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INFOKRISIS, el blog de Ernest Milà

VARIOS

¡Bajo las alfombras voladoras! por Gabriele Adinolfi

Infokrisis.- Desde que el líder iraní Ahmadinejad asumió atraer hacia sí los focos merced a fanfarronadas de cuño anti-israelí, he hecho notar que el tema no está claro del todo claro. La mía no era una toma de posición anti-iraní, sino una invitación a no dejarse arrastrar emocionalmente por esquemas diseñados en escritorios. Esquemas dualistas, teológicos y abstractos que, de ordinario, sólo sirven para reforzar a la oligarquía dominante. Sea la que sea. No volveré a hacer el elenco de todos los elementos que atestiguan el cínico realismo iraní y la sustancial conducción «soviética» de las relaciones con los diferentes «Gran Satán»: sería superfluo. Intento subrayar el hecho de que el Irán, al igual que todos los sujetos que quisiéramos antagonistas de la Superpotencia (de China a Rusia) se ocupa de lo suyo y que su clase dirigente no me parece tan diferente de las nuestras. Cierto, razonando como tifosi la cuestión aparece bajo una luz diferente. Un líder que dice que Israel no debe existir y que el Holocausto quizá sea una invención puede parecer, a quien habite aquí, un caballero que ha lanzado un valiente reto a lo politically correct. Lástima que en aquellas partes las cosas estén a la inversa que en las nuestras. Decir lo que ha dicho Ahmadinejad significa acariciar el cabello de la opinión pública de su zona de influencia: si hubiese hecho afirmaciones finianas se habría colocado fuera de juego el solo. No sé si –a la inversa– un Ahmadinejad europeo se habría puesto a exaltar a Israel, pero estoy seguro de que todos los Fini, los Prodi, los Zapatero, los Blair iraníes y árabes habrían utilizado, allí, las palabras de Ahmadinejad porque, al menos a corto plazo, son los que resultan. Mucho más cuando el Irán debe hacerse perdonar por el mundo árabe el papel sanguinario jugado en la imposición en Irak del gobierno títere de Jalal Talabani in perfecto acuerdo (objetivo cuanto menos) con Londres, Washington y Tel Aviv.

No es ésta una afirmación anti-iraní sino anti-autohipnótica: lo que es algo muy diferente. Tanto es así que afirmaba, y continúo afirmando, que en caso de que el Irán se encontrase verdaderamente amenazado por el partido atlántico, lo defendería; prescindiendo de sus ambigüedades, de sus evidentes carencias y del hecho de que su sistema nos guste o no. Y a mí no me gusta.

Superar la auto-hipnosis era el núcleo de mi discurso. Una auto-hipnosis tan fuerte que no se ha querido ver (o se apresura a negar, a pesar de las afirmaciones oficiales de Jalal Talabani y del propio Ahmadinejad) el papel imperialista y objetivamente pro-occidentalista jugado por el Irán en Irak. La Italia de Berlusconi y la España de Aznar han sido mucho menos activas en el desmembramiento iraquí y, sin embargo, han sido crucificadas por las mismas minorías «antagonistas» que «no ven» e incluso «justifican» el aparato represivo iraní. «Yo no veo, no siento, no hablo»: éste es el mensaje de los tres monitos que no son sino los débiles y fanatizados celotes de cualquier sanedrín; y subrayo cualquier.

Con esta filosofía no se va a ningún lado y sobre todo no se nos sitúa en ningún lugar que en no sea en el virtual, falto de consistencia.

Terza Posizione y el marco internacional.

Las primogenituras valen poco. Tanto es así que el mundialismo fue descubierto por la derecha revolucionaria desde 1944, ha sido denunciado de manera documentada por la derecha radical a partir de los años ochenta, pero después ha sido la izquierda la que se ha apropiado de la etiqueta no global. Lo que demuestra que las cosas se mueven y que la dinámica prevalece sobre el copy right.

No obstante, a pesar de ello, las anticipaciones explícitas de ciertos temas atestiguan y demuestran un espíritu y una mentalidad y es bueno recordarlas.
Terza posizione fue original pero no inventó nada. En su imaginario cuadro revolucionario internacional retomó y adaptó anticipaciones de Jean Thiriart, de Lotta di Popolo y del Grece francés (la Nouvelle Droite) que, a su vez, procedían del proyecto de las Waffen SS y en cierta medida de Alessandro Pavolini y de Filipo Anfuso. No inventó nada pero dio una sacudida, hizo época y abrió una era.
 
Probablemente fue el primer movimiento que tomó posición junto a la revolución iraní desde los albores. Y lo hizo sosteniendo, a la vez, a la izquierda nacional latinoamericana (los sandinistas, los montoneros) y todos los movimientos independentistas alrededor del mundo. Había en aquel cuadro, como en todos los que se construyen sobre un escritorio, una buena dosis de irrealismo y de idealismo. Se eludía en él, por ejemplo, toda la relación mafiosa que liga más o menos a todos los grupos independentistas armados al tráfico de drogas y al partido de las multinacionales. Lo que convierte en irrealizable cualquier convergencia política objetiva no encaminada a intereses inconfesables; por tanto nuestro sueño no podía realizarse en absoluto. Nuestro ideal utópico poseía de por sí al menos tres fundamentos importantísimos.

El primero: anticipaba los tiempos definiendo la unidad sustancial del sistema como la complicidad objetiva de que ligaba entre ellos a los diferentes sujetos rivales (sobre todo a la URSS y los EE.UU).

El segundo: insistía en la virtualidad e inconsistencia del frente anti-imperialista si no se realizaba a al vez una centralidad europea sobre la que habría hecho necesariamente palanca.

El tercero: el esquema no se fundaba sobre al presunta alianza entre las clases dirigentes de regímenes sedimentados sino sobre la sinergia de movimientos sociales y revolucionarios en posesión de voluntad de poder. Era, por tanto, una utopía vitalista y enérgica, una especie de Che Guevarismo a gran escala.

Con la derrota de nuestra generación, aquellas anticipaciones «terceristas» han sufrido un proceso de cristalización ideológica y han perdido en buena parte, si no en su totalidad, los fundamentos positivos que las caracterizaban, y de manera especial su energía vital y su entusiasmo.

El post/tercerismo


No haré aquí un recorrido por las motivaciones psicoanalíticas, como la huida del fascismo y del sello del malvado o el deseo de ser «aceptados», pulsiones éstas que han caracterizado la cristalización ideológica del post/tercerismo.

Quiero recordar que, a causa de las prevenciones ideológicas, a fuerza de anti-occidentalizar, los post/terceristas han empezado a convertirse en antieuropeos y a avergonzarse de hablar de Europa. Al menos de Europa tout court. Y han tomado por oro fundido toda forma de «antagonismo» verdadero o aparente que se desarrolla en los escenarios de Matrix entre Big Brother y los diferentes sujetos menores. Tanto es así que hay quien se siente filo-integrista islámico creyendo incluso en la existencia de Osama bin Laden; hay hasta quien acepta (sea también volviéndolo al revés; pero es la mismísima cosa) el choque de civilizaciones, ignorando (o mejor, no queriendo ver) que gran parte del Islam está al lado de los Estados Unidos.
Y está, por fin, quien sueña y delinea un frente antagonista que, en nombre de la geopolítica, debería coaligar a todas las potencias en peligro (China, India, Irán, Rusia, mundo árabe).

Para que salgan las cuentas, entonces, no ignora el hecho, también para volver a la excusa inicial de este escrito, de que Irán es aliado objetivo del Big Brother en Irak. No se subraya que, Alemania y Francia, a saber, las dos potencias regionales que deberían asegurar el nacimiento del eje París-Berlín-Moscú, desde el 2001 hasta hoy no han hecho sino remar en sentido contrario. No se señala que Rusia, bajo asedio constante, ha acabado por acomodarse en varios sectores estratégicos sea con los EE. UU. sea con Israel.

Cuando se posee una visión «ideologizada» de la realidad no es posible mirarla críticamente; pero si no se le mira críticamente se está condenado a permanecer siempre cornudos y apaleados.

Y éste es el primer mensaje que he intentado hacer circular. En este mensaje está también la clave de lectura que explica mi total cambio de apreciación de una revolución, la iraní, que en 1979 estaba por hacer, en desde 1986 ha empezado a mostrar un exceso de cinismo (a mi juicio constantemente confirmado) y que en su actuación me parece haber producido un régimen más utilitarista, moralista y reaccionario que revolucionario.

Los otros mensajes enviados

El segundo mensaje que he intentado enviar es que no hay ninguna certidumbre de que la situación actual mejore. Es plausible (pero no seguro) que la gestión política del sistema capitalista multinacional del Crimen Organizado no logre mantener un vector unipolar (los EE. UU.). Lo que puede significar tanto la aparición de una nueva bipolaridad (EE. UU.-China), cuyos efectos serían devastadores, o una distribución multipolar de la gestión de algo de lo que, en cualquier caso, difícilmente, supondría un modificación en forma y alma.

En una perspectiva semejante (que sólo la «convergencia de las catástrofes» tiende a negar) debemos prepararnos para atravesar el desierto. Razón por la cual he expuesto en mi Quel domani che ci appartenne cuáles, en mi opinión, deban ser los medios y los campos de intervención para actuar. No estoy predicando resignación: todo lo contrario; estoy predicando la fuga de las ilusiones que son fuente de desilusión y desaliento.

El tercer mensaje es, por último, «ayúdate, que el cielo te ayuda». Recuperemos, al menos por nuestra parte que somos europeos, una visión eurocéntrica. Convirtámonos nosotros mismos en sujetos; a todo nivel: en el barrio, en la ciudad, en el país en el continente. Los sujetos, a saber, la personas que actúan, crean, realizan y en la misma manera que crean y concretizan se distinguen en y por la cualidad.

Lo que disgusta al castrante sentenciar de las vírgenes ideologizadas que escupen veneno sin cesar, predicando, en el nombre de la correspondencia a sistemas abstractos y «perfectos», la total inercia y la impotencia absoluta. Éstas, de hecho, no actúan sino que calumnian porque quisieran impedir todo lo que está más allá de sus propias conversaciones ácidas en circuito cerrado ¡Cómo se asemejan a aquellos que Nietzsche definió como tarántulas! Pues bien, no nos dejemos engatusar con su mezquino e ineficaz veneno y construyamos puentes hacia el porvenir.
 
Sólo los sujetos pueden relacionarse con otros sujetos: quien no es sujeto es sujetado. Esto vale tanto para la vida como para la política a cualquier escala, sea nacional o internacional. Narra Plutarco que los espartanos respondieron a un ateniense que se declaraba filo-lacedemonio: ¡Mejor harías en ser filo-patriota!

Eurasia o Eurosiberia y otro

Había prometido la semana pasada que aportaría estas ulteriores clarificaciones. Eran obligatorias. Así como he escrito en mi último libro que no estoy en contra de las nuevo-vétero vanguardias que hablan de Eurasia (o de Eurosiberia, hipótesis que me parece más realista); más bien las he señalado –y lo confirmo– entre las pocas cosas buenas que se ven entre las que poseen una etiqueta y una visibilidad de superficie; porque lo sumergido, gracias a los cielos, es bastante rico y prometedor.

Si parte de aquellas nuevo-vétero vanguardias se han sentido afectadas en primera persona por éste mi vehemente andar contracorriente, yerran. Sin embargo, tienen razón al sentirse punzados todos aquellos que se han construido un prisma ideológico «antagónico» porque es precisamente de todos estos prismas que precisamente de lo que estoy plenamente convencido siendo la mía, una exhortación a todos de abandonar certezas preconstituidas mediante idealizaciones figurativas exóticas (palabra de la que, para evitar equívocos, Garzanti ofrece la siguiente definición «que procede de países lejanos, especialmente de aquellos no europeos»).

Intento decir que no existe ninguna razón para ennoblecer al Irán a costa de cerrar los ojos ante esta y la «rebaba» para defenderlo, es en la medida en la que se le vea como posible víctima de la gran trituradora; así como no hay necesidad de estar del lado de la gran trituradora para poder constatar la no demasiado espléndida desnudez de la teocracia de aquella zona.
Esto resulta indispensable (en ambos casos; porque el esquema, una vez que se ha invertido, permanece idéntico) a aquellos que no piensan ante todo caminar con sus propias piernas. Irán o no, la cuestión de la hipótesis europea o eurosiberiana (la eurásica me parece en realidad fantasiosa) no se pone en cuestión aquí. Son años los que vengo repitiendo que entre los modelos agregadores y movilizadores ésta posee precisamente una función indispensable. Pero como todo proyecto, es secundario respecto al sujeto.
Si se quiere legar a ser esta o aquella cosa se debe ante todo existir. Y éste es el núcleo de la cuestión. Se ha dejado de existir, y cuando se desea hacerlo se tiene la indecente tendencia a imaginarse como el reflejo telemático de un sujeto lejano.

Ser sujeto, aquí y ahora, hic et nunc, es por el contrario, la conditio sine qua non.

