno peligroso, sin osar formularlo y admitirlo. Se trata en consecuencia de conjurar religiosamente la amenaza que procede del pensamiento mágico -la negación, la desviación, la destrucción. Se procede en consecuencia por reemplazamiento: el peligro, esto es el racismo no la inmigración, no es peligrosa

2) Una socialización de las elites políticas e intelo-mediáticas alrededor del prejuicio cosmopolita y de la profesión de fe antirracista, indispensable para tener éxito

Ahora bien, estas pretendidas élites no son demasiado honestas, como la anéctoda siguiente que voy a demostrar. En 1998, para la revista mensual L'Écho des Savanes, realicé la siguiente jugarreta: conocí estrellas, cineastas, máximos exponentes del showbusiness que habían declarado estar dispuestos a alojar ilegalmente a "san-papeles". Yo me hice pasar por integrante de una asociación humanitaria bastante conocida, y les dije: "Tenemos un par de Zaireños clandestinos en dificultades para alojar durante 8 días en vuestros hogares ¿Os parece bien?" Ninguna de las personalidades contactaron conmigo y evidentemente tampoco aceptaron. Empleando pretextos de lo más extravagantes, como "mi apartamento es demasiado pequeño, comprende..., mientras tales personas en cuestión poseían destacables residencias en la rivera francesa. Solamente una de las estrellas aceptó hacer un gesto. Tenía que tomar la elección entre un par de Zaireños y un par de romanos. ¿Adivinan a quien eligió? Todo esto demuestra la fuerza de la hipocresía antirracista de estas pretendidas elites.

Ser un hijo de puta para Sartre es ser anticomunista; ser un hijo de puta hoy es ser racista, o más bien, ser sospechoso de serlo. Y para ser designado mediante este término infamante e incapacitante, no hace falta demasiado...

Uno de los trucos del sistema es hacer que el pensamiento único, la ideología dominante, pase por "políticamente incorrecta". De este modo actúa Guy Bedos que fue por cierto uno de aquellos burgueses stalinistas compañeros de ruta del partido comunista. Toda su astucia, como la de muchos otros consiste en hacer creer que el antirracismo es políticamente incorrecto. Reiterando su intención de que sus parodias sean mal vistas, y que parezca que se arriesga al hacerlas. Deja entrever que la ideología dominante es racista, y se presenta como un rebelde, un opositor, un disidente, mientras que se puede reconocer que no hay un personaje tan conformista como este. Así procede igualmente la revista neostalinista y pseudoanarquista  Charlie Hebdo, que rompe lo políticamente correcto al hacer pasarse por un medio rebelde y a contracorriente. Así que si eres bien-pensante, mejor muérete.
 
(c) Por el texto: Guillaume Faye

(c) Por la Edición Francesa: Editions de l'Aencre

(c) Por la traducción castellana: Miguel Ángel Fernández

La colonización de Europa. Guillaume Faye (E). CAPÍTULO VII. LA NUEVA CUESTIÓN RACIAL Y ÉTNICA. EL ZÓCALO DE LAS CIVILIZACIONES ES ANTE TODO DE TIPO BIOLÓGICA

En su libro fundamental Des dieux et des empereurs (Éditions des Écrivains), André Lama pretende demostrar que el Imperio Romano fue minado desde el interior debido a una modificación de su substrato étnico. Debido básicamente a las libertades concedidas y del relajamiento de las reglas de la nacionalización, pero también al debilitamiento demográfico de los romanos de origen, la población romana de origen se africanizó y orientalizó hasta el pináculo del Estado. Lo cual contribuyó al derrumbe de la civilización original, así como las invasiones del cristianismo. Desgraciadamente, se podría decir que la "reserva étnica germana" estaba allí para compensar y detener lo que podría ser una metamorfosis étnicocultural definitva del actual occidente peninsular europeo. Hoy en día, desgraciadamente, no tenemos más en Europa reserva étnica de compensación suficientemente prolija demográficamente. Desde los años setenta Pierre Chaunu y Georges Suffert, en La Peste blanche (Gallimard), un libro que sería impublicable hoy en día, ya que ahora parecería políticamente incorrecto, pone de relieve el agotamiento demográfico de la raza blanca europea misma. Es interesante señalar que el derrumbe general de la fecundidad de los europeos de origen comenzó en los años sesenta, en el momento exacto en el que comienzan las migraciones de poblaciones extra-europeas.

André Lama escribió, lamentando el debilitamiento progresivo del núcleo original romano  : " mientras la antigua república se ampliaba, Roma se debilitaba, abriéndose a demasiadas influencias debilitantes y elevando a la dignidad de ciudadanos romanos a demasiados elemento desestabilizadores". 

El poder imperial romano devino absolutista ya que estaba basado en una sociedad multirracial, sin raíces. Esto es lo que pasa hoy, aunque un poco diferente.

Cuando no hay mas pueblos que atiendan a un mínimo de homogeneidad étnica, el régimen democrático auténtico se desmorona. Una tiranía, tanto si es dura o blanda, tiende a imponerse, con el objetivo de compensar la anarquía que nace de la coexistencia de etnias irreconciliables

Para André Lama, las mezclas, las migraciones, las diferencias en la natalidad, provocando una modificación étnica, son las causas de los grandes cambios políticos que se observan en la historia. Para el, " no es siempre necesario conquistas o invasiones para transformar a un pueblo". Se asiste, por un diferencial demográfico interno  " al emerger de una nueva nación que silenciosamente va a reemplazar el antiguo sin que hubiera una guerra extranjera o invasión. Las variaciones étnicas del pasado de los pueblos, que se deben tener en cuenta, permiten mejor comprender sus relaciones recíprocas y las vicisitudes de la historia ".

El autor establece un paralelismo entre el fin del Imperio romano y nuestra situación: " Las mezclas étnicoculturales han tenido también [...] su importancia en el declinar y la desaparición de las civilizaciones. Cuando el elemento humano específico, pilar del sistema, falla, es entonces que todo el conjunto se hunde. Los períodos de calma esconden fenómenos que se desarrollan suavemente y que, respecto del efecto de acontecimientos detonantes, estallan un día determinado en un momento determinado, revelando las contradicciones internas acumuladas con anterioridad, por consiguiente tal absceso permanece anteriormente escondido para el observador. Tal es el juego de las influencias en el seno del Estado romano. "

Y tal es también el juego de lo que se va a desarrollar actualmente. Para el autor, cuando el pueblo central alcanza un umbral numérico de declinación crucial, la civilización fundada cambia y desaparece, por" dilución de la especificidad étnica y cultural del pueblo fundador". Roma desapareció como consecuencia de esta mezcla étnica, "acoger los cultos y las costumbres que contrastaban totalmente con la mentalidad romana original". Para André Lama, el pueblo italo-romano original " ha creado una dinámica en la cual el dominio se le escapó y debido fatalmente a un origen étnico que le ha sido siempre desfavorable. "

Y respecto a Pierre Lance, citado por André Lama, él afirma con razón:" El Imperio Romano es la más perfecta demostración de lo que la conquista forzada del otro sirve a la erradicación y a la pérdida de la propia identidad. " (La défaite d'Alésia, La Septième Aurore).

