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INFOKRISIS, el blog de Ernest Milà

MAYO 68

A 40 años de mayo del 68 (VIII de XVI): El caso del PCE(m-l) y del FRAP

Infokrisis.- A nadie que conociera bien lo que fue la oposición democrática al franquismo se le ocurriría considerar al PCE(m-l) como un partido más que participó del sector antifranquista. El PCE(m-l) y su prolongación, el FRAP, fue algo completamente diferente aunque muchos de sus militantes tuvieran conciencia de pertenecer a un espacio que iba desde la democracia cristiana hasta el anarquismo, cuyo denominador común era el antifranquismo. No en vano existen serias dudas sobre quién “pilotó” el PCE(m-l)-FRAP desde su nacimiento hasta la muerte de Franco.

Existen pocas pistas históricas sobre como se produjo el nacimiento del PCE(m-l). Cuesta reunir material sobre la prehistoria de este partido y no solamente por que entre 1962 y 1964, cuando se constituyeron los primeros grupos que dieron vida en 1964 al partido, la clandestinidad, la desconfianza y el secretismo, hacían que muchos de sus militantes no preguntaran nada y siguieran a los que consideraban sus jefes naturales, sino también porque muchos de los que participaron en su fundación han muerto o están ilocalizables. A esto se une el que la trayectoria del PCE(m-l) y del FRAP, en especial a partir de 1974, quedó implicado en actividades terroristas y a casi3 5 años de todos aquellos sucesos, la inmensa mayoría de militantes que participaron en estas acciones prefieren hacer olvidar su pasado. Casi todos, como suele ocurrir con militantes abnegados que en un momento dado abandonan la lucha política, al desvincularse, rompen totalmente con su pasado y prefieren no dar muchas vueltas a lo que ocurrió, teniendo la vaga sensación de que alguien ha jugado con ellos. Esto fue lo que pasó –y es indudable- con los militantes del FRAP.

Teniendo todo esto en cuenta, lo que hemos hecho ha sido buscar en nuestros archivos personales y biblioteca inicialmente y después en Internet (donde no hay prácticamente información al respecto, o al menos información fiable) y cruzar estos datos con los que ya disponemos sobre la Operación CHAOS. El resultado es este capítulo de la historia de la oposición antifranquista de extrema-izquierda.

1. Un partido que empieza y termina con una reconstrucción

En 1964 se fundó el Partido Comunista de España (marxita-leninista). Los comienzos son extremadamente turbios y entran en juego distintas fracciones disidentes del PCE de Santiago Carrillo. Al año siguiente aparece el primer número de Vanguardia Obrera, órgano oficial del partido. Es 1965, el año en el que Angleton y la CIA inician la Operación CHAOS, no lo olvidemos.

El proceso de formación del nuevo partido se realizó bajo el eslogan de “por la reconstrucción del partido comunista de España” y, para diferenciarse del grupo de Santiago Carrillo adoptó la coletilla “marxista-leninista”, entre paréntesis, como otros adoptaron coletillas no menos significativas: PCE(i) y PC(I) “internacional”, PCE(r) “reconstituido”, PC(R) “revolucionario” y así sucesivamente, en lo que fue la madre de todas las confusiones, pues no en vano, para advertir estas pequeñas diferencias había que se un verdadero iniciado en “sigilografía política” y permitió que los medios de comunicación oficiales atribuyeran cainitamente al PCE de Santiago Carrillo (que dirigía la única fracción verdaderamente importante) las acciones violentas cometidas por los que podemos denominar “comunistas amigos del paréntesis”

El emblema adoptado por el PCE(m-l) no puede ser más provocador, pero indica su adscripción a la corriente maoísta: tres brazos sosteniendo uno la hoz, el otro el martillo y el tercero y central, un fusil. Era un signo de fidelidad a Mao cuando una de sus más celebradas frases en el Pequeño Libro Rojo recordaba que “el poder está en la punta del fusil”.

A éste emblema, pronto, los militantes del PCE le sacaron punta llamándolo los “tres mancos”. El PCE(m-l) dio vida al Frente Revolucionario Antifascista y Patriota en 1971 que debía ser una especie de remedo del “frente popular”. Durante el verano de 1975 el FRAP fue pulverizado después de tres atentados con resultado de muerte y del fusilamiento de tres de sus militantes en septiembre de ese año, dejado prácticamente de existir. Unos años después, en plena transición, el FRAP se disolvió y el PCE(m-l) resistió sin pena ni gloria hasta 1991 en el que también optó por la autodisolución. Sin embargo en 2005 algunos viejos militantes del partido y una nueva generación de miembros de las Juventudes Comunistas de España (marxistas-leninistas), reorganizaron el partido. El órgano de la nueva formación ya no era Vanguardia Obrera, sino Octubre y en su emblema se había perdido uno de los tres brazos mancos: el que portaba el fusil…

2. “Nosotros… los violentos” o como autoseñalarse con el estigma

Es significativo que un grupo político clandestino como era el PCE(m-l) decidiera en la España plácida y sin grandes sobresaltos de mediados de los años 60, incorporar a su emblema el fusil propio de la “larga marcha” de Mao. Y mucho más extraño fue que el FRAP, siete años después tuviera como logo un puño en alto que sostiene una ametralladora. Los logos no son inofensivos: contienen la imagen que una marca quiere dar de sí misma. Colocar un arma en el logotipo implica, necesariamente, tener una voluntad de atraer a los elementos más radicales que consumen ese productor, en este caso, a los elementos más radicales de la oposición democrática al franquismo. Es cierto que, a fin de cuentas, vender una idea política –en este caso la oposición al franquismo- no es muy diferente de vender una camisa: en efecto, se precisan diversas tallas. Y una es la radical… Ahora bien, no es menos cierto, que en plena clandestinidad, enarbolar un arma como logo implica el llamar la atención de las fuerzas de seguridad del Estado desde el principio y hacerse objeto de una acción represiva preferente. Y lo sorprendente es que, a pesar de que desde el principio, el FRAP integró a los últimos “resistencialistas” de la II República con Alvárez del Vayo en cabeza, los últimos que habían cometido atentados simbólicos en los años 60, con la patente de Fuerzas Españolas de Liberación Nacional, cuyos estudiantes habían participado muy activamente en la revuelta estudiantil, especialmente en las universidades de Madrid y Valencia, solamente fueran objeto de una represión particularmente dura, a partir del 1º de mayo de 1974 cuando un inspector de la policía fue asesinado en las inmediaciones de Atocha en el curso de una manifestación convocada por este grupo.

Y mucho más extraño es que, justo en el momento en el que este grupo había sufrido, a raíz de este atentado, un proceso de desarticulación que dejó prácticamente en el aire la organización, su dirección llamara un año después a iniciar las “acciones armadas”… sabiendo de sobras que si un asesinato había sido la causa del desmantelamiento de buena parte de la organización, otras acciones similares terminarían por liquidarla como así ocurrió durante el verano de 1975. Cuando tres militantes del FRAP son fusilados en septiembre de 1975, muy poco queda en activo de la organización.

Y es que, todo en la historia del FRAP y de su matriz el PCE(m-l) es extremadamente “anómalo”, tal como hemos señalado desde el principio.

3. El complicado proceso de formación del PCE(m-l)

El 3 y 4 de octubre de 1964 tuvo lugar la conferencia fundacional del PCE(m-l). En sus primeros meses aquello pareció una discusión doméstica. Había dos fracciones que en los primeros meses fueron constantemente a la greña, como prolongación del divorcio matrimonial que había precedido entre “Suré” y “Elena Ódena”, porque ni una se llamaba así ni el otro asá. Ambos, eso sí, habían sido matrimonio durante veinte años.

“Suré” se llamaba en realidad Marcelino y había sido comisario político durante la guerra civil. Y en cuanto a “Elena Ódena”, su verdadero nombre era Benita Ganuza (de ahí que el PCE llamara malévolamente al nuevo partido “la banda de Benita”).

La pareja residía en Suiza (extrañamente el centro operativo de la Operación CHAOS para Europa se estableció en Berna, Suiza) y allí tomaron contactos con la Embajada China en Ginebra. Fueron invitados a viajar a China y se cuenta que “recibieron dinero para financiar la creación de un partido marxista-leninista, anti-ruso”. Que disponían de algunos fondos parece ser rigurosamente cierto, pero que venían de China ya es harina de otro costal.

A poco de constituirse, estalló una lucha interior que no era más que la extensión a la esfera partidaria del divorcio sonado que había protagonizado la pareja. Ambas fracciones lanzaron sus propios órganos de prensa: “Suré” el Mundo Obrero Revolucionario que sería portavoz del PCE(M-L) –obsérvense las mayúsculas entre paréntesis- y Vanguardia Obrera, órgano del PCE(m-l) que tenía a “Ódena” como inspiradora. Recuerdo hacia 1971 haber tenido en mis manos un folleto publicado por el PC(ML) en donde se explicaba la historia de la ruptura y se reputaba a “Ódena” y a “Raúl Marco” (que constituyeron la cúpula inamovible del PCE(m-l) y del FRAP en toda su peripecia) de “oportunistas sin escrúpulos” y “agentes provocadores”.

Aprovechando el puente de noviembre se reunió nuevamente en París –en el teatro alambra, facilitado por un miembro de la CNT- el grupo cuando las dos fracciones ya estaban en ciernes aun cuando sin límites precisos. Asistieron 30 delegados y se creó un Comité Central de 20 personas con representantes de las dos fracciones. Al día siguiente cinco ya se habían escindido y lanzaban el PCE(M-L).

Alejandro Diz, destacado militantes del PCE(m-l) que no vivió personalmente esta primera fase de la vida de su partido, pero que sí recogió algunos de los rumores y detalles de toda esta historia, añade que en esta escisión “se mezclaban intereses políticos con las rencillas personales y las ansias de arribismo que parecía ser, hay en uno y otro bando”. Quizás no era eso exactamente. Es más probable, a la vista del contexto en el que nacieron los partidos marxistas-leninistas en Europa Occidental, que se tratara de dos influencias diversas: la que procedía de China Popular y la que procedía de la CIA.

Un mes después, entre el 13 y el 17 de diciembre de 1964 se convoca el I Pleno Ampliado del Comité Central. La reunión tiene lugar en Bélgica en un garaje facilitado por Jacques Grippa, padre del maoísmo europeo. Vale la pena detenerse un momento en la figura de Grippa. Había ingresado en el Partido Comunista Belga en 1930 y fue uno de los dirigentes de la resistencia. Una vez detenido se comportó heroicamente y se negó a delatar a sus compañeros a pesar de ser duramente torturado. Esto no impidió que veinte años después, en 1963 fuera expulsado del PCB tras haber sostenido las tesis de Pekín sobre las de Moscú al estallar el conflicto chino-soviético.

También aquí algo extraño debió ocurrir para que la persona que había sido hasta 1967 el “hombre de confianza de Pekín” y al que se le confió la orientación de los partidos pro-chinos en Europa Occidental, cortara bruscamente todas las relaciones con él y facilitara la creación de un nuevo Partido Comunista Marxista Leninista de Bélgica. Vale la pena recordar que Grippa también jugó con la ambigüedad. En efecto, su partido se llamaba Partido Comunista de Bélgica y había sido fundado en 1963, siendo el primer partido maoísta de Europa Occidental… pero sus siglas eran exactamente iguales a las del PCB, prosoviético que, hasta finales de los años 60 tuvo hegemonía entre la clase obrera belga. Para distinguirse, en pequeño, el partido de Grippa había añadido la coletilla “Pekín”.

En cualquier caso, Grippa fue, hasta principios de 1967 el distribuidor de fondos procedentes de China para los partidos maoístas europeos. Si hubo ruptura entre Grippa y Pekín debió ser por la custodia de estos fondos o por su distribución. ¿Eran conscientes los chinos de que la CIA estaba creando partidos “marxistas-leninistas” para utilizarlos en beneficio de una estrategia propia? ¿Es cierto, como se ha dicho también que existió un pacto entre la CIA y los chinos para atacar a los soviéticos mediante estos partidos artificialmente formados? Es imposible decirlo: a pesar de que en todas estas discusiones y rupturas salieran a la superficie como provocadas por distintas posiciones en relación al conflicto chino-soviético o a causa de distintas actitudes ideológicos, lo cierto es que da mucho más la sensación de que el verdadero centro de la polémica era el control de los fondos procedentes de China o de la CIA…

Lo significativo es que la policía española estaba excepcionalmente bien informada de todos estas reuniones tendentes a formar un nuevo partido maoísta. El comisario Conesa andaba ya en Bélgica vigilando a los asistentes al I Pleno Ampliado del Comité Central del PCE(m-l). Así pues, desde el principio, esta organización ya llamaba la atención de la policía y, no solamente eso, sino que además, tenía información privilegiada sobre él.

