Blogia
INFOKRISIS, el blog de Ernest Milà

ORIENTACIONES

365 QUEJIOS (19) ONGs

365 QUEJIOS (19) ONGs

365 QUEJÍOS (19) ¿Es una ONG? Entonces practica la “estafa humanitaria”

Estoy harto de ir por las calles de las grandes ciudades y que bandadas de gente joven me asalte preguntándome si conozco la epidemia de tifus de Senegal o la mala suerte de los niños albinos en el continente africano. Es triste. En realidad, es doblemente triste que haya gente joven que se vea obligada a asumir trabajos miserables a comisión y que existan ONGs que los contraten para practicar lo que, en rigor, no es más que “la estafa humanitaria”.  Esa estafa está en todas partes: vas a un cajero automático y te sugieren que des 5 euros “por el hambre en las Galápagos”. Pasas por delante de una tele y cualquier canal promociona alguna “iniciativa solidaria”. Incluso están en el retrete leyendo el Diez minutos en posición de defequen y rara es la página que no menciona a alguna ONG. Cada famoso tiene, al parecer, alguna preferida. ME QUEJO DE TODO ESO: NUNCA COMO HOY HA EXISTIDO TANTO “SOLIDARIO” Y NUNCA COMO HOY TANTO IMPRESENTABLE HA VIVIDO DEL CUENTO.

No quisiera generalizar: supongo que habrá gente que realmente se muestra solidario con sus semejantes. E incluso, hasta es posible –posible, no probable- que exista alguna ONG que haga bien sus deberes y que no se gaste en sí misma más de lo que ingresa justificando ayudas para una causa justa. Hace tiempo que dejé de creer en Papá Nöel. De hecho, no creo siquiera en el CIS. Creo que era Proudhom quién decía: “Cuando alguien dice ‘humanidad’, atención, pretende engañar”. Parafraseando podría decirse: “Cuando alguien dice ‘solidaridad’, cuidado, pretende vivir del cuento”. Y a todos los niveles.

Créanme: no tengo inconveniente en que me despiecen al morir y que una córnea vaya a parar (dioptrías incluidas) a un ciego, que mis riñones acaben en dos necesitados antes que en la barbacoa del crematorio, mío hígado podría permitir a alguien beberse varios litros de cerveza. De hecho, ahora mismo, suelo donar sangre… Y NO SOY EN ABSOLUTO ‘SOLIDARIO’. Una vez muerto, poco me importa que me troceen. Y en cuanto a mi sangre, créanme, es bueno donarla: así la renuevas.

Lo más odioso de las ONGs, no es que reciban generosísimos subsidios A CAMBIO DE NADA, ni siquiera que NO EXISTA ABSOLUTAMENTE NINGÚN CONTROL SOBRE SUS GASTOS. Lo más odioso no es que, la primera partida de gastos de las ONGs sea “en publicidad” y en “sueldos” para sus propios miembros. Lo más bochornoso no es que la mayoría de ONGs no sirvan absolutamente para nada, que otras sean instrumentos de servicios de inteligencia, que la mayor parte sean recursos de espabilados para realizar el “Spanish dream” (trabajar poco – ganar mucho), ni siquiera que los medios de comunicación las ensalcen y jaleen. LO MÁS BOCHORNOSO ES QUE TODOS SABEMOS QUE LA INMENSA MAYORÍA PRACTICA LA ESTAFA HUMANITARIA Y QUE SON LA PEOR PURRIA EXISTENTE BAJO EL CIELO ESPAÑOL: CAPAZ DE TRANSFORMAR EL SUFRIMIENTO DE OTROS, LA BUENA FE DE LOS INGENUOS Y EL DESINTERÉS DEL ESTADO, EN LUCRO PROPIO.

De eso si que me quejo… Me quejo de que, sin que medien investigaciones de la fiscalía, sin que el rumor a gritos sobre las malas prácticas de las ONGs (alguna que ha recibido más de un millón de euros ni tiene socios, ni realiza actividades, pero la pareja responsable cada vez está más oronda), cuando estamos asistiendo diariamente a una corrupción con sordina… de tanto en tanto aparezcan noticias sobre abusos sexuales en una ONG famosa, escándalos sobre malversaciones de fondos en otras dedicadas a “apadrinar niños”… Y a ninguna instancia del gobierno (ni de la oposición) parezca interesarle nada en absoluto.

Digámoslo ya: LAS SUBVENCIONES QUE SE ENTREGAN A LAS ONGs, ESTÁN FUERA DE CONTRAL Y UNA PARTE VUELVE AL BOLSILLO DE QUIEN HA FIRMADO EL ENVÍO DE FONDOS. Esto pasa con las subvenciones entregadas por el Estado, por las Comunidades Autónomas y por los Ayuntamientos. ¿Entendéis ahora porqué hay tanto interés en entregar el 0’7% en concepto de “ayudas al desarrollo” y porqué ningún organismo de la fiscalía se preocupa por investigar las cuentas de las ONGs? ¿Entendéis ahora cómo se pagan partidos políticos y porque políticos con sueldos altos pueden costearse gastos más altos aún? ¿O es que creíais que solamente viven de su sueldo y del 3% de comisión sobre obra pública?