Insisto sobre esto y por esto –porque el sujeto posee ojos de águila y corazón de león– repito que es un deber, e incluso bello, ver tras el velo cuánta suciedad se esconde detrás de ídolos construidos a distancia. No para «deslegitimarlos», porque pueden incluso ser considerados «aliados» (y obsérvese que falta todavía de quién: a saber, nosotros).

Si insisto es para estimular a que se adquiera independencia de juicio para ser lo contrario de tifosi del «proceso del lunes». Lo que obviamente desagradará a muchos que se han construido una existencia «antagonista» haciendo de críticos de fútbol, pero total: bajemos al campo y empecemos a dar balonazos.

(c) Gabriele Adinolfi

Por qué Irán no es creíble ni fascinante. Gabriele Adinolfi

Infokrisis.- Los blogs expresan opiniones personales de sus propietarios. Por lo tanto, lo normal es que un blog sea escrito por su padre reconocido. Fieles a este principio, han sido raros los artículos que hemos reproducido en infokrisis debidos a la pluma de otros autores, sin embargo, el artículo que nos envía traducido un querido amigo, merece ser reproducido para evitar confusionismos. Sería difícil expresar nuestra toma personal de posición sobre esta cuestión más clara y argumentadamente que lo hace nuestro amigo y camarada Gabriele Adinolfi. Reproducimos pues éste texto que suscribimos plenamente.


Por que Irán no es creíble ni fascisnante.

Gabriele Adinolfi


¿Irán es ese enemigo de Israel y de los EE. UU que todos creen? ¿O en qué medida repite un guión, tal y como en el pasado fue el caso de la Unión Soviética? Intentemos entenderlo, fiándonos no de las palabras sino de los hechos.

Los jueguecitos detrás del escenario

1.    En 1979 en plena revolución islámica los iraníes capturaron muchos rehenes americanos. En junio de 1980 el ayatollah Jomeini se inclina por la liberación de los rehenes. En octubre, en el hotel Enfant Plaza de Washington, McFarlane, James Baker, futuro secretario de Estado americano y el director del espionaje israelí Ari Ben-Menashe, se reúnen con el representante iraní Omshei. Después de este primer encuentro, desde el 17 de aquel mes en París, en el Hotel Ritz, se reúnen por tres días los representantes israelíes, los americanos (entre ellos los jefes del espionaje Bush y Casey) y los iraníes. Los israelíes ruegan en diversas ocasiones a los iraníes que retarden el mayor tiempo posible la liberación de los rehenes. Quieren que Carter sea vencido por Reagan, hombre por el que el sionismo ha apostado. La liberación de los rehenes permitiría, por el contrario, al presidente saliente ser reelegido; pero este hombre es odiado por Tel Aviv porque su acuerdo en Camp David con el presidente egipcio Sadat les ha obligado a retirarse del Sinaí. Es importante hacer notar que la venganza israelí contra el sucesor de Nasser será consumada poco tiempo después por los “Hermanos Musulmanes” mostrándose así como tontos útiles para el Mossad.

Después de los tratos secretos con «el Gran Satán», los iraníes deciden postergar la liberación de los rehenes permitiendo a Reagan ser elegido, exactamente como los israelíes habían pedido.

2.    Al mismo tiempo (23 de septiembre) ha estallado la «Guerra del Golfo» entre Irán e Irak. Se cree que Irak ha sido lanzado por los EE. UU contra Irán. La opinión pública sin embargo no está al corriente de que Irak está intentando equilibrar las diferencias nucleares con Israel y que, para impedir esto, la aviación israelí ha abatido el 27 de junio de 1980 el DC9 de la compañía Itavia en tránsito por el cielo de Ustica. En Tel Aviv se creé que en aquel vehículo se encuentra el uranio enriquecido para Saddam. Dejando aparte esta tragedia impune que tendrá un corolario en la masacre israelí(1) de la estación de Bolonia, nos damos cuenta de que precisamente mientras Bagdad está ocupado en la guerra contra Irán, la central nuclear iraquí de Osirak es destruida el 7 de junio de 1981 por la aviación israelí. A la luz de esto es lícito preguntarse: ¿el motivo de la Guerra del Golfo era verdaderamente el debilitar a Irán como nos han siempre dicho, o más bien frenar el único serio adversario de los israelíes –Siria aparte– después de la desnasserización de Egipto, o ese Irak que incluso bombardeará Tel Aviv nueve años más tarde?

3.    En 1986 estalla el escándalo del Irangate. Se descubre que los americanos han abastecido armas a Irán (al margen de a Irak) durante la Guerra del Golfo mientras los israelíes han desempeñado el cargo de abastecedores y de mediadores. Se tenga bien claro que, durante todo el conflicto, los americanos tendrán relaciones con ambos contendientes, los israelíes sólo con Irán. Arrastrados por el escándalo, los americanos dirán que las armas se habían cedido a Teherán a cambio de los rehenes. Pero es una falsedad clamorosa visto que los rehenes americanos habían sido liberados el 20 de enero de 1981 mientras los misiles se habían vendido a los iraníes al menos hasta 1985... Téngase en cuenta, en passant, que el escándalo del Irangate había estallado gracias a unas revelaciones del semanal libanés pro-sirio Al Shiraa que de esta manera entendía denunciar la no fiabilidad iraní.

4.    Por lo demás, analicemos la operatividad iraní en este cuarto de siglo, dotándonos de una mínima objetividad, no puede eximirse de poner de relieve cómo ha sido enteramente dirigida hacia una política que mira la hegemonía regional. Incluso en la Palestina ocupada, los iraníes han desempeñado el papel de polo catalizador que se ocupaba de debilitar la autoridad palestina y la causa nacional (que como tal no es ni considerada desde una óptica teocrática). Difícil reconocer una función positiva para Palestina en la política iraní; mucho más libre claro es ver un co interés con Israel en el desmenbramiento de este pueblo martirizado.

5.    Si el cinismo y el oportunismo iraní en Palestina es en todo caso motivo de análisis, resulta escandaloso cuando hablamos del Irak de hoy. El presidente fantoche de Bagdad, aquel talibán con la fuerza de un apoyo popular inferior al 9% que habría «liberado» el país, ha sido respaldado públicamente por el líder iraní Ahmadinejad(2) que les ha asegurado el apoyo político. Pero todavía hay más: los iraníes adiestran los escuadrones de la muerte chiitas de la SCIRI que torturan, masacran y abastecen de apoyo militar y policial a los invasores americanos y a los departamentos especiales israelíes. Claro está no participan en esta ignominia todos los chiitas del Irak, pero cierto es que lo hacen aquellos enlazados directamente con Teherán. En particular los secuaces de los ayatollah Al Sistani y Al Hakim que han entrado en masa en las fuerzas de policía que obedece al ocupante.
 
6.    Desde hace pocos días la noticia que Bush pretende abrir relaciones diplomáticas con Irán. Tales relaciones, en cualquier caso, habían continuadas bajo mano, en tanto que importantes exponentes de la administración americana, como Douglas Feith y Michel Ledeen –que estuvo entre los principales organizadores de pistas confusas por la masacre de Bolonia– han sido indagados en su patria por relaciones ambiguas con una potencia «enemiga».

No es un discurso «contra» Irán.

Con todo esto no quiero decir que Irán sea el fantoche de Israel o el aliado de los Estados Unidos. Sostengo que, ni más ni menos de cuanto sucedió con la Unión Soviética, se comporta como una cínica potencia que persigue sus propios intereses, instrumentalizando y traicionando la fe de los demás cuando es necesario. Un día, quizá, ya no le será más concedido a Teherán jugar de manera desenvuelta y no se excluye que la situación se convierta en ese momento explosiva; a causa de Turquía, la rival local: o del avance americano hacia Asia Central o, finalmente, porque Israel no tolera que existan sujetos demasiado fuertes en el área: ha reforzado el Irán en clave anti-palestina y anti-iraquí pero ahora es posible que quiera debilitarlo.
Cuando se verifique una crisis importante será natural, por parte de todo hombre libre, tomar partido por el pueblo y por la nación iraní; ni más ni menos de como debería suceder para Corea del Norte o para cualquier otro país amenazado.

Atribuir a Irán significados que desempeña en la comedia política, pero que no corresponden en ningún caso con la práctica, es, en cualquier caso, un deformante vicio de lectura, frecuentemente determinado por un transfer que no estaría mal psicoanalizar. El discurso sobre las necesidades psicoanalíticas por buena parte del áreas guetizadas nos llevaría muy lejos y lo afrontaremos en otro lugar.

Aquí atengámonos al significado político real (no subjetivo) de algunas tomas de posición fanáticamente partisanas. El extremismo islámico, en todas sus formas, es cualquier cosa menos ir en contra a las potencias dominantes. La absolutización monárquica y/o teocrática ha servido para desintegrar ese fenómeno socialnacional, laico, inspirado en los modelos del Eje y para hacer degenerar en tal manera la causa árabe, debilitando contemporáneamente a Europa. Los principales aliados de los EE. UU. son Arabia Saudita, Kuwait, Jordania, Marruecos, Emiratos Árabes y Pakistán, países, todos ellos, con una fuerte imagen islámica. Libia desempeña la función de falso opositor y de payasesco vasallo; del Irán ya lo hemos dicho.

En cuanto al así llamado «terrorismo islámico» hay que recordar que ha sido encuadrado, organizado y quizá incluso en buena medida concebido por los EE. UU. y por Israel; generalmente con la participación del Pakistán y de las mafias bosnias. Al Qaeda es una criatura de las superpotencias; el terrorismo checheno es subvencionado por la alta financia en clave anti-rusa. Los mismos Hermanos Musulmanes han sido utilizados en Egipto para la más grande gloria de Israel; el FIS en Argelia ha sido durante tiempo sostenido por los EE. UU. Incluso Hamas en Palestina tiene extrañas protecciones anglo-americanas y goza de una aurea de impunibilidad en su fábrica de suicidios(3).

No es un discurso «contra» el Islam

Si prestamos atención: no es una razonamiento anti-islámico. Soy un partidario encarnizado del derecho (es más, del deber) de cada pueblo de mantener y cultivar costumbres y creencias propias cada uno en su casa. No creo por lo tanto en el «conflicto de civilizaciones» que considero un escamoteo israelí-americano que tiene que ser rechazado. Rechazado, no invertido. Por lo que respecta al Islam, tengo una pasión por el comandante Massoud y no sólo porque ha sido asesinado. Tengo una gran consideración por la obra de islamización socioexistencial que el jeque Yassín está llevando a cabo en Marruecos y que viene obstaculizada por el monarca local, pretendido descendente del Profeta, que junto a todos los monarcas musulmanes es uno de los pilares americanos en el mundo árabe. Manifiesto, por el contrario, una aversión política y humana por el llamado terrorismo islámico que, mediante su gran aliado pakistaní, EE. UU e Israel han concebido, alimentado y desencadenado en todas sus formas (Al Qaeda como la guerrilla chechena). Creo que ha sustituido el lugar del enemigo/fantoche comunista y que permite a EE. UU mantener y hacer prosperar su dominio. Desde aquí parto en mi condena política por la función instrumental del integrismo; así como de aquí nace mi desconfianza total hacia el regimen de Teherán.

Quiero decir con esto que la gestión política mundial procede desde hace sesenta años según formato bien preciso. Es así cómo se mueven los americanos. Estos formatos no se renuevan nunca: hay una «Tesis» (el comunismo invasor, las potencias del mal, el terrorismo organizado), con una «Antítesis» (el anticomunismo, el conflicto de civilización) y una «Síntesis» que no es otra cosa que la meta preestablecida a Nueva York (y en subordinación a Washington). Aceptar la «Antítesis» quiere decir ayudar a quien dirige; rechazar la «Antítesis» aceptando la «Tesis» (en este caso la valencia revolucionaria del terrorismo islámico o aquella del regimen de Teherán) nos lleva al mismo resultado. La totalidad se mueve sobre la falsa línea de la «estrategia de la tensión». Es necesario siempre escoger una tercera posición.

Se debe entender cuál es el verdadero juego, partiendo del axioma que nada es como se presenta. Conociendo los formatos con los que los americanos han actuado desde hace sesenta años, comprender la realidad más allá de la ficción no es tan arduo.

Pero no confundamos inquisición y Tradición

En conclusión, el mío no es ni tan sólo un discurso anti-iraní. Que no pruebe ninguna simpatía, estima o atracción por su sistema es otra cosa, pero sus propios asuntos no son cosa mía; afortunadamente no soy un globalizador ni tengo intención de serlo. Si a ellos les gusta un régimen puritano, prohibicionista, fanático y corrupto son muy libres de tenerlo. Si necesitan de «guías espirituales» que prometen el paraíso o la vida eterna para poder marchar erectos; si, en definitiva, deben caminar con prótesis, que lo hagan libremente, mientras no busquen, ellos como cualquier otro «teócrata», cortarnos las piernas. Si no les gusta el vino, el cerdo y el Eros, son muy libres de pertenecer a OTRA civilización respecto a la mía y a OTRA visión del mundo. Y yo soy libre de defenderla de ataques de los demás, como defendería a otros de sus ataques.