El Pleno celebrado en Bruselas fue tormentoso. Los que se habían escindido tras la Conferencia fueron literalmente secuestrados mientras se celebraba la reunión (y si eso pudo hacerse impunemente es porque alguien había facilitado algún tipo de cobertura). “Suré” había intentado leer un “informe secreto” sobre la pareja que actuaba como voces cantantes del nuevo partido –Elena Odena y Raú Marco- pero no le permitió su lectura. Pero nada pudo evitar que Suré hablara a algunos camaradas del contenido del informe: acusaba a su exmujer de estar en contacto con los Servicios Secretos ingleses, acusación que Alejandro Diz oyó también en boca de un miembro del Comité Central del PCE carrillista. Y Suré debía saber algo porque, no en vano, había compartido 20 años con Odena-Ganuza.

La escisión entre las dos fracciones maoístas se consuma en este Pleno Ampliado. La fracción de Suré, el PCE(M-L) se quedará con la ayuda de Pekín y subsistirá sin grandes muestras de actividad hasta mediados de 1968 y algunos núcleos del interior hasta principios de los años setenta.

Y esto plantea un problema, pues si una fracción se había quedado con los fondos chinos ¿de qué fondos se nutría la otra fracción, el PCE(m-l)?

En este Pleno Ampliado se elige un Comité Ejecutivo y un Secretariado Político. Marco, por los pelos sale elegido para el Comité Ejecutivo y Ódena solamente es miembro del Comité Central en el que había salido elegida en la Conferencia de noviembre. Lo sorprendente es que, a pesar de que, oficialmente, el PCE(m-l) era una “escisión pro-china del PCE”, en la práctica, como reconoció Carrillo, la inmensa mayoría de miembros de los organismos del nuevo partido jamás habían militado en el PCE. En el Secretariado Político compuesto por tres personas, estaba presente un excenetista que jamás militó en el PCE. En cuanto a Marco, jamás había sido miembro del PCE en el interior, sino que parece que apenas se había integrado en una organización comunista de Ginebra poco antes de la formación del PCE(m-l).

En aquella época –tal como recuerda Diz- se contaban todo tipo de historias truculentas y contradictorias sobre Marco, la más significativa de las cuales fue una detención que sufrió y de la que no dio cuenta al PCE. Marco y Ódena son las dos únicas personas que cuentan en la dirección del PCE(m-l) y del FRAP, siendo el resto meros comparsas o viajeros accidentales. La historia del PCE(m-l) es la historia de esta pareja de hecho. Diz dice con cierta gracia: “casi todo el mundo coincide en afirmar que, por lo menos, son unos vividores”. Y a continuación cita el caso de Vazquez Rendón, dirigente guerrillero colombiano, que residió unos días con la pareja en Ginebra y que comentó a un militante del PCE(m-l) que no se fiara nada de ellos.  Lo cual dicho por el representante de un “partido hermano” es todavía más significativo.

4. La extraña creación del PCE(m-l) en el interior

A principios de 1965 toda la actividad de la nueva formación consiste en crear células en el interior de España. Hasta ese momento, la mayor parte de asistentes a las reuniones que hemos descrito, residían en el extranjero o eran exiliados de la guerra civil. Sin embargo, la pareja Ódena-Marco están más preocupados por dos frentes: las relaciones con Albania y China y el periódico del partido, el Vanguardia Obrera.

En ese año empiezan a producirse detenciones en el interior. En diciembre de 1964, seguramente como efecto de la presencia del comisario Conesaen Bélgica, la organización del PCE(m-l) es desarticulada por la policía y en abril de 1965 un cargamento de 110 kilos de Vanguardia Obrera caen en poder de la policía con las detenciones consiguientes. Y eso ya no era obra de Conesa. Algunos militantes del partido analizan la caída y en la reunión del Comité Ejecutivo que tiene lugar el 20 de junio de 1965, el responsable de las llamadas Fuerzas Armadas Revolucionarias, un tal Crespo, miembro del Comité Ejecutivo, expuso que todas las sospechas de estas caídas recaían sobre Marco estando él delante. Solo él conocía la matrícula del coche que estaba buscando la policía y que apareció finalmente en el puesto fronterizo de Irún-Hendaya. Sólo Marco conocía la cita con dos militantes que iban a buscar esa propaganda y que también resultaron detenidos. Y en cuanto a la redada de Catalunya, los propios detenidos acusan a la pareja Ódena-Marco de haber entregado a la policía española materiales que solamente ellos podían haber entregado. Hay más pruebas que, el paso del tiempo ha convertido en intrascendentes, pero que demuestran que la policía española disponía de información privilegiada que procedía de Suiza y que quienes se preocuparon de investigar, procedía de la pareja Ódena-Marco. Al acabar su exposición, Crespo pide para Marcó la “pena de muerte”. De los seis miembros del Comité Ejecutivo: uno, Crespo apoya, lógicamente, la petición, sostenido por otro, Marco es el tercero y evidentemente está en contra y los otros tres miembros dudan por la radicalidad de la medida. Así pues, se resuelve la creación de un “comité de investigación” compuesto por dos miembros que permanecen en Ginebra ocho días en 1965, sin poder aclarar nada. Uno de los miembros de esta comisión comunicó a Diz, años después, que “no se pudieron confirmar las sospechas, pero tampoco se pudieron negar. Lo cierto es que se comprobó que la pareja disfrutaba de un alto nivel de vida”. La pareja quedó “tocada” por este episodio, pero pronto tuvo ocasión de tomar la revancha.

Una providencial caída en enero de 1966, de un militante muy significativo del partido, permitió recomponer el Comité ejecutivo. La pareja pudo hacerse con las secretarías de organización y relaciones internacionales, claves en el nuevo partido. Pero Crespo es su principal enemigo dentro del Comité Ejecutivo del que depende una rama del partido, las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Y Crespo sabe que hay algo turbio en el comportamiento de la pareja, se pueda o no demostrar. Es el sexto sentido propio de los militantes que llevan mucho tiempo en clandestinidad. En septiembre de 1966 termina separándose con los militantes que en ese momento componen las FAR y se afirman como grupo independiente. En la detención de principios de 1966, nadie es interrogado sobre las FAR, sin embargo el domicilio de Crespo es vigilado por la policía. La pareja Ódena-Marco conocía la existencia de ese domicilio. Era evidente que si se aprovechaba para detener a unos cuantos militantes del PCE(m-l) y a Crespo, éste podría ser acusado de delatar al resto. Sin embargo, Crespo y su gente, evitan la detención empleando fuertes medidas de seguridad. Seguirán en libertad hasta que caen finalmente en enero de 1967. Y justo en ese momento son acusados por Ódena-Marco de ser “banda de asesinos fascistas a sueldo de la CIA”. Es el clásico “te lo digo para que no me lo digas”. Sin embargo Crespo se lleva diez años de cárcel y eso hace que su testimonio sea mucho más fiable que el de Marco que jamás fue detenido.

Otro dato para la historia: Marco fue guardaespaldas de Ben Barka, líder de la oposición marroquí. Poco después, Ben Barka fue secuestrado, torturado y asesinado por la policía marroquí mientras se encontraba en París justo cuando se preparaba para asistir a la Conferencia Tricontnental en La Habana…

La novedad del maoísmo hizo que en su trabajo político en España, el PCE(m-l) pudiera arraigar en las universidades de Madrid y Valencia con cierta presencia militante y que tuviera un papel destacado en las movilizaciones de los años 1967-70 donde eran conocidos como “los niños de Mao” y mucho menos en los medios obreros.

En enero de 1971 se constituye el Comité Pro-FRAP, siglas de Frente Revolucionario antifascista y Patriota, denominación que terminó privando sobre la que se había manejado en los tres años anteriores: el Frente Democrático Nacional Revolucionario.

A lo largo de los tres años siguientes, al decir de su propaganda, los Comités Pro-FRAP se fueron extendiendo por toda España si bien su estructura agrupaba solamente al PCE(m-l) y a sus llamadas “organizaciones de masas” (media docena de siglas de las que, salvo la FUDE –Federación Universitaria Democrática Española- la OSO –Oposición Sindical Obrera- y la JCE(m-l) –Juventud Comunista de España-, tenían solamente una existencia más o menos virtual).

5. Llega al FRAP y con él, Alvárez del Vayo

Finalmente, el 6 de enero de 1974 se constituyó el FRAP propiamente dicho. Alejandro Diz recuerda que esta proclamación “se realizó sin haberse producido un salto cualitativo” que obligase a ello. La presidencia se entregó a Alvárez del Vayo, prácticamente la única persona que no eran miembro del PCE(m-l) que asistió a la reunión. Era inevitable que esto sucediera.

De Alvárez del Vayo, Indalecio Prieto dijo que pertenecía al peor tipo de tontos, los tontos con ideas, algo que su biografía parece confirmar. En 1946 había sido expulsado del PSOE. En 1963 fundó el Frente Español de Liberación Nacional, organización de pocos miembros, todos ellos exóticos, entre los que figuró Andrés Ruiz Márquez, oficial del ejército de Franco durante la guerra. Mientras Vayo se estableció en Milán, envió a Ruiz Márquez a España a colocar unos cuantos artefactos explosivos de baja capacidad. Más que de explosivos se trataba de meros petardos verbeneros o pocos más.

Tras unos cuantos meses de colocar atentados en Madrid, Ruíz Márquez, alias “Coronel Montenegro”, fue detenido en 1966 y le endilgaron 108 atentados. El interesado comentó apesadumbrado: “Me temo que los jueces se han pasado”. En efecto, seguramente más de tres cuartas partes no eran de su autoría, lo que no le impidió ser condenado a muerte… y indultado justo cuando empezaba una campaña internacional en solidaridad con él. Milán era el centro de la campaña y en Milán estaba Mario Tedeschi –el enlace, como hemos visto, entre Avanguardia Nazionale y Angleton- como director del semanario Il Borghese, que permaneció atentado a las actividades de Vayo y del FELN. Para Tedeschi, Vayo encontraba facilidades para realizar sus campañas desde Italia. No sería ésta la última estupidez de Vayo. Tan sólo la penúltima. Si la última fue su adscripción al FRAP y el aceptar la presidencia que el tanden Ódena-Marco le ofrecieron fue porque murió en mayo de 1975 en Ginebra. En 1977, antes de la amnistía preelectoral, el “Coronel Montenegro” era el preso político más anciano de las cárceles españolas.

6. La “guerra popular” y la “insurrección armada de masas”

En mayo de 1973 el PCE(m-l)-FRAP llegó a su techo en número de militantes y fuerza social. En ese momento el partido se sintió con fuerza suficiente para realizar una gran movilización el 1º de mayo con sus dos consignas: “Viva la república democrática y popular” y “Yanquis fuera de España”. En las inmediaciones de Atocha se produjo un salto de manifestantes en el que quedaron aislados unos 500 asistentes a la manifestación rodeados por la policía. En el enfrentamiento resultó muerto a navajazos el policía Juan Antonio Fernández. Otros tres policías resultaron heridos de gravedad y otros más resultaron heridos leves… pero 300 asistentes a la manifestación (y en gran medida militantes del PCE(m-l) resultaron detenidos. En los meses siguientes resultaron desarticulados todos los comités regionales y varios cientos de militantes. Y para el verano el partido estaba al borde de la desaparición a causa de la represión desencadenada. En septiembre de 1973 cayó el Comité de Barcelona, el último que quedaba…

Pero seguía habiendo algo extraño en todo esto.

Antes de los sucesos de mayo de 1973, en el mes de abril, había tenido lugar el Congreso del PCE(m-l) en Italia. La policía conocía la celebración de este congreso y sabía que se iba a desarrollar en Italia. Un simpatizante –ni siquiera militante- del partido en Madrid abandonó España aprovechando la Semana Santa, por la frontera de Canfranc. La policía le preguntó textualmente si “iba al congreso del FRAP” que en esos momentos se estaba celebrando en la más absoluta clandestinidad. La información se transmitió al dúo Ódena-Marco.