Y eso, no lo olvides, se hace con tu dinero y con el mío. Al menos, las antiguas mesas de caridad presididas por marquesonas, ellas mismas se pagaban la autopromoción, haciendo méritos para ganar un parcela en el cielo. Así pues, si os preguntan: “¿estáis interesados en cuestiones humanitarias?”, responded: “Sí, ¿para cuándo se disuelven las ONGs?”. PORQUE DE LO QUE ME QUEJO ES DE QUE, NUNCA COMO HOY, LA SOLUCIÓN A LOS “PROBLEMAS HUMANITARIOS” HA ESTADO TAN LEJOS DE LAS ONGs.

 

365 QUEJIOS (18) pan [malo]

365 QUEJIOS (18) pan [malo]

365 QUEJÍOS (18) PAN INFAME PARA BOCADILLOS MISERABLES

Uno de los recuerdos más obsesivos de mi infancia era el pan de payés que acompañaba al jamón obtenido en la matanza y el tomate que se cultivaba en el huerto tras la casa familiar. Si a eso añadimos el vino de nuestras propias viñas, puede entenderse que aquello fuera el paraíso. Las viñas desaparecieron sustituidas por una urbanización que, por mucho que lo lamente, lleva mi apellido. Los lagares y las bodegas estaban en ruinas la última vez que los vi y la masía se había convertido en lugar de citas de toxicómanos. No me quejo de este que no deja de ser el resultado de patrimonios mal gestionados, sino de que aquel pan no lo he vuelto a probar.

Es frecuente encontrar “ofertas” increíbles: “5 baguetes a 1 euros” y se añade para quienes no son diestros en matemáticas: “20 céntimos cada una”… No las recomiendo: su ciclo vital apenas se extiende dos horas, más allá de las cuales, la baguete, no solamente se ha resecado, sino que resulta imposible de cortar salvo que se utilice una motosierra industrial. Es curioso, pero me ha ocurrido en varios lugares de la geografía española. Mientras estuve rondando pueblos de la provincia de Alicante, por puro vicio, recorría panaderías para ver si encontraba el “pan perfecto”. Los había de todo tipo: con sabor a corchopan, con textura esponja, con más o menos levadura, más o menos cocido… pero todos desagradables y elaborados “sin oficio”. Porque para hacer pan, igual que para cualquier otro arte –y hacer algo tan básico como el pan puede ser un arte- hace falta “oficio”. Y, claro está, materias primas de cierta calidad. No todas las harinas sirven para hacer ese pan de nuestra infancia.

Vaya usted a un Pans&Company o a un Bocata (si es que todavía existen esas cadenas de fast-food) y hace una prueba: pida un bocadillo caliente. Estará crujiente. Espere apenas 30 minutos y vuelva a probar: se habrá vuelto una masa gomosa, seca tirando a árida. Miserable, en cualquier caso. Si usted ha tenido la suerte de probar un “pan de payés” de los de antes, recordará que lo milagroso de aquellos panes era que prolongaban su vida útil durante una semana. La “costra” impedía que el interior se oxidara. Este era el truco. Olvídese de eso. Ni siquiera en los pueblos se hace pan que merezca este nombre.

Nuestros abuelos nos decían: “no tires el pan que es de Dios”, e incluso si se te caía al suelo había que besarlo como signo de desagravio. Hermosas tradiciones de un pasado que se remonta apenas a medio siglo. Hoy, no vale la pena guardar el sobrante para cocinar unas migas o un gazpacho, si lo tiene más de cinco días, es probable que “florezca” y aparezcan sospechosas manchas verdes. Y es que hay panes que defraudarían al paladar de una piara de cerdos.

DE ESO ME QUEJO.

Mencionaré, eso sí, que en alguna ciudad se han producido reacciones a esta carencia de nuestro tiempo: no hará mucho, en Barcelona, una “escuela de panadería” demostraba que el arte no se ha perdido del todo. Y es que las cosas habían degenerado demasiado. No creo que a nadie le importe pagar unos céntimos más por un pan hecho con harinas de calidad, hornos tradicionales y levaduras auténticas. Pero, reconozcámoslo: se trata de minorías que solamente llegan (incluso geográficamente) a minorías.

¡PERO QUE PUTA CIVILIZACIÓN ES ESTA EN LA QUE LAS NUEVAS GENERACIONES NO VAN  A CONOCER SIQUIERA EL SABOR DE LO QUE ES EL PAN!

