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INFOKRISIS, el blog de Ernest Milà

La inmigración explicada a mi hija en 20 diálogos. 06. Inmigración necesaria e innecesaria

La inmigración explicada a mi hija en 20 diálogos. 06. Inmigración necesaria e innecesaria

Infokrisis.- Este debate tiende a destruir un mito: el de la inmigración como fenómeno necesario e inevitable. Se podría haber evitado. Hubiera bastado con políticas demográficas adecuadas. Además se abordan otros temas: la necesidad de seleccionar a la inmigración, la de contar con una inmigración de cualidad, el hecho de que España no puede ser el centro de Formación Profesional de todo el mundo, ni mucho menos la guardia mundial, etc.

 

Diálogo VI

Inmigración necesaria e inmigración innecesaria

[20 de septiembre de 2006]

He oído que sin la inmigración el Estado no podría pagar tu jubilación. Aún te quedan muchos años para llegar a la jubilación, pero no crees que depende de las cotizaciones de los inmigrantes, ¿no deberías ser el primero en defender la llegada de inmigrantes?

Este es el mito que permitió entrar entre 1999 y 2004 a tres millones de inmigrantes, sin que apenas surgieran voces en contra. Pero tras el mito lo que existe es una gigantesca y gran mentira. Creo que es muy fácil demostrar que la inmigración genera más gastos para el Estado que ingresos. Te lo voy a decir de otra manera: la inmigración genera beneficios para compañías privadas, dado que rebaja el precio de la fuerza de trabajo; pero genera gastos para el Estado. O dicho más claramente: pagamos todos –puesto que todos somos “Estado” y todos contribuimos con nuestros impuestos directos e indirectos a mantener los gastos del Estado-, pero sólo se benefician algunos, especialmente las patronales de hostelería, construcción y agricultura.

Así que, según tú, los inmigrantes no van a pagar la pensión de nuestros abuelos hoy, ni la tuya mañana…

¡Claro que no! Es fácil demostrarlo. En primer lugar, ¿tú crees que hay algún inmigrante que venga a España con la intención de pagar las pensiones de alguien? Claro que no. Dado que no tienen voluntad –y es lógico que no la tengan- de pagar algo que no sean los gastos de su familia, a un inmigrante le resulta mucho más fácil defraudar a la seguridad social y contribuir a que su patrono lo haga. Es frecuente que los contratos con inmigrantes sean de media jornada, o incluso por horas. Y con los que se acogen al régimen de autónomos la situación es todavía peor: pagan pocos y por poco tiempo. Las cotizaciones que pagan, en general, son ls mínimas… pero las prestaciones que reciben son máximas. No olvides que en este momento existen 300.000 perceptores del paro inmigrantes. Pero que, gracias a la reagrupación familiar, la población inmigrante es cada vez menos “productiva”. Por cada inmigrante que trabaja hay una media de 2’5 familiares que dependen de él. Aparte, hay rumores que se expanden con facilidad. Por ejemplo, entre la comunidad ecuatoriana hay la costumbre que a poco de desembarcar en Barajas pidan “hacerse un chequeito”. Esto sin olvidar que el 15% de los nacimientos en España son ya de inmigrantes y que esto supone un gasto adicional para la sanidad. O que una parte de los inmigrantes que llegan de África y que el gobierno se niega a especificar, está, literalmente carcomido por enfermedades tropicales que ya se creían controladas en España (SIDA) o que simplemente habían desaparecido (tuberculosis y buena parte de las venéreas). Estas enfermedades son costosas de tratar y cualquier inmigrante por el mero hecho de pisar territorio español ya se hace acreedor de un tratamiento. En otras palabras, cuarenta millones de infectados por el SIDA están movilizados por el “efecto llamada” generado por los tratamientos gratuitos recibidos en España. ¿Has visto qué los guardias civiles y miembros de Cruz Roja que reciben a los inmigrante sen África van protegidos con mascarillas, guantes de látex y monos impermeables? ¿por qué crees que es? Por que estamos importando enfermedades que nos afectarán a todos. Te lo digo, porque uno de mis antiguos socios, falleció en 2002 a causa de una infección renal causada por un virus africano… él que jamás había estado en África. ¿Entiendes por qué estoy sensibilizado con este tema? Esto, sin olvidar que enfermedades infantiles que se creía desterradas en nuestro país, están de nuevo actuando?