La información era particularmente grave porque demostraba que la policía no solamente conocía a los militantes del PCE(m-l)-FRAP, sino también a los simpatizantes. Y lo que era peor: este detalle demostraba lo que luego iba a suceder, a saber, que si el partido se destacaba en acciones terroristas y en asesinatos de policías, la policía disponía de información suficiente para machacar en el primer envite a los maoístas…

Y es justamente en el momento en el que el PCE(m-l) demuestra ser más vulnerable, precisamente entonces es cuando la dirección del partido –en la práctica el dúo Ódena-Marco- proclama la “lucha armada”. Si tenemos en cuenta que el partido sufrió distintas oleadas represivas en las que los propios militantes eran conscientes de que existía alguna fuga de información en el interior y, además, tenemos cuenta de que solamente tres de los fundadores del partido en 1964 seguían en activo en 1976, es lícito suponer que el topo o los topos debían ser buscados entre estas tres personas. Dos de ellas eran “Elena Ódena” y “Raúl Marco”.

En muchos partidos clandestinos e incluso en organizaciones terroristas, es frecuente que cuando unos dirigentes pretenden desplazar a otros, por ambición o venganza, simplemente favorezcan su detención. Parece difícil que Ódena y Marco hubieran podido mantenerse contra viento y marea en la cúspide de la organización durante casi 20 años, de no ser por estas providenciales detenciones. Y especialmente es incomprensible dado que ellos fueron los responsables de las desastrosas y absurdas decisiones que terminaron en el desmantelamiento parcial del PCE(m-l) en 1974 y su desarticulación total un año después.

En efecto, en el verano de 1975 el PCE(m-l) inicia una serie de “acciones armadas” sin tener absolutamente la más mínima preparación técnica, careciendo por completo de infraestructura de protección ante la policía, sin retaguardia y desligado por completo de cualquier movimiento de masas. No había ni una sola condición objetiva que justificara la utilización de la violencia. Ni las “masas populares” pedían esas acciones, ni había nadie que pudiera realizarlas, ni mucho menos la organización estaba preparada para realizarlas. Si la muerte accidental de un inspector de policía el 1º de mayo de 1973 desencadenó sobre el partido una represión que puso patas arriba a todos los comités regionales, podía intuirse con facilidad lo que iba a ocurrir si estas acciones se convertían en sistemáticas.

Lo peor era que el PCE(m-l) hasta que se disolvió siguió manteniendo que esas acciones habían sido oportunas, justas y necesarias e incluso su último secretario general, Blanco Chivite, condenado a muerte e indultado en septiembre de 1975, dijo a la revista El viejo Topo, que todos los objetivos habían sido “seleccionados” por su papel importante en la represión… Ningún familiar de las víctimas leyó seguramente estas declaraciones y seguramente tenían algo mucho más importante que hacer que denunciar a Blanco Chivite por difamación y calumnias: llorar a sus muertos.

El III Pleno del Comité Central del PCE(m-l) se celebró en la segunda quincena de julio de 1975 cuando ya se habían llevado a cabo las primeras “acciones armadas” y habían caído detenidos los primeros militantes. En esa reunión se refrendó la decisión de pasar a la “lucha armada” que ANTES ya habían tomado unilateralmente Ódena y Marco por su cuenta.

Las acciones armadas se limitaron a tres asesinatos de policías elegidos al azar y todos ellos con funciones subalternas en el cuerpo, uno de ellos siendo incluso el barbero de un cuartel de la policía armada de Barcelona. Todos los miembros de los comandos fueron detenidos sin que ni uno sólo pudiera encontrar un refugio seguro tras cometer su crimen y sin que ni uno solo estuviera en condiciones de huir por sus propios medios. Todos fueron detenidos pocas horas después de cometer sus crímenes.

Además de estos asesinatos, se realizaron unos cuantos atracos en Valencia y Madrid, un conato de asalto al banderín de enganche de la Legión en Vallecas (donde se lanzaron unos cócteles molotov y resultaron detenidos varios autores), un pequeño incendio en la Embajada de Uruguay en Madrid y nada más.

Dado que en aquel tiempo algunos atentados quedaron sin reivindicar, Raúl Marco insinuó que habían sido cometidos por el FRAP… poco después, el GRAPO reivindicó estos atentados como propios (el asesinato de cuatro policías el 1º de mayo en Madrid, la muerte de oros dos policías en el canódromo de Madrid y el asalto a local de la información militar en la calle Princesa).

Muy pocos militantes se ofrecieron voluntarios para realizar estas “acciones armadas”. En el Comité Regional de Valencia, el segundo en importancia numérica después del de Madrid, no se presentó inicialmente ningún voluntario. Armas pocas, algunas oxidadas y otras directamente inservibles. No quedó impune ni una sola “acción”. En Barcelona, por ejemplo el 17 de julio se agredió al director del hospital de Bellvitge y al día siguiente se lanzaron cócteles Molotov en la comisaría de Collblanc (Hospitalet), en los días anteriores se realizaron tres atracos… todos los participantes resultaron detenidos. Y otro tanto ocurrió en el País Valenciano.

El 16 de agosto se asesinó en Madrid a un teniente de la Guardia Civil. Todos los autores detenidos en los días siguientes.

La última “acción armada” del FRAP tuvo lugar el 1 de septiembre en Barcelona contra un policía armado en Via Faventia después de comprar churros y patatas fritas para sus hijos.

El balance que realiza Alejandro Diz es el siguiente: “Con estas acciones de mediados de septiembre, justo dos meses después de la primera acción armada, acabó aquello que iba a ser el inicio de la primera fase de la guerra popular prolongada. Tres policías muertos, algunos heridos más y absolutamente todos los comandos armados detenidos por la policía (…) Es necesario recalcar que todos los grupos que llevan a cabo acciones armadas son detenidos ¡ni uno solo se salva!”. Y en varias ocasiones Diz vuelve una y otra vez a la pregunta de “¿Cómo fueron detenidos con aquella facilidad, una vez que lograron huir del lugar de los hechos?”

El 27 de septiembre tres miembros de estos comandos fueron fusilados.

Cuando muera Franco dos meses después, el FRAP no tendrá ni siquiera fuerza para distribuir algunas octavillas llamando a “la huelga general cuando coronen al Borbón” tal como había prometido en los 10 años anteriores.

7. Todo esto ¿para qué? Todo esto ¿por qué?

La pregunta que se formulaba Diz en 1977 no era “baladí”… Había dado en el clavo. A pesar de estar ciego –o poco menos, como el mismo reconoció- durante ocho años de militancia, al romper con el partido en el verano de 1976 junto con otros cientos de militantes en el curso de la II Conferencia del PCE(m-l), siguió dando vueltas a este tema: si la policía era capaz de detener a todos los miembros de los comandos de FRAP DESPUES de cometidas las acciones, cuando faltaba tiempo material para realizar una investigación detallada, ¿por qué no los detenía ANTES de estas mismas acciones? Así se hubieran evitado tres víctimas y tres fusilados. ¿Por qué no antes?

La respuesta es bastante fácil para quien nos haya seguido hasta aquí. El PCE(m-l), como el resto de partidos maoístas que surgieron en los años 1964-67 nacieron, literalmente, para morir. La UCJ-ML francesa nació para contribuir al estallido de mayo, los maoístas italianos nacieron para restar fuerza al PCI. Y el PCE(m-l) ¿para qué nació? Y ¿por qué pudo existir vivo y activo hasta el verano de 1975? Todo tiene respuesta y todo está claro para quien quiera ver y entender.

Contrariamente a lo que piensa Diz y otros militantes huidos del PCE(m-l) el caso de este partido no es único. Todos los partidos de este tipo, maoístas, tuvieron en Europa, análogas trayectorias. Eran los flecos de la Operación CHAOS. No es difícil pensar que si la Comisión de Encuesta sobre las Masacres del Parlamento Italiano, logró establecer que la Operación CHAOS había tenido lugar en varios países europeos, entre ellos, Francia, Italia y España… en España la formación que, en principio, responde a las mismas características y sigue análoga trayectoria a otras formaciones europeas, es el PCE(m-l). Y esto por algunas razones demasiado evidentes para negarlas:

- El partido tiene un nacimiento turbulento y una versión Oficial incierta: no se trataron de escisiones de los partidos comunistas prosoviéticos, sino de formaciones generadas artificialmente en las que, efectivamente, participaron unos pocos militantes de relumbrón procedentes de esos PPCC, con carácter subalterno y presentes sólo para poder presentar a la nueva formación como “escisión”.

- Desde el principio, en la cúpula de estos partidos se alude a la presencia de “infiltrados”, “provocadores” y “agentes de la CIA”. Aunque detrás de estas acusaciones existía un intento de controlar el partido para repartir el botín que se creía llegaba de China Popular, la credibilidad a la explicación de la participación de la CIA la da el hecho de que treinta años después se reveló la existencia de la Operación CHAOS.

- En operaciones de este tipo, incluso en las primeras fases, un profesional de los servicios de seguridad reconoce con facilidad una “operación especial” puesta en marcha por otro servicio. De ahí que, aun cuando la CIA participase en la creación de estos grupos, las policías nacionales de cada país, pudieron aprovechar la información facilitada por las cúpulas de estos partidos o por los colaboradores necesarios. Y esto explica el porqué, sin ser una operación de la policía española, ésta se beneficiara indiscutiblemente de las confidencias de quienes participaban en el interior del PCE(m-l) de la operación llevada a cabo por la CIA.

- Así como en Francia y en Italia el principio y el fin de la Operación CHAOS tuvo relación con la revuelta estudiantil de mayo del 68 y con el “otoño cálido” italiano, lo cierto es que en España, el papel del PCE(m-l), aun siendo importantes en las universidades de Madrid y Barcelona, no fue particularmente determinante en los disturbios que tuvieron lugar en las universidades españolas entre 1968 y 1970. Y esto explica el por qué este partido consiguió prolongar su existencia hasta 1975 en el que fue completamente inmolado por los mismos que habían determinado su creación.

En efecto, en nuestra opinión el PCE(m-l) es creado dentro del marco de una operación de debilitamiento de los partidos comunistas prosoviéticos que prosigue entre 1964 y 1970. Sin embargo, el PCE(m-l) es conservado hasta el verano de 1975, cuando tres meses después de que su dirección haya decidido saltar a la “lucha armada”, toda la estructura es desmantelada. ¿Por qué entonces y no antes?

Hace falta, para responder a esta pregunta, recordar cuál era el contexto español de esa época precisa:

- Negociación de los acuerdos militares de cooperación en ese mismo momento.

- Problema del Sáhara con la convocatoria de la Marcha Verde

- Enfermedad de Franco y previsión de su próxima muerte.

Estos tres elementos se entremezclan e interfieren no tan caprichosamente en la historia del FRAP que acaba de declarar la guerra al Estado:

- Durante el verano de 1975, entre las acciones del FRAP y de los GRAPO (que todavía no habían salido a la superficie pero que operaban sin utilizar ni reivindicar sus acciones) existía la sensación en la opinión pública de que los grupos antifranquistas armados tenían una fuerza capaz de desestabilizar al régimen. El mismo régimen llegó a percibir esta sensación… que no era tal, sino la proyección mediática (aun cuando en aquella época no se utilizara esta palabra) de unos pocos crímenes perfectamente localizados, cometidos por una organización carcomida por topos, confidentes y dirigida por aventureros. La existencia de esa sensación de desestabilización hizo que las autoridades españolas negociaran a la baja con los EEUU. En caso de desestabilización siempre existía la posibilidad de que los EEUU salvaran al régimen.

- Además, en ese mismo momento, los EEUU teledirigían la “Marcha Verde” y le aseguraban una amplia cobertura. La movilización marroquí desarrollada en un clima de tensión comparable sólo con la situación emocional creada con los asesinatos del FRAP, aumentó esa sensación de desestabilización y, consiguientemente, allanó el camino para que el gobierno español necesitara MAS y el gobierno norteamericano estuviera dispuesto a ofrecer MENOS.

No es raro que Alejandro Diz, al reconocer su militancia en el FRAP, escribiera: “La sombra obsesiva de intereses extraños en las acciones del FRAP sigue torturado a muchos de los que alguna vez militamos en sus filas”. A estos sólo nos cabe decirles como consuelo que no fueron los únicos en experimentar esa sensación.