* * *

Las tesis de André Lama me parecen interesantes en tres aspectos.

1) En primer lugar, la colonización del pueblo actual de Europa es el contra-ataque, el efecto boomerang del colonialismo de conquista y de dominación europea del siglo XIX. Los pueblos afro-asiáticos, antes colonizados se instalan en el lugar de sus colonizadores. El Imperio Romano no es de ningún modo un "ejemplo", ya que tanto el imperio francés como el británico habrían experimentado la misma suerte: es decir, la sumersión de la tierra madre, ella también, hacia el cosmopolitismo y el caos étnico. El modelo imperial sólo es viable entre las poblaciones biológicamente y culturalmente emparentados. Esto es por que en mis dos obras anteriores, El Arqueofuturismo y Nuevos Discursos a la Nación Europea, he defendido el modelo imperial, tuve mucho cuidado en llamarlo Eurosiberia, denominando a ésta un objetivo futuro de reagrupamiento de la Europa Occidental, de Europa central y de Rusia, es decir de pueblos indo-europeos. El modelo del Imperio Romano, que está mismamente inspirado por el cosmopolitismo de Alejandro, lo intentó Napoleón, y tampoco olvidemos que lo intentó Stalin, y está viciado desde la base por una voluntad de expansión pluri-étnica. La idea imperial que hace falta defender es aquella del poder organizativo de un espacio vital, basado sobre un zócalo biológico de pueblos emparentados , pero en el que hay una abstinencia de todo imperialismo, de toda voluntad de conquista y de dominación sobre los espacios vitales de otros pueblo , como de toda tentativa de asimilarlos.

2) La segunda lección es la siguiente': ¿Cuál es la infraestructura de las civilizaciones? ¿Es cultural o económica? Este es el gran debate que ha agitado la Nueva Derecha desde los tiempos en los que se definía como "gramsiciana".

Volviendo a las nociones de sentido común, verificados por la historia. Una civilización es un conjunto de formas, de conocimientos, de técnicas, de costumbres, de formas de vida, de saberes adquiridos, que reposan sobre una cultura. Los marxistas y los liberales dicen: el estado de tal civilización no reposa sobre la cultura original, pero sobre las amenazas de las relaciones de producción, y del estado de la técnica. En síntesis, liberales y marxistas piensan que una civilización es el producto de amenazas provenientes de la infraestructura económica y de las relaciones de producción; y la cultura no es más que la superestructura, la expresión derivada.

Al contrario, al comienzo de los años 80, la Nueva Derecha sostenía la idea de un "gramscismo de derecha", nosotros hemos invertido los términos del problema diciendo: la civilización, las costumbres, el estado de la técnica, las formas políticas son el producto de un zócalo cultural, y en consecuencia de las mentalidades. Dicho de otro modo, la civilización es la consecuencia de la cultura y no lo contrario. Y es que no hemos respondido a la cuestión: ¿Pero quién o qué determina la cultura? Es la composición biológica de los pueblos, sus cualidades y sus defectos innatos, su atavismo antropológico, que fundamenta sus culturas, y ellos mismos producen las civilizaciones. Dicho de otro modo, la infraestructura profunda de las civilizaciones no es ni económica ni cultural, es biológica. 

Como lo expresó Léopold Senghor, en 1970, durante un coloquio organizado en la Sorbona respecto de La identidad africana "Son las particularidades antropológicas negro-africanas y europeas  entendidos en el sentido más amplio, lo que han construido las irreductibles identidades africanas y europeas". Nelson Mandela, a quien no se puede acusar del pecado de racismo, declaró, en un discurso en la Asamblea nacional de África del sur en 1996: " La reconstrucción de este país es probablemente un desafío insuperable. Y es que nosotros ya no somos los mismos. Nuestra raza diferente ha producido una mentalidad diferente "

3) Cuando hablamos de infraestructura biológica y étnica de las civilizaciones es evidente que no es cuestión de referirse al mito de una "pureza racial". André Lama apunta con mucha razón: "Quien dice "pueblo" dice grupo étnico más o menos mezclado. Hablar de "raza pura" es tan utópico como ridículo y es que los Romanos, incluso los más antiguos, eran ya un conglomerado étnico, resultante de una alquimia en la cual los primeros componentes habían orientado el carácter. Nosotros veremos que los componentes ulteriores los orientaron de modo diferente. " Yendo más lejos, precisa: " Todo mito de una pseudo "pureza de la raza" no se sostiene. No hay nada de raza romana como de raza pura. Sin embargo, es una auténtica alquimia étnica la que ha permitido trasladar las trazas fundamentales del carácter y de la mentalidad romanas.

El concepto importante es esta alquimia étnica. ¿Qué significa esto? Europa es ciertamente el fruto de los mestizajes. Pero el mestizaje de pueblos próximos, diferentes es verdad, pero primos, emparentados, y que se benefician de cierta proximidad antropológica. A la idea reduccionista de "raza pura" hace falta oponer la de raza global. Esta es la idea de Senghor mediante sus conceptos de "albo-europeos" y de "negro-africanos"

Este es el concepto del parentesco étnico-biológico en sentido amplio que hace falta extraer de todo esto, en contra del reduccionismo de la "raza pura" o aquel del cosmopolitismo y del mestizaje universal, que son profundamente contrarios al humanismo. Negar la dimensión étnica y biológica de los hombres es rechazar su humanidad misma.