No estoy en todo caso dispuesto a caer en la superficialidad de los extremistas (los «adolescentes» de la revolución) porque son radicales (o sea arraigados) y no me gusta que me tomen el pelo ni emborracharme con habladurías rimbombantes. Por esto intento de levantar la «persiana» para ver que hay; y siempre por este motivo insisto en gritar «el rey está desnudo».

Añado que rechazo la exaltación de un régimen teocrático que serpentea aquí y allá en cierta parte del «precipitado» político post/neo/fascista. En primer lugar porque aborrezco todo genero de teocracia y cualquiera que instrumentalice la idea y el nombre de (cualquier) Dios para el propio poder, para imponer a los hombres reglas que lo aprisionan y que le impiden precisamente alcanzar la búsqueda de Dios dentro de sí mismos. Pero ése es un discurso que nos llevaría demasiado lejos.

Finalmente, que es más importante, rechazo el rencor reaccionario que se enmascara detrás de intentos revolucionarios (el antiamericanismo, la defensa del Tercer Mundo) sólo para exaltar un andamio estatal formado de prohibiciones, inquisiciones y represiones.

Quien confunde la «revuelta contra el mundo moderno» con la exaltación del oscurantismo –de cualquier genero de oscurantismo– nada tiene que ver con la tradición histórica, política, cultural que a mi interesa, que nace en la noche de los tiempos, que se hace consciencia activa en la Hélade y Civilización en Roma y después de una larga convivencia con la banalidad retorna prepotentemente a proponerse en versión heroica en el «siglo breve» de la primera mitad del Novecento (4) .

Gabriele Adinolfi

Notas:

(1) El actual debate en curso acerca de quén fue el ejecutor de la masacre de Bolonioa (Kramm, la «súper logia» de Montecarlo, los servicios secretos) no atañe a los «mandantes» y las organizadores de la operación. Los cuales son patentes, visto que reivindican por escrito las propias responsabilidades, como ha hecho el Mossad, que considera que fueron precisamente los halcones sionistas quienes sugirieron y organizaron las «desorientaciones» pertinentes.

(2)Todo el vocifería hecho sobre la afirmación pública de Ahmadinejad a propósito de la negación del derecho de Isreal a la existencia es bastante sospechosa. No sólo porque Ahmadinejad no se habría expresado exactamente en esos término, sino porque esta tesis es un estribillo desde siempre en gran parte del mundo árabe. Si se han encendido los reflectores sobre estar afirmaciones significa que EE.UU y/o Isreale han decidido presenar a la opinión públcia occidental a Irán como el enemigo (es indicar a los extremistas su Golstein de Gran Hermano). Si esto es sólo una farsa, o, por el contrario, precede a un cambio rela de las relaciones, no podemos decirlo a fecha de hoy.

(3) En los territorios ocupados, o más bien bajo control israelí, existe una fundación que se ocupa de la ayuda psicológica y práctica de los parientes de los guerrilleros suicidas. Esta fundación, está dirigida por Hamas, y financiada con capital anglo-americano. De ahí salen regularmente los nuevos «suicidas». Israel, que tiene el poder de hacer lo que quiere en cualquier parte, que no respeta vidas, leyes o formas en algunas partes del globo, no es capaz, sin embargo, de erradicar esta institución no de impedir que sea aprovisionada de fondos...

(4) Siglo XX (N. del T.)

Reflexiones sobre la crisis de Gaza. Contra la simplificación mecanicista

Infokrisis.- Había decidido no hablar del conflicto de Gaza porque cualquier toma de posición a favor de unos o de otros puede ser malentendida. Este es un tipo de conflicto en el que el único enfoque razonable sería, en principio, el humanitario. Intentar dirimir quién tiene razón es un completo absurdo: las causas originarias del conflicto datan de hace más de 60 años y ya se ha perdido su recuerdo. En lo que se refiere al “enfoque humanitario” para eso ya están las ONGs y los gobiernos y medios de comunicación que lo utilizarán para obtener alguna tajada acorde a sus intereses. Lo único que podemos hacer desde infokrisis es extraer algunas enseñanzas de este conflicto.

Sobre un conflicto poliédrico

Como cualquier poliedro, el conflicto de Oriente Medio tiene múltiples caras y siempre se corre el riesgo olvidar alguans al examinarlo  No hay que  recordar que el conflicto dura más de sesenta años y que en ese tiempo ha ido acumulando capas y capas que cada vez lo han alejado más del problema originario que, a fin de cuentas no era otro que si Israel tenía o no derecho a un Estado propio en una tierra que hasta ese momento había pertenecido a los palestinos y cuyos derechos históricos se remontaban a la destrucción del segundo templo de Jerusalén y a la marcha victoriosa de los legionarios de Tito en la Avenida de los Foros Imperiales, llevando la Némorah y Arca de la Alianza.

Plantearse ahora la cuestión, reduciéndolo sólo a esto es absurdo: la historia avanza y las situaciones de hecho suelen ser irrevocables. Ya en 1967, cuando se iniciaba la Guerra de los Seis Días, el tema empezaba a ser ocioso y, no digamos en 1973 con la Tercera Guerra Árabe Israelí. ¿Quién tiene la razón en el asunto de la territorialidad? ¿Los palestinos que estaban o los judíos que estuvieron hace casi dos mil años y que volvieron en 1948 y los que se han ido sumando desde entonces? No puede haber una respuesta clara.

La historia del conflicto judío-palestino es la sucesión de unos agravios mutuos continuados que duran ya 60 años. ¿A quién le importa quién disparó primero? ¿Serviría de algo señalar a los judíos como usurpadores? ¿Sirve de algo condenar el lanzamiento indiscriminado de cohetes sobre territorios judíos o los atentados suicidas en mercados y estaciones de autobús? Sirve tanto como condenar el muro construido por los judíos o los asentamientos realizados por derecho de conquista… Es imposible establecer quién tiene razón y meterse en el berenjenal de dirimir quien tiene “más” razón que el otro (que sería lo único a lo que, en buena lógica podría aspirarse) tiene poco sentido… las “filias” y las “fobias” son totales, o lo son al 100%, o no son nada.

La ley del Talión no es desde luego la mejor forma de resolver los asuntos. Para los que no creemos ni en el dios del Antiguo ni en el del Nuevo Testamento, para los que, en realidad no creemos en ningún dios personal, ni en Iahvé, ni en Ala, matar en nombre de uno o del otro nos parece la muestra más absurda de brutalidad humana. Israel ha enmascarado frecuentemente su afán de supervivencia detrás de una brutalidad inmisericorde y de iniciativas desafiantes y represalias incalificables. ¿Y los palestinos? Los palestinos han demostrado una completa ineptitud para manejar su conflicto: anteayer, ayer y hoy.

Los palestinos en la actualidad solamente tienen un apoyo seguro: la Liga Árabe. Todo lo demás son, o bien grupos de izquierda europea que, a falta de mejor causa o bien de una ausencia total de causas claras por las que luchar, han optado por manifestarse a favor de los palestinos, o bien ONGs con tendencia a ponerse siempre de parte del que parece más débil (como si la debilidad mereciera, por sí misma, solidaridad). Rusia ha optado por la solidaridad con Palestina a distancia; los rusos conocen de tiempo a los palestinos y conocen perfectamente la fenomenal olla de grillos que es la comunidad palestina. La solidaridad rusa es más bien una toma de posición antiamericana –es decir, una defensa de las propias posiciones– que una solidaridad activa con los palestinos.
 
Los rusos conocen perfectamente los motivos del apoyo norteamericano al Estado de Israel: no es desde luego por interés geopolítico, no es sólo por contar con una base segura en las inmediaciones de las zonas petroleras de Oriente Medio (para eso ya están los turcos al norte, Arabia Saudí en el centro y Egipto, sin olvidar las bases en Irak en donde están atrincherados los marines), ni siquiera porque los americanos tengan una deuda moral con el holocausto judío. Ni siquiera porque los cristianos renacidos hayan querido unir el destino de los EEUU al del Estado de Israel en función de la novela bíblica tenido por ellos como manual de referencia política. Eso, en última instancia, ha servido para galvanizar a ciertos sectores del conservadurismo norteamericano hacia la causa de Israel, pero la administración americana nunca se ha regido por estos sentimentalismos, sino que los ha utilizado como coartadas para justificar el único motivo por el que apoyan a Israel: por el peso del lobby judío en los EEUU.

Este peso es determinante. Ningún presidente de los EEUU sale elegido sino es con la bendición de la comunidad judía. Ésta podrá inclinar mayoritariamente sus preferencias por uno u otro candidato en función de sus afinidades políticas, pero siempre tiene la seguridad de que, ambos candidatos, apoyarán al Estado de Israel.  Si los palestinos tuvieran en los EEUU un lobby de las mismas características, seguramente los EEUU rectificarían sus argumentos, los cristianos renacidos considerarían a los judíos como responsables de la crucifixión de Cristo y a los palestinos como aquellos que, en el fondo creen, que Cristo era otro profeta… Pero los palestinos no tienen, literalmente, dónde caerse muertos, así que el poder norteamericano los ningunea a diferencia de la comunidad judía norteamericana.

Por su parte, los judíos tienen influencia en la economía, en los medios y en Hollywood, por tanto, también en la política del país y en la formación de la opinión pública. Eso es poder y ese poder se traduce en la solidaridad continua de las distintas administraciones norteamericanas hacia el Estado de Israel. Sólo un tonto de baba como ZP podía pensar que con la llegada de Obama cambiaría algo la situación. Obama ha pasado por las mismas “etapas iniciáticas” para ser elegido presidente como cualquier otro candidato que haya llegado a las primarias de sus respectivos partidos: manifestar su solidaridad con Israel, fotografiarse con la kippa, llevar sus buenos deseos al Estado de Israel y lamentarse de tanta pantomima ante el Muro de las Lamentaciones. Cada una de estas etapas le ha dado “cuartelillo” en los medios controlados por capital judío, le ha valido apoyos en la industria del cine y donaciones económicas. ¿A alguien le extraña? Lo realmente curioso sería que ahora alguien se sorprendiera por la actitud de los EEUU ante el conflicto: con una opinión pública supersticiosa y con el cerebro lavado, centrifugado, aclarado, secado y resecado por la lectura indigesta del novelón bíblico y estando a la espera del Armagedón que dirimirá la suerte y la conversión (¡pobres criaturas!) de los judíos, con unas dinastías hermanadas todas por el capital y la búsqueda de inversiones, y una clase política que necesita votos, dinero y campañas mediáticas, ¿qué postura podría esperarse de los EEUU?

¿Y en Europa? En Europa estupor, porque aquí sectores más amplios de la opinión pública creen todas esa cantinela de los “derechos humanos” vendida por el eje NNUU-UNESCO y que tienen en las ONGs y en la izquierda europea a sus principales valedores.  Pero no nos engañemos tampoco en esto: a la clase política, los derechos de los palestinos y la “paz” en Oriente Medio, se la traen literalmente al fresco. ¿O acaso creéis que a algún político europeo de derecha, de centro o de izquierdas le interesa algo más que el mantenimiento de la poltrona? Si la UE le pagó los muebles, la casa y la herencia a la viuda de Arafat y repone las infraestructuras de la administración palestina que de tanto en tanto pulverizan los judíos, no es por un amor desmesurado o por una “comprensión” hacia la causa palestina, sino simplemente para estar presente en un escenario de tensión internacional. Sin olvidar que también aquí, en Europa, existen medios de comunicación y poder financiero en manos judías. Europa es un enano político y el papelito de los gobiernos europeos por separado o todos juntos en unión… ha sido la que corresponde a  sus dimensiones de enano: ayudar algo a los palestinos con dinero público para que la conciencia esté satisfecha, intentando no romper puentes con Israel no sea que la prensa y las finanzas más o menos próximas a Israel les monten una campaña que podría erosionarles con cualquier motivo.

Lo dramático del conflicto judío-palestino se reduce a cuatro puntos y así hay que aceptarlo:

- No tiene remedio: 60 años de conflicto demuestran que si las dos partes no tienen voluntad de entenderse –y no la tienen porque cada uno tiene una desconfianza atávica en el otro- el conflicto seguirá permanentemente en estado de latencia.

- Es imposible dar la razón a uno o a otros: ni los judíos tienen razón en su aplicación sistemática de la Ley del Talión, ni los palestinos tienen defensa con sus atentados indiscriminados y con su falta de visión política que los ha aislado.

- Cualquier toma de posición se presta a confusiones: se tome posición a favor de los judíos o de los palestinos, siempre habrá alguien que tomará esta toma de posición como “filia” o “fobia” y actuará en consecuencia. Incluso el silencio es sospechoso porque cada parte “exige” que se tome postura a su favor en un todo o nada excluyente. Como en cualquier conflicto, el sentido común es el menos común de todos los sentidos.