 

© Ernesto Milà – Infokrisis – Infokrisis@yahoo.es – http://infokrisis.blogia.com

 

A 40 años de la revolución de mayo (VII de XVI). El maoísmo y la “operación CHAOS”

Infokrisis.- En 1966, mientras se estaba celebrando el congreso del Partito Comunista Itaniano aparecieron unos carteles en las calles de toda Italia en las que podía verse la efigie de Stalin con la leyenda: “Reivindicamos a Stalin”. No los firmaba nadie. Aparentemente habían sido colocados por extremistas de izquierda maxistas-leninistas. En realidad fueron colocados por miembros de la organización opuesta Avanguardia Nazionale. Históricamente ese es el primer signo de actividad del maoísmo en Europa Occidental.

El contexto del comunismo europeo de postguerra

El año antes había muerto Palmiro Togliatti, uno de los personajes más representativos del comunismo italiana. En 1962 había tenido lugar el X congreso del PCI que no volvería a reunirse hasta el año 1966. En ese momento tenía 1.600.000 militantes y constituía una amenaza real para el centro-izquierda. Y lo que era peor su irrupción en el poder hubiera supuesto una ruptura de los acuerdos Yalta suscritos al concluir la II Guerra Mundial entre los aliados occidentales y la URSS. Contrariamente a lo que opinaban sus ingenuos militantes, se consideraba que los partidos comunistas no eran “opciones de clase” como gustaban presentarse –o al menos no eran solamente eso- sino que se tratba de auxiliares de la política exterior soviética que intentaba expandir su radio de acción. Y, de la misma forma, si los partidos comunistas orotodoxos o prosoviéticos eran combatidos por los servicios de inteligencia, lo eran precisamente porque alteraban el sistema de equilibrios europeo surgido de Yalta y no tanto por su componente “atea”, antiliberal o porque “exacerbase la lucha de clases”, tal como proclamaban los medios anticomunistas de la época.

Por otra parte, estos partidos comunistas mantuvieron, como mínimo hasta mediados de los años 50 un “aparato militar” que hoy sería considerado como una organización paramilitar y terrorista. El hecho de que en esa misma época (1940-1955) existiera el maquís en España no es tanto el resultado de una guerra civil perdida, como la respuesta a una política distada desde los laboratorios del Kremlin y que afectó a todos los países europeos. Los partidos comunistas más importantes eran el francés y el italiano. Es curioso que el PCF se siguieran declarando “pacifista” incluso cuando el ejército alemán destrozó al francés en junio de 1940 y siguió siéndolo hasta que ese mismo ejército alemán invadió la URSS. Sólo en ese momento se inició el maquís y el movimiento de los partisanos.

Sin embargo, una vez llegada la paz, en 1945, restablecidos los regímenes democráticos que habían llegado en los furgones de los vencedores, las estructuras “militares” para algunos y “terroristas” para otros, no fueron desmanteladas y se prolongaron como mínimo hasta 1955. Incluso en el momento en el que se disolvieron oficialmente, muchos arsenales de armas siguieron existiendo y jamás se entregaron. O sí. En efecto, si en la Italia de finales de los sesenta y durante toda la década siguiente, fue posible la existenia de un terrorismo de izquierda fue, en parte –y lo recalcamos, solo en parte- por que los primeros grupos surgidos de la extrema-izquierda –los Núcleos Armados Partisanos dirigidos por el editor y millonario Feltrinellli, pudieron recibir armas y apoyos de esta estructura oficialmente disuelta en 1955.

Esta estructura paramilitar comunista esta en contacot con los servicios secretos y de inteligencia de los países comunistas, en especial a través de la Politická škola soudruha Synka (Escuela Política Camarada Synek). Paralelamente existió lo que se ha dado en llamar Gladio Rojo (en oposición a la red Gladio de carácter anticomunista), que era, simplemente, una organización dedicada al espionaje en beneficio de la URSS y que operó en el interior de Italia, esencialmente a través de miembros y simpatizantes del Partido Comunista. Sobre todo esto no cabe la menor duda especialmente después de la caída del Muro de Berlín, cuando, con la Glasnosts se abrieron los archivos de la URSS.

Los arsenales de armas conservados por los comunistas después de la II Guerra Mundial estaban situados en el centro y norte de Italia donde existieron partisanos (no así en el Sur pronto ocupado por los aliados después de la destitución de Mussolini y la creación de la República Social Italiana en el centro y norte del país. A acabar el conflicto, los comunistas no consignaron estar armas, especialmente las más modernas y efectivas, limitandose a entregar las armas antiguas, superados o los mosquetones inútiles para guerra moderna. Esta estructura clandestina dependía de Pietro Secchia, brazo derecho de Palmiro Togliatti.

Después de la guerra este arsenal se fue renovan con armas procedentes de la vecina Yugoslavia y sus cuadros fueron entrenados por soviéticos o por vetenaros partisanos. La CIA consideró que hacia 1950 –la guerra había concluido cinco años antes- esta estructura alcanzaba los 150.000 hombres y otras fuentes las reducen a la mitad.

No hay que perder de vista que, en aquel momento, todavía existía la primera generación de dirigentes comunistas curtidos en las teorías insurreccionales y cuyo modelo político seguía siendo la insurrección de San Petersburgo en octubre de 1917. Y luego estaban, por supuesto, los intereses de la URSS en la primera fase de la Guerra Fría en donde una estructura comunista clandestina podía ser utilizada, especialmente para desestabilizar interiormente a los regímenes occidentales… siempre que los países occidentales cuestionaran el status de Yalta y la división de Europa en dos bloques (verdadero drama que afectó al continente europeo en los 45 años que median entre la entrada del ejército soviético en Berlín y la caída del Muro.

El PCI a partir de la llamada “svolta di Salerno” varió su estrategia oficialmente y renunció a la toma del poder por la vía armada. Pero una cosa era toma del poder y otra la posibilidad de una desestabilización. Fue a partir de 1970 cuando una nueva generación de líderes comunistas europeos empiezan a preferir un alejamiento de la URSS –al menos un alejamiento oficial- a cambio de la posibilidad de jugar un papel político que fuera más allá de la simple oposición. Por otra parte, a partir de la invasión de Checoslovaquia (1968) se percibe lo que ya se había intuido en 1956 durante la invsión de Hungría: que todos estos episodios de la política de control y mantenimiento soviético de su red de alianas repercutían muy negativamente en las posibilidades electorales de los partidos comunistas occidentales que, de hecho, siguieron comiendo hasta el último momento con la caída del mudo, de la mano del Kremlin. En 1975 irrumpe, finalmente, el “eurocomunismo” dirigido por el terceto Berlinguer-Marchais-Carrillo que supone el último intento de alejarse oficialmente de la URSS para que un eventual acceso al poder de estos partidos comunistas no se considerase como una vulneración de los acuerdos de Yalta.

Es en este preciso marco en el que hay que situar la “Operación CHAOS” desarrollada por la CIA en los años 60 y de la que mayo del 68 fue una prolongación.

La doctrina neofista en la época 1950-80

Ninguna acción política de ningún partido puede ignorar el contexto en el que se realiza esa acción, y a la hora de elaborar su estrategia deberá tenerlo presente e intentar aprovecharse al máximo de él o bien procurar que no le perjudique en extremo.

Eso fue lo que ocurrió con cierto neofascismo de los años 60 y 70. La interpretación central de la política europea que hacían los grupos neofascistas más lúcidos era la siguiente: Europa es un continente dividido e inerme, está ocupado por soviéticos y norteamericanos y, en ambos bandos, las clases políticas dirigentes han sido impuestas y han llegado en los furgones de los vencedores. En Europa Occidental el enemigo principal es la presencia americana. Pero en Italia, concretamente, existía una variante. En ese país el partido comunista era el más fuerte de toda Europa Occidental; además su contigüidad geográfica con Yugoslavía y la existencia de una red de arsenales y de una estructura paramilitar, además del amparo de un fuerte movimiento político que llegó a acaparar entre 1950 y 1968 un tecio de los votos, hacían de esta estructura un riesgo, especialmente, porque de producirse el ascenso del partido comunista al poder, se podía esperar una liquidación, incluso física, como ya había ocurrido entre 1943 y 1946, de los militantes neofascistas.

Así pues, era preciso barajar todos estos factores para elaborar una estrategia que pudiera alternar:

- necesidad de supervivencia: por tanto, cerrar el paso del PCI al poder.

- antiamericanismo y

- anticomunismo.

Para esto era preciso buscar amparos, ayudas y alianzas, dentro y fuera de Italia y, por extensión de Europa Occidental; en realidad la guerra perdida había hecho que, aun en la desbandada, distintos grupos formados en torno a personalidades excepcionales –el Comandante Junio Valerio Borghese de la Xª MAS, el Coronel Otto Skorzeny, principalmente, pero también en torno a personalidades menos conocidas públicamente, pero si conocidas dentro de estos núcles, actuaran entre sí, multiplicaran sus contactos e intercambiaran puntos de vista e iniciativas estratégicas, perteneciento todo esto envuelto en las brumas del secreto propio de vencidos que se han habituado a la clandestinazas y las operaciones especiales.

Cuando en los años 60, el neofascismo italiano trabaja para cerrar el ascenso al poder del PCI, busca una zona geográfica donde le sea favorable operar: el Sur de Italia. Allí el PCI es débil, carece –como hemos visto- de estructura paramilitar. Es una zona pobre y atrasada. El neofascismo cuenta con bases militantes y redes de apoyo mutuo. Y en ese momento, la estrategia elaborada consiste en advertir al gobierno de centro izquierda: si se llega a producir el “compromiso histórico” (el pacto propuesto por el PCI para formar gobierno con la DC) el Sur entrará en situación de “revuelta técnica”. A partir de 1966 se sientan las bases para lo que luego serán las grandes revueltas que sacudirán la Italia del Sur entre 1969 y 1973, en especial en Regio Calabria.

Luego estaba el anticomunismo. En Italia desde 1943 el anticomunismo estaba dividido en dos fracciones: la que procedía del fascismo y la que tenía su origen en los llamados “partisanos blancos” o guerrillas que combatieron a los alemanes durante la ocupación de Italia pero no estaban bajo la disciplina del PCI. Unos eran monárquicos y otros simplemente “patriotas” y, de paso, anticomunistas. Los “partisanos blancos” tras la guerra, no solamente conservaron algunos arsenales, sino que también manifestaron su intención de seguir el combate anticomunista. Ese los hizo particularmente accesibles para todos los servicios de inteligencia que operaron en Italia especialmente en el período 1968-1980. Además, dada la común militancia anticomunista, los “partisanos blancos”, si bien siempre habían sido tomados con reservas por parte de la generación neofascista que había vivido los últimos días de la República de Saló, no era mal considerada por la generación neofascista que aparece entre los años 1968 y 1973. Y esto hace que esta generación sea particularmente manipulable por los “partisanos blancos” que, a su vez, han entrado en el juego anticomunista de la mano de servicios de inteligencia italianos y norteamericanos. De estos grupos aparece la red Gladio, lo que debió ser supuestamente, una de sus ramas, La Rosa dei Venti (La rosa de los vientos), o bien el Movimento d’Azione Rivoluzionaria de Carlos Fumagalli o Edgardo Sogno fanático anticomunista y que sostuvo hasta su muerte la necesidad de una República Presidencialista que tuvo en Randolfo Pacciardi y su Nuova Republica, como expresión política a finales de los 60.

El problema para el neofascismo era que el sector de las “partisanos blancos”, si bien era anticomunista, era también originario de otra familia politica (los nacional-liberales, “rissorgimentistas”, frencuente vinculados a la masonería. El propio Sogno fue miembro de la P2). Eso generó la existencia de un “espacio difuso” anticomunista que tenía a un lado a los neofascistas y al otro a los antiguos partisanos blancos. En ese sector se produjo el entrismo de servicios secretos en medios neofascistas y la maniplación que éstos pudieron hacer sobre la nueva generación de neofascistas que irrumpió a finales de los años 60.