¿Quiere alimentarse bien? Pruebe a tomar algo tan simple como pan con aceitunas y un vaso de vino. El pan y el vino, la carne y la sangre de la Tierra. ¿Ha tomado alguna sopa de pan con vino? No le diré ya el pan con tomate y jamón, pero unas almendras con pan y vino tampoco están mal. Una dieta así, en otro tiempo, sería considerada propia de asceta. Hoy es casi un lujo. Tomates que no saben a tomates, jamones entre plásticos que saben a plástico salado, pan que fragua entre las manos, frutos secos llegados de China con forma de piñones o de almendras y sabor indefinido, ajos para untar el pan que no nos llegan de las Pedroñeras sino cultivados a la sombra de la Gran Muralla completamente inocuos y olvidables. PERO ¡QUE MUNDO ES ESTE EN DONDE DOMINA LA MALA COPIA, LA IMITACIÓN, EL SABOR REMOTO, LA FORMA PERO NO EL FONDO!

¡QUIERO COMER EL PAN QUE HAN COMIDO TODAS LAS GENERACIONES QUE HAN PRECEDIDO A LA MIA! ¡NO ME RESIGNO A LA MUERTE DE LOS SABORES Y LAS TEXTURAS PROPIAS DE NUESTRA IDENTIDAD! ¡QUIERO QUE MIS HIJOS Y MIS NIETOS DISFRUTEN DE LA VIDA, QUE NO SE LIMITEN A COMER LO QUE LES ECHAN EN LOS FAST-FOOD, EN LOS SUPERS O INCLUSO EN LA PANADERÍA INDUSTRIAL DE LA ESQUINA.

Ah, y por cierto, esta decadencia del pan es un fenómeno típicamente español. En otros países, el “oficio” se ha mantenido con orgullo y dignidad.

 

365 QUEJIOS (17) sopladores

365 QUEJIOS (17) sopladores

365 QUEJÍOS (17) ¿PERO ES QUE NO HAY SOPLADORES DE AIRE SILENCIOSOS?

Me ocurrió hace ocho años: estaba durmiendo y, de repente, a eso de las 6:00 horas oigo un ruido ensordecedor. Cinco minutos de estruendo que arruinaron mis mejores sueños de madrugada. No le hubiera dado mucha importancia, de no haber sido porque al día siguiente a la misma hora ocurrió lo mismo. Y el siguiente, y al otro y así sucesivamente. Durante unos días estuve preocupado por averiguar quién generaba ese estruendo. Finalmente lo vi: si hasta entonces se había limpiado la calle con una de esas escobas enormes de eficacia demostrada a lo largo de generaciones, el encargado de compras del ayuntamiento se ve que había decidido transformar a los simples y honestos barrenderos en “técnicos de limpieza urbana” dotados de un artefacto infernal que se conoce como “sopladores”.

Se trata de uno de los inventos más satánicos de la modernidad. Consiste en un motor de dos tiempos que mueve una bomba de aire, la cual, mediante un tubo lanza una corriente contra las hojas, los papeles, las colillas y los desperdicios, arrinconándolos hacia un lado de la calzada en la que luego pasa otro artefacto motorizado, igualmente ensordecedor, que se lo traga. Y digo yo: ¿ES QUE HACE FALTA EMITIR 70-75 DECIBELIOS PARA LIMPIAR LAS CALLES? ¿ES QUE NO SE HA HECHO SIEMPRE CON UN SILENCIO REVERENCIAL Y UN RESPETO POR LA GENTE QUE SE OBSTINA EN APROVECHAR SUS ÚLTIMAS HORAS DE SUEÑO?

ME QUEJO DE ESO: DE QUE LOS AYUNTAMIENTOS HAN DEJADO DE PENSAR EN LOS VECINOS, tal como demuestra esa máquina infernal. No se puede si la compra de dos o tres docenas de estos artefactos rinde suficientes comisiones al concejal que firma la adquisición (los de dos tiempos están entre 400 y 500 euros cada uno). Han sustituido a la pareja de barrenderos, el primero con la consabida escoba y el segundo con la bolsa recogedora. Será un avance tecnológico pero para los vecinos es un martirio.

Más ejemplos:

- estaba el otro día sentado en un parque con mi nieto (porque servidor es abuelo por partida doble). Niños jugando. De repente el rumor consabido, luego el estruendo que se aproxima, más tarde la visión propia de una película de ciencia ficción de dos “técnicos de limpieza municipal” armados con sopladores avanzando entre las brumas, luego todos los niños, los abuelos, las madres, todos tosiendo… Hablo con una de las “técnicos de limpieza”, una chica simpática que estudió diseño gráfico; va provista de mascarilla como si estuviera expandiendo un gas químico letal y con los oídos tapados por orejeras industriales; en la NASA no irían mejor provistos: “Es que se levanta mucho polen…”, me dice. Añadiendo “… y hace mucho ruido”. Pero le han ordenado hacer eso y eso es lo que está haciendo: no limpia, levanta polen.