- Es un conflicto interminable:  cuando los propios interesados han sido incapaces de ponerse de acuerdo en 60 años, termina afectando a la psicología profunda de las poblaciones. El judío sólo ve al palestino como enemigo y viceversa: tres generaciones completas de guerra han anidado en la psicología de las poblaciones de la zona este punto de vista que, a la postre, termina siendo una “herencia” legada a las generaciones que seguirán. Cuando un conflicto no tiene solución, lo único que puede hacerse es aislarse, impedir que trascienda de su zona geográfica y que no se traslade, ni siquiera, a la mentalidad de otras zonas geográficas.

Las dos actitudes en el conflicto

Los medios de comunicación españoles se han dividido en dos (como, por lo demás, todos los medios internacionales), en ocasiones con una brutalidad, una subjetividad y un partidismo (estaba tentado de llamarlo “bandolerismo”, no en vano, la palabra deriva de “bando”) que suponen un verdadero asesinato de una de las características que han evidenciado todas las culturas indo-europeas: el afán de objetividad, la búsqueda de la realidad, el intento casi obsesivo de llegar al fondo de la cuestión de los problemas y de percibir la realidad tal cual es. De eso que estuvo presente en la sagrada tierra de Europa desde la filosofía clásica y tuvo posteriormente al estoicismo como su más acrisolado representante en la romanidad, parece quedar poco.

Las dos posturas sostenidas por los medios de comunicación y los “tertulianos” son:

- O bien reducir el problema a una legítima defensa del Estado de Israel ante el “terrorismo”.

Esta postura, utilizada desde España tiene su pivote psicológico en el rechazo de la población a cualquier forma de terrorismo político. Utilizando la palabra “terrorismo” al aludir a Hamás, lo que se está haciendo es traspasar el rechazo en términos locales a ETA o al 11-M: “el terrorismo es malo, luego cualquier Estado tiene derecho a defenderse del terrorismo”. Por tanto, Israel tiene derecho a atacar a los terroristas que disparan kazzan o katiushas contra sus colonos. Además a un terrorismo indiscriminado corresponden unas represalias no menos indiscriminadas.

El razonamiento es falaz y tiene su corolario en otro aún más atroz: “todo palestino es terrorista”. No se es capaz de distinguir entre Hamás, Hezbollah, ni los alumnos palestinos de cualquier escuela, o de las familias que viven en las inmediaciones de un barrio con fuerte presencia de estas organizaciones.

En el fondo, el principio de toda lucha antiterrorista efectiva es la erradicación del terrorismo de la mentalidad de las poblaciones: si se quiere golpear al terrorismo de una vez y para siempre, los manuales -esos que nunca serán vendidos como best-sellers pero que se enseñan en la Escuelas de las Américas y e n cualquier otra institución similar de cualquier otro servicio de inteligencia- enseñan que hay que actuar contundentemente: el mejor terrorista es el terrorista muerto y el mejor clima para que no reaparezca de nuevo terrorismo sobre esa misma tierra es realizar represalias y ejecuciones, no sólo contra terroristas, sino contra familiares de terroristas, amigos de terroristas, hermanos de terroristas, hijos de terroristas, vecinos de los terroristas, hasta que el fantasma del terrorismo queda alejado, no sólo de la práctica política, sino de la mentalidad de las poblaciones, sustituida por un terror subconsciente. Es la línea adoptada por Israel: golpear indiscriminadamente. Y para hacerlo con coartada moral, responsabilizar a todo un pueblo de aquello que solamente unas minorías han generado. Es lo que dice el "manual"...

Y a todo esto: ¿Dónde están los terroristas? ¿cuál es su origen? A los palestinos se les llama “las putas de Oriente Medio” por la facilidad con que muchos de los sutos se venden al mejor postor. No son los únicos. Ese mismo calificativo se le ha atribuido al exilio cubano en donde han podido reclutar todos los servicios de inteligencia norteamericanos e incluso soviéticos o cubanos con facilidad. En Palestina, el Mosad y todos los servicios occidentales tienen “antenas” reclutadas en los campos de refugiados, en los partidos radicales y en las oficinas de la Administración Palestina. TODOS. De ahí que los líderes de Hamás sean localizados con tanta facilidad e Israel actúe con tanta precisión. Pero aún hay más.

En 1980 el Estado de Israel, a través de sus servicios de inteligencia, contribuyó a la creación de los partidos radicales chiitas en las filas palestinas.  Lo recordamos muy bien porque lo vivimos de cerca. La operación tendía a romper el frente de la resistencia palestina aprovechando la reciente revuelta chiita en Irán y exportando los ideales de la “revolución de Jhomeini”. Por otra parte, todos los servicios de inteligencia, suelen tener controlado a alguna formación terrorista, algo que no es tan paradójico como a primera vista parece. Con eso se obtiene –simplemente aflojando la presión o poniendo en acción a los peones de que se dispone– que se cometan atentados en momentos puntuales (una campaña electoral, un momento de crisis) que modifiquen mediante la brutalidad de un crimen los equilibrios de fuerzas y creen otros nuevos. Así se crean los “casus belli”. Las guerras solamente estallan cuando hay voluntad de emprenderlas y en ese momento solamente hace falta la excusa. Y si no existe, se crea. Son las operaciones de “bandera falsa” que tan bien conocen todos los servicios.

No es que Hamás o Hezbollah sean “títeres” del Mosad, es que, sin olvidar que fueron generados en buena medida por la inteligencia judía,–ellos y la miríada de pequeñas células terroristas que nadie sabe quién controla ni a qué intereses sirven– es que “por la boca muere el pez”: el radicalismo verbalista de estos grupos palestinos, que emana de su psicologia profunda aunque no viniera ya acompañado de una práctica terrorista, sería suficiente como para que Israel se permita calificarlos como “incendiarios” y “terroristas” y en Europa sean vistos como tales.

- O reducir el conflicto a una lucha de los palestinos por sus derechos

Es evidente que Israel está matando moscas a cañonazos. La creación del muro que separa a ambas comunidades y su negativa continua a buscar una salida razonable al problema no son la mejor de las políticas. Habitualmente, la percepción subjetiva indica que, ante un conflicto, la parte más débil es siempre la que tiene la razón. En este caso, los más débiles son los palestinos, ergo ellos tienen la razón. Pero la cosa no está tan clara.

En 1948 se podía discutir si los judíos tenían el derecho de asentarse en Palestina porque allí habían estado antes de la Diáspora. Si se acepto era porque se quería compensar a los judíos por los perjuicios causados durante la II Guerra Mundial a causa del antisemitismo del III Reich. (dejando aparte que el propio régimen nacional socialista, a través de la SD !proponía la formación de un Estado judío en Palestina!). La excusa para satisfacer al sionismo era el resultado de la guerra. Los palestinos quedaban como los primeros perjudicados. No en vano, algunos de sus representantes habían tomado partido por el bando hitleriano, entre ellos el Gran Muftí de Jerusalén y, en general, en un período entre 1933 y 1948 –incluso más tarde en determinados países– el mundo árabe vio con buenos ojos el antisemitismo hitleriano, que respondía a su propio antisemitismo y, al mismo tiempo, a su oposición a los colonialistas ingleses que les dominaban en aquel momento.

Pero esa visión tiene ya sesenta años, más de medio siglo. Hoy –lo hemos dicho– ya es ocioso discutir sobre los derechos de palestinos o de judíos para estar en aquellas tierras. Dirimir sobre esta tema es imposible: simplemente están ahí, son los hechos consumados, están unos y otros. Están, pues, condenados a vivir en paz o a matarse eternamente hasta que el último judío ahorque al última palestino con sus propias tripas. Sea lo que sea lo que decidan, nosotros, desde Europa no podemos hacer gran cosa. No somos los "Neyras" de esta historia.

La memoria del origen del conflicto se ha perdido. Los palestinos que viven dentro de Israel, se reproducen con más rapidez que los judíos, luego a la vuelta de pocos años, el conflicto, no solamente estará entre comunidades nacionales, sino dentro del propio Estado de Israel. Por otra parte, no de ahora, sino de siempre, los palestinos han sabido defender muy mal su causa. No se puede atribuir solamente a “provocaciones” o a la acción de servicios infiltrados, el haber cometido atentados horribles y gratuitos mediante suicidas hoy y ayer mediante atentados contra granjeros o colonos aislados.

 

Por mucha simpatía que incluso nosotros pudiéramos tener en otro tiempo hacia la resistencia palestina, lo cierto es que el paso del tiempo y determinados atentados sistemáticos contra Israel que no obedecían a objetivos estratégicos, sino simplemente al intento de asesinar indiscriminadamente a población civil, no han sido la mejor carta de presentación de los palestinos. Sin olvidar, por supuesto, que la administración palestina de Arafat y el propio Arafat fueron corruptos entre los corruptos y que el dinero enviado por la UE terminó en buena medida en sus cuentas corrientes. No es nada nuevo entre la clase política y la palestina no desdice la norma de político = chorizo, pero es preocupante que el líder de un pueblo que sufre hambre y miseria, sea un corrupto y haya muerto como un corrupto. Sin olvidar, tampoco, que todo el mundo árabe, del que los palestinos forman parte, no ha superado su atraso secular indisolublemente ligado a sus principios religiosos, ni su mentalidad de zoco, regateo y corrupción que son una constante en los países árabes. Incluso en los países árabes en donde, como en el caso de Irán, se ha producido una “revolución islámica”, la cosa lejos de mejorar ha empeorado: corrupción, toxicomanías y sensación de abatimiento entre los jóvenes son los tres rasgos que definen el estado actual de la sociedad iraní tras casi treinta años de ayatolas, sharias e islamización. ¡Como para solidarizarse con esta patulea!

                                            *    *    *

Si estos son los dos campos en los que se divide la opinión pública, ninguno de ellos parece aceptable y valdría la pena preguntarse por qué nuestros medios de comunicación optan por uno u otro. La respuesta es simple: optan en razón de los intereses de su empresa. Nada más. Así pues, quienes no tenemos los mismos intereses, no tenemos por qué acompañarles hasta ahí, sino que podemos permitirnos el lujo de la objetividad.

Problemas añadidos

Pero este problema se une con otros muchos en una inextricable maraña. Citemos unos cuantos.

1) Es muy difícil separar la defensa del pueblo palestino de otro problema que nos afecta extraordinariamente: la islamización de Europa.

No podemos perder de vista que los incidentes de El Ejido se iniciaron cuando un refugiado político palestino asesinó a dos agricultores porque el perro del primero le había ladrado. Como se sabe, el Corán considera al perro como una especie de animal satánico. Ningún musulmán tiene perros, ni los ha tenido jamás como animales de compañía; es un rasgo identitario de esta cultura. Pero asesinar a un agricultor porque su perro le había ladrado y a otro que había acudido a ayudar al primero, parece un despropósito. Esto lleva a otra cuestión: los palestinos son islamistas: y el Islam es, por muchos motivos, una religión que no tiene lugar en Europa y que si está presente hoy se debe a la oleada migratoria y a las bolsas dejadas durante las conquistas otomanas en los Balcanes. Históricamente el Islam es extra-europeo y, lo que es peor, contra-europeo. Sus principios religiosos son irreconocibles desde la tradición cultural europea y tienen razón quienes han atribuido su monoteísmo obsesivo y reduccionista a la visión monótona propia del paisaje del desierto.

Los intelectuales sofisticados que se convirtieron al Islam hace 25 años o incluso 10, lo hicieron a menudo siguiendo el consejo de René Guénon, buscando en el sufismo mucho más que en el exoterismo islámico, lo que veían muerto en Europa: una forma de esoterismo tradicional. Dejando aparte que en infokrisis ya contestamos este peligroso punto de vista guenoniano que ha llevado a vías muertas a varias generaciones de tradicionalistas (véase el artículo René Guénon o la madre de todas las confusiones), no es menos cierto que hace 20 años, el islam en Europa estaba constituido por gentes intelectualmente sofisticadas, europeas o procedentes de los cuerpos diplomáticos de los países árabes… mientras que hoy es un islam de “sal gruesa”, masificado, llegado con una inmigración que portaba en sus maletas no tanto los fundamentos de la teología islámica, como supersticiones y actos rituales de algo que solamente es “pensamiento mágico”, de baratillo, sino supersticioso.

Defender la causa palestina, cuando al mismo tiempo se cree que el islam es un problema en Europa, es una contradicción. La pregunta es: ¿crees que el islam es un riesgo para la identidad europea? ¿Crees que la inmigración islámica no es un riesgo para Europa?

Si la respuesta es no, adelante con las manifestaciones pro-palestinas. De lo contrario, si alguien que ve la inmigración como problema en Europa, acude a una de estas manifestaciones solidarias con la causa palestina, corre el riesgo de ser reconocido como militante “anti-inmigración” por los integrantes de la mayoría de estas manifestaciones: inmigrantes islámicos o miembros de grupos mayoritariamente pro-inmigracionistas.

Si la respuesta es sí, la actitud que corresponde es quedarse en casa y dejar que lo semejante se una a lo semejante y que los palestinos reciban la solidaridad de los inmigrantes islámicos en Europa y de una izquierda radical europea que, a falta de mejor causa aquí, prefiere manifestarse por una causa ubicada a 6.000 km de distancia.

