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INFOKRISIS, el blog de Ernest Milà

En el 2017 en 25% de la población será inmigrante ¿verdadero o falso?

En el 2017 en 25% de la población será inmigrante ¿verdadero o falso?

Infokrisis.- Recientemente varios medios de comunicación han señalado que, de seguir así la llegada de inmigrantes, dentro de 10 años, el 25% del país estará poblado por extranjeros. La cifra puede parecer exagerada, sino desmesurada. La cuestión es que es falsa. Va a ser mucho antes cuando se produzca esta situación. Estas cifras hay que corregirlas al alza. 

¿Cuántos inmigrantes hay en estos momentos?

Las cifras oficiales indican que “apenas” hay 5.000.000 de inmigrantes. La cifra es falsa porque contabiliza únicamente:

-         los que están regularizados

-         los que están empadronados

-         los que se contabilizaron hace seis meses

Pero están sin contabilizar:

-         los que no se encuentran empadronados

-         los que no han renovado su empadronamiento (hace falta hacerlo cada año)

-         los que no han podido renovar su regularización (por estar en paro)

Es, pues, muy difícil a tenor de cómo se están llevando las estadísticas, establecer la cifra de inmigrantes que se encuentran en estos momentos. Pero, resulta obvio que es, en cualquier caso, bastante más de 5.000.000 de inmigrantes. Probablemente lo razonable sería establecer una corrección de un 20%.

¿Por qué esta cifra? Por que, en los años 2002, 2003 y 2004, cuando el gobierno daba unas cifras y, un año después, la Unión Europea publicaba las suyas, habitualmente era un 20% más. Así pues, en la actualidad habría 6.000.000 de inmigrantes, cifra que parece extremadamente razonables y que aceptan como ciertas las autoridades de aduanas y los cuerpos policiales.

¿Hay que sumar algún colectivo más?

Pero esto no es todo. Hay un colectivo que habitualmente pasa desapercibido en las estadísticas y es la de 700.000 extranjeros que han recibido la nacionalidad española en los últimos 10 años. Esta cifra es desmesuradamente alta pero tiene como consecuencia el restar cifra al número de extranjeros y sumarla a la población “nacional”.

Esta cifra irá aumentando de año en año y resulta equívoca. En estos casos no se trata de ciudadanos de la Unión Europea, jubilados que hayan decidido vivir en España (especialmente en Levante, Baleares y Canarias), sino de ciudadanos llegados del Tercer Mundo (especialmente del Magreb y de la zona andina) que llevan tiempo suficiente como para solicitar la nacionalidad española. Y lo están haciendo en cuanto tienen posibilidades.

El gobierno solamente exige que la petición esté conforme a los plazos exigidos por la ley. Se requiere solamente jurar la constitución y hablar mínimamente la lengua española. Al parecer, esto garantiza la “integración”.Así pues, a los 6.000.000 de inmigrantes hay que sumar estos 700.000 más.

¿Cuáles son las tendencias actuales de la inmigración?

Son sorprendentemente contrarias a los intereses de nuestro país. Véase:

-         El número de ingleses, alemanes y holandeses que están llegando a nuestro territorio se está ralentizando. El número de ingleses (que no están en la zona euro) empezó a declinar a partir de 2003 cuando la subida del euro empezó a encarecer la vivienda en España. Así mismo, el número de alemanes tendió a estabilizarse, especialmente en Canarias, en cuanto se percibió que las Islas Afortunadas estaban registrando una verdadera invasión de magrebíes y subsaharianos y que el gobierno español no hacía absolutamente nada para contener esta oleada. Así pues, lo que es la inmigración comunitaria tiende a estabilizarse.

-         El número de extranjeros comunitarios que han ingresado en la UE en los últimos años (europeos del Este) es también declinante. Especialmente de polacos que están regresando a su país. En los dos últimos años apenas han llegado polacos a España, sino que la riada ha sido en sentido inverso: están retornando a sus respectivos países. Es de prever que este mismo fenómeno se reproduzca con búlgaros y rumanos en cuanto empiecen a notar la reactivación de sus economías gracias a los fondos estructurales y demás ayudas de la UE.

-         Solamente está aumentando el número de gitanos rumanos, la etnia romaní, por tres tendencias: los que comprueban que en España el hurto se puede realizar durante décadas sin entrar en la cárcel y que supone un efecto llamada para rateros, mecheras, mendigos con niño (en España es delictivo mendigar con un recién nacido a cuestas y se han promulgado sentencias en esa dirección), los que están siendo expulsados literalmente de Italia en estas semanas a causa de la política de mano dura adoptada por el gobierno y, finalmente, los que el propio gobierno rumana induce a abandonar el país. Rumania es un país europeo como cualquier otro, solamente que soporta desde hace siglos una minoría gitana que crea todo tipo de problemas por su particular visión del mundo y de las relaciones con los “payos”. La UE ha supuesto una posibilidad para Rumania de liberarse de este grupo étnico tan conflictivo y está “exportando” gitanos romanís.