(c) Por el texto: Guillaume Faye

(c) Por la Edición Francesa: Editions de l'Aencre

(c) Por la traducción castellana: Miguel Ángel Fernández

La colonización de Europa. Guillaume Faye (C). CAPÍTULO VII. LA NUEVA CUESTIÓN RACIAL Y ÉTNICA. EL MESTIZAJE, VALOR SUPREMO

En todos los medios, la falsedad y los sofismas están muy extendidos. Se finge creer que aquello a lo que hemos llegado hoy no tiene nada de excpcional y que Francia ha sido siempre un país de mezcla étnica. Salvo que, con raras excepciones, luego de la alta Edad Media, se trata siempre de pueblos antropológicamente y culturalmente europeos. 

Después de los años sesenta, estamos experimentando la llegada masiva de poblaciones étnico-biológicamente alógenas provenientes de África y de Asia. Como siempre, la ideología dominante censura el hecho étnico, el hecho antropológico, y considera de forma perversa que todos los inmigrantes son iguales.

Las cifras hablan por sí solas. En 1990, según el INSEE, el 12% de los matrimonios fueron mixtos, con un miembro "extranjero", es decir, el 95% magrebís o africanos. No se contabilizan de este porcentaje los no-europeos de nacionalidad francesa, evidentemente, ni las parejas de hecho. Se puede, según los cálculos del demógrafo americano Stanley J. Howard, doblarlas: " Hoy en Francia, las uniones interraciales representan aproximadamente un 20 % de las uniones. Es decir, cinco veces más que en nuestro país. " (en Race Survey in Modern France, National Public University of Oregon Review, n°852, diciembre 1998).  

He aquí algunas estadísticas llamativas, que obtuve del INED pero que no se hallan en la prensa, excepto en aquella que se jacta del inmigracionismo: una tercera parte de los niños que nacen tienen un pariente o abuelo inmigrante, y en una cuarta parte se trata de un africano, de un magrebí o de un asiático. Los padres alógenos nacionalizados no figuran evidentemente en lo que se declara.

En 1987, 42000 personas procedentes del Tercer Mundo han adquirido la nacionalidad francesa y 75000 por año a partir de 1993, cifra en constante aumento. Limitándonos a los matrimonios oficiales, un magrebí de cada diez (proporción enorme) se casa con una europea y -solamente- una magrebí de cada cuatro se casa con un europeo. Incluso si -evidentemente- " una pareja mixta de cada diez rompe en cinco años", según el sociólogo Gérard Neyrand, la descendencia tiene lugar.  

* * *

En nuestra sociedad este concepto de mestizaje supone el rol de valor cardinal. Se extiende incluso a todas las actividades humanas: músicas fusionadas, fusión de culturas, fusión en la cocina, etc. El mestizaje, en todos los campos, se supone superior, por un reduccionismo dogmático, a aquel con el que se designa de "pureza" o de "obsesión por la pureza". Ya en estos tiempos, el izquierdista de moda, Guy Hocquenghem publicó un libro titulado La belleza de la raza mestiza. Pero todos los psicólogos y todos los etnólogos saben que los individuos y las poblaciones mestizas sufren de inestabilidades y de crisis interiores de identidad. 

Por otro lado, como se señala en otra parte, es erróneo pensar que la mezcla étnica o racial son el futuro del mundo. Solamente Europa (mucho más que los Estados Unidos) se encuentra al final del siglo XX enfrentando el fenómeno. El etnólogo americano Stanley J. Stuart destacó en su ensayo Racial Patterns of Latin America que las poblaciones que son psicológicamente más inestables se encuentran en América del Sur, en el Magreb, en medio Oriente, zonas de fuerte mezcla racial. 

La mezcla étnica y/o racial, tan exaltada por la ideología dominante, como la proximidad demasiado acentuada de poblaciones diferentes conducen siempre al mismo conflicto endémico, como se ve en la África negra, en la India, en los Balcanes, en el Líbano, etc. Stuart destaca también que nunca en la historia una afiliación política férrea e integradora ha podido superar las diferencias antropológicas y étnicas y tener éxito en un "mestizaje político-cultural armónica".

Hay otra realidad que la ideología dominante su guarda muy bien de mostrar. En todos los países que heredan un mestizaje estructural, como en América latina, la estratificación social se instaura en la sociedad de un modo implacable. El grado más alto se alcanza en Haití y en Brasil donde el color de la piel se corresponde exactamente con la posición social. Sociedad mestiza, sociedad racista y racialmente jerarquizada.

¿Es este el modelo que desean los republicanos?

* * *

En la prensa popular de amplia difusión, la apología de los beneficios del mestizaje se entrecruza con júbilo y desinformación. En un largo dossier de la revista Quo (agosto de 1999) dedicado a la cuestión en la que la tendencia ideológica es difícil de adivinar, y con importantes sofismas, se muestra el mosaico étnico de Francia y la necesidad imperiosa de hacerla crecer, se podría leer, sin aspavientos: " ¿Creéis ser vosotros Normandos,  Solognes o Lorrain de pura cepa? ¡Craso error! Nosotros somos sangre mezclada. ¡Lo demostramos! "  Luego continúa un artículo desprovisto de todo rigor histórico donde se mete en el mismo saco a las inmigraciones célticas del siglo VIII A.C, a las belgas e italianas del siglo XIX y a las afromagrebís de hoy en día. En los Estados Unidos, al menos, incluso los antirracistas reconocen la particularidad racial y etnográfica respecto de los flujos inmigratorios. En Francia, país impregnado de dogmatismo sofista, el simple sentido común fracasa ante la pasión de la ideología y del etnomasoquismo.

El mito del "melting-pot" resulta muy afirmada en Europa a pesar de la evidencia y la experiencia, mucho más que en los países anglosajones, ellos mucho más pragmáticos. La ideología francesa, estructurada mucho más que la americana debido a la frenesí de la religión del pueblo, y de la celebración del caos étnico, ha contagiado desgraciadamente a sus vecinos europeos. Incluso los alemanes, terriblemente complejos, se apresuran a adoptar el derecho del suelo.

Pero los pueblos de Francia, de los cuales se burla la Francia más profunda, son bastante extraños a esta ideología de Estado y cosmopolita que subsiste en ellos. En todas las regiones, las migraciones de otros europeos no han tenido realmente problemas y las mezclas se produjeron al final de la primera generación.

Es de destacar que la integración a través de la escuela se ha llevado a cabo sin dificultad y sin ninguna excesiva criminalidad de los jóvenes inmigrantes. Los italianos en Lorraine, los polacos en el norte, los holandeses en le Poitou-Charentes, etc.. La integración ha sido espontánea. No fue por una ideológica "adhesión a un modelo republicano entonces poderoso"; tampoco por un "amor a la nación francesa": pero sobre todo simplemente por una proximidad étnica natural. Nada que ver con los inmigrantes afromagrebíes con respecto de los cuales la distancia étnica es demasiado grande.