2) La postura antiamericana se confunde con la postura pro-palestina, cuando ambas son posturas diferentes

En infokrisis siempre hemos sostenido la necesaria independencia y libertad de Europa: Europa es un bloque geopolítico y el eje Madrid-París-Berlín-Moscú, la alternativa al triángulo Washington-Londres-Israel. Así están las simetrías y hay que elegir, una u otra. Desde luego, el eje Madrid-Gaza-Inmigración islámica, no parece el más realista. La larga noche de Europa se inició en 1945 y duró hasta el final de la guerra fría en 1989. Entonces, los gobiernos europeos renunciaron a su neta libertad, aceptaron ampliar la OTAN, siguieron viendo a Rusia como el enemigo que ya no era (la URSS, el otro enemigo, ya no existía), siguieron a los neoconservadores en sus locas aventuras y cayeron en la contradicción de apoyar a la administración palestino y, al mismo tiempo, enviar tropas de la OTAN a Afganistán. La política para ser Gran Política precisa coherencia y los gestores temporales de los Estados europeos –en absoluto “estadistas”– no están a la altura de las circunstancias.

La realidad es que la condena a las aventuras imperialistas de los EEUU no lleva directa ni necesariamente a una postura contraria a su aliado en la zona, el Estado de Israel. Las razones por las que EEUU apoya a Israel son múltiples y profundas. Se reducen a tres:

- Las bases bíblicas de los EEUU que hacen del dios de Israel el dios al que se venera incluso en los billetes de a dólar.

- La existencia de una base social amplia compuesta por los “cristianos renacidos” y teledirigida por los neoconservadores que une la misión histórica de los EEUU (considerado por ellos como “pueblo elegido” en la modernidad) con Israel (“pueblo elegido” del mismo Iahvé)

- La existencia de un fuerte lobby judío en los EEUU que presiona para que permanentemente cualquier administración (ayer con Bush, hoy con Obama, la “gran esperanza” ya amortizada de los obamamones que esperaban giros radicales en política exterior) opte posiciones de apoyo a Israel.

Así se ven las cosas desde EEUU y así las rechazamos. Pero Palestina está a 15.000 km de Washington y a 6.000 de Madrid. Las cosas no se tienen porque ver necesariamente igual. Tomar partido por la libertad de Europa no implica necesaria y automáticamente tomar partido junto a otros enemigos de EEUU: el mundo árabe, por ejemplo. El mundo islámico no es tanto “enemigo de EEUU” (le sirven carburante y le facilitaron operaciones triangulares –caso Irán-contras-, países como Marruecos o Argelia son hoy los bastiones más sólidos de los EEUU en el Mediterráneo…, la “dorsal islámica” desde las costas del Atlas marroquí hasta Filipinas es, en buena medida, pro-americana y los palestinos no lo son porque el lobby palestino en EEUU tiene una fuerza menor al lobby judío.

No; es malo mezclar la velocidad con el tocino y mucho más si se trata del mundo islámico. Las cosas no son tan simples ni tan automáticas como algunos ingenuos “militantes europeístas” se lo toman. Lucir el pañuelo palestino es una moda, como lo es lucir un Benetton o un Buyton en Pijolandia -distinta calidad, pero la misma cualidad de moda-, no una necesidad para la independencia y la libertad de Europa.

3) Frente a la islamización de Europa ¿tomar partido por Israel? Eurabia

Algunos medios anti-inmigracionistas del continente animan a tomar partido por el Estado de Israel en la medida en que es un “bastión anti-islámico”. Los servicios de inteligencia israelíes, mucho haciendo honor a su título y mucho más inteligentes, han desarrollado en Europa una operación de “guerra psicológica” extremadamente hábil y bien dispuesta: es la difusión de la idea de “Eurabia”.

La operación consiste en lo siguiente: dado que en Europa cada vez existe una opinión pública más contraria a la inmigración masiva, todo consiste en alimentar las razones de este sector alarmado de la población, vendiendo mercancía averiada y transmitiendo la sensación de que estar contra la islamización de Europa implica “lógicamente” apoyar a Israel en su lucha contra el “islam”. Esa idea se vende desde esos blogs que proliferan, sin padre ni madre reconocidos, con el denominador común de “opuestos a Eurabia”. La operación es antológica: vale la pena leer esos blogs, porque frecuentemente, probos funcionarios de inteligencia, van colocando metódicamente noticias ciertas sobre la islamización de Europa y, de tanto en tanto, razones para apoyar a Israel... lo que, a fin de cuentas, es lo que les interesa realmente. 

Si el Mosad está tan interesado en estimular la “lucha” contra Eurabia no es porque les interese un carajo que en España haya millón y medio de islamistas que serán tres en pocos años… es simplemente porque estimulando esto puede acompañarlo por propaganda a favor del Estado de Israel.

 

Y esta es la cuestión: que Europa no es hija del Pentateuco, sino del “Amigo de Platón, pero más amigo de la Verdad”.
 
Conclusión: la unidimensionalización de los conflictos como signo de nuestro tiempo

Los medios de comunicación entiende perfectamente lo que es la psicología de las muchedumbres tal como fue enunciada por Gustav Le bon hace 100 años: las masas son simples, no razonan, creen; les resulta imposible alcanzar niveles de razonamiento de una complejidad mínima, su capacidad de retención se reduce a unas pocas consignas siempre que estén enunciadas fácilmente. El nivel medio de comprensión de las masas se sitúa por debajo del nivel de compresión de cada uno de sus miembros. Las masas tienen una mentalidad femenina, les gusta ser seducidas. Las masas, en definitiva, no van nunca al fondo de las cuestiones... y es que, son eso: masas. Ellas... son asín.

Estamos viendo las últimas consecuencias del paradigma mecanicista que domina la cultura occidental desde el siglo XVII y que supone un alejamiento de nuestras raíces. Este paradigma que tiene tres nombres señeros, Bacon, Newton, Descartes, y se plasma en la consideración del “mundo” como un organismo compuesto por distintos mecanismos cada uno de los cuales puede ser aislado y estudiado independientemente de todos los demás. De ese punto de vista derivan consecuencias tan deletéreas como la destrucción del medio ambiente o… la toma de posición maniquea a favor de uno u otro contendiente en el asunto de Gaza.

El paradigma mecanicista se aleja de las raíces en las que hunde nuestra identidad como europeos: la percepción del cosmos como un todo (el Ση τσ ραη, todo en uno, de la filosofía hermética y neoplatónica representada por el ouróboros, la serpiente que se muerde la cola y encierra en sí misma la totalidad del cosmos). Esa visión holística del cosmos como totalidad lleva necesariamente por pura rutina intelectual a una búsqueda sistemática de la objetividad, un intento desesperado de percibir el mundo tal cual es, empezando por el propio ser humano (en una de las columnas de entrada al Templo de Delfos, capital del paganismo europeo) estaba escrito “se tú mismo” y en la otra “nada de más”, principios del saber vivir clásico. Lo holístico es lo contrario del reduccionismo y del mecanicismo.

Las posturas unidimensionales en relación al conflicto de Gaza evidencian que unos y otros caen en ese reduccionismo. La facilidad con la que los medios “venden” una postura u otra, la frivolidad con la que opinan, desde los tertulianos al último blog escrito por el último patán, es significativa de nuestro tiempo. No es este un tiempo de “complicaciones” si complicación es pensar, es ser coherente, es no mezclar los términos ni dar un paso más  adelante para aumentar la confusión, no realizar razonamientos gratuitos arrastrado por las filias o las fobias, las leyendas urbanas o los conceptos mal aprendidos peor digeridos y apenas parciales. No es éste, en definitiva, el tiempo en el que valga la pena opinar sin conocer hasta el fondo de los problemas.

Puede ocurrir que, en determinado momento, sea difícil explicar razones y argumentos, puede, incluso que las cosas no estén lo suficientemente claras para tomar partido por uno u otro. Puede que asalten las dudas sobre quién tiene la razón o lo que es más importante en ese momento: ¿qué puede hacerse desde Europa? En estos casos en los que no hay respuesta posible, lo mejor es el silencio. La virtud del silencio es, en ocasiones, elocuente.

                                        *    *    *

¿A qué viene todo esto ? Viene a que estamos cerrando el último número de la revista en la que participo. En ella, voluntariamente, no se habla ni una sola línea del conflicto de Gaza. Sin embargo en cada línea se está hablando de nuestro tiempo, se está tomando partido por nuestro tiempo, se está intentando definir los rasgos de nuestro tiempo con la mayor nitidez posible.

Si el lector lee la revista, inmediatamente sabrá cuál es la posición ante el conflicto de Gaza y cómo lo situamos jerárquicamente en el orden de prioridades de una agenda europea, que no es, ni puede ser naturalmente, las prioridades que se tienen en Jan Juniss o en la Karantina, o a la sombra del Muro de las Lamentaciones o en los corredores de la Casa Blanca o en la última “church” del cinturón bíblico de la América profunda.

(c) Ernesto Milà - infokrisis - infokrisis@yahoo.es - http://infokrisis.blogia.com

Acaba de aparecer en Ediciones IdentidaD: Manual de Lucha Política

Acaba de aparecer en Ediciones IdentidaD: Manual de Lucha Política

Infokrisis.- Ediciones Identidad acaba de publicar la obra de Ernesto Milà, Manual de Lucha Política cuyas características añadimos a continuación. Se trata de un obra que aspira a transmitir las experiencias observadas y las enseñanzas adquiridas por varias décadas de observación de la actividad política. Además de las observaciones sobre los principios clásicos de la acción política y de la construccion del Movimiento Político se incluyen varios anexos que abordan temas surgidos en los últimos años: la participación de Internet en las nuevas formas de lucha política y la búsqueda de un modelo político en el ambiente alternativo desde 1945 hasta nuestros días. 

 

Acaba de aparecer en Ediciones IdentidaD

Manual de Lucha Política

De Ernesto Milà

La obra:

La experiencia indica que, inicialmente, se aborda la lucha política sólo con entusiasmo, pero al cabo de poco tiempo se percibe que ese mero entusiasmo no basta para hacer avanzar a una formación alternativa. Es preciso un método. En esta obra se presenta ese método y se hace desde una perspectivas extremadamente didáctica y formativa, acompañando cada caso con ejemplos y gráficos.

Desde cómo elaborar un análisis político hasta cómo diseñar una estrategia general pasando por el método para  onstruir un grupo local, establecer los conceptos de agitación y propaganda, definir los elementos imprescindibles en un movimiento político, este volumen es una síntesis de todo lo que debe saber necesariamente un dirigente político provisto de la voluntad de construir una alternativa. Distintos anexos completan el esquema de esta obra que es, fundamentalmente, un elemento didáctico y de reflexión al servicio de todos aquellos que hayan percibido la necesidad de irrumpir en la acción política.

El Autor:

Ernesto Milá, periodista y escritor, especializado en política internacional y geopolítica, es autor de numerosas obras sobre los temas más diversos: relaciones con Marruecos, ( El enemigo del Sur y Marruecos: la amenaza ), guías histórico-turísticas (Guía Mágica de Barcelona y Guía de los Cáratos ), obras sobre Gaudí ( El Misterio Gaudí y Gaudí y la Masonería ), etc. Como periodista ha sido jefe de redacción de Saber MAS, nuevos hirzontes, [in]Seguridad y en la actualidad de la revista IdentidaD. Ha colaborado con numerosas radios nacionales y extranjeras. En esta obra nos transmite las enseñanzas sobre acción política que ha recibido en sus años como militante de distintos partidos.

El Sumario:

I. Introducción

II. Elementos esenciales del Movimiento Político: cómo concebir y organizar la vanguardia

III. Fuerza Social: agitación y Propaganda

IV. El método de masas:

V. El papel de la formación política

VI. El proceso de construcción del partido

Anexos

Cómo Internet ha modificado la lucha política

Aspectos estratégicos

La búsqueda de un modelo de 1945 hasta hoy

El liderazgo

Las características:

Tamaño: 15 x 21 cm

Número de páginas: 230

Portada: cuatricomía peliculada con solapas

Papel: ahuesado de 80 grs.

PVP: 20,00 euros

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•  Pedidos distribuidoras y librerías, consultar descuentos.

Otras obras de Ediciones Identidad:

•  Adriano Romualdi. Las últimas horas de Europa. (200 páginas) PVP 20,00 euros

•  Pierre Vial. La Caballería del Honor. (180 páginas) PVP 18,00 euros

•  Redacción Identidad. El Libro Negro de la Inmigración 2008 . (260 páginas) PVP 20,00 euros

•  Jean Mabire. Thule, el Sol de los Hiperbóreos (408 páginas) PVP 27,00 euros

•  Ernesto Milà. MILITIA. Introduccion a la Tradición Guerrera. (230 páginas) PVP 20,00 euros

 

 

El Sol volverá invencible y victorioso también para nosotros

Infokrisis.- Nuestros primeros antepasados observaron que a partir del Solsticio de Verano el Sol parecía alejarse de la elíptica, hasta que en la noche del 22 de diciembre llegaba a su punto más bajo; parecía cansado y sin fuerzas para volver a elevarse. Sin embargo, después de tres noches, al concluir la del 25 de diciembre, el Sol resucitaba y reemprendía su curso triunfante que le llevaría, de nuevo, hasta el punto más alto en el Solsticio de Verano.