- otro más: es viernes, me voy al mercado del pueblo. Está justo al lado de un parque con el suelo arenoso. Estoy comprando frutas y verduras que están al aire libre cubiertas sólo por un toldo. El ruido amenazador se oye lejos, luego va avanzando; bruscamente una nube de polvo nos envuelve: el género expuesto, cambia de aspecto, se cubre por una capa de polvo y polén depositados uniformemente. La niebla impide ver lo que compramos. Los ojos de resecan. El del soplador se excusa: hace lo que el ayuntamiento le ha ordenado.

NO ME QUEJO DEL “TECNICO DE LIMPIEZA MUNICIPAL”. Es gente enrollada que bastante tiene con lo que tiene. DE LO QUE ME QUEJO ES DE QUE ESTAS MÁQUINAS SOPLADORAS INFERNALES ESTÁN SIENDO ODIADAS EN TODA LA GEOGRAFÍA NACIONAL Y, SIN EMBARGO, AHÍ SIGUEN, A DESPECHO DE LA OPINION DE LOS VECINOS, SIN TENER EN CUENTA SU BANALIDAD, OLVIDANDE QUE ERA CIEN MIL VECES MÁS ECOLÓGICO LIMPIAR CON ESCOBA (Y NO DIGAMOS SI ANTES SE HA MOJADO EL SUELO) Y RECOGER A MANO

UTILIZAR ESTOS ARTEFACTOS QUE, EN SI MISMOS, SON MUESTRA DE QUE LES INTERESAMOS UN CARAJO A LOS GESTORES MUNICIPALES.

ME QUEJO DE QUE LOS AYUNTAMIENTOS NI PIENSAN EN NOSOTROS, NI PIENSAN EN NADA, o lo que es peor QUE PARECEN EMPEÑADOS EN HACER LA VIDA IMPOSIBLE A LOS CIUDADANOS: y estos, para demostrar su agradecimiento, les votan (prometedme que no lo volveréis a hacer). DE ESO ME QUEJO.

365 QUEJÍOS (16) turistas

365 QUEJÍOS (16) turistas

365 QUEJÍOS (16) MALDITO SEA EL TURISMO MASIFICADO QUE HA DESFIGURADO MI CIUDAD

Uno de los motivos por los que me alejé de Barcelona es por tener conciencia de que el rumbo que le habían impreso los ayuntamientos que la dirigieron a partir de los mundiales de fútbol de 1982 era inviable y conducía directamente a la inhabitabilidad. En aquella ocasión, el ayuntamiento dirigido por Maragall descubrió que los italianos se encandilaban con las Ramblas y la arquitectura monstruosamente kistch de Gaudí. ¿Por qué no organizar unas olimpiadas? El socialista encontró eco en el Presidente del Comité Olímpico Internacional de la época, un franquista de tomo y lomo. Fue la santa alianza entre la socialdemocracia catalana y el desarrollismo franquismo. Pero no es de esto de lo que me quejo.

En 1992 tuvieron lugar aquellas olimpiadas y se urbanizó una zona abandonada de la ciudad que se intentó reconciliar con el mar. Como aquello no era suficiente porque la ciudad seguía hasta el Besós, se convocó un peripatético Forum Mundial de las Culturas doce años después, que supuso un nuevo aporte especulativo en la Diagonal Mar en 2004. A partir de ahí la cosa se desató: el turismo fue creciendo, la ciudad vaciada de sus habitantes de siempre, sus viviendas convertidas en hoteles galácticos, los edificios de barrios enteros transformados en pisos turísticos y la ciudad sufrió una segunda desfiguración en apenas 20 años. En efecto, a la que había aportado la inmigración masiva de carácter magrebí a partir de 1996, se unió la que trajo el turismo masivo e insostenible.

PERO HOY NO ME QUEJO DE TODO ESTO, SINO DEL GANADO QUE LLEGA A LA CIUDAD  CONDAL (y que no es otro que buena parte del que llega, igualmente, a cualquier otro lugar de un país convertido en reserva turística).

Personalmente, me gusta viajar: NO SOY TURISTA, SOY VIAJERO, me repito cada vez que cojo un avión para algún destino. ¿Qué diferencia hay entre ambos conceptos?

1) El turista vaga de una ciudad a otra sin importarle mucho lo que ve, piensa en pasárselo bien, es una actividad ligada a la dinámica hedonista. El viajero, no solamente quiere conocer otros países, sino impregnarse de ellos, observarlos, juzgarlos y entenderlos, aprender un poco más del mundo que le ha tocado vivir.