Es en consecuencia una falsedad pretender que Francia haya sido siempre un país de mezclas y de mestizajes. Se trata mayoritariamente de mezclas inter-europeas

(c) Por el texto: Guillaume Faye

(c) Por la Edición Francesa: Editions de l'Aencre

(c) Por la traducción castellana: Miguel Ángel Fernández

La colonización de Europa. Guillaume Faye. CAPÍTULO VII (B). LA NUEVA CUESTIÓN RACIAL Y ÉTNICA. TRIBALIZACIÓN Y RACIALIZACIÓN DE LA SOCIEDAD: ¿HACIA EL APARTHEID?

La tribalización y la racialización de la sociedad francesa está en marcha. En nombre del antirracismo, evidentemente. La ideología igualitaria se parece a la serpiente que se muerde la cola: se comienzan a divisar hoy las consecuencias de las medidas de la "discriminación positiva". y de los cuotas profesionales a favor de los diversos grupos raciales, sobre todo los africanos y los magrebís. Esto equivale a simplemente negar el principio del individualismo igualitario; pero también para renegar, como vimos más arriba, uno de los fundamentos mismos del antirracismo, aquel según el cual las razas no existirían y que no habría diferencias individuales. Por otra parte, las mentalidades comerciales y publicitarias no se equivocan: por un pragmatismo asociado a la rentabilidad practican ahora el márketing étnico. El antirracismo es en realidad el caldo de cultivo del racismo. El 23 de Septiembre de 1999, el colectivo Égalités, dirigido por Calixte Beyala, llama " a la comunidad negra de Francia a boicotear TF1, sus anunciantes y los productos comercializados por el grupo Bouygues". La operación se denominaba Negro en la pantalla. Calixta Beyala, durante una reunión pública y de una conferencia de prensa bajo el ritmo de los tam-tams africanos, organizado por el colectivo y 200 asociaciones africanas y antillesas, explicó el objetivo de este chantaje : " TF1 es la primera cadena francesa y debe servir de ejemplo. En la calle, en los estadios, en la escuela, la población es multirracial; hace falta que esto se sepa también en la pequeña pantalla".

Ya en julio de 1999, el mismo colectivo había presentado una queja contra personas desconocidas a la fiscalía de París por " discriminación " y " atentar a la libertad individual" bajo pretexto de que ¡no había tantos dirigentes ni presentadores negros en la televisión! En nombre de la libertad y de la igualdad se exige, paradoja suprema, realizar la contratación forzada y el favoritismo profesional hacia los afromagrebís. ¿Y cuando entonces cuotas para los chinos, los judíos, los hindúes, los musulmanes, los católicos, etc? ¿Y por qué se limita a la televisión? ¿Por qué no en los consejos administrativos y en las empresas?

El mérito deja de ser individual y deviene racial. Y todo ello porque se supone que la TF1 y otras emisoras practican una discriminación racista rechazando contratar a los negros. Un diputado PS también se había sorprendido que no hubiera negros en la ENA y en las escuelas importantes. No está claro donde está la discriminación ya que estos concursos son anónimos y las copias son corregidas sin la presencia de los que optan a los puestos. Si no hay presentadores negros o técnicos negros la causa no tiene nada que ver con la discriminación racial. Y todo el mundo lo sabe.  

* * *

El colectivo Égalités razona de un modo totalmente racista. Hace falta en primer lugar tener en cuenta su propia proposición de que hay siete millones de negros en Francia y que, en consecuencia, " esta comunidad posee el derecho como las otras comunidades de poder identificarse, y de hacerse reconocible a través de los medios " teniendo en cuenta " los derechos que paga por medio de los impuestos de tipo audiovisual". Este colectivo comunitarista y racista ¡ya ha obtenido del CSA una modificación del pliego de cargos de France1 y France2 en favor de cuotas para los negros y de sus cuotas preferenciales!

Se ve de este modo, lo cual era previsible, que las autoridades republicanas no creen del todo en su beatificada noción de integración y de asimilación. Están bastante obligados a abandonar concretamente su utopía y de reconocer la prevalencia del hecho étnico, de avalar la racialización de la sociedad. Pero como ya demostré por otra parte, esta carta de presentación comunitarista no funcionará. Estamos encarando un doble callejón sin salida. El callejón sin salida comunitarista y el callejón sin salida integracionista.

Una sociedad en la cual la organización social comienza a descender hacia el comunitarismo racial, de lógica de cuotas, de privilegios, de preferencias y de discriminaciones recubiertas de justicia y supuesta igualdad, no es viable a largo plazo. Esto es de hecho el apartheid que defienden sin admitirlo o sin saberlo el colectivo Égalités. No defiende de ningún modo la idea de igualdad, pero se impone simplemente como un lobby étnico.

Incluso la idea, muy querida por parte de la izquierda ingenua, del mestizaje, aquí ya se ve socavada. Y es que más que defender la fusión, la mezcla, de modelos del melting-pot, promueve una organización política y social fundada en base a proporciones raciales. 

* * *
No se pone uno en guardia frente al uso que se hace del lenguaje cotidiano, pero refleja muy bien el estado de las mentalidades. Los neologismos (pseudo) hacia Beur y Rebeu, traducción de "Árabes", como aquel de Keubla ("negro"), como aquellos que designan a los franceses de origen, tienen todos ellos connotaciones que hacen referencia espontáneamente a condicionamientos étnicos y raciales, del mismo modo que los insultos ("putain de ta race") o las etiquetas que ningún sociólogo se atreve a interpretar. Es cierto que la más importante característica de la sociología francesa, es el ir-y-venir entre la biblioteca, el soporte mediático de la televisión y las cervecerías de Saint Germain.

En los barrios jamaicanos y antillanos de Londres, florece un eslogan muy frecuentemente: " Whites out ! " ("Blancos fuera!"). En París, en el metro, como también en todos los lugares de aseo públicos, los insultos racistas -en todos los sentidos- constituyen un 50% de las inscripciones más gamberras.  Todo lo demás son tonterías de contenido sexual. A mediados de diciembre de 1999, la fachada de uno de los centros de un partido político habían sido decorados de un vengativo: " Los Arabes enculan a Francia ".