Pero luego queda el antiamericanismo. Era evidente que el PCI que también compartía ese antiamericanismo no podía ser considerado en ningún momento ni siquiera como aliados circunstancial. Las tesis de los núcleos supervivientes de la guerra (y que tuvieron su centro en Madrid) eran dos. Una se puede sintetizar así: la ocupación de Europa hacía imposible el trabajo político en el continente, así que había que desplazar el centro operativo a otras zonas y dar más importancia a la lucha política en países, por ejemplo, de Iberoamérica (en donde se habían asentado fuertes colonias de nacionalsocialistas y fascistas exiliados). Esos núcleos y el contacto y la amistad con distintos gobiernos de esos países, permitía crear bases sólidas allí para luego, en una segunda fase, irrumpir en Europa teniendo una retaguardia segura. Pero había otra tesis: era necesario seguir trabajando políticamente en Europa, al menos a mínimos siempre y cuando existiera un apoyo exterior.

Desde 1945 este apoyo se había buscado primero en el peronismo argentino y luego en los regímenes parabistas de los años años 50 (con Gamal Abdel Nasser en concreto). Pero en 1966 había un fenómeno nuevo: la irrupción del comunismo chino como realidad autónoma de la centra soviética de Moscu y haciendo gala de una virulencia antiamericana sin precedentes. Así pues, China se configuraba como un aliado objetivo en la lucha del neofascismo contra la ocupación americana de Europa Occidental. Este análisis no fue solamente una elucubración teórica, sino que tuvo sus prolongaciones prácticas.

En 1966, Jean Thiriart, antiguo miembro de la Asociación de Amigos del Gran Reich Alemán, fundador de Joven Europa un grupo que, desde Bélgica había irradiado a toda Europa Occidental, visitó China y se entrevistó con Chu-en-Lai, Primer Ministro de la República Popular China. Thiriart había estructurado un movimiento de nuevo cuño que minizaban las referencias históricas al fascismo y al nacional-socialismo, una espeie de “frente europeo de liberación” contra los EEUU y la URSS. Thiart era de los partidarios de buscar apoyos exteriores para un combate en Europa. Se había entrevistado con Perón durante su estancia en Puerta de Hierro en Madrid. En Italia, uno de sus militantes, Claudio Orsi, fundarái la Asociación Italia China. En 1968 se entrevistó con el estadista egipcio Gamal Adbel Nasser. Algunos miembros de Joven Europa combatieron junto a Al Fatah y uno de els, Roger Coudroy, murio como miembro de un comando de Al-Assifa. Otro de sus próximos colaboradores, Pilles Mounier, fue el representante oficioso de Saddam Hussein hasta la invasión americana y en esos momentos es uno de los puntales de la insurgencia en Europa. Lo esencia para Thiriart era buscadr un “aliado objetivo” extraeuropeo que pudiera facilitar el desarrollo de un combate de liberación antiamericano en Europa Occidental.

En una fecha que no estamos en condiciones de precisar pero que, seguramente, debió ser entre 1968 y 1969, un antiguo miembro de la División SS Charlemagne, formada por franceses voluntarios en la lucha contra el bolchevismo, Robert Leroy, número dos de Aginter Press, visitaba la Embajada de la República Popular China en Berna, Suiza y ayudó a la formación de los grupos maoístas de ese país. Aginter Press, bajo la cobertura de una agencia de prensa anticomunista –que en realidad fue- radicada en Lisboa y formada esencialmente por franceses que habían pertenecido a la OAS (Organisation de l’Armé Secrete) partidario de mantener Argelia bajo soberanía francesa, era al mismo tiempo uno de los varios grupos de excombatientes que seguían interesados en participar en las luchas políticas en Europa. Es rigurosamente cierto que Aginter Press realizó trabajos especiales por cuenta de la PIDE portuguesa, pero también es cierto que cuando Leroy visita a la embajada China lo hace en búsqueda de apoyos para un combate antiamericano en Europa Occidental.

Algunos medios de comunicación tuvieron ecos remotos en el último tércio de los años setenta de todos estos contactos y vinculaciones interpretándoles en clave antifascista: los malvados fascistas, trabajando a cuenta de intereses inconfesables, manipularon a jóvenes maoístas de manera provocadora. En realidad no era eso, o al menos, el impulso principal que había llevado a círculos neofascistas a seguir la “vía china” era el antiamericanismo.

Operación “carteles pro-chinos”

En este contacto ideológico hay que situar la aparición de los “carteles prochinos” en la Italia de 1966. Objetivo: debilitar al PCI. Estrategia: contribuir a la creación de grupos marxistas-leninistas. Táctica: difundir carteles con la efigie de Stalin. La operación no había partido de los militantes que colocaron los carteles (miembros de Avanguardia Nazionale Giovanile), sino de la CIA y el centro operativo se situaba en Suiza. Era el ejemplo de operación planeada por terceros que podía ser reconducida en beneficio propio por parte del neofascismo y justificada: por la situación propia de Italia con la amenaza del PCI de ascender al poder, y por la lucha antiamericana en Europa. Pero había también otro elemento justificante: cuando Avanguardia Nazionale detectó la operación –luego veremos cómo- había dos posibilidades: o bien negarse a participar en ella, o bien colaborar con ella para saber que intención existía detrás. Optaron por la segunda opción; a fin de cuentas eso ayudaría a identificar a los “autores intelectuales” de la operación y a conocer sus intenciones, sus colaboradores y… en última instancia, siempre, en el curso de la misma operación, era posible desengncharse de la misma. Haberse negado desde el principio hubiera tenido como resultado directo que la misma operación la hubieran realizado otros y que se hubiera perdido una posibilidad de recabar información sobre las actividades y planes del centro que realizaba la propuesta y que inicialmente no se había identificado como CIA. Dicho con otras palabras: “el que quiere nadar tiene que mojarse…”

La Operación CHAOS programada por la CIA se inicia en un período incierto a mediados de los años 60, sin duda, algo antes de 1965 y se prolonga hasta 1975, es decir, un período que incluye el nacimiento, la infancia, la juventud y la decadencia de los grupos de extrema-izquierda en toda Europa y en los EEUU. A partir de 1975, poco a poco, la extrema-izquierda pasa de su cenit a una, aparentemente inexplicable pérdida de vigor y, finalmente, a su muerte que acaece al filo de los años 80 con la desaparición de prácticamente toda la extrema-izquierda europea, su atomización y la desarticulación de absolutamente todos sus movimientos terroristas, el último de los cuales, las Brigadas Rojas queda completamente liquidado entre 1981 y 1983. Los grupos franceses, belgas, alemanes y españoles habían resultado liquidados mucho antes. Si la extrema-izquierda empezó su declive en 1975 fue sencillamente porque el titiritero que movía los hilos había retirado su concurso.

La propia CIA en una operación anterior –MK-Ultra- que ha hecho las delicias de los “conspiranoicos” se erigió en uno de los impulsores de la contracultura y de los más interesados difusores del LSD. MK-Ultra fue un ensayo de operación de “control mental”. Algunos de los grupos inicialmente pacifistas que aparecen en la escena norteamericana a mediados de los 60, son infiltrados por agentes o redes al servicio de la CIA y convertidos en actores de acciones violentas e irresponsables como el ataque a la Convención del Partido Republicano de los EEUU en Chicago en 1968 o determinadas protestas extremadamente violentas que se produjeron en las universidades de EEUU en torno a 1967-70 en relación a la guerra del Vietnam. Así mismo, grupos de reivindicativos afroamericanos como el Black Power o los Black Panthers que, inicialmente, no habían nacido con intención de convertirse en verdaderas guerrillas urbanas, terminaron siéndolo gracias a la acción de agentes de la CIA infiltrados o de militantes de estos grupos comprados al peso. Dado que la difusión del LSD apareció con el movimiento hippie y se prolongó durante la contracultura y la contestación estudiantil, es probable que algunos partícipes de la operación MK-Ultra fueran incuidos en la operación CHAOS.

Volviendo a esta operación cabe decir que su director fue James Angleton, procedente de la primera generación de la CIA que se había curtido en el OSS norteamericano durante la II Guerra Mundial. Su figura ha sido aprovechada para crear el personaje que interpretó Matt Damon (papel de Edward Wilson) en la película The Good Shepherd,  que se proyectó en España con el nombre de La Sombra del Poder. Esta película, dirigida por Robert de Niro en 2007 es de visionado imprescindible. No solamente se explica el origen y la historia de la CIA hasta los años 70, sino que además pone en la pista de el núcleo originario de esta central: la asociación secreta de la Universidad de Yale, Skull&Bones. Para redondear la personalidad y el contexto en el que se movió Angleton vale la pena visionar esa cinta (que puede fácilmente bajarse de emule).

Angleton (nombre en código “the Kingfisher” (el Rey Pescador, un personage de la mitología medieval europea incluido en el Ciclo del Grial), fue jefe del contraespionaje de la CIA. A menudo las historias sobre esta central, definen a William Joseph Donovan (en la película The Good Shepherd, General William Donovan, interpretado por el propio De niro) como el “padre de la CIA” y esas mismas historias definen a Angleton como “la madre”.

La madre de Angleton, por cierto, era mejicana. Se trató de un tipo extraño que cultivaba orquideas, amante de la pesca, extremadamente sofisticado en sus modales y en su cultura y perteneciente a una clase social privilegiada formada en Yale y en sus selectas hermandades de estudiantes. Amante de la poesía, su favorito era Ezra Pound de quien puede considerársele un especialista (lo que dice también algo de sus convicciones y afinidades). Compartía, curiosamente, con el jefe del trotskysmo americano Hansens del Socialist Workers Party norteamericano, su afición por la gemología. Su padre, se trasladó por motivos de trabajo a Italia en los años 30 y conoció muy bien a la sociedad de ese país. Al estallar la guerra fue reclutado como miembro del Office of Strategic Services (OSS) desde su base de Londres, colaborando con el Secret Intelligente Service inglés. En 1943 fue transferido a Italia como agente operaivo y fue jefe del contraespionaje en Roma, puesto que le ayudó a conocer profundamente a los servicios de información italianos.

A finales de los años 40 se convierte en el jefe de la CIA en Italia. En este terreno sus éxitos fueron esencialmente tres:

- transferir a la CIA información exacta sobre el programa atómico italiano.

- contactar con la mafia y establecer una cooperación de algunos grupos mafiosos con la CIA.

- permitir que agentes de la policía y de los servicios secretos fascistas, hasta ese momento marginados de la democracia italiana, fueran readmitidos en nombre de la común lucha anticomunista.

Menos éxito tuvo en 1953 cuando fue transferido a la central de la CIA en EEUU y no pudo evitar las actividades de la red de espías ingleses que tabajaban para el KGB. En 1954 es jefe del contraespionaje de la CIA y se ocupa de la deserción de varios agentes soviéticos. Su siguiente misión ya en 1963 ó 1964 consiste en asumir la dirección de la operación CHAOS que se ha definido como operación “false frag” (que suele traducirse en la jerga de los servicios europeos como “propaganda negra”, aquel tipo de propaganda en la que el contenido de la misma no se identifica con la fuente emisora: mensajes maoístas y trotskystas difundidos a través de agentes y redes colaboradoras con la CIA, en este caso).

Se ha vinculado el nombre de Angleton al asesinato de Kennedy y con el caso mucho menos conocido, pero con una culminación sangriente: la masacre de Portella della Ginestra. El 1 de mayo de 1947 se reunieron 2000 trabajoes de la zona de Portella della Ginestra en Palermo para manifestarse contra el latifundismo y ocupar las tierras. Desde las colinans próximas se dispararon ráfagas de ametralladora que causaron 11 muertos (dos de ellos niños). Luego el crimen cayó a las espaldas del grupo terrorista del bandido Salvatore Giuliano. Giulano era coronel del Esercito Separatista Siciliano cuya formación había sido facilitada por el propio Angleton. Giuliano fue muerto en 1950 y su lugarteniente –y probable ejecutor material de la masacre, Gaspare Pisciotta- resulto envenado en la cárcel.

La carrera de Angleton termina en los años 70 cuando según sus biógrafos se convierte en un paranois que sospecha de que buena parte de los líderes políticos occidentales trabajan para el KGB, entre otros, Olof Palme (primer ministro sueco), Pierre Trudeau (primer ministro canadiense) o Willy Brandt (jefe de gobierno alemán). William Colby, director de la CIA con Gerald Ford, lo jubila en 1978.