2) El turista no cambia su estilo de vida, sino que lo afirma allí a donde va: el putero busca putas baratas a cascoporro, el porrero mas canabinoides a menos precio, el alcohólico cervezas a 26 céntimos lata, el gay una buena red y el discotequero impenitente una ruta del babalao que absorba su semana de ocio. El viajero busca conocer otros pueblos y otras culturas, saber algo más sobre su presente y sobre su pasado.

3) El turista se adapta a lo que le ofrecen los paquetes turísticos más baratos y masificados. Si se encontrara en solitario ante unas ruinas históricas se sentiría mal: necesita masificación y proximidad humana, cuanto más agobiante mejor. El viajero busca él mismo organizarse sus viajes, los planifica, los prepara, los disfruta, en una palabra y sabe muy bien que los circuitos turísticos, son siempre trampas para incautas y para gentes poco exigentes.

ME QUEJO DE QUE EL TURISMO QUE LLEGA A BARCELONA HA DESBARATADO SIMPLEMENTE LA VIDA CIUDADANA Y QUE UNA PARTE IMPORTANTE, NI SIQUIERA PRECISABA PISOS TURÍSTICOS (QUE HAN ALTERADO HASTA DEJAR IRRECONOCIBLES ALGUNOS BARRIOS), HUBIERA BASTADO, A LA VISTA DE SU NIVEL DE EDUCACIÓN, CON ARROJARLOS A PORQUERIZAS Y CUADRAS PIOJOSAS. NI MERECEN MÁS, NI CONOCEN MÁS, NI SU NIVEL DE EDUCACIÓN EN LA CONVICENCIA DA PARA MÁS.

 

 

365 QUEJIOS (15) eurovisión

365 QUEJIOS (15) eurovisión

365 QUEJÍOS (15) ¡YA VALE CON EUROVISION!

El pasado sábado tuvo lugar la nueva edición del Festival de Eurovisión. Lo parajódico de esta edición ha sido que nuevamente ha ganado una cantante procedente de un país no europeo. El Estado de Israel, al parecer, produce fenómenos freakys a mogollón. Hace unos años fue una especie de travestí barbudo, ahora es una chica de aspecto sanote y de voz más que deficiente. A pesar de tener las hechuras iniciales de aquella Rosa de Operación Triunfo que tenía una voz difícilmente igualable (y una dicción que, cuando no cantaba era imposible entender lo que decía, por cierto), la ganadora de la última edición hacía gala de un tono quebrado propio de vieja borracha. Bastante lamentable en todos los sentidos. Pero no me quejo de eso.

Ni siquiera me quejo de que, desde los años 60, España haya tenido una participación poco brillante. Tampoco me quejo de que allí se haya enviado a fracasar desde cantantes de gran categoría y voz hasta simples payasos conscientes de que lo eran, mujeres de tronío, gays de porcelana,  o julays como en esta edición, ni de la calidad de lo que allí han cantado “los nuestros”.

DE LO QUE ME QUEJO ES DE LA EXISTENCIA MISMA DEL FESTIVAL DE EUROVISIÓN.

La época de los grandes festivales de música queda muy lejos. Fueron los años 60: España compitió con el Festival de la Canción de Benidorm y con aquel otro Festival de la Canción Mediterránea. El primero se prolongó entre 1959 y 2006, esto es entre el inicio del despegue económico y del desarrollismo en la España franquista hasta el boom de la construcción. El Festival del Mediterráneo, era pura promoción del ayuntamiento de Barcelona y duró de 1959 a 1967. Estaban invitados los “países mediterráneos” de las dos orillas, incluido Israel. Estos festivales se formularon al estilo del Festival de la Canción de San Remo que va por su 68 edición, pero que hace mucho tiempo dejó de llamar la atención. La fórmula ha muerto hace mucho. En Barcelona, cuando aparecieron los nuevos estilos (incluida la nova canço y las diversas variedades de rock) entendieron que era inútil tratar de promocionar la ciudad por ahí). El de Benidorm murió de muerte natural y el de San Remo como algo específicamente italiano, una especie de Operación Triunfo de una noche.

Y, sin embargo, Eurovisión sigue. ¿Para qué seguir llamando “eurovisión” a algo que, en realidad es “tutivisión”?  Red creada en 1954 a partir de la Unión Europea de Radiodifusión, fue inicialmente una red para intercambio de programas, material de archivo y material informativo. Pero hace tiempo que dejó de ser algo “europeo”. De hecho, hoy cuenta con 56 países… aún cuando la Unión Europea cuenta con 28 países a los que hay que sumar los que, hasta 43, no están incluidos en la malhadada federación. Uno se pregunta: ¿Qué diablos hace Azerbaiyán en Eurovisión? ¿O Armenia? Por no hablar de Israel, Marruecos y Turquía que son cualquier cosa menos “Europa”.