Los ejemplos son innumerables. La "persuasión a través de la educación" no puede hacer nada. El único enemigo eficaz del racismo -esta pasión que hace perder mucho tiempo a la humanidad- no es le antirracismo institucional, sino el rechaza de toda civilización multirracial. Quod erat demonstrandum.

(c) Por el texto: Guillaume Faye

(c) Por la Edición Francesa: Editions de l’Aencre

(c) Por la traducción castellana: Miguel Ángel Fernández

La colonización de Europa. Guillaume Faye. CAPÍTULO VII (A). LA NUEVA CUESTIÓN RACIAL Y ÉTNICA. PSICOANÁLISIS DE UN SECRETO DE FAMILIA

" Un hecho refutado se establece primero como tabú, luego en evidencia irreprimible, en tentación insuperable, antes de explotar como liberación. "
Sigmund Freud 
 
Al final del siglo XXI, dos palabras-bomba explotan: raza y sexo. Dos imanes, dos tabúes. El antirracista está obsesionado por la raza como el cura puritano por el sexo. Hoy, el sexo por otra parte se ha desinhibido totalmente, representando una especie de gigantesco desfile industrial mientras que la raza es velada, disimulada. Pero en realidad esta disimulación esconde una presencia obsesiva del concepto.

El antirracismo ha devenido, no solamente un dogma meta-religioso, sino que también una forma perversa o inconsciente de racismo, en todo caso el signo de una obsesión racial. ¿Pero qué es en el fondo el racismo? Nadie sabe muy bien definirlo. Como todo pecado, como toda palabra atrapada por una gran carga emocional, la palabra misma ha perdido toda significación. Se confunde generalmente con la xenofobia y se habla, por ejemplo, del "racismo" mutuo de los serbios, de los croatas, de los albaneses, a pesar de que se trata de conflictos nacionales y religiosos y no raciales. Se habla también de "racismo anti-homos".

Posicionamientos interesantes son aquellos de Claude Lévi-Strauss en su ensayo Raza e Historia y del Zulú Kredi Mutwa, autor del famoso ensayo Mi Pueblo, que fue la más pertinente crítica del Apartheid sudafricano como del modelo de la sociedad multirracial. Pero esta fue igualmente la opinión de Léopold Sedar Senghor, que teoriza las nociones de "civilizaciones negro-africanas y albo-europeas". Estas opiniones serían hoy clasificadas como gravemente incorrectas.

Sus tesis se unen en varios puntos: 1) La diversidad biológica de las grandes familias de poblaciones humanas son un hecho irrebatible: esta diversidad es una riqueza, y es el zócalo de civilizaciones diferentes.. 2) Negar el hecho racial es una equivocación intelectual muy peligrosa, ya que vuelve a negar una de las bases más importantes de la antropología e instaura el concepto de "raza" como verdadero tabú, en paradigma mágico, y en consecuencia se acaba tratándolo como una realidad banal. 3) El antirracismo obsesivo lleva al racismo como el puritanismo a la obsesión sexual; una sociedad multirracial es necesariamente multirracista. No se puede hacer cohabitar sobre el mismo territorio y en el seno de la misma atmósfera de civilización más que aquellas poblaciones que son biológicamente semejantes, poseyendo una diferencia étnica mínima.

Globalmente, las tesis de Lévi-Strauss, de Kredi Mutwa y de Léopold Senghor concluyen en que la humanidad no es un ciclomotor y que no funciona con mezcla.

* * *

Se destaca el hecho siguiente: la ideología oficial niega el concepto de raza mientras la impone, la reconoce y la fortifica en todas partes.

La sociedad francesa no reconoce el hecho racial pero quiere imponerse a el, primero viéndose proclamado por los propios inmigrantes. En los suburbios y en las ciudades, los franceses de origen son generalmente calificados de quesitos blancos y, siendo un hecho todavía más revelador, de Galos.

Las razas son supuestamente inexistentes y no se corresponden a ninguna realidad, pero nunca estuvieron tan presentes como cuestión social de envergadura. Es bastante evidente que las "razas puras" no existen y que este concepto no posee sentido biológico, ya que toda población hereda una filogenia muy diversa. Pero lo cierto es que el "hecho racial" existe, del mismo modo que las razas. Incluso una población mestiza, incluso una sangre-mezclada, se debe al hecho racial. Se ha podido incluso decir que en América del Sur y en las Antillas, el intercambio genético ha creado nuevas razas. Los antirracistas, que niegan la realidad del concepto de raza, son por tanto favorables al "mestizaje"; se postulan a favor de la "mezcla de las razas", de las cuales niegan su realidad. ¿Entonces es que creen que es posible mezclar aquello que no existe?

De manera perfectamente dogmática, se esfuerza en demostrar "científicamente" que las razas no existen y que la modificación del substrato biológico de Francia no implica ninguna influencia, o que incluso son positivas. Esta es la tesis ambientalista del "todo cultural", de la cual ni siquiera sus propagadores creen demasiado en serio.

Por un lado, la ideología oficial niega la existencia de las razas humanas, conservando sólo las diferencias cromosómicas individuales, como sostienen Albert Jacquard, Yves Coppens o Hervé Le Bras, pero por otro lado, la ley prohíbe las discriminaciones " en nombre de la pertenencia o no a una raza, una etnia o una religión". Es necesario determinar entonces: ¿Existen o no existen entonces las razas?

Teniendo en cuenta la lógica aristotélica o leibniziana, nos movemos en el absurdo: se castiga a quien comete un delito a propósito de un objeto jurídico que se supone por otro lado que no existe ni de hecho ni de derecho. Por un lado se proclama la inutilidad de las discriminaciones raciales, y de otro lado se ponen en marcha políticas comunitaristas de cuotas y de favoritismos raciales. De un lado se castiga en base a "discriminaciones raciales" (según una única interpretación por otra parte) y por otro lado se niega las "diferencias raciales". En síntesis, para la ideología oficial, la noción de raza se parece a una especie de demon metafísico, de liberación obsesiva (igual que el sexo en el caso de los puritanos) que al mismo tiempo existe sin existir, y, en realidad" se asume como evidente y como presencia tan poderosa y pesada que la represión es necesaria para evitar la tentación y la subversión", tomando una fórmula de Freud respecto del complejo de Edipo.