En la noche del 25 de diciembre, Sirius, la estrella de más brillante del firmamento, conocida como “la estrella de Oriente”, se alinea con las tres estrellas que forman el Cinturón de Orion, llamados también “los tres reyes magos” que parecen seguirla. Esa alineación marca el lugar preciso del horizonte por donde saldrá al Sol Invencible en el siguiente amanecer.

No es raro que el Evangelio hable de una Estrella que “señala el camino de los magos” el lugar por donde nacerá el Sol. No es raro también que Bethlem quiera decir “la casa del pan”, pues no en vano todo esto tiene lugar cuando el Sol nace en la constelación de Virgo, cuyo símbolo tradicional es una mujer que lleva una gavilla de trigo. ¿Hay que recordar que el símbolo astrológico de Virgo es un M modificada y, la inicial de María, madre de Jesús, llamado también el “Sol del mundo”?

Cuando el Sol empieza a elevarse el 25 de diciembre, lo hace bajo la constelación de la Cruz del Sur; por eso los antiguos decían que después de estar tres días muerto en la Cruz, el Sol Invencible resucitaba y se alzaba nuevamente hacia el cielo. Un Dios muerto en la Cruz y resucitado al tercer día, la historia suena ¿verdad?, sólo que explicando el cursos de los astros del firmamento, se entiende mucho mejor.

Sea como sea que se cuente, refleja al Dios más antiguo que conocieron los seres humanos: el Sol Invencible.

Análogamente, podemos decir que nunca como ahora, nuestra Patria, pero también todos nuestros pueblos de origen indoeuropeo, jamás hemos vivido una crisis tan grave como la actual. Pero también para nosotros, como para el eterno Sol Invencible existe un futuro y un mañana que nos pertenece, tal como dice la antigua saga:

“Pronto se oirá un susurro que nos ordene: ¡despertad!
Patria, patria, muéstranos la señal
Que nuestros hijos esperan ver.
Llegará el mañana cuando el mundo sea nuevo
El mañana nos pertenece”

El curso del Sol Invencible y su enseñanza es esa señal que esperamos que vean nuestros compatriotas.

La historia de nuestros pueblos indica que han sido capaces de sobreponerse, como el Sol, a todas las crisis y a las situaciones en las que todo parecía perdido. La raza de Aquiles y del Cid, la raza de Arturo y de los caballeros cruzados, la raza de los hoplitas de Esparta y de los héroes de Lepanto, no se extinguirá aquí, sólo porque una banda de buitres carroñeros atrincherados en sus bancos y de políticos corruptos hagan un frente común.

Desde los albores de la Historia, nuestra raza no ha conocido otro destino que el combate. Ese mismo combate es la prueba a superar, el desafío siempre presente que todas las generaciones han debido soportar para mostrar su valía.

Hoy, cuando la Patria se ve ensombrecida por nubarrones amenazantes, cuando ya ni siquiera parecen existir el puñado de soldados dispuestos a salvar la civilización que proclamaba Spengler, hoy precisamente, en la noche del Solsticio de Invierno, en la noche del renacimiento del Sol Invencible, algunos tenemos la firme convicción de que el espíritu de Europa jamás se extinguirá mientras la voluntad de permanecer siga existiendo en algunos de nosotros.

Somos muchos en Europa los que esperamos oír el susurro que nos llame de nuevo al combate.

Porque aunque el Sol renaciera en el horizonte millones de años, no serviría de nada si ese mismo Sol Invencible no estuviera también presente en nuestro corazón pues, no en vano, lo que es el centro del sistema solar es también el centro de nuestro ser.

Así pues, en esta noche oscura del Solsticio, os deseo una buena lucha y ¡que el Sol Invencible nazca en vuestros corazones y os alumbre!

© Ernesto Milà – infokrisis – infokrisis – http://infokrisis.blogia.com

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El teatro de Ibsen y su influencia sobre la crítica de Hitler a la democracia

Infokrisis.- Desde el bachillerato no había tenido ocasión de releer a Ibsen. Más bien de verlo representado, pues no en vano su obra es exclusivamente teatral. Hoy se sigue representando a Ibsen si bien se ha perdido la memoria de cuál era el verdadero pensamiento de este autor que renovó el teatro europeo. En Internet es fácil bajar algunas de sus obras representadas a principios de los años 70 en la memorable serie televisiva Estudio 1. Pero de todas ellas, sin duda, la que necesariamente hay que ver –al menos, la que todo “regeneracionista” tiene obligación de ver- es El Enemigo del Pueblo.

 

¿Quién era Ibsen?

En 2006, Noruega celebró por todo lo alto el centenario del fallecimiento de su gran gloria literaria, Henrik Johan Ibsen. Se trató de un homenaje nacional y popular que involucró a todos los ciudadanos noruegos que dispusieran de un mínimo de sensibilidad cultural, no en vano Ibsen es considerado como uno de los autores que más ha influido en el teatro realista moderno.

El aspecto que luce Ibsen en las fotos que han llegado hasta nosotros nos lo muestran como un individuo casi victoriano, con cabellos blancos desordenados y barba del mismo jaez, todo ello sobre el gris oscuro de las primeras fotos novecentistas que solían regalarse los pequeño burgueses bienpensantes. Sin embargo, no hay nadie menos burgués y menos victoriano que Ibsen. Su teatro es, simplemente, revolucionario en relación a su tiempo… y a la actualidad, pues no en vano, las obras de Ibsen conservan con una inusual frescura todo su interés.

Conoce la miseria después de que su padre se arruinase; trabaja durante seis años de aprendiz en una farmacia y luego estudia medicina, pero antes de terminar empieza a escribir poemas y pequeñas piezas teatrales en las que da salida a una rica interioridad a la que su timidez extrema impedía exteriorizarse.

Su primera obra teatral –Catilina- es un fracaso que ni siquiera logra ser representada, pero su hora llega cuando otra de sus obras, La tumba del guerrero, se representa por primera vez en 1851. De Cristianía se establece en Bergen donde conoce a la que será su mujer y estrena en esa época (los años 50 del siglo XIX) algunas de sus obras más populares (Los vikingos de Helgeland entre otras). Harto del ambiente luterano de Noruega en 1864 se autoexilia en Roma y en 27 años no volverá a su país. Residirá una temporada en Munich cuando ya era un autor reconocido a nivel europeo. En 1891 regresa definitivamente a Noruega y morirá en 1906 a la edad de 78 años.

En el 2006 al cumplirse 100 años del fallecimiento de Henrik Ibsen, el Ministerio de Asuntos Exteriores de ese país decidió que éste debe conmemorarlo en todo el mundo como el “Año Ibsen”. Ibsen es hoy el autor teatral más interpretado después de Shakespeare.

¿Qué escribió Ibsen?

Las obras completas de Ibsen (publicadas en un solo volumen en 1952) son fácilmente accesibles en cualquier biblioteca y basta echar un rápido vistazo para advertirse la existencia de tres etapas en su obra. La primera coincide con su estancia en Noruega durante su juventud. Son obras de carácter romántico en las que frecuentemente aparecen elementos folklóricos locales. Brand, por ejemplo, alude a la invasión de Dinamarca por los prusianos y a la ausencia de solidaridad que otros países nórdicos practicaron. Más interesante y actual es Peer Gynt (1868) cuyo protagonista Peer, caricaturiza el genio noruego, sumergido en la fantasía y poco previsor.

A partir de su autoexilio se siente más libre para profundizar en dos direcciones: realismo (no en vano es el padre del teatro realista) y crítica social. Esto lo convierte en un autor polémico ninguno de cuyos estrenos pasa desapercibido. En este período escribe sus dos mejores piezas: Casa de Muñecas y El enemigo del pueblo que es la obra que ha justificado este artículo. La primera ha sido considerada falsamente como una obra feminista. No lo es, es más bien, una obra en la que son denunciados los rasgos de la burguesía, su doble lenguaje, su conformismo y, finalmente, sus prejuicios. Y no es feminista en la medida en que el autor no reivindica la “igualdad” para la mujer. De hecho, la niega. Escribía a propósito de la obra: “Existen dos códigos de moral, dos conciencias diferentes, una del hombre y otra de la mujer” y aquí reside el problema, porque aun cuando la igualdad no exista y el hombre y  la mujer sean diferentes, las leyes han sido escritas y eran interpretadas en aquella época solamente por hombres. La obra fue estrenada en toda Europa y en toda ella fue objeto de vivas polémicas.

Mucho más polémica sería todavía Un enemigo del pueblo (1882), la que, en nuestra opinión, es su mejor obra. El año anterior, Ibsen habia sido muy atacado por su obra Espectros e Ibsen se sintió como el protagonista de esta siguiente obra que trae a colación el drama de un hombre de convicciones frente a una sociedad sin principios que practica el oportunismo más absoluto e inmoral. Su protagonista, denuncia que las aguas del balneario son un peligro para la salud. Las fuerzas sociales del pueblo tratan de ocultarlo en la medida en que la prosperidad del pueblo está íntimamente ligada al balneario. Su obstinación en defender la causa de la verdad le llevará a enfrentarse con las fuerzas vivas del pueblo que terminan declarándolo enemigo aun siendo conscientes de que la denuncia del protagonista es perfectamente cierta. Éste, por su parte, descubre bruscamente que “las raíces de nuestra vida moral están completamente podridas, que la base de nuestra sociedad está corrompida por la mentira”. Debe de abandonar el pueblo sólo con su mujer y su hija.

Este período termina con El pato silvestre (1884), abierta al simbolismo en el que aborda el tema de la duda sobre si el ser humano puede o no regenerarse. Ibsen toma al pato salvaje herido que quiere morir en el fondo del lago, como una perífrasis simbólica de ser una sociedad que rechaza la verdad y vive en plena mentira autocomplaciente. El protagonista dice: “La vida podría ser bastante agradable si no llamasen a la puerta esos acreedores reclamando el cumplimiento de los ideales a pobres hombres como nosotros”. Esta obra se sitúa a medio camino entre el realismo social y el simbolismo que preside su tercera etapa.

En esta tercera fase de su obra, Ibsen se vuelve metafórico y sus producciones más representativas serán La dama del mar, El maestro constructor y especialmente  Hedda Gabler. Precisamente, esta obra es la negación misma de cualquier “ramalazo” feminista que hubiera podido tener Ibsen cuando escribió Casa de Muñecas. La protagonista no respetaba los ideales y la moral de la mujer de la época, está obsesionada con el éxito, pero nada impide que sea profundamente desafortunada. Puede decirse que Ibsen se anticipó cien años al panorama de la mujer “liberada” actual, cuya liberación del varón, lejos de ser un “progreso” es la fuente de nuevas servidumbres sin compensación. No tiene salida, así que en la última escena se suicida.

¿Existe un nexo entre Hitler e Ibsen?

Estaba visionando de nuevo El enemigo del pueblo para escribir este artículo cuando descubrí una frase que había leído en un ensayo político. Decía Ibsen por boca del protagonista: “El hombre más fuerte del mundo es el que está más solo”. La frase, en efecto, fue recuperada justo cuarenta años después por un preso encerrado en Lamdsberg que escribió “El fuerte es más fuerte cuando está solo”. Ambas frases son hijas de la misma inspiración, pero la segunda fue escrita por un admirador de Ibsen, Adolf Hitler cuyas reflexiones en el penal de Lambsberg fueron transcritas en un libro que inspiraría al mayor movimiento de masas de la Alemania moderna, Mein Kampf.

Bruscamente me di cuenta de que la crítica que realizaba Ibsen a la democracia liberal había sido recuperada, frase a frase por Hitler en su obra política hasta el punto de que la posición del futuro führer sobre este tema era literalmente calcada de la de Ibsen. La cuestión era si se trataba de una casualidad o si algún historiador la había analizado ya. Es evidente que Mein Kampf  sido viviseccionado desde el momento mismo en el que se entregó a la imprenta en cientos de ocasiones. Alguien, pues, debía haber notado la influencia de Ibsen sobre el pensamiento de Hitler. Y, por otra parte, en la biografía de éste debían existir también rastros del momento en el que se interesó por la obra del escritor noruego. ¿Era así?

Sin duda. Existe un nexo entre Ibsen el maestro y Hitler que asume buena parte de sus ideas y, en especial, la crítica a la democracia contenida en El enemigo del pueblo. En algunos capítulos del Mein Kampf, cuando Hitler habla de la miseria de los políticos bávaros de Weimar, parece que esté hablando de los personajes pintados por Ibsen a través de los cuales denunciaba a la pequeña burguesía conformista que intenta, por encima de todo, mantener su holgada posición… aun cuando se basara en una peligrosa mentira. Los políticos conservadores, la prensa libre, los progresistas, son denunciados por Hitler con las mismas palabras que se desprenden de los arquetipos de la obra de Ibsen, hasta el punto de que cabe pensar si durante su encierro en Landsberg, Hitler no tuvo acceso a los libretos de las obras de Ibsen.