El festival estaba en crisis en los 10 años anteriores y posteriores al 2000. Sin embargo, sobrevive. Quienes le han inyectado vida artificial son dos sectores: los países marginales, no europeos (que han ido ganando: Turquía en 2003, Azerbaiyán en 2011, e Israel reiteradamente, en 1978, 1979, 1998 y 2018) y, sobre todo, el movimiento gay de los países occidentales. Y me quejo de que alguien a quien no le interesa ni el movimiento gay o mira un mapa de Europa y dice “¿Eurovisión? Esto debe ser cosa de europeos”, no tiene porqué soportar en el mes previo a la celebración del certamen el machaque de canciones mediocres, intérpretes que, al margen de su calidad real o supuesto, jamás ganarán porque en ese festival el voto es político o de vecindad.

ME QUEJO DE QUE LA FÓRMULA PERTENECE A MEDIADOS DEL SIGLO XX Y YA ES UN ARCAISMO EN LA MODERNIDAD. Y aburre PORQUE HACE TIEMPO QUE NO APARECEN CANCIONES PEGADIZAS NI DE CALIDAD NI LOS GANADORES RESULTAN SER INTÉRPRETES CON CARISMA. Lo del Chiquilicuatre tuvo [des]gracia… Después de aquello, por dignidad, hubiera bastado con retirarse del festival. Diez años después, seguimos esperando.

¿PARA CUÁNDO ENTERRAMOS AL FESTIVAL DE LA MEDIOCRIDAD Y EL KITSCH?

365 QUEJÍOS (14): Esos cambios

365 QUEJÍOS (14): Esos cambios

365 QUEJÍOS (14): ESAS DEVOLUCIONES  DEL CAMBIO MAL DADAS

Me quejo de que la tasa de errores a la hora de devolver el cambio en los comercios está subiendo desmesuradamente en los últimos años. Compras una barra de pan que cuesta ochenta céntimos, pagas con un billete de cinco euros y te devuelven dos veinte euros… ¿Y los otros dos euros? Pueden ocurrir dos cosas: que lo adviertas o que no lo adviertas. Lo sorprendente es que si lo adviertes y reclamas, quien te ha dado el cambio, ni siquiera examina las monedas que le muestras: te devuelve los dos euros sin mediar disculpa y con expresión de acordarse de tus muertos. Simplemente, te ha querido engañar. Si no lo adviertes, los dos euros van a parar a la caja B de su bolsillo. En las grandes ciudades esto se ha convertido en el pan de cada día.

Uno tiene que permanecer constantemente en guardia para evitar que le timen pequeñas cantidades. Ciertamente, no es como para presentar una denuncia, pero la reiteración es lo suficientemente grave como para pensar que hay cientos de personas al día a los que les hacen el mismo truco y no lo advierten. ¿A qué se debe todo esto?

Personalmente lo atribuyo a tres causas:

1) La formación de primaria en matemáticas es tan básica y poco exigente que una parte de los alumnos salen de las aulas sin saber realizar una simple resta. No lo hacen por mala fe, sino que se equivocan. Lo digo, porque en alguna ocasión, me ha ocurrido lo contrario: he visto que me daban más cambio del que correspondía. Problema grave que, por sí mismo, denota el fracaso de nuestro sistema de enseñanza. Los niños van pasando de curso en curso a pesar de tener las asignaturas suspendidas. Y al final resulta que no les sale un cálculo diferencial-integral simplemente porque no tienen facilidad para multiplicar ni restar…

2) Ha aparecido un grupo social nuevo, bruscamente, en los últimos veinte años, que está habituado en sus países de orígenes a realizar este tipo de trucos o bien que ha llegado con la idea de que en España todos atamos los perros con longaniza así que ni siquiera nos preocupamos, si damos un billete de cinco, de veinte o de cincuenta euros, del cambio. Como nos sobra el dinero, no lo miramos. E incluso, como algunos españoles de a pie es, por término medio, son algo paradillos, aunque lo advierta, prefiere no reclamar. Sí, me estoy refiriendo a la inmigración. Siempre ha dicho que los inmigrantes son mucho más “listos” que los de aquí, que tienen más instinto de supervivencia. Y lo ponen en práctica con mucha facilidad, no sólo en los cambios, sino en las reclamaciones y la exigencia de beneficios sociales.

3) Y luego está, claro, la mezquindad salarial que también influye. Determinados empleos se realizan a cambio de salarios de miseria. El empleado debe compensar de alguna manera esta carencia y lo hace, simplemente, buitreando cambios a los clientes que es menos comprometedor que escatimando productos del propio comercio. Cuando trabajaba en radio, aquello era un hervidero de becarios sin sueldo o con sueltos que no cubrían ni siquiera los transportes que utilizaban: no era raro que CD que llegaba a la emisora regalado por las distribuidores y para que se emitiera en el curso de los programas, se lo quedaran los becarios. La sala de archivo de CDs era periódicamente sometida a saqueo hasta el punto de que Luis del Olmo, en Onda Rambla, optó por contratar un segurata para evitar el expolio (prefería pagar uno de estos servicios, antes que subir 100 o 200 euros el “salario” a los becarios…).