Pero, papá, ¿no crees que es humanitario prestar asistencia médica a todos los que llegan?

Si, claro, pero atendiendo a las limitaciones presupuestarias. En primer lugar, para entrar en España y recibir un permiso de trabajo y residencia, los aspirantes deberían someterse a un examen médico en profundidad por médicos españoles de la Seguridad Social. Mira: conozco demasiados casos de marroquíes que llegan a España, son contratados por una empresa y al cabo de un mes piden la baja por una lesión de espalda que efectivamente tienen… no simulan, solo que han llegado a España con esa lesión con la intención de recibir una pensión a perpetuidad. Esto es intolerable, inadmisible y es literalmente una estafa a los que llevamos 20 o 30 años pagando cotizaciones no precisamente pequeñas a la SS. Especialmente cuando en este país todavía existe un déficit notable en asistencia sanitaria. Resulta grotesco que se autoricen operaciones de cambio de sexo con cargo a la SS y en cambio no se pague ni correctores oculares, ni ortodoncia, sin ir más lejos. La triste realidad es que estamos sobrecargando nuestra sanidad con millones de inmigrantes con problemas sanitarios. En mi opinión, los inmigrantes consumen en servicios de seguridad social, como mínimo, lo mismo que lo que aportan.

Es cierto que en Europa practicamos políticas humanitarias sin discriminación. Basta con que alguien precise cuidados sanitarios para que en los hospitales de la SS no se le pregunte su situación jurídica, si es legal, ilegal, turista, empadronado o completamente indocumentado. Se la atiende y basta. No estoy proponiendo otra cosa sino que esta práctica se siga haciendo. Lo que estoy advirtiendo es que no podemos asumir el coste económico de todas las epidemias africanas. Y que me parece extraordinariamente discriminativo y arriesgado que solamente merezcan atención quienes vulneran nuestras fronteras y fuerzas nuestra legalidad. Eso no se puede premiar jamás.

Por otra parte, ser generosos en esta materia, no debe de hacernos olvidar que son nuestros propios ciudadanos los que deben recibir preferencialmente atenciones médicas de calidad. ¿Y eso por qué? Pues simplemente por que este es nuestro país y no se trata solamente de que tú o yo, paguemos impuestos, sino que este país lo hemos construido nosotros y especialmente todas las generaciones que han venido antes y que, mira por donde, son nuestros antepasados: tu abuelo, tu bisabuelo, tu tatarabuelo… Este país lo han construido generaciones de antepasados nuestros con un esfuerzo acumulativo. No es lógico que el primer recién llegado –y mucho menos, llegado ilegalmente y en oleadas- aspire a beneficiarse del esfuerzo de generaciones, simplemente por el hecho de estar aquí desde ayer. Eso, no es de recibo. Una cosa es ser generoso y otra ser imbécil. En este terreno solo los progres lo son.

La sanidad europea no puede asumir el coste de tratar a 40 millones de infectados por el SIDA. ¿Lo entiendes? Los gobiernos de sus respectivos países deben de poner algo de su parte. Son sus ciudadanos, no los nuestros. Les corresponde a ellos, y en su territorio, atenderlos. La UE nunca ha manifestado otra cosa que buena disposición en colaborar con los gobiernos africanos en esta dirección. Aquí, bastante tenemos con que enfermedades que se creía desterradas completamente, hayan reaparecido y que los departamentos de “Enfermedades Tropicales” de los hospitales estén sobresaturadas. Esto es intolerable. No quiero, lo oyes, no quiero, que ciudadanos de nuestro país mueran víctimas de enfermedades tropicales, solamente por que un gobierno inútil e incapaz confunde la asistencia humanitaria con el “papeles para todos” y generosidad con estupidez.

Nuestros inmigrantes en Francia, Alemania, Bélgica, Holanda, en los años 50, 60 y 70, necesitaban presentar un certificado sanitario para obtener permiso de residencia. Y es bueno que así fuera. Otra cosa supone una ligereza irresponsable.

Así pues, ¿tú no crees que las cotizaciones de los inmigrantes a las arcas de la SS puedan pagar las pensiones de los abuelos? Entonces, ¿porqué se repite una y otra vez esta cuestión?