-         El número de andinos tiende a estabilizarse. Efectivamente, las raza andina parece tener muy acusada el sentimiento de nostalgia y añoranza de su tierra. Los que llevan aquí entre 7 y 10 años están esperando retornar. Algunos lo han hecho ya. La crisis económica dificultará estos retornos: muchos ecuatorianos han comprado pisos que calculaban vender en el momento del retorno obteniendo amplios beneficios. No va a ser así. Lo previsible es que en los próximos meses empiecen a ejecutarse cientos de hipotecas firmados alegremente por ciudadanos andinos. Muchos volverán sin patrimonio a su país cuando la crisis económica española se agrave. Por lo demás, es cierto que ha disminuido la llegada de ilegales del área andina: pero está aumentando la cifra de legales acogidos a la reagrupación familiar y al arraigo social. Así pues, es de prever que el número de andinos permanezca estable con cierta tendencia a crecer por el número de nacimientos.

-         El número de pakistaníes y chinos aumenta lenta pero inexorablemente. La lejanía hace que ese aumento sea con cuentagotas, pero imparable.

-         El número de subsaharianos está creciendo lenta pero espectacularmente. Es el drama de los cayukos. Están llegando a un promedio de 250 al día. No es excesivo, si tenemos en cuenta que el año pasado por estas fechas llegaba al día el triple de bolivianos, pero es una cifra preocupante porque no parece haber nada capaz de disuadirlos de la aventura.

-         Lo que sigue creciendo de manera sostenida es la inmigración magrebí y esto porque las condiciones de vida en el Magreb, lejos de remediarse, se va agravando de día en día. No se trata sólo de marroquíes sino también de argelinos. En los próximos años, la situación política en el Magreb se irá torciendo progresivamente hasta el inevitable estallido socio-religioso. En el momento en que esto se produzca, la inmigración a España y las peticiones de asilo político se van a disparar.

-         En general está disminuyendo el número de inmigrantes que llegan a España en situación irregular, sin papeles, pero está aumentando el número de inmigrantes recién llegados con los papeles regularizados. Y estos son fundamentalmente andinos y magrebíes.

Las conclusiones: el 2012 llegaremos al 25%

Estas cifras crean un clima particularmente sombrío que se agrava a causa de la elevada tasa demográfica de la inmigración y la escuálida tasa de nacimientos del grupo étnicos autóctono. Los inmigrantes tienen 4 veces más natalidad que los españoles y no es más alta a causa del uso abusivo del aborto entre los grupos de inmigrantes.Todo esto permite formular una hipótesis que, a falta de datos oficiales completos, debería de servir para prever cómo van a aumentar las comunidades de inmigrantes en nuestro país:

-         En la actualidad tenemos un 15% de población no nacida en España que llega hasta el 75% en algunos barrios de las grandes ciudades.

-         Este aumento se ha experimentado en los 10 últimos años y siempre de manera acelerada y constante, a razón de casi 600.000 inmigrantes por año.

-         Parece razonable admitir que este aumento desmesurado va a seguir aumentando aunque tenga otra composición (menos entradas de ilegales, más entradas de legales, muchas más reagrupación familiar, mucho más aumento de la inmigración por vía de la natalidad)

-         Irán tendiendo a disminuir entradas de grupos étnicos muy alejados (andinos, pakistaníes, chinos), pero irá aumentando la entrada de inmigrantes “próximos” geográficamente (magrebíes) a pesar de estar separados por un abismo cultural y antropológico. Esta tendencia se agravará a causa de la proximidad y del estallido previsible en el Magreb.

-         Si repasamos las previsiones estadísticas sobre la inmigración se percibe un desfase increíble: en 2000 se decía que llegaríamos a 6 millones de inmigrantes en el 2025… hemos llegado en el 2007. En períodos anteriores, el desfase era todavía mayor, llegándose incluso a afirmar en 1999 que en alcanzaríamos los 4 millones en el 2015.

Todo esto nos permite formular una proyección que, lejos de ser aventurada, parece razonable admitir como hipótesis de trabajo a demostrar: no va a ser en el 2025 cuando una cuarta parte de nuestro país haya nacido en el extranjero, sino mucho antes, con muchas posibilidades entre el 2012 y el 2014, es decir, diez años antes, casi a la vuelta de la esquina.

Estas proyecciones dan credibilidad a quienes opinamos que la inmigración no supone la llegada de inmigrantes a España para cubrir puesto de trabajo que los españoles ni podemos ni queremos cubrir… sino que se trata de una gigantesca operación de sustitución de población en la que los españoles –y, por extensión, los europeos, porque el problema dista mucho de ser nacional- vamos a ser casi poco menos que una especie en vías de extinción.

La gravedad de esto a nadie se le escapa, ni siquiera a los que han propulsado esta mutación demográfica. ¿Quiénes son? Son los mismos que han impulsado la globalización… De hecho, la inmigración masiva, los desarraigos de población, son hijo de la globalización.

© Ernesto Milà – infokrisis - infokrisis@yahoo.es

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