Existía un testimonio de primera mano que retrasaba el conocimiento que Hitler tuvo de la obra de Ibsen hasta sus años de escolar. Era, como no podía ser de otra forma, August Kubicek, compañero de adolescencia de Hitler que trasladó sus recuerdo en una obra aun hoy frecuentemente reeditada como la mejor fuente biográfica de Hitler en esa época: Hitler, mi amigo de juventud. Ambos jóvenes acudían frecuentemente al teatro y a la ópera, pero no tuvieron ocasión de ver la representación de ninguna obras de Ibsen. Sin embargo, Kubicek dice a este respecto: “Los dramas de Ibsen los leyó Adolfo en Viena, sin que causaran en él una especial impresión” y añade: “Por lo menos, no puedo acordarme de ello”. Fin de la cita.

Era inevitable que los recuerdos de Kubicek fueran limitados a pesar de que su testimonio es inestimable para comprobar las convicciones de juventud del futuro Führer. Sin embargo, otros autores han abundado en las fuentes de las que bebió Hitler tras despedirse de su amigo de juventud. Debemos a Werner Masser una de las biografías más completas de Hitler en la que, igualmente se habla de las “fuentes” de Hitler, incluyéndose entre las más importantes a Ibsen.

En Estados Unidos incluso toda esta influencia ha sido tratada en un volumen dedicado exclusivamente a analizar la influencia del dramaturgo noruego sobre el führer: Hitler and Ibsen, subtitulado: El dramaturgo, el plagiario y la parcela del III Reich, de Steven F. Sage. El libro entra dentro de la órbita antinazi, pero la abundancia de documentación contribuye a dar credibilidad a la tesis central –más allá de las creencias políticas del autor- a saber, que Hitler tuvo muy en cuenta la obra de Ibsen a la hora de estructurar sus ideas e incluso su estilo.

En esta obra, Sage sostiene que “el joven Hitler” quedó muy impresionado y recibió la influencia de tres obras de Ibsen. La influencia más fuerte es, naturalmente, la de El enemigo del pueblo, con cuyo protagonista, el Doctor Stockman, Hitler se identifica. Parece evidente e innegable: cuando Stockman realiza en el acto III de la obra una crítica a la democracia ante la asamblea de vecinos del pueblo, lo esencial de sus puntos de vista están recogidos en el Mein Kampf en los capítulos que aluden a las inconsecuencias del sistema de partidos y a lo voluble de la opinión pública. Sage llega a opinar que la influencia de esta obra era, como mínimo similar a la que ejerció sobre el “joven Hitler”, la ópera de Wagner Rienzi. Compartimos esa opinión. En ambos casos, no se trataba solamente de “ideas”, sino mucho más de “identificaciones”. El “joven Hitler” quedó tan impresionado por las figuras de Cola de Rienzi y del Doctor Stockman, que, a partir de ese momento se identificó con ambos y con sus destinos. Pero hay una tercera identificación no carente de interés.

En El Emperador y Galileo, Ibsen rememora la figura de otro personaje “anómalo” de la historia: el Emperador Juliano, llamado “el apóstata”. Se trata de una de las figuras señeras de la Roma crepuscular que se reveló contra la decadencia y contra la fuerza del destino en nombre del viejo paganismo. Al igual que Stockman o Rienzi, del Emperador Juliano es una figura tan trágica como atractiva que define en sí misma el drama de todos aquellos que han decidido nadar contra la corriente. Ibsen consideraba que esta obra era su culminación como dramaturgo. Es, de hecho, la más densa desde el punto de vista de las ideas que consigue transmitir el drama interior del Emperador Juliano atrapado entre la voluntad de restaurar el viejo paganismo y la supremacía del cristianismo en los estratos populares de la población.

En cuanto a la tercera obra de Ibsen que mereció un interés por parte del futuro führer es menos conocida y –que sepamos- no ha sido representada en España. Se trat de El maestro de obras Solness que recupera el viejo tema del amor y de las diferentes formas de amar. De hecho, Ibsen fue un gran estudioso de la mentalidad femenina y muy frecuente hace de mujeres los ejes centrales de sus piezas (Hedda Gabler, por ejemplo, sin duda la más famosa de esta incursión en el mundo de lo femenino). Sin embargo, en El maestro de obras Solness, Hilde está enamorada del artista que da nombre a la pieza. Éste responde a sus amores, pero es evidente que para él no se trata de un ser carnal, sino que Hilde representa, no a una mujer real, sino a la fuerza ideal que está detrás de toda obra de arte auténtica. A pesar de que esta temática no mereciera ser incluida en su ensayo político, el Mein Kampf, es indudable que Hitler tenía una particular concepción del amor que hundía sus raíces en la producción de Richard Wagner que coincide exactamente con la incorporada por Ibsen a la co protagonista de El maestro de obras Solness.

La demostración que hace Sage de los vínculos entre el pensamiento de Hitler y la producción de Ibsen no deja lugar a dudas sobre la enorme influencia que ejerció éste sobre las opiniones del “joven Hitler”, mucho más de lo que recordaba August Kubicek. Sage indica que estas tres obras de Ibsen nunca desaparecieron de la mente de Hitler el cual parafraseó casi textualmente en algunas intervenciones públicas y en discursos ante las masas, frases de los dramas del noruego. Pero, además Ibsen ofreció al “joven Hitler” “modelos de comportamiento”, como mínimo, tanto como Wagner, hasta el punto de que termina asignándose el papel de los protagonistas de las piezas de Ibsen. Si Wagner ofreció en sus obras los valores metafísicos y trascendentales que asumiría Hitler en su concepción del mundo, Ibsen puso, literalmente, las palabras en su boca.

Otro aspecto que destaca Sage es la influencia que tuvieron las concepciones neopaganas de Ibsen especialmente en los años de juventud de Hitler. Más adelante, cuando ya haya iniciado su carrera política, no podrá evitar el tacticismo y el que algunos de sus principios más arraigados paran a segundo plano, o simplemente, fueran colocados en el baúl de los recuerdos, simplemente para no provocar fugas de electores o no abrir problemas que tenían poco sentido en una carrera de ascenso al poder.

El libro de Sage apareció en 2006 cuando se cumplía el primer centenario de la muerte de Ibsen. Hay que decir que el libro está redactado en un tono moderadamente anti-nazi, pues no en vano Sage es un antiguo becario de investigación en los EEUU del Holocaust Memorial Museum y no puede evitar demostrar su agradecimiento a quienes le financiaron sus estudios.

Es inevitable ver en este fragmento de El enemigo del pueblo la inspiración de la sentencia que Hitler añade en Mein Kampf: “El fuerte es más fuerte cuando está sólo”. Ibsen coloca esta frase al final del IV acto de su obra:

DOCTOR STOCKMANN.- ¿Qué locuras estás diciendo, Catalina? ¿Cazarme? ¿A mí, que ahora soy el hombre más poderoso de la ciudad?

SEÑORA STOCKMANN.- ¿Poderoso?... ¿Tú?

 DOCTOR STOCKMANN.- Sí. Y hasta me aventuro a decir que soy uno de los hombres más poderosos del mundo.

MORTEN.- ¿De veras, papá?

DOCTOR STOCKMANN. (En voz baja.) ¡Chis! ¡Silencio! Todavía es un secreto; pero acabo de hacer un gran  descubrimiento...

SEÑORA STOCKMANN. (Extrañada.) - ¿Otro descubrimiento?

DOCTOR STOCKMANN.- Sí, otro. (Congregando a todos en torno suyo.) Helo aquí. Escuchad. El hombre más poderoso del mundo es el que está más solo.

Algunos fragmentos de El enemigo del pueblo

Hemos entresacado algunos fragmentos –no particularmente seleccionados- de El Enemigo del Pueblo todas ellas pertenecientes a los Actos III y IV de la obra:

(…) No; la mayoría no tiene razón nunca. Esa es la mayor mentira social que se ha dicho. Todo ciudadano libre debe protestar contra ella. ¿Quiénes suponen la mayoría en el sufragio? ¿Los estúpidos o los inteligentes? Espero que ustedes me concederán que los estúpidos están en todas partes, formando una mayoría aplastante. Y creo que eso no es motivo suficiente para que manden los estúpidos sobre los demás. (Escándalo, gritos.) ¡Ahogad mis palabras con vuestro vocerío! No sabéis contestarme de otra manera. Oíd: la: mayoría tiene la fuerza, pero no tiene la razón. Tenemos la razón yo y algunos otros. La minoría siempre tiene razón. (Tumulto.)

(…) Os juro que no otorgaré ni una palabra de limosna a los desgraciados de pecho comprimido y respiración vacilante, quienes no tienen nada que ver con el movimiento de la vida. Para ellos no son posibles la acción ni el progreso. Me refiero a la aristocracia intelectual que se apodera de todas las verdades nacientes. Los hombres de esa aristocracia están siempre en primera línea, lejos de la mayoría, y luchan por las nuevas verdades, demasiado nuevas para que la mayoría las comprenda y las admita. Pienso dedicar todas mis fuerzas y toda mi inteligencia a luchar contra esa mentira de que la voz del pueblo es la voz de la razón. ¿Qué valor ofrecen las verdades proclamadas por la masa? Son viejas y caducas. Y cuando una verdad es vieja, se puede decir que es una mentira, porque acabará convirtiéndose en mentira. (Se oyen risas, burlas, murmullos y exclamaciones de sorpresa.) No me importa lo más mínimo que me creáis o no. En general, las verdades no tienen una vida tan larga como Matusalén. Cuando una verdad es aceptada per todos, sólo le quedan de vida unos quince o veinte años a lo sumo, y esas verdades, que se han convertido así en viejas y caducas, son las que impone la mayoría de la sociedad como buenas, como sanas. ¿De qué sirve asimilar tamaña podredumbre? Soy médico, y les aseguro que es un alimento desastroso, créanme, tan malo como los arenques salados y el jamón rancio. Esa es la razón por la cual las enfermedades morales aca­ban con el pueblo.

(…) Y yo estimo, Pedro, que eres un loco de atar. Voy justamente al meollo del asunto, puesto que estoy hablando de la repugnante mayoría que envenena las fuentes de nuestra vida intelectual y el terreno sobre el cual nos movemos.

(…) ¡Por Dios, señor Hovstad, no me hable usted ahora de verdades evidentes, reconocidas por todos! Las verdades que acepta la mayoría no son otras que las que defendían los pensadores de vanguardia en tiempos de nuestros tatarabuelos. Ya no las queremos. No nos sirven. La única verdad evidente es que un cuerpo social no puede desarrollarse con regularidad si no se alimenta más que de verdades disecadas.

(…) La creencia heredada de sus antepasados, y que usted defiende impensadamente sin descanso: me refiero a la creencia según la cual la plebe, la mayoría, constituye la esencia del pueblo; a su juicio, el hombre del pueblo, el que encarna la ignorancia y todas las enfermedades sociales, debe tener el mismo derecho a condenar y a aprobar, a dirigir y a gobernar, que los seres elegidos que forman la aristocracia intelectual.

(…) ¿Es que no podéis oír por una sola vez en vuestra vida una verdad sin encolerizaros? Realmente, no esperaba convenceros a todos en el primer momento; pero creía que, por lo menos, estaría de acuerdo conmigo el señor Hovstad, que es librepensador...

(…) Sí, tiene usted razón, es cierto. Nunca denotó esa sinceridad. En fin, no quiero comprometerle, señor Hovstad. Por lo visto, aquí no hay más librepensador que yo. Os voy a probar que La Voz del Pueblo se burla cuando dice que la mayoría es la esencia del pueblo. Eso no implica sino una adulación, un truco periodístico. ¿Se dan cuenta ustedes? La plebe es la materia prima que hay que transformar en pueblo. (Escándalo.) ¿No se han fijado en la diferencia que existe entre los animales de lujo y los animales vulgares? Piensen en la gallina de un campesino. ¿Qué clase de huevos pone? No mayores que los de una paloma. Imaginaos, por el contrario, una gallina japonesa o española, de casta selecta, y comparadlas. ¿No habéis visto a los perros, esos amigos de quienes casi puede decirse que pertenecen a la familia? Tomad un mastín grande, sucio, vulgar, que mancha todas las esquinas, y comparadle con un perro de raza, cuyos ascendentes se han alimentado bien durante varias generaciones y han vivido entre voces armoniosas y música. ¿No opinan que el cráneo de ese perro de lujo estará desarrollado de un modo muy diferente al del mastín? Creedme: los cachorros de esos perros de lujo son aquellos a quienes los titiriteros y los saltimbanquis enseñan las habilidades más extraordinarias que los otros no podrían aprender jamás.