Mira, los defensores de la inmigración –progres y de izquierdas, no lo olvides- insisten mucho en esta estupidez del pago de pensiones a nuestros abuelos. Pero vale la pena recordar una cosa, porque es el verdadero fondo de la cuestión. La SS está mal administrada y peor planificada. Desde mediados de los años 80 se puso de manifiesto que se corría el riesgo de quiebra del sistema de pensiones. Los Pactos de Toledo firmados por todos los “actores sociales” (y a espaldas de los trabajadores) modificaron las condiciones y las fórmulas para establecer la cuantía de las pensiones. El gobierno ZP, las ha vuelto a modificar de manera perjudicial para los trabajadores. Y lo peor es que el único remedio a esta situación de pre-quiebra es elevar el número de cotizantes… ¿cómo? Importando inmigrantes. Lo que el gobierno está proponiendo es, no una mejor administración de recursos, sino un sistema muy próximo a las famosas “estafas piramidales”: va creciendo el número de cotizantes para asegurar el pago de pensiones en la cúspide. A medida que la cúspide vaya creciendo, será necesario ampliar la base mediante más inmigrantes, pero dado que estos consumen más prestaciones de lo que aportan… la quiebra del sistema está asegurada a corto plazo, probablemente en no más de 5 ó 7 años.

Dejando aparte que la distancia entre lo que hoy percibe un jubilado con 20 años de cotización (y probablemente cuarenta de trabajo) es tan próxima a lo que percibe un inmigrante recién llegado en concepto de ayuda que, realmente, parece increíble que los sindicatos permanezcan callados ante este despropósito.

Sin embargo, es cierto que existe un problema. La baja demografía que tiene nuestro país a partir de los primeros años 80, hará que los cotizantes españoles bajen. Así pues, los genios que dirigen nuestra política, quieren suplirlos con inmigrantes, sin tener en cuenta que la problemática es mucho más compleja y entran muchos más factores en juego…

¿Existía una alternativa mucho más simple para ti?

Claro, una campaña demográfica a partir del momento en que se observó la caída en ppicado de la natalidad. En lugar de eso, lo que se hizo fue todo lo contrario: no aprobar ninguna medida a favor de la formación de nuevas familias y de protección de la paternidad y de las familias numerosas, ampliar los supuestos del aborto hasta prácticamente autorizar el aborto libre, facilitar el divorcio lo más rápidamente posible, no sea que parejas que apenas han tenido una discusión puntual se reconcilien… La política de ZP es tan absolutamente irracional, inconsecuente, lesiva para nuestra gente, que debería ser sentado ante un tribunal acusado de alta traición. No es el único. De hecho, las medidas de protección a la familias, heredadas del franquismo, fueron sistemáticamente liquidadas a partir de 1983, en particular por Alfonso Guerra que consideraba que estas medidas eran “fascistas”. La mentalidad progresista, por lo demás, sigue considerando que una campaña a favor de un aumento de la natalidad entre nuestra gente es “derechista, reaccionaria y racista”. Cuando se es rematadamente gilipollas, se es hasta el final.

Hoy, más que nunca es preciso relanzar la natalidad entre nuestra gente. Eso, o en apenas 50 años, este los autóctonos seremos minoría. Y si importa. Solamente un rematado merluzo puede resultar indiferente ante un vuelco étnico sin precedentes en la historia. El instinto de supervivencia es uno de los instintos que acompañan inevitablemente a las naturalezas biológicas. Cuando un pueblo deja de asegurar su continuidad, es decir, su supervivencia: es que está en crisis. Si se está en crisis, lo primero es reconocerlo. Lo segundo, intentar abordarlo y superar la crisis, no engañar mediante la inyección de millones de inmigrantes.

Y estimular la natalidad era algo posible. Todo depende de la óptica. Desde la óptica suicida seguida por el gobierno ZP, es mejor estimular el aborto, el divorcio, las parejas estériles (esto es, gays), la adopción en el extranjero, y la inmigración, que medidas mucho más razonables: ayuda económica por hijo o desgravaciones fiscales, aumento de las plazas de guarderías y las becas en la enseñanza, facilitar el acceso a viviendas de 125 metros cuadrados en previsión de la formación de familias con dos y tres hijos, etc, etc., etc. Todo depende del orden de prioridades: si de lo que se trata es de desmantelar una sociedad y sus valores, ZP es un maestro.