Durante la guerra mundial Angleton contribuyó a la liberación del príncipe Valerio Borghese que luego sería uno de los exponentes más importantes del neofascismo en la postguerra y hasta su muerte en Cádiz en 1974. Esto ha permitido suponer que el embrión de la red GLADIO se constituyó con excombatientes de la X Flotilla MAS (la unidad militar de élite dirigida por el comandante Borghese y que se demostró como la fuerza más eficaz del ejército de la República Social Italiana) y con “partisanos bancos”. Así mismo, reclutó a Federico Umberto D’Amato que luego sería jefe de la Oficina de Asuntos Reservados del ministerio del Interior.

En este punto es preciso añadir a la larga lista de nombres, un nuevo personaje: Maro Tedeschi, un excombatiente condecorado de la Xª Flotiglia MAS. Es probable que Tedeschi fuera reclutado por el propio Angleton o por algún otro destacado agente de su red en Italia, seguramente por D’Amato de quien era íntimo amigo. Tedeschi había sido miembro de la X MAS del Comandante Borghese. Tedeschi fue miembros del Counter Intelligente Coros (información militar de EEUU). Adherido al Movimiento Social Italiano (del que sería senador entre 1972 y 1976), Tedeschi dirigió la revista próxima a este partido Il Borghese. Su nombre apareció como miembro de la logia masónica P-2.

Pues bien, Mario Tedeschi, contactó en 1966 con Stefano delle Chiaie antiguo miembro del MSI, luego escindido con el grupo de Ordine Nuovo y más tarde dirigente de Avanguardia Nazionale Giovanile en torno al cual orbitaban los elementos más decididos y radicales del neofascismo italiano de la época. Delle Chiaie solo consideraba a un superior: el comandante Borghese. Y así siguió haciéndolo hasta la muerte de este.

Tedeschi propuso a Delle Chiaie la colaboración de su militancia para la colocación de carteles stalinistas durante la celebración del congreso del PCI en 1966. La operación se llevó a cabo en toda Italia. Resultaron detenidos algunos militantes de Avanguardia Nazionales que fueron puestos en libertad gracias a la intervenció de D’Amato. Esta operación sirvió para cristalizar el núcleo que daría origen al Partido Comunista d’Italia (marxista-leninista) en octubre de 1966. Al frente de esta formación fue colocado Fosco Dinucci, un antiguo partisano del PCI y, es posible, que fuera ajeno a la operación. Sin embargo, desde su origen este partido estuvo infiltrado por todo tipo de servicios inteligencia, servicios paralelos del Estado, hasta el punto que se ha llegado a decir la CIA dispuso siempre de la lista de afiliados del partido, incluso antes de que éste se fundara. En agosto de 1968 el PCd’I(m-l) fue reconocido por el PC chino y una delegación viajó a éste país y pudo entrevistarse con el propio Mao y con Chu-en-Lai. A partir de 1975, después de una vida larvaria e innumerables escisiones, el partido termino disolviéndose en 1991 e integrando sus magras huestes en Refundacón Comunista.

Durante los incidentes de 1968, el PCd’I(m-l) tuvo un papel importante en la universidad como detonador de los incidentes que enfrentaron a los estudiantes de extrema-izquierda con los militantes universitarios del MSI y de otros núcleos anticomunistas. Operaciones análogas tuvieron lugar en otros países europeos. De algunas se poseen detalles significativos, de otras mucha información. Y esto permite realizar proyecciones y elaborar teorías sobre cómo repercutió en Francia durante las jornadas de mayo del 68 y en España durante el último año del franquismo, las acciones de la UJC-ML y del PCE(m-l)-FRAP respectivamente.

Pero esta es otra historia…

 

A 40 años de la revolución de mayo (VI de XVI): El arte de la manipulación

Infokrisis.- La tesis de este trabajo sobre la "revolución de mayo" es que fue cualquier cosa menos expontáneo y que sirvió a intereses que tenían muy poco que ver con la "imaginación", la "revolución", o simplemente con la "libertad" que tanto estuvo en las bocas de los contestarios. Mayo del 68 no fue más que un pequeño teatrito de marionetas en donde algunos tiraban de los hilos y adolescentes activistas creyeron que hacían historia cuando en realidad su desconocimineto de la historia de la manipulación de masas hizo de ellos carne de cañón de intereses que ellos despreciaban con profundidad.

 

El bonito arte de la manipulación

En el análisis pormenorizado sobre la UJC-ML que hemos realizado ya se ha colado la tenue sombra de la sospecha. No se han podido identificar las fuentes abundantes de financiaciones del gropusculo y se destacó su papel provocador en las jornadas de mayo.

En 1968 éste grupo había suscitado el interés de los medios. Entre los reportajes fotográficos publicados en la prensa española de la época (Gaceta Ilustrada, Sábado Gráfico, Triunfo), algunos de sus militantes aparecieron en las manifestaciones vestidos con el “traje Mao”. No eran fotos ingenuas: China vivía en aquel período uno de los momentos más duros de la revolución cultural y el maoismo era presentado como extremista (de hecho lo era) frente al “revisionismo soviético” que, hasta la invasión de Checoslovaquia unos meses después, pasaba como más moderado.

El comunismo chino causaba miedo en Occidente. Quienes estimulaban el anticomunismo no tenían nada más que difundir noticias sobre las actividades de los partidos pro-chinos para que el grueso de la opinión pública se reforzara en la convicción de que era preciso defenderse de aquellos peligrosos extremistas.

Para colmo, a los partidos maoístas de Europa Occidental les pasaba como al pez: que morían por la boca. En efecto, entre sus consignas figuraba la “guerra popular prolongada” y la “insurrecicón armada de masas”. Habitualmente los símbolos de sus partidos estaban formados por la hoz y el martillo a los que se sumaba inevitablemente un fusil o una ametralladora… Y, sin embargo, casi todos eran inofensivos, incluso los más fanáticos, aunque su imagen delatara lo contrario.

¿Por qué hacían tanta gala de extremismo? ¿Acaso porque lo eran? Seguramente, pero solamente eran capaces de gesticulaciones revolucionarias y muy pocos de una práctica terrorista. La mayoría eran adolescentes fanatizados, equivalentes a los miembros de algunas tribus urbanas actuales, fácilmente manipulables, dados a la violencia –como toda generación, aquella también tuvo una cuota de adolescentes más o menos violentos- y utilizados para precipitar situaciones predefinidas.

1. Notas previas sobre el papel de la provocación

En diciembre de 1968 un estrecho colaborador de SEDEC me comentó que hasta ese momento el gobierno español había cometido la ligereza de no haber montado ningún grupo extremista estudiantil. Me lo decía después de haber asistido a una de las habituales que el jefe del SEDEC, el coronel San Martín, realizaba con estudiantes anticomunistas. No entendí bien el concepto –tenía entonces 16 años…- así que solicité más explicaciones: me las dieron y desde entonces he recordado siempre aquella conversación.

Todos los gobiernos, en todas las épocas, al menos desde principios del siglo XIX, han estimulado, a través de sus servicios de inteligencia, la creación de grupos extremistas y revolucionarios. La historia de Giorgi Apollonovich Gapon es el paradigma de esta práctica.

Gapon fue un sacerdote ordotoxo que organizó la Asamblea de Obreros Industriales Rusos de San Petersburgo. Sus fines no eran diferentes a los de otros partidos de izquierda. Sólo que Gapon trabajaba para la policía secreta zarista, la Okrana. A partir de 1904, Gapon tuvo éxito en su infiltración en los movimientos obreros de oposición al zarismo. El 22 de enero de 1905 condujo una manifestación obrera que terminó en tragedia. Autoexiliado siguió manteniendo relaciones con el Partido Social Revolucionario. Siguió manteniendo su relación con la Okrana hasta su muerte en Finlandia ejecutado por miembros del Partido Social Revolucionario que finalmente lo habían identificado como provocador zarista.

Gapon había logrado restar efectivos a los movimientos de izquierdas, había precipitado situaciones que terminaron en la derrota de la revolución de 1905 y mantenía permanentemente al corriente a la Okrana de los proyectos y actividades de la oposición antizarista. El partido de Gapon había sido creado por la propia Okrana.

En las décadas posteriores, los servicios de inteligencia mejoraron sus técnicas de trabajo hasta el punto que en los años de la guerra fría nadie estaba seguro de por cuenta de quien trabajaba este o aquel grupo extremista. Los partidos comunistas ortodoxos frecuentemente acusaban a los trotskystas, maoístas y anarquistas de “agentes provocadores”. Y cada uno de estas corrientes trataba a las otras con el mismo calificativo, incluso dentro de cada corriente no era raro que las distintas fracciones se acusaran unos a otros de provocadores, informadores de la policía, agentes de la CIA, sin olvidar el de “aventureros sin escrúpulos” que tampoco está mal y que evita identificar directamente a cualquier centro provocador.

2. Pequeño manual de la provocación

Los gobiernos a través de sus servicios de inteligencia impulsan la creación de grupos extremistas con las mismas intenciones que ya hizo la Okrana a principios del siglo XX. Se trata de:

1.- Tener organizaciones controladas que puedan hacer causa común con aquellos partidos que el servicio de información considera como enemigo principal, los verdaderamente peligrosos. Eso permite que estos grupos generados artificialmente puedan disponer de información sobre las actividades, las personas y las intenciones de grupos mucho más eficaces y con mayor fuerza social. Podemos decir que estos grupos tienen “información privilegiada”.

2.- Grupos extremistas –nadie suele crear un grupo moderado, para que sea eficaz un grupo provocador debe ser, necesariamente, extremista- así formados pueden romper mediante la táctica del radicalismo, estrategias perfectamente diseñadas por grupos más moderados (tal como hizo Gapon). Cuando dentro de una manifestción moderada se infiltran extremistas que terminan rompiendo lunas de escaparates y lanzando cócteles molotov, esa manifestación y quien la haya convocado quedan automáticamente desprestigiados.

3.- A la hora de la creación de frentes o en la convocatoria de manifestaciones unitarias, estos grupos suelen actuar colocando palos en las ruedas, rompiendo la unidad del conjunto, realizando convocatorias disidentes y generando, en una palabra, una orgía de confusión.

4.- Cuando existe un grupo extremista controlado –sino creado- por los servicios de información de un Estado, se evita también que pueda surgir en ese mismo Estado un partido autónomo de esa corriente: el hueco ya está cubierto. Es incluso posible que si en un país ya ha irrumpido un partido extremista de una familia concreta impulsado por determinado servicio de información, y aparece otro de esa misma familia… seguramente también estará controlado por otro servicio de información. Tenemos una idea de quién controló, por ejemplo durante la revolución de mayo del 68 a la UJC-ML, pero no era el único grupo más o menos teledirigido.

5.- En aspecto importante de estos grupos consiste en ejecutar tareas de desprestigio sobre organizaciones más moderadas y ampias. Por ejemplo, si en Europa Occidental en los años 60 el “enemigo principal” de las democracia eran los Partidos Comunistas (¿por qué? simplemente, porque a pesar de sus declaraciones no eran otra cosa más que instrumentos de la política del Kremlin), los partidos maoístas dedicaban la mayor parte de sus esfuerzos a “denunciar el revisionismo”. Cuando –como veremos- en España irrumpe el PCE(ml), el partido maoístas por excelencia, presenta al PCE de Santiago Carrillo como traidor a la clase obrera, revisionista y denuncia la “política de conciliación nacional” como contraria a los intereses de clase. Asi mismo, cuando el PCE(ml), a través del FRAP, empezó a realizar atentados, los medios de comunicación, asesorados por el SEDEC, solían titular la noticia: “Atentado del PCE” evitando la partícula (ml) para responsabilizar a la formación de Carrillo de los atentados cometidos por este otro grupo. Este tipo de iniciativas entra dentro de lo que en términos de ineligencia se suele llamar “intoxicación informativa”.

3. ¿Quién? ¿durante cuánto tiempo?