(…) ¡Condéneme si no sois animales! Todos somos animales. Lo que pasa es que hay una gran distancia entre los hombres-mastines y los hombres de raza. Y lo más gracioso es que estoy seguro de que el periodista Hovstad me dará la razón... tratándose de cuadrúpedos. (…) Cuando se trata de animales de dos patas, el señor Hovstad no se atreve a compartir mi opinión. Predica en seguida en La Voz del Pueblo que la gallina del campesino y el mastín callejero son más distinguidos y mejores que la gallina y el perro de lujo. Así será siempre con el hombre, mientras no eliminen lo que hay de vulgar en él, para alcanzar su verdadera distinción espiritual. (…) La plebe a que me refiero no se encuentra sólo en las clases bajas; también bulle en torno nuestro, aun entre las clases más elevadas de la sociedad. Básteos mirar a vuestro propio alcalde. Mi hermano Pedro es tan plebeyo como cualquier otro bípedo calzado con zapatos.

(…)  Pero es un plebeyo, porque piensa lo que piensan sus superiores, porque opina lo que opinan sus superiores. Quienes hacen eso serán siempre plebeyos morales. Por ello digo que mi queridísimo hermano Pedro es tan poco noble en realidad, y por consiguiente, tan poco liberal.

(…)  Sí, en efecto, ése ha sido otro de mis descubrimientos; sólo el liberalismo tiene valores morales. Así, pues,  conceptúo indisculpable por parte de La Voz del Pueblo afirmar que la mayoría, únicamente la mayoría, está en posesión de los principios del liberalismo y de la moral; que la corrupción, la vileza y todos los vicios son patrimonio de las clases altas de la sociedad, y que de ellas proviene toda la podredumbre, como el veneno que corrompe y contamina el agua del balneario proviene de las porquerías del Valle de los Molinos. (Escándalo. El DOCTOR STOCKMANN, sin turbarse, prosigue sus palabras, arrastrado por sus pensamientos.) La misma Voz del Pueblo pide para la mayoría una educación superior y cabal. Pero la verdad es que, según la tesis del propio periódico, eso sería envenenar al pueblo. He aquí una vieja equivocación popular: creer que la cultura intelectual es contraproducente, que debilita al pueblo. Lo que de veras debilita al pueblo es la miseria, la pobreza, y todo lo que se hace para embrutecerle. Cuando en una casa no se barre ni se friega el suelo, sus habitantes acaban por perder en un par de años toda noción de moralidad. La conciencia, como los pulmones, vive de oxígeno, y el oxígeno falta en casi todas las casas del pueblo, porque una mayoría compacta, que es harto inmoral, quiere basar el progreso de nuestra ciudad sobre fundamentos arteros y engañosos.

(…) ¿Y qué importa que se arruine una sociedad podrida? Lo mejor que se puede hacer es acabar con ella, acabar con todos los que viven de la mentira como bestias dañinas. Terminaréis por contaminar todo el país, y sois capaces de llevar también a él la ruina de la ciudad; si se llega a tal punto de corrupción, gritaré con toda mi alma que este país debe ser aniquilado, que nuestro pueblo debe desaparecer de una vez para siempre.

Sospecho que la plebe debe de ser tan insolente allá como acá. En todas partes ocurrirá lo mismo. ¡Bah!, no le importa que los perros me enseñen los colmillos. Me río de ellos. Pero eso no es lo peor; lo peor es que de una punta a otra del país todos los hombres resultan esclavos de los partidos. El mal no se acusa tan malo por sí. Es  posible que en América los asuntos públicos no se lleven mejor; allí hay asimismo mayoría aplastante, uniones liberales y todas esas patrañas. Matan, pero no queman a fuego lento, no encadenan un alma libre, como aquí, y siempre el individuo puede apartarse, abstraerse. (Se pasea por la estancia.) ¡Ah, si su­piera de un bosque virgen o de alguna isla solitaria en los mares del Sur, don­de pudiese vivir solo!

(…) ¿Qué dices, Catalina? Es que prefieres verlos vivir en una atmósfera como ésta? La otra noche, tú misma has podido comprobar que la mitad de la población está loca de atar, y que, si la otra mitad no ha perdido la razón, es  porque los imbéciles carecen de razón que perder.

(…) ¿Qué quieres insinuar? ¿Que no es exacto lo que dije, lo que digo? ¿Que esas ideas no trastornan el juicio? ¿Acaso no son una mezcla de justicia e injusticia? ¿No han llamado mentira a lo que yo sé que es verdad? Por último, la mayor insensatez de esos hombres de edad madura, de todos esos liberales, de toda esa masa infecta, es que se creen y se hacen pasar por espíritus libres. ¿Dónde se habrá visto nada semejante, Catalina?

(…) ¿Y qué quieres que le haga, Catalina? ¿O es que prefieres que me arrastre por el fango, dependiendo de la opinión pública, de la mayoría compacta y de todas esas paparruchas? No; lo que deseo es bien sencillo: deseo meter en la cabeza a esos estúpidos a quienes llaman aquí liberales, que son los peores enemigos de las hombres libres, que los programas de partido abortan toda verdad capaz de vivir, que la forma como interpretan ciertas conveniencias está fuera de toda moral y de toda justicia, y que acabarán por tornar la vida de todo punto insoportable. ¿No opina, capitán, que lograré hacérselo comprender?

(…) Pues va a entenderlo en seguida. Se impone que desaparezcan los cabecillas de partido. Todo cabecilla es un lobo, un lobo hambriento que necesita para vivir cierto número de gallinas y cordederos. Y si no, díganlo Aslaksen y Hovstad. ¿Cuántos corderos devoran? Y los que no devoran, los inutilizan, convirtiéndolos en propietarios de casas y en suscriptores de La Voz del Pueblo. (Se sienta en el borde de la mesa.) Ven aquí, Catalina. ¿Ves cómo nos envía el sol sus rayos generosos, y cómo nos refresca la brisa de primavera que entra por esa ventana?

(…) Nunca. Les enseñaré yo mismo. Ya no tendréis que estudiar nada de nada; pero, eso sí, haré de vosotros hombres libres y superiores. Para ello, Petra, necesitaré tu ayuda, ¿me oyes?

MORTEN.

- ¿Y qué vamos a hacer cuando seamos hombres libres y superiores?

DOCCTOR STOCKMANN.

- Entonces, hijos míos, iréis a la caza de lobos, que por aquí abundan.

(c) Ernesto Milà - infokrisis - infokrisis@yahoo.es - http://infokrisis.blogia.com

ADDENDA

Por su interés reproducimos un correo que nos ha hecho un amigo y que completa en algunos aspectos el artículo:

"Moltes gràcies per haver-me fet arribar aquest excel·lent article d’en Milà. Sóc un admirador de l’obra d’Ibsen i tinc en cartera posar-ne en escena alguna, potser "L’enemic del poble" la qual vaig veure a Barcelona la temporada passada en un brillantíssim muntatge d’una producció del Centro Dramático Nacional, amb un dels grans actors catalans del panoràma actual (Francesc Orella) interpretant el rol de Stockmann. Em va agradar moltíssim i crec recordar que t’ho vaig comentar. És una obra amb molta força dramàtica i farcida de contingut que alguns intenten fer passar per caduc i anacrònic. Ja sabem de què va tot això de la cançoneta del "políticament incorrecte"...
 
Et faig dues petites aportacions a l’article:
 
1a. L’obra d’Ibsen Peer Gynt que cita Milà va ser utilitzada per Edvard Grieg per composar una gran obra musical de la qual en vaig seleccionar un fragment per les audicions dels nens de Cicle Inicial. Em sembla que era la darrera del curs. Fins i tot tu mateix em vas comentar que els agradava molt. Recorda que Grieg (en realitat Greig ja que el seu avi va adaptar la grafia del seu cognom a la fonètica nòrdica), sentint-se plenament noruec, va inspirar-se en una obra coneguda d’un autor important del país (Ibsen) per fer-ne aquesta mena de poema simfònic que ha passat a la literatura musical com una obra indispensable.
 
2a. Solness, el constructor va ser representada al Teatre Nacional de Catalunya la temporada 2000-2001 en un muntatge dirigit per Carme Portacelli i en el qual el rol principal (Solness) l’interpretava un gran actor: Lluís Homar, a qui tinc el goig de conèixer, així com també a la directora. Aquesta posada en escena va rebre molt bones crítiques. Et dic tot això perquè en Milà menciona que Solness, el constructor no s’ha fet mai a Espanya i, almenys, aquí sí que l’hem poguda veure. Entre parèntesi i sense cap mena d’ànim de crítica ni mala fe, sinó ajustant-me estrictament a la realitat, t’he de confessar que el centre teatral d’Espanya, en aquest moment i des de fa ja una bona colla d’anys, es troba a Barcelona. Vull dir que no m’estranya que obres tan complexes com Solness, el constructor no es programin a la resta de l’Estat (L’enemic del poble que vaig veure la temporada passada és l’excepció que confirma la regla) perquè per posar-les en escena calen grans actors i directors i aquests, ara per ara, es troben aquí. I t’ho puc dir amb coneixement de causa perquè de teatre en veig molt i molt durant l’any i des de fa moltes temporades. Veig producció pròpia, de la resta de l’Estat i estrangera. I m’és relativament fàcil reconèixer els nivells com estan. Actualment, en allò que afecta a l’Estat, no hi ha color. Els muntatges de qualitat, els intèrpreds amb categoria i els directors amb més talent es troben, sense cap dubte, a la ciutat comptal. Madrid, segurament, té el cinema, però Barcelona té el teatre. És el que hi ha.
 
Casa de nines  també la vaig veure al TNC la temporada 2003-2004 amb direcció de Rafel Duran (un director amb gran projecció i solvència) i interpretada per Laura Conejero, qui va eclipsar al públic amb la seva acuradíssima construccció del personatge principal de Nora. En aquesta producció hi participava una actriu coprotagonista molt coneguda meva (Roser Batalla), amb el fill de la qual estic treballant actualment a Mirall trencat

 

Illa Lac

Las últimas horas de Europa - de Adriano Romualdi, ya está en venta

Las últimas horas de Europa - de Adriano Romualdi, ya está en venta

Infokrisis.- Ediciones Identidad ha publicado y está a la venta la obra póstuma de Adriano Romualdi Las últimas horas de Europa. Con esta obra Ediciones IdentidaD abordan el compromiso de publicar un libro al mes. Hemos elegido esta obra de quien fuera nuestro "hermano de espíritu", Adriano Romualdi, una obra póstuma publicada en Italia (y reproducida con autorización de la familia y de la editorial italiana) que, por sí misma, muestra la sensibilidad particular del autor.

Sobre el interés de la obra:

Entre 1945 (final de la II Guerra Mundial) y 1989 (caída del Muro de Berlín) Europa vivió sus horas más oscuras: divida políticamente, ocupada militarmente, anulada en la escena internacional, gobernada por quienes llegaron en los furgones de los vencedores. Pero no solamente fueron derrotados "los europeos", sino, especialmente los vencedores se cuidaron particularmente en asfixiar sus valores. Romualdi los describe con una pluma ágil y contundente.

Sobre la obra:

“Con Las últimas horas de Europa, volumen publicado de forma póstuma en 1976, Adriano Romualdi se disponía a dar a la imprenta un gran canto épico de los tiempos actuales: desde las primeras páginas penetramos en una época
en la que renacen y actúan figuras míticas y eternas, como el guerrero, el héroe, el caballero: frente a ellos aparecen monstruos multiformes, demonios desencadenados y horrores infernales. Como es propio del alma germánica, y por tanto de la verdaderamente europea, en la tragedia de la Segunda Guerra Mundial, como en la prosa de Adriano Romualdi, domina una visión trágica del heroísmo, la de un combatiente que afronta a un enemigo que dispone de fuerzas desproporcionadamente superiores, que sabe que está destinado a la muerte y a la derrota, pero que igualmente conoce su deber y lo cumple hasta el final, hasta la anulación de sí mismo en el combate. En esta derrota está la victoria del héroe, en el sacrificio extremo y en mantenerse fiel a la propia idea, a la orden recibida, al voto de lealtad y a la propia tierra”.

Sobre el autor:

Adriano Romualdi (1940-1973) es todavía hoy un punto de referencia para la cultura identitaria europea. Intelectual incómodo, agudo historiador y filósofo penetrante, nos ha legado, a pesar de su prematura desaparición, numerosos ensayos que van desde el problema indoeuropeo o la biografía de Julius Evola, hasta el análisis filosófico sobre Nietzsche o Platón y desde el fenómeno del fascismo o la cultura de Destra hasta el poblema de la Tradición en Europa. Con Las últimas horas de Europa, Adriano Romualdi nos ofrece una crónica angustiada por momentos, en otros fría como el ártico sol de medianoche, de aquel oscuro y heroico Raknarök que signó la derrota de Europa.

Ficha técnica:

Título: Las últimas horas de Europa

Autor: Adriano Romualdi

Editorial: Ediciones IdentidaD

Colección: Historia nº 1

Tamaño: 15x21 cm.

Páginas: 200

Cubiertas: encuadernado en cartulina peliculada con solapas

 

Pedidos:

precio venta al público: 20,00 euros + gastos de envío (2 euros para España)

forma de pago recomendada: ingreso en cuenta corriente BBVA 0182 6501 24 0201565685

alternativa: mediante correo contrarrembolso.

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