Para ti la inmigración ¿es algo, no solo contraproducente, sino innecesario?

No, no, en absoluto. Hay una situación de hechos consumados: la demografía bajó a partir de principios de los 80, así pues, es evidente que falta gente para cubrir puestos de trabajo. Es cierto que hacen falta trabajadores en algunos sectores… pero no tantos como se intenta dar a entender. Hasta no hace mucho, los estudiantes de vacaciones buscaban trabajo en verano, por las tardes, o en fines de semana. Intentaban ganar un dinero en su tiempo libre. Hoy, para un estudiante resulta prácticamente imposible encontrar trabajo en esas condiciones, no solo porque no hay (están ocupados por inmigrantes), sino, además, porque su precio ha bajado. Y lo mismo ocurre en el campo donde el trabajo es estacional, frecuentemente asociado al verano, justo a las vacaciones escolares. Además este sistema servía para endurecer a nuestros muchachos, ayudarles a que espabilaran, a que se responsabilizaran y a que ocuparan su tiempo libre en ganar dinero para sus necesidades.

Hoy se importan inmigrantes durante 12 meses para trabajos que apenas duran 5 meses al año, a incluso menos. Esto sin olvidar que los trabajo agrícolas experimentan una mecanización creciente. Y sin olvidar también que en sectores como la construcción, cíclicos, con momentos de alto número de empleos, seguidos de otros con altos niveles de paro. Creo que, cada vez resulta más imprescindible vincular la presencia en nuestro país de inmigrantes a contratos laborales en vigor, acabados los cuales la repatriación debe imponerse, con la contrapartida de ser readmitidos con carácter preferencial en caso de que hagan falta en el futuro nuevos puestos de trabajo.

Mira, hay dos tipos de inmigración, la necesaria y la innecesaria. Hoy, por ejemplo, hacen falta médicos de cabecera, informáticos, programadores, ingenieros superiores, etc., y, sobre todo, trabajadores cualificados. Y esos contingentes NECESARIOS, no son precisamente los que están llegando. Toma nota de esto: están llegando inmigrantes sin ninguna cualificación profesional. Yo mismo he visto en el sector de la construcción a inmigrantes iberoamericanos, que solamente estaban en condiciones de evacuar escombros en las obras. Lo que está ocurriendo es que España se ha convertido en un centro de formación profesional de trabajadores llegados de todo el mundo. Y eso no es lo peor: lo peor es que la productividad media del país está cayendo en picado. Eso no es bueno para nuestra economía ni para nuestro crédito internacional. Esa inmigración es innecesaria, superflua, contraproducente y, finalmente, una carga para nuestro país. Carga que, por lo demás, no estamos en condiciones de soportar.

Aquí necesitamos trabajadores que sepan hacer algo, que lleguen aquí en condiciones de ejercer un oficio en las mismas condiciones de capacitación que un trabajador español. Esto no es un centro de formación profesional. A mi me ha tocado contratar a trabajadores colombianos de la construcción que aseguraban ser oficiales, cuando en realidad no eran ni peones aventajados; he visto ecuatorianos que jamás habían cogido entre sus manos una atornilladota decirme que eran oficiales especialistas en colocación de placas de yeso; en otros terrenos, he tenido que ver como albañiles marroquíes trabajaban según los criterios de calidad de aquel país, haciéndome perder días, materiales y dinero, a fin de cuentas, porque esos criterios están extremadamente alejados de los nuevos. Como sabes soy alguien que me gusta dar votos de confianza a la gente, así que siempre les he pedido que hicieran una prueba. El resultado ha sido rayano en lo catastrófico. Entiendo perfectamente que algunos empresarios solo contraten a trabajadores del Este Europeo e incluso estén dispuestos a pagar más a trabajadores españoles. He visto como trabajadores inmigrantes eternizaban los días ejerciendo una parsimonia y una lentitud en el trabajo insoportable para el inmigrante. Sé de hoteleros que han dejado de contratar a camareras marroquíes a causa de la mala impresión que genera entre los clientes el llevar constantemente el famoso velo islámico…

Hasta ahora me has hablado de inmigración innecesaria, ¿dime algo sobre la inmigración que consideras necesaria?