* * *

Tanto el Islam como el cristianismo no dan importancia oficialmente a la noción de raza. El concepto no aparece de modo explícito, pero de nuevo vuelve a aparecer de modo implícito. En el Islam, por ejemplo, los creyentes norafricanos son en todas partes considerados inferiores, incluyendo en las grandes peregrinaciones. En Israel, a pesar de su gran fuerza de cohesión étnico-social que representa su pertenencia al judaísmo, que es más en un Estado plagado de conflictos endémicos con los Árabes musulmanes, las tensiones raciales entre ciudadanos de orígenes diferente no cesa de agravarse.

Como en toda materia, el dogma de la negación absoluta es tan ridículo como el de la afirmación absoluta. Como toda realidad antropológica, y, generalmente natural, el hecho racial no es un "hecho absoluto", pero es un hecho. Su negación actual por la ideología oficial dominante constituye el signo y la prueba (casi psicoanalítica) de que la cuestión racial ha devenido fatídica. Toda civilización enferma tiende a censurar la realidad de su enfermedad y a hacerla tabú. No se habla de la cuerda en la casa de un ahorcado.

La ideología hegemónica se esfuerza por hacer un trabajo de silenciamiento, que pretende disimular, pero sin éxito, la existencia de un secreto de familia.

El sociólogo negro sudafricano y de etnia zulu, Kredi Mutwa, escribió en su libro My People (Penguin Books, Londres, 1977, p. 246) " Negar las diferencias fundamentales entre los negros y los blancos, las dos grandes familias raciales de la humanidad, simplemente vuelve a negar la vida. Es tan estúpido como decretar que la masculinidad y la feminidad no existen. Se trata de una carencia del sentido común inherente al espíritu occidental. Por otro lado, el hombre negro parece más apegado que el hombre blanco a su personalidad racial, y naturalmente es reticente a imaginar la utopía de un "hombre universal"".

En el mismo sentido, Léonine N´Diaye,(Le Soleil, Dakar, 02/12/1987) : " Incluso si existen diferencias entre los pueblos de las naciones blancas -entre los hispanos y los nórdicos por ejemplo- y entre las etnias tribales africanas, un hecho permanece: globalmente la humanidad esta dividida en grandes familias en las cuales la personalidad es a la vez cultural y biológica".

Entre los africanos como entre los asiáticos, la naturalidad del hecho racial no supone ningún problema. Se reivindica tranquilamente. La negación psicótica del hecho racial en Europa se basa en la esperanza de que mediante su ocultación se podrá así lavar una especie de pecado original (el racismo) y creer al mismo tiempo una sociedad idílica, donde todos "los chicos del mundo se unan en un fraternal abrazo". Un verdadero sueño de tipo extraterrestre.

En la demonología contemporánea, el "racista" ha reemplazado al burgués o al patrón explotador de la imaginería marxista en cuanto a figura de "hijo de puta". Incluso, la sociedad sin razas ha substituido como sueño escatológico de la sociedad sin clases; la lucha antirracista ha reemplazado a la "justa lucha de clases"; la figura del inmigrante, de preferencia clandestina, ha tomado el lugar del obrero o del campesino explotado, o aquel del lumpen proletariado, como emblema del mártir, pero al mismo tiempo de Mesías. Las apologías delirantes de la burguesía de izquierda actual en favor de los inmigrantes se parecen de manera llamativa a aquellos que hicieron los obreros hasta los años setenta.

Por otra parte, los más ardientes inmigracionistas son antiguos marxistas trotskistas o antiguos "curas rojos". Se asiste a una sustitución política: el razonamiento marxista (una clase oprimida se liberará de sus cadenas extendiendo su emancipación sobre la sociedad) se ha desplazado del campo social al campo racial. Se asiste en consecuencia a una racialización del discurso político dominante, según la predicción hecha por Bertrand de Jpuvenel durante los años cincuenta: " la cuestión racial devendrá la cuestión central".

* * *

Durante el censo de población de 1999, el INSEE ha hecho todo lo posible por excluir a los inmigrantes. Los franceses no deben saber las verdaderas cifras. Está fuera de lugar en los formularios incluir cuestiones relativas al origen étnico o a la religión. Se limitaba a una "investigación paralela", respecto del origen de los parientes, sondeando solamente a una persona por cada cien y por cada departamento. Maz Clos consta en Le Figaro (05/03/1999) : " Un  sociólogo dijo que llamar la atención respecto de los caracteres étnicos o religiosos de una ciudad arriesga provocar reacciones racistas. Las personas pueden ser tentadas de confundir a la población de origen magrebí o africana y la inseguridad". ¡Menuda confusión! Como si "la gente" no se diese cuenta por sí misma de la realidad al bajar a la calle... Aún se corresponde a un buen ejemplo de desprecio del pueblo y de negligencia del poder hacia la santificada "transparencia democrática".

Para que el enfermo no conozca su fiebre, se rompe el termómetro. Cuando el poder niega que la inmigración es un cataclismo social y que se asemeja a una colonización de la población, hace como si la inmigración no existiera. Este argumento sería incomprensible en los países anglosajones, donde no existe tal tabú étnico y donde todos los censos especifican cuidadosamente el origen nacional y racial, del mismo modo que la adscripción religiosa de los individuos

Michèle Tribalat, director de investigaciones en el Instituto Nacional de Estudios Demográficos, quien protestó contra esta censura, se vio acusado de "extremista" porque pensaba que era necesario conocer el numero aproximado de magrebís y de Africanos en Francia. El explicaba ingenuamente, no teniendo nada de cripto-fascista:: " por tanto, este es el único medio de poder aprehender los ghettos en ciertos barrios, de poder estudiar las eventuales discriminaciones en las contrataciones o en otros lugares". Resumiendo, esta bella alma antirracista, repleta de buenas intenciones, implícitamente se traiciona a sí misma de racista por sus amigos, porque ellos quieren "saber"...

Hervé Le Bras, demógrafo próximo a Claude Allègre, ha acusado al instituto de estudios anteriormente mencionado de "desviación derechista", mientras que el instituto posee la notoriedad pública de estar compuesto de investigadores de izquierda. El denunció " un riesgo de discriminación en los censos si no tiene en cuenta los orígenes étnicos ". Luego de diez años, hace falta decir que el trabajo ideológico de Hervé Le Bras, militante inmigracionista de notoriedad, consiste en reducir al mínimo el peso de la presencia afromagrebí en Francia como las cifras de la baja natalidad europea, y de vilipendiar, con el ardor de un Gran Inquisidor, sus colegas demógrafos que osan publicar las verdaderas cifras. En 1992, Michèle Tribalat había atraído la ira de los lobbies políticamente correctos interrogando a los menores de las ciudades sobre sus parientes para conocer sus orígenes. Pero no está bien fundamentada ni es oportuno interesarse por la composición exacta de las poblaciones. Michel Jacod, jefe del departamento demográfico en el instituto de estudios reconoce: " Es un fenómeno cultural en Francia: las investigaciones étnicas son muy delicadas. Mientras que en Estados Unidos, se pregunta sin rodeos a la gente respecto del color de su piel. Incluso nosotros no podemos plantear cuestiones tales como "¿Es UD  cojo? o"¿Es Ud. paralítico?" . Se prefiere preguntar "¿Puede subir escaleras?"(Le Figaro, 08/05/1999).