Sea cual sea el motivo que induce a unos empleados a sistematizar los errores en la devolución de los cambios, de lo que me quejo es de tener que estar permanentemente en guardia. La base para la sostenibilidad de una sociedad es la confianza entre vecinos, no el estar permanentemente en situación de “prevengan” como se decía en la mili. Y además, reconozco que estoy harto de decirle a la de la panadería: “Me has dado mal el cambio” o de ver como uno de cada X clientes se ve obligado a repetir la misma frase. Estos harto de listos, de listillos y de listones. ¿A quién no le ha pasado esto?

 

365 QUEJÍOS (13) badulakes

365 QUEJÍOS (13) badulakes

365 QUEJÍOS (13): ESOS BADULAKES QUE VAN DE PALO

Me hacen gracias los amigos que se han obstinado en ser defensores de “el pequeño comercio”: lamento deciros que el “pequeño comercio”, el de siempre, el de proximidad, el que vivieron nuestros padres, ha muerto. Es terrible, y todo eso, pero es la realidad: se lo han cargado las grandes superficies. La primera de estas que vi en Barcelona debió aparecer hacia el 1962, era un Pryca en Balmes - Travesera de Gracia. No prosperó, unos años después cerró y bastante más tarde, en la transición, en su lugar apareció otro. Luego estaban los Spar, pequeños y recoletos, que convivieron durante un tiempo con las “tiendas de ultramarinos”. Pedías en estas arroz y te lo servían. Pedías aceite y le daban a la bomba de un barril Brent. Pedías galletas y te abrían una caja de hojalata. Eso era el pequeño comercio. Inició su ocaso en la transición y murió antes de llegar a la crisis de 2007. Pero, entre tanto, a partir de mediados de los 90 se produjo otro fenómeno nuevo: llegaron inmigrantes magrebíes y abrieron lo que podría ser considerado como primeras muestras de “comercio étnico”. Apenas vendías unas pocas cosas: refrescos, frutas, frascos de legumbres, latas… Pero la verdadera avalancha empezó a finales de los 90 cuando los pakistaníes que utilizaban la manga ancha española en materia de inmigración para saltar al Reino Unido e instalarse allí, decidieron que España era mucho más barato y menos explotado: entonces empezaron a abrir su badulakes.

Los pakis no podían competir en calidad, vendían lo mismo que en cualquier super. Pero, inicialmente, lo vendieron más barato. Además, tenían la ventaja de estar abiertos a horas extremas, desde las 6:00 hasta las 12:00, incluso más tarde. Competían en horario. Luego, empezaron a aprender que, una vez ganada la fama de que eran comercios baratos, podían ir subiendo paulatinamente el precio. Dejaron de competir en precio y pasaron a competir solamente en horario. No les ha ido mal. Han ocupado una franja del comercio de la que, inexplicablemente, desertó el comercio español. Y se han hecho los dueños de esa franja del mercado.

No voy a quejarme de que en nuestros barrios el pequeño comercio autóctono haya desertado y que en cada esquina proliferen como hongos los badulakes pakis. Sería absurdo, porque cuando las ganas de hacerte una birra aprietan a las 22:00, igual solamente encuentras un paki que te vente una lata. DE LO QUE ME QUEJO ES DE QUE CADA VEZ HAY MÁS BADULAKES QUE VAN DE PALO. Me explico.

El otro día en Barcelona, me apetecía un Burn, bebida energética a base de taurina. Veo a un paki que la vende a 85 céntimos. Precio normal: de 80 a 90. Aceptable, por que el resto de marcas, Monster, especialmente, van a 1,50 euros, con el mismo litraje, contenido en taurina y cafeina. Cojo una lata de Burn, me dispongo a pagar: ¡y, como la cosa más natural del mundo, me lo pasa dos veces! Es cierto que apenas hablaba castellano, pero sabía perfectamente como decir: “son 1,70 euros”. Ahí se quedó el Burn. Otra muestra: en un badulake de la costa compro una lata de Cider Magners (sidra irlandesa). Ochenta céntimos. Bien. Ta güeña. A la semana siguiente vuelvo al mismo badulake, compro lo mismo. Precio: uno ochenta euros… Ni siquiera se tomó la molestia de realizar una discreta subida escalonada en unas semanas.

El principio ético-moral  de este “comercio étnico”: “si pagan más es que son tan primos como parecen; por tanto, voy a probar…”. De eso me quejo. De que en los badulakes, simplemente, nos toman por tontos. No creo que ninguno tenga libro de reclamaciones, ni listado de precios, ni siquiera estén al día con las licencias municipales. Son así: plena anarquía.