Vayamos, en primer lugar, al número: es fácil deducir el número. En España hay en torno a tres millones de trabajadores en paro. Luego, como mínimo, sobran tres millones de inmigrantes. Pero hay que efectuar otras correcciones. Si existe un número excesivamente alto de trabajadores, los salarios tienden a bajar y se entra en la precariedad laboral. Así que se trata de evitar que esta cifra sea excesivamente alta. Y ahora llegamos a la cifra final: para que el mercado laboral de España funcione en condiciones favorables para patronos y trabajadores, la cifra de inmigrantes no debería de ser superior al millón de inmigrantes, incluidos los trabajadores y sus familias. Es decir, hoy tenemos cuatro veces más inmigrantes de los que necesitamos.

Es cierto que con un millón de inmigrantes se reducirían los ingresos de la seguridad social, pero también e reducirían mucho más los gastos. Así que la reducción sería favorable. Y no digamos para la economía global del país: la delincuencia disminuiría, el paro también, se reduciría el gasto en infinidad de “rubros”: seguridad, educación, prisiones, tribunales, gastos asistenciales, etc., o lo que es lo mismo, el Estado podría prestar mejores servicios a nuestra gente y podría disponer de más fondos para ayuda a los países pobres.

Es decir, apenas un millón de inmigrantes, de los que 600.000 ocuparían puestos de trabajo en condiciones de igualdad salarial con nuestros trabajadores y el resto serían familiares de estos inmigrantes.

Resulta inadmisible que existen tres millones de parados españoles y casi seis millones más afectados por los contrario en precario, además de 400.000 inmigrantes cobrando seguro de paro, 1.200.000 en trabajo clandestino, 1.000.000, por edad o elección, sin trabajar, algo más de 1.200.000 en situación de ilegalidad y apenas 1.250.000 trabajando y cotizando las cuotas de la SS –siempre- más bajas…

Por otra parte, el país receptor debe tener la capacidad para elegir el tipo de inmigrantes que precisa, su cualificación y su origen. Antes te he dicho que necesitamos médicos de cabecera, programadores informáticos e ingenieros: pues bien, eso es lo que necesitamos. Basta ya de peones sin cualificar o de menores. Hoy precisamente, el ignorante integral de ZP decía “Vamos a volcarnos con los menores de Canarias”. No se refería a nuestros niños canarios. Al parecer, da por sentado que “menor” y “Canarias”, implican necesariamente “inmigrante”. Pues bien, esa es justamente la política que hay que denunciar por su estupidez. Todo menor debe estar junto a sus padres, no acogido por la teta del Estado español. Los menores que llegan a España deben tener preferencia en la repatriación: se trata de llevarlos lo antes posible a su país de origen y de que éste país colabore en entregarlo a su familia. Y además, no necesitamos menores de todo el mundo. Además de ser una escuela de Formación Profesional, éste imbécil pretende que seamos la guardería mundial.

Necesitamos oficios y profesiones cualificados. Todo lo demás, todo, sobra. Y necesitamos que estos inmigrantes lleguen de países lo más parecidos a nosotros. En especial de países europeos. Son nuestros socios en la UE o lo serán en pocos años. Luego inmigrantes iberoamericanos. Hablan nuestro idioma. Pero, especialmente, de países “poco conflictivos”. Los colombianos son conflictivos: se van matando por las calles de Madrid. No se puede admitir a comunidades que tengan por costumbre liarse a tiros, o tener unas tasas de delincuencia demasiado altas. Hay que admitir inmigración cualificada, canalizada y segura. Hay una fórmula que indica a la perfección lo que propongo: “Reservado el Derecho de Admisión”. Si aquí empezamos a admitir gente con velo islámico que exija igualdad de culto con los cultos específicamente europeos aun cuando sus valores sean no europeos o simplemente anti-europeos y no les digamos: “lo lamento, tú aquí no encajas”, este se va a convertir en un “país mestizo”. Un país mestizo es un país inestable en todos los terrenos, que funciona a diferentes ritmos y que pierde su identidad.

¿Por qué?

Mañana hablaremos del mestizaje. Mejor que esta noche no tengas pesadillas.

 

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