En psicoanálisis, no se puede ocultar y reprimir lo que es realmente importante.

Aún más significativo: en el censo, el Estado tenía miedo de que los sondeadores resultaran increpados en las "ciudades prohibidas", las "ciudades de no-derecho" que han devenido en suburbios étnicos, y ser agredidos como los agentes del fisco o los policías. También dicho instituto de estudios oficialmente ha preguntado a los  " representantes del censo de las poblaciones que viven en los barrios" para hacer el trabajo. Admiren por un momento el eufemismo expresado de otro modo, la de los magrebís, los negros, pero sobre todo no respecto de los blancos, sospechosos respecto de una población " que da pruebas constantes de desconfianza con las instituciones". Bonita contradicción: de un lado, el instituto de estudios niega el hecho étnico y racial rechazando tomarlos en cuenta en sus cuestionarios de censo, pero por otro lado reconociendo la gran importancia en la contratación en los suburbios típicamente afromagrebís los encuestadores de origen inmigrante. El instituto de sondeos cree desgraciadamente también en el riesgo de " eventuales amiguismos " entre los encuestadores y  sus correligionarios : con el objetivo de minimizar las cifras de la población y de ocultar a los clandestinos. Olivier Leguillon, responsable de los sondeos, admite:  " se puede imaginar que habrá menos allí que en otras partes. Se sabe que en las ciudades un número elevado de alojamientos son sobreocupados con respecto a lo que se declara y se presenta en los alquileres de apartamentos. Además, los clandestinos se esconden en el seno de ciertas familias. Sin duda nada de ello sale a relucir ".

La moraleja de la fábula es evidente. En primer lugar, los poderes públicos, además de por psicosis antirracista y tabúes étnicos para ocultar el fracaso de sus políticas migratorias, tienen la voluntad firme de ocultar las cifras de la inmigración. Pero al mismo tiempo, presa de la contradicción inherente a toda ideología fuera de la realidad, como lo demuestra los maquillajes del INSEE para poder sondear en las ciudades "prohibidas", reconocen el carácter étnico de la colonización de la población. Reconocen también implícitamente que las poblaciones, y sobre todo los clandestinos evidentemente, rechazan ser sondeados y trazados. En síntesis, los inmigrantes colonizadores como los poderes públicos colaboradores tienen la intención de ocultar frente a la opinión pública la amplitud de la invasión. Y es que, estando en una época mediática, donde la gente cree menos lo que ve que las falsedades de los medios que les inculcan, las estadísticas oficiales se arriesgan a asustar más que la realidad social experimentada. Pero un día la experiencia puede poner al orden del día todas las mentiras.  
 
* * *

Tenemos la tendencia a percibir la especie humana como una especie "aparte", que es impermeable a las leyes de la naturaleza. Y sobre todo en lo que concierne a los principios de la subdivisión biogenética. Como si el "hombre" fuera un poder divino, salvado de las desigualdades y las diferencias. Como si nosotros nos avergonzáramos de participar en el mundo vivo y en la unidad del cosmos, fuente de la infinita diversidad de formas.

La antropología contemporánea rechaza igualmente reconocer los más serios testimonios que conciernen a los Almastys, identificados en el Cáucaso y en Asia central, estos seres mitad humanos, mitad simios que serían simplemente degeneración de los Neandertal. Esta reticencia es la misma que la de las sectas protestantes hacia el evolucionismo. El "Hombre" sería una especie providencial, única, venida de ninguna parte.

Las raíces de este antropocentrismo, de esta creencia en la "unidad biológica del género humano", de esta negación dramática de la diversidad racial de la humanidad, proviene de las grandes doctrinas y religiones monoteístas. El hombre se diviniza como Hijo de Dios, y consecuentemente, no puede ser divisible. Está radicalmente separado del reino animal y vegetal, de la Naturaleza. La Humanidad deviene una categoría trascendente. No obedece más a las leyes de la diversidad, de la desigualdad y de la tragedia que caracteriza a la vida.

Estos dogmas han sido pulverizados por toda la medicina y la genética contemporánea: sí, el hombre pertenece también al reino de la vida de otras especies, no puede escapar.

(c) Por el texto: Guillaume Faye

(c) Por la Edición Francesa: Editions de l’Aencre

(c) Por la traducción castellana: Miguel Ángel Fernández

La Colonización de Europa. Guillaume Faye. Capítulo II. EL ESCENARIO-CATÁSTROFE

El mecanismo está bien engrasado para organizar y acelerar la colonización étnica de Europa. Se base en: 1) declarar imposible detener el flujo migratorio. De donde deriva la laxitud de los controles en las fronteras y la reagrupación familiar reforzada. 2) declararnos moralmente inhumanos al expulsar a los clandestinos, a pesar de la ley, o bien sostener que es técnicamente imposible hacerlo. 3) declarar socialmente insoportable la masa siempre creciente de residentes ilegales "sin papeles" en Francia, de donde deriva, por tanto, la necesidad de  legalizarlos en regularizaciones masivas cada cuatro o cinco años. 4) así conseguimos que el grifo de las nuevas entradas aumente mediante el "efecto llamada".

Es un círculo vicioso que nada puede parar. La lógica infernal de este mecanismo que se alimenta así mismo es que, ya que el desequilibrio Norte-Sur acentúa cada año el número de candidatos a partir en dirección a Europa, nada detiene la aceleración de nuestra colonización étnica cuyo destino corre el peligro de ser la inmersión de los europeos en su propio suelo por masas afroasiáticas llamadas a convertirse allí en demográficamente mayoritarias. Así pereció Roma, bajo el peso de los libertos orientales y africanos, tal como lo mostró André Lama en Des Dieux et des Empereurs (EDE).