Ahora bien, si la creación de grupos artificiales que sirven a intereses muy distintos de los que dicen defender, ¿quién impulsa la creación de estos grupos? Habitualmente servicios de inteligencia. ¿Cuáles? Es fácil establecer una catalogación: servicios de inteligencia nacionales o extranjeros, públicos o privados. Nos es imposible citar una lista que sería interminable. Ahora bien, vale la pena añadir que, en ocasiones, un servicio de inteligencia, no se compromete en determinadas actividades sino que las “externaliza” recurriendo a redes privadas. En la actualidad estas redes dependen de lo que, eufemísticamente, se llama “compañías de seguridad”. En la guerra de Irak actúan masivamente, pero no son algo nuevo. En los años 20, los excombatientes alemanes habían creado la “Organización Cónsul” que actúó entre 1920 y 1924 cometiendo atentados, robando armadas, falsificando documentos y creando un canal de fuga al extranjero, en ocasiones por cuenta de la inteligencia militar o de alguna fracción, en otras enviando militares a guerra iberoamericanas por cuenta del Ministerio de Exteriores, etc. Tras la Segunda Guerra Mundial, exmilitares alemanes e italianos terminaron asesorando a gobiernos árabes (Nasser se rodeó de ellos y hasta el Septiembre Negro de 1970, Al Fatah tuvo instructores militares que procedían del ejército de la República Social Italiana. Entre 1965 y 1973, antiguos miembros de la OAS realizaron trabajos por cuenta de la PIDE portuguesa y otros miembros de esta organización residentes en España realizaron misiones anti-ETA en el País Vasco francés. En 1973 el Coronel SS Otto Skorzeny desde su oficina de la calle Montera de Madrid realizaba seguía realizando discretas misiones de infiltración y espionaje entre grupos como el Frente POLISARIO y misiones en Iberoamérica. Diez años después, gente que había trabajado para la inteligencia alemana del coronel Ghelen, seguía operando en Iberoamérica e incluso realizaba funciones de enlace entre gobiernos de facto iberoamericanos y determinados países árabes. Habrá tiempo de hablar de todo esto. Como vemos redes privadas no faltan… y no digamos públicas.

4. ¿Por cuánto tiempo?

Falta añadir una precisión: es posible que un servicio de inteligencia impulse la creación de determinado grupo extremista. Una vez realizada la operación, la “tutela” de ese servicio de inteligencia se retira. Puede ocurrir incluso que ese grupo pase a ser teledirigido por otro servicio de inteligencia, o simplemente que adquiera una autonomía propia e incluso que logre sobrevivir. Y también es posible que ocurra lo contrario: que un movimiento nacido autónomamente haya terminado siendo víctima del entrismo de cualquier servicio de inteligencia ganándolo éste para sus propósitos. Ejemplos no faltan: las Brigadas Rojas de grupo autónomo en sus orígenes, pasaron a sufrir infiltraciones de todo tipo, desde los servicios de inteligencia del Este, hasta de servicios de inteligencia del Estado italiano que lo utilizaron para ajustes de cuentas interiores. Y en cuanto al GRAPO cabría decir que durante una época –probablemente desde su fundación hasta la transición- la actuación de este grupo fue completamente sospechosa como antes lo había sido la del FRAP-PCE(ml). Sin embargo, liquidado el franquismo en lo que respecta al FRAP-PCE(ml) y acabada la transición en lo que se refiere al GRAPO, ambos grupos quedaron a su meced desapareciendo el primero poco después y el segundo manteniendo una vida residual durante más de 20 años. Los instrumentos no sirven eternamente, tienen fecha de caducidad aunque sus militantes honestos lo ignoren.

¿Qué tiene que ver los hechos de mayo del 68 con todo esto? Es simple: distintos servicios de inteligencia tiraron de los hilos, utilizando cada uno a sus manípulos preparados en el año y medio anterior. Y no falta información sobre la llamada Operation Chaos desencadenada por la CIA a partir de 1965 tal como veremos más adelante.

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A cuarenta años de mayo del 68 (V de XVI): El papel de los maoistas

Infokrisis.- Empezamos una serie de tres artículos sobre el maoísmo y su participación en las revueltas de mayo del 68. Va a ser un capítulo amplio y extraño. La primera de estas entregas está dedicada a la irrupción del marxismo en Francia y, en concreto, a la formación de la Unión de Juventudes Comunistas Marxistas Leninistas. La segunda estará dedicada a la manipulación del maoismo europeo por parte de determinados servicios secretos. La tercera hará una aproximación al caso español.

El maoísmo y la revolución. Entre la CIA y Pekín

La biografía de Louis Althusser indica que nunca fue un hombre particularmente “centrado”. En 1947 le fue diagnosticado una “psicosis maníacos-depresiva” que le acompañía durante el resto de su vida. Internado en psiquiátricos durante una veintena de ocasiones, ningún tratamiento evitó que en 1980, presa de un ataque de locura, asesinara a su esposa. Pues bien, este pobre hombre, fue en los años de la contestación estudiantil yde la nueva izquierda uno de sus puntales teóricos con mucho más seguimiento en Europa que Marcusse. Toda una generación de izquierdistas se alimentó de su Lire Le Capital publicado en 1965 y de Pour Marx, impreso ese mismo año.

1. Año decisivo para el maoísmo francés

1965… el año decisivo para la irrupción del maoísmo en Europa. Había en él mucha interpretación personal de la obra de Marx que otros teóricos de la época no aceptaron. Aun aceptando que la lucha de clases era el motor de historia, Althusser sostenía que la economía solamente se convirtió en factor preponderante a partir de la Revolución Industrial (lo que parece lógico), mientras que en otros períodos de la historia, la religión o la experiencia guerrera lo fueron. Sostenía la necesidad de regresar a Marx dado que las interpretaciones que “los marxistas” habían realizado de las obras del maestro estaban tergiversadas por uno u otro motivo. Veía en Marx una obra científica de altura, especialmente a partir de 1845 y consideraba peligroso falsear la opinión del autor de El Manifiesto Comunista mezclando sus escritos de juventud con sus obras científicas de madurez o con los escritos de Engels. Althusser aspiraba a restablecer la pureza de la teoría de Marx sobre el conocimiento de la sociedad y con este análisis reorientar el sendeto del movimiento comunista.

En enero de 1964, Althuser, entre crisis mental y crisis mental, enseñaba filosofía en la Ecole Normale Superieur. Algunos de sus alumnos habían constituido el Círculo de Ulm (la calle donde se encontraba la escuela) de la Unión de Estudiantes Comunistas para estudiar el sendero marcado por su profesor. No se trataba de un círculo homogéneo, sino que en él estaban representadas todas las tendencias de la extrema-izquierda de la época, todavía en gestacion.

Entre sus miembros estaban presentes gentes atraídas por el trotskymo que siempre tuvo en Francia cierto predicamento y que terminarían en las filas de la Jeunesse Communiste Revolutionaire que tendría un papel destacado en los sucesos de mayo; los más moderados pertenecían al Parti Socialista Unifié; pero la mayor parte miraban con admiración a la Revolución China. Pero ni siquiera esta corriente estaba unificada; no todos estaban dispuestos a la militancia politica, frecuentemente su admiración no era más que una pose o una mera adhesión a una doctrina que empezaba a exitar la curiosidad en Europa. Althuser, a todo esto, seguía siendo miembro del PCF.

2. Camino de la escisión

En el otoño de 1964 se iniciaron la publicación de Les Cahiers Marxistas-Léninistes, de los que apenas aparecieron cinco números ciclostilados, el último de los cuales en mayo de 1965. en este último número se habían publicado algunos artículos de orientación castrista introducidor por un grupo de seguidores franceses agrupados en torno a la figura de Regis Debray entonces en pena efervescencia castroguevarista. Ese año tuvo lugar el 8º Congreso de la Unión de Estudiantes Comunistas, rama estudiantil del Partido Comunista de Francia, que se veía azotada por fuertes conflictos internos. Los trotskystas de distintas fracciones habían realizado entrismo en el interior de la UEC y también existían células clandestinas maoístas en su interior. Estas células se expandieron en secreto a lo largo de ese año en el interior de la UEC por distinas facultades y universidades, tanto de París como de Provincias. En junio de 1966 se celebró una reunión secreta de estas células de la que salió la decisión de escindirse de la UEC. En otoño tuvo lugar la ruptura de los pro-chinos que consiguieron arrastrar a la mayor parte de militantes de la UEC.

Una vez fuera de la organización contactaron el Mouvement communiste français (MCF), fundado el 25 de junio de 1966 a partir de la Fédération des Cercles Marxistes-Leninistes de France que el diciembre de 1967 se transformación en Parti Communiste marxista Léniniste de France. Tenían la intención de unificar a los grupos pro-chinos. El MCF-ML no había conseguido prosperar en el medio estudiantil, se trataba de un partido con una mínima base obrera de viejos comunistas que sintonizaba mal con los jóvenes estudiantes, nominalmente marxistas-leninistas pero poco dispuestos a aceptar una disciplina férrea. En diciembre de 1966 se rompieron las conversaciones y poco después se fundaría la UJC-ML que sería recibida con duros ataques por parte de la revista L’Humanité Nouvelle, órgano del MCF-ML.

3. Un grupo anómalo

En el nº 4 de Servir le Peuple aparecido en agosto de 1967 portavoz de la UJC-ML se daban algunas claves de la formación de este grupo, era una especie de historia oficial en la que se reconocía el papel de Althusser y del Cercle d’Ulm. Se mencionaba que en ese ambiente se había realizado una “paciente acumulación de fuerzas financieras necesaria ara la lucha interna y la escisión de la UEC”… la clave es el concepto de “acumulación de fuerzas financieras”. Nadie supo jamás de dónde procedía el dinero. Ni nadie lo preguntó jamás en el interior de la organización. Todos supusieron que los fondos habían sido entregados por la central pro-china de ayuda a los partidos marxistas-leninistas que apoyaban su causa y que estaba localizada en Suiza (posteriormente se transferiría a Bélgica). Luego volveremos sobre esta “central suiza”

Durante ese primer año de vida, la UJC-ML volvió a restablecer contactos con los castristas de Regis Debray con intención de integrarlos. Debray era amigo del editor François Maspero el cual sirvió de puente para este intento de aproximación de las dos corrientes de la nueva izquierda francesa. La aproximación llegó a tal punto que la librería de Maspero de rue Saint-Séverin figuró como primera dirección de la UJC-ML en los pancfletos que se distribuyeron en esa época. Sin embargo, algo debíó ver Maspero para romper bruscamente con la UJC-MLy negarse a cualquier otro contacto posterior. A partir de ese momento define a la UCJ-ML como “provocadores”.

Volvamos a los fondos. Debieron ser muchos para que a lo largo de 1967 y hasta mayo de 1968 se multiplicaran las publicaciones. En junio de 1967 publicaron el primer número de la revista quincenal Servir le Peuple (7.000 ejemplares, 3.000 vendidos), luego, poco antes del estallido de mayo del 68 publicaron La Cause du Peuple (10.000 ejemplares, gratuitos, portavoz de la ama obrera los Groupes de Travail Communistes), Garde Rouge (3.500 ejemplares, 800 vendidos, dedicado a los bachilleres), Cahiers Marxistes-Léninistes (2.000 ejemplares, 1.200 vendidos, teniendo como centro estudios teóricos, ideológicos y políticos) y Cahiers d’Epistemologie (2.000 ejemplares, 1.200 vendidos, dedicados a difundir el pensamiento de Althusser), lo que no es poco. Más bien desmesurado, teniendo en cuenta que algunas de estas publicaciones eran quincenales y el resto mensuales, algunos de gran volumen. En enero de 1968 las arcas de la UJC-ML se vieron bruscamente reforzadas con fondos de procedencia ignorada. Es cierto que parte de las publicaciones así como los panfletos, eran impresos por la propia organización que había adquirido en ese momento una máquina de offset y varias maquinas de escribir IBM para confeccionar los originales. Demasiado dinero para tan poca militancia,

4. La UJC-ML en la resulta de mayo

Detrás de todo este esfuerzo al iniciarse los sucesos de mayo, la UJC-ML esaba compuesta por apenas 480 militantes en París y un millar en provincia, con ligera tendencia a baja. Podría añadirse que la UJC-ML fue el primer grupo de izquierdas que, a raíz de la segunda guerra árabe-israelí (la llamada Guerra de los Seis Días) inició el reclutamiento de inmigrantes norteafricanos, utilizando la Association Amis de la Révolution Arabe.