¿Este es el “pequeño comercio” que hay que defender? Es el único que queda. Yo me pregunto, por qué, los jóvenes españoles no se unen dos o tres y abren pequeños comercios autóctonos, retornando a aquellos tiempos en los que el “tendero” conocía a su clientela, hablaba su idioma y, además, no hubiera sido capaz de ofrecer mierda seca a precio abusivo, so pena de quedar mal con sus vecinos. De eso me quejo.

 

365 QUEJÍOS (12) publicidad

365 QUEJÍOS (12) publicidad

365 QUEJÍOS (12): HUYAMOS DE LA PUBLICIDAD

Hará algo así como dos décadas, estaba claro que la publicidad se había desmadrado y que los canales generalistas ofrecían excesiva publicidad. Por no hablar de la radio en al que por cada hora de programación, entre 20 y 25 minutos estaban destinados a cortes publicitarios. Una ley quiso regularlo… ley no derogada pero si olvidada. Hoy, nada impide que cada canal coloque de manera abusiva publicidad y más publicidad hasta matar a la gallina de los huevos de oro. ME QUEJO DE LA PUBLICIDAD OMNIPRESENTE E INTERMINABLE, CHIRRIANTE Y CON UNA FALTA DE ORIGINALIDAD RAYANA EN LA INDIGENCIA INTELECTUAL.

¿Puede verse una serie de 20 minutos con dos y tres cortes publicitarios, el último de los cuales se da a pocos segundos de terminal? ¿Pueden soportarse secuencias de cortes publicitarios de 10 e incluso 15 minutos, separadas por un minuto de programación? Bueno, pues ese es el resultado de las televisiones privadas que nacieron en los años 80 y que se ha renunciado a controlar. Carloti, el baranda de Tele 5 ya lo dijo hace algunos años: “yo vendo publicidad, y tengo que poner contenidos para que la gente vea los anuncios”. Imposible ser más claro: la televisión pasó de ser un servicio público a un negocio publicitario desbocado.

Si cuando era un servicio público, nos quejábamos de que solamente había un par de canales nacionales y media docena de canales autonómicos-oficialistas, la irrupción de las televisiones privadas marcó el inicio de la era dorada de las mama-chichos, los culebrones y la telebasura.  Y en eso estamos. Abandonad toda esperanza: a medida que se degrada el nivel cultural de las masas, lo que precisan no son productos sofisticados, sino pura mierda enlatada. Eso es lo que hoy sirven las televisiones generalistas. Y ese ha sido el resultado y más notorio resultado de las televisiones privadas que han cumplido ya las tres décadas.

Lo más sorprendente es que la publicidad ha llegado a invadir algunos canales de pago. Lo que se ha generado ha sido una fuga masiva hacia la televisión es streamming después de una década en la que bajar contenidos a través de programas P2P se había convertido en algo habitual. ¿Podía esperarse otra cosa? El problema de las televisiones privadas, no era que vivieran de la publicidad, sino que han querido vivir demasiado bien.

ME QUEJO DE QUE LA PUBLICIDAD ES UNO MÁS –NO EL ÚNICO, PERO SÍ UNO DE LOS MÁS IMPORTANTES- DE LOS FACTORES QUE HAN CONTRIBUIDO A LA DECADENCIA IRREVERSIBLE DEL MEDIO TELEVISIVO. Y no tenía por qué ser necesariamente así.

- Un medio saturado por publicidad directa e indirecta, no es un medio que pueda transmitir otro valor que los contenidos de los propios anuncios.

- Una publicidad masiva no puede ser sino una publicidad zafia, hecha, no para la satisfacción de la media intelectual de la audiencia, sino al nivel de los estratos de más baja cultura.

- Una publicidad omnipresente desvaloriza cualquier otro contenido televisivo, resta interés, rompe la continuidad de las películas y las series y termina siendo una tortura para el espectador.

- Una publicidad tan poco imaginativa, tan machacona y reiterativa como la actual, además, resulta ser engañosa y en absoluto útil para el espectador.

A lo que habría que añadir los efectos subliminales de los que nadie habla pero que seguramente siguen existiendo (¿o es que alguien ha pensado que el estudio de las técnicas subliminales se interrumpió en los años 50 y nadie se ha interesado desde entonces por ellas?).

Obviamente, no todo son quejas contra la publicidad. LE AGRADEZCO EXTRAORDINARIAMENTE QUE EL RECHAZO A LA PUBLICIDAD HAYA OPERADO EL MILAGRO DE QUE DESDE HACE CASI 20 AÑOS NO VEO TELEVISIÓN, SINO QUE YO MISMO SELECCIONO LOS CONTENIDOS QUE ME INTERESAN. NO ME IMPORTA PAGAR POR VER… LO QUE ME IMPORTA ES QUE NO POLUCIONEN MI CEREBRO CON CIENTOS DE ANUNCIOS POR HORA DE PROGRAMACIÓN.