*
* *

Hay una cosa muy instructiva en la mentalidad humana: es la fuerza de los dogmas y de las creencias, la fuerza de las propagandas y de las opiniones afectivas, incluso formuladas contra los hechos. El hombre es un animal perpetuamente cegado. Platón ya anotaba que el doxa (doctrina, opinión) tenía siempre la ventaja como el épistémè (saber, ciencia). El Profesor Debray-Ritzen, psiquiatra antifreudiano, solía decir: "el error dogmático tiene alas, y la verdad científica se arrastra humildemente". Cuando, incluso ante gente inteligente e informada, o que parecen serlo, periodistas, tecnógratas, intelectuales patentados, se les dice: "Francia se africaniza y se islamiza; dentro de veinte años, si nada cambia de manera radical, puede ocurrir perfectamente que la ley coránica sea aplicada en este país y qué más de la mitad de la población sea de origen afromagrebí", desencadenamos sonrisas, nos y uno se hace acreedor de las burlas más irónicas.

¿Sin embargo qué hay más cierto y fiable, más implacable que las proyecciones demográficas? Los niños europeos que no nacieron no surgirán por el milagro de la generación espontánea; la población futura es el reflejo de la de las maternidades de hoy. Y sin embargo, esta evidencia, que abre por sí misma los ojos, no es admitida. Negamos esta africanización y esta islamización por dos razones: primero por un reflejo de miedo; el ser humano siempre intenta negar lo que le molesta y exorcizarlo. Luego, admitir este hecho demográfico ineludible, admitir la verdad, sería políticamente incorrecto y equivaldría a "dar la razón al extremo-derecha".

Una pequeña minoría, finalmente más consecuente, más lúcida, responde "¿nos africanizamos, nos islamizamos? Pues bien, administremos el fenómeno…". Esta posición es propia de un fatalismo optimista. Pensamos que la africanización no tendrá ninguna consecuencia sobre la civilización, como si el zócalo de esta última no fuera primero étnico; consideramos que el Islam que se instalará será el de la "tolerancia"; lo que depende solamente de lo que en mi ensayo L'Archéofuturisme he llamado "creencia en los milagros". Como si el Islam implantado en Europa fuera milagrosamente a diferenciarse en profundidad del que se da en el Magreb o en Medio Oriente. Entonces, estimamos, como los prelados católicos o las ligas trotskistes que estas llegadas masivas a Francia, por las migraciones fronterizas o las maternidades, son un fenómeno positivo que contribuye a construir un utópico paraíso multirracial.

Así, un escenario-catástrofe no muestra catastrofismo sino es a partir de la proyección demográfica. Limitémosnos al caso de Francia. A un ritmo de 250.000 nacimientos al año de niños franceses o naturalizables, desde finales de los años ochenta, contando a los que están ya presentes, los nuevos emigrantes que dan a luz niños y las naturalizaciones, podemos pensar como el observador americano imparcial Stanley J. Moore que "a partir de 2010, el número de electores africanos negros y los musulmanes en Francia sobrepasará el 20 % del electorado. Más tarde, esta proporción no dejará de aumentar" (Journal of Demographic Studies, Boston UP. n°1439, dic. 1998).

Si no se hace nada, si la tendencia no se desequilibra al precio de una revolución verdadera, los siguientes acontecimientos tienen muchas probabilidades de producirse en breve:

1) Un partido musulmán tiene todas las posibilidades de ser creado, la ambición de líderes eventuales no forzosamente moderados será muy estimulada por esta bolsa de electores en pleno crecimiento. Los hijos e hijas de inmigrados, la gente de color, espontáneamente, por reflejo étnico, votarán por este o por estos partidos, aun cuando incluso no sean musulmanes practicantes.

2) No es evidente que los jóvenes afromagrebíes continúen como hoy absteniéndose de votar o de presentarse a las elecciones, desde el momento en que adviertan el peso de su número creciente y de su fuerza. Es poco probable, a la vista del fracaso de las políticas de integración y del ascenso del "comunitarismo", que este Nuevo electorado escoja a los partidos políticos franceses tradicionales.

3) El proceso de colonización electoral comenzará con las elecciones municipales. No hay ninguna necesidad de darles el derecho de voto a los extranjeros para que esto ocurra. En un número cada vez más grande de municipios, el electorado francés está volviéndose mayoritariamente afromagrebí y musulmán. Los electores autóctonos franceses envejecen, mueren o se van. Hay que pues esperar poco para que primero una centena de poblaciones francesas -de Roubaix a Saint Denis pasando por varias ciudades de Provenza, de Lyon y de Ile-de-France, particularmente todos los suburbios, sean gobernados por municipalidades inmigradas que tienen el Islam como religión.

4) En un segundo tiempo, tal como se comienza a presentir, los afromagrebíes y los musulmanes exigirán, porque tienen el poder numérico, ocupar escaños en el Congreso de diputados. Serán un peso en las instituciones. Será el proceso de la colonización por lo bajo: primeramente la inundación demográfica, luego la sujeción política.

La lógica demográfica quiere que participen en el poder legislativo, luego en el gubernamental. Con dos consecuencias: por una parte, una subordinación probable a los países musulmanes árabes que, para muchos, son sus "madres-patrias"; y por otra, una política de puertas abiertas a los inmigrantes del Magreb. Y probablemente también, una conquista lenta del país por el Islam, cada vez más duro (conforme al espíritu de esta religión guerrera) a medida que aumente el peso de la población musulmana y de los autóctonos convertidos. De esta de esta carrera al abismo, de esta catástrofe anunciada, nadie parece preocuparse; hasta ese punto esta generación queda obnubilada por el inmediato.

Es la razón por la cual, frente a este peligro hay que pleitear a favor de una aceleración de la construcción federal europea y de la pérdida rápida de poder de este Estado francés que, de immigracionista hoy, corre peligro de hacerse inmigrado mañana. No es más que por un doble reajuste, por un lado hacia regiones históricas arraigadas, y por otro hacia un Estado Europeo, que podremos cortar el camino a la colonización institucional y política que se anuncia. Un alógeno puede fácilmente declararse "belga o francés", pero le cuesta mucho más reivindicarse como flamenco, gallegos o europeo.

Sea como fuere, este doble arraigo concebido como línea de defensa no debería olvidar la hipótesis de la reconquista.

© Por el texto: Guillaume Faye

© Por la edición francesa: Editions de l'Aencre

© Por la traducción al castellano: Ernesto Milà - infokrisis - infokrisis@yahoo.es - http//infokrisis.blogia.com

Prohibida la reproducción de este texto sin citar origen.