Al desencadenarse los sucesos de mayo, el papel de la UJC-ML es menor. Siempre encuentra excusas para no participar en las manifestaciones y huir de los enfrentamientos directos con la policía. Es extraño para un partido que propone la “guerra popular prolongada” y la “insurrección armada de masas”. En las primera semanas ataca especialmente a los trotkystas y solamente algunos de sus militantes están presentes en la “noche de las barricadas” (del 11 al 12 de mayo, en la calle Gay-Lussac). Constantemente sostienen que “hay que ir hacia el pueblo” y piden lo que parece imposible: unir las luchas estudiantiles a las luchas obras. Sin embargo, cuando el 14 de mayo, empieza la agitación obrera y la CGT desencadena la huelga general, parece como si la hora de la UJC-ML hubiera llegado. En los días siguientes, sin embargo, los maoístas boicotean las manifestaciones unitarias y llegan a boicotear las convocatorias de la CGT. El 29 de mayo, cuando el sindicato comunista convoca una gran manifestación, la UJC-ML está presente, pero diferenciándose del resto de la manifestación. Sólo al día siguiente la UJC-ML pone toda la carne en el asador: el grueso del partido se instala en Flins donde sigue la huelga general y estimula los graves enfrentamientos entre los obreros y la policía. Allí muere Pilles Tautín, bachiller de apenas 18 años, miembro de la UJC-ML. El “primer mártir” hace que se multipliquen las manifestaciones, pero la UJC-ML siguen con su batalla en Flins. En eso estarán cuando el Ministerio del Interior decrete su prohibición.

La otra formación maoísta que había nacido el 30 de diciembre de 1967, el PCMLF proclamó desde el inicio de los acontecimientos su solidaridad con los estudiantes y lo hizo a través de su semanario L’Humanité nouvelle, editado con grandes medios económicos. El argumento empleado es que las luchas estudiantiles sirven como ejemplo para la clase obrera. En realidad, la pobreza teórica del PCMLF es notoria y su militancia nollegará en esos momentos a los 500 militantes que apenas tendrán un papel en la revuelta de mayo… lo cual no les evitará ser prohibidos el mismo día que sus hermanos separados de la UJC-ML.

Hasta aquí el papel del maoísmo en la revuelta de mayo. Mínimo, exiguo y contradictorio, ¿por inmadurez? Es posible. A decir verdad, su papel solamente fue destacado en los primeros momentos de la revuelta y en los últimos.

La pregunta inquietan que subyace en la corta vida de la UJC-ML y del PCMLF es ¿de dónde obtenían sus cuantiosos fondos? Algunos medios de comunicación habían indicado que “del gobierno chino”; no en vano, ambos grupos distribuían “Pekín informa”, una revista semanal de propaganda de la China comunista. Así pues, estaba claro: los maoístas eran financiados por China. Asunto resuelto. Sólo que no era así. A partir de ahora la aventura adquiere un carácter siniestro.

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A cuarenta años de mayo del 68 (IV de XVI). Así empezaron los disturbios

Infokrisis.- Dentro de la serie de apuntes que estamos abordando para el 40º aniversario de los incidentes de mayo de 1968, hemos querido alternar el análisis sobre las ideas que irrumpieron en aquel momento y lo que hemos dado en llamar "Batallas, batallitas y engañifas" urdidas en torno a aquel episodio. Al terminar esta serie de apuntes estaremos en condiciones de reordenarlos y darles una forma más orgánica que todavía no tienen. En esta entrega nos remontamos a los orígenes del Movimiento Occident cuyo papel en el desencadenamiento de los incidentes de mayo fue decisivo. Si hubo un detonante, ese fue Occident-

   

I. Así empezaron los disturbios

Si les han contado que la revuelta de mayo se inició con un cóctel molotov arrojado por los maoístas contra un vehículo policial, les han mentido. El primer cóctel que estalló en la tarde del 3 de mayo en el barrio Latino fue lanzado por un militante de la organización de extrema-derecha Occident sobre la policía. Si hubo un detonador de los disturbios éste fue el movimiento Occident y la Unión de Juventud Comunista – Marxista Leninista. En este capítulo el lector podrá intuir a quien servían los unos y los otros. Y es posible que se sorprenda y empiece a pensar que el título de esta obra “Mayo del 68 no fue como nos lo han contado”, no es gratuito.

Todo lo que estaba presente en mayo del 68 se había gestado en un período que abarcaba los cinco años anteriores, a partir del final de la guerra de Argelia.

1. La herida argelina

En febrero de 1963 se produce el secuestro en Munich del coronel Argoud, en ese momento, jefe máximo de la OAS, la Organisation de l’Armé Secrete que había luchado contra el abandono de Argelia. De Gaulle había retornado al poder en 1958 con un programa que dejaba claro que Francia no iba a conceder la independencia a Argelia, ni siquiera bajo la presión del terrorismo del Front de Liberation National. Sin embargo, a los pocos años, el grito gaullista de “Argelia Francesa” es sustituido por la firma de los acuerdo de Evian que dan paso a la independencia argelina, con la consiguiente expulsión de 1.500.000 de colonos franceses y la prudente huida de 150.000 harkis (argelinos de origen que habían colaborado con la colonización francesa).

Una parte mayoritaria del ejército se negó a aceptar la firma de los acuerdos de Evian. La mayoría decidió adoptar una posición crítica pero silenciosa y acatar disciplinadamente las órdenes de De Gaulle de abandono de Argelia, pero una parte minoritaria del ejército optó por la vía copista y cuado esta fracasó, por la resistencia armada y el terrorismo junto a grupos de activistas civiles.

Los golpistas y los miembros de la OAS debieron de cumplir penas de prisión y exilio. Sus camaradas que habían permanecido fieles a De Gaulle, no tanto por convicción como por disciplina, no olvidaron completamente a sus camaradas que habían hecho lo que ellos no se atrevieron a hacer. En 1968, esos militares ocupaban los cargos más altos del Ejército francés y dirigían las unidades más eficaces acantonadas en Alemania.

Gracias a estas unidades, De Gaulle pudo mantenerse en el poder, pero no fue a cambio de nada, sino de la amnistía para los miembros de la OAS y para los militares encarcelados por haber encabezado el golpe de Estado de Argel. Si mayo del 68 sirvió para algo fue, paradójicamente, para restañar las heridas entre ambas fracciones militares. Pero había algo más.

2. De la OAS al Front Uni de Soutien au Sud-Vietnam

Tras el fin del terrorismo de la OAS y la detención de sus últimos núcleos militantes. La extrema-derecha francesa intenta recomponerse rápidamente sin poder evitar polarizarse en dos ramas: de un lado Europa-Action fundada por Dominique Venner –hoy director de la Revue d’Histoire de France- que en su período de cárcel había desarrollado una teoría del trabajo político plasmada en el folleto “Por una crítica positiva”. En enero de 1963 aparece el primer número de la revista Europa-Action con una tirada de 10.000 ejemplares, realizado íntegramente por jóvenes que habían participado en la OAS unos, en la guerra de Argelia otros o en grupos activistas. La revista será el órgano de la Federation d’Etudiants Nationalistes. Este grupo apoyará la candidatura de Tixier Vignancourt a la presidencia de la República en 1965 y se transformará en junio de 1968 –apenas 15 días después del fin oficial de los disturbios de mayo- en la revista Nouvelle Ecole núcleo difusor de las ideas de la “nouvelle droite”, cuya actividad dura hasta nuestros días.

Dentro de la FEN y precisamente como protesta para la candidatura de Tixier-Vignancourt, se producen algunas escisiones que se ponen en contacto con el belga Jean Thiriart, director del movimiento Jeune Europe, con quien no logran ponerse de acuerdo y luego con Pierre Sidos, el fundador de Jeune Nation que había sido uno de los puntales de la resistencia contra la entrega de Argelia y que había sido disuelta tras el golpe de los generales contra De Gaulle. Sidos propone la fundación de un nuevo movimiento para el que propone el nombre de Occident, que había ostentado la antigua revista de apoyo al bando franquista durante la guerra civil española. A finales de abril de 1964 se funda oficialmente el Mouvement Occident que desde el principio dejó clara su vocación de ser un movimiento activista decidido a combatir a los izquierdistas en la calle. Y a fe que lo harán. A poco de ser fundado, Sidos ya manifiesta su voluntad de impedir con sus apenas 70 militantes, el mitin anticolonialista que iban a celebrar los estudiantes africanos residentes el París el 1º de mayo de ese mismo año. Dicho y hecho. Los 400 asistentes al mitin fueron dispersados brutalmente y el local de la Mutualité donde iba a tener lugar la reunion sufrió importantes destrozos. A lo largo del mes de mayo y junio, proliferarían los choques con estudiantes comunistas, casi sin interrupción. En 12 de junio, 60 militantes de Occidente asaltan el cine Le Savoir donde la CGT (sindicato comunista) y la UNEF (sindicato de estudiantes comunistas), celebraban un espectáculo pacifista. En esta ocasión, los 2.000 espectadores deben dispersarse ante la virulencia del asalto.

Todos estos incidentes generan algunas detenciones y Sidos recomienda a sus huestes calmarse. Luego, ya en 1965 vendrán las elecciones presidenciales en las que Occidente no participa y que eclipsan cualquier otra actividad política. A poco de terminar, los militantes más activistas se deshacen de Sidos en febrero de 1966 cuando éste intentaba pactar con Venner una fusión con la consiguiente reconciliación de las dos ramas de la extrema-derecha francesa. La operación fracasa y, a partir de ese momento, algo ocurre en el interior de Occident que, sin ningún tipo de freno ni medida, participa en todas las operaciones provocadoras y en todos las operaciones violentas que le permiten sus escasas huestes. El fracaso de la candidatura de Tixier Vignancourt que había sido apoyada por la FEN y Europe Action hace que éste grupo se reconvierta en lo que luego será Nouvelle Ecole y la nouvelle droite. El campo queda libre para Occident.

3. “Vietnam vencerá, vietcongs asesinos”

De no se sabe donde, uno de los dirigentes de Occidente, Philipe Asselin consiguió algo de dinero con el que alquilaron un local fortificado y editaron una revista para universitarios. En ese momento se integra en el grupo François Duprat, que ha regresado del Congo. Desdiciendo su fama de activista, precisamente Duprat y otro militante de Occidente, publican el primer comentario sobre la obra de Herbert Marcase que se difundió en lengua francesa en marzo de 1965. Un año después, sin embargo, el movimiento se embarca en el activismo más frenético.

El 15 de marzo, un raid de militantes de Occident realiza una operación de represalia en la Sorbonne, donde cinco militantes de otro grupo de extrema-derecha habían sido agredidos unos días antes. En ese momento Occident arroja octavillas cuyo texto se limitaba a reproducir una frase del indonesio general Suharto, famosa en aquellos días: “Matad a todos los comunistas donde quiera que se encuentren”. Si esto no era pura provocación, que nos expliquen que era. A partir de ese momento toda la opinión pública francesa y especialmente los estudiantes de izquierdas, ya saben quien es Occident. El 26 de marzo siguiente se enfrentan a la policía cuando intentaban impedir en el Barrio Latino un mitin de los trotskyas de la Juventud Comunista Revolucionaria. Casi sin solución de continuidad, en plena borrachera activista, boicotean una obra de teatro de Jean Gente, Les Paravent, en donde al parecer se insultaba al ejército francés. En octubre del 66 abren un local en el corazón del Barrio Latino, en la rue Serpente. Luego seguirá en el último trimestre de ese año las protestas por el décimo aniversario de la invasión de Hungría por el ejército soviético y las reiteradas luchas por expulsar a los izquierdistas de su feudo en la Universidad de Nanterre. A la Facultad de Filosofía y Letras han ido a parar algunos militantes de Occident que consiguen una buena implantación y representación en el consejo universitario. Tienen como compañeros de clase a Daniel Cohn Bendit, los hermanos Castro, a Brumberg y a Caruso, como líderes de una extrema-izquierda todavía mal definida, pero excepcionalmente activa y violenta. Nos aproximamos aceleradamente a mayo del 68.

El 17 de octubre de 1966, siete militantes de Occidente asaltan la cafetería de la universiad de Nanterre y desalojan a 70 izquierdistas que tienen que recurrir a los estudiantes del PCF para rehacerse. Al día siguiente, los incidentes se reproducen, pero no son solo 7 sino una 30 y enfrente tienen a 150 izquierdistas. Hay una treintena de heridos. El clima de violencia se hace continuo a partir de ese momento. A principios de diciembre de 1967, Paris Match publica fotos de los incidentes que han tenido lugar unos días antes en Nanterre. Las imágenes impresionan por su violencia a la opinión pública. El fotógrafo, Auerbach, trabajaba de común acuerdo con Occident y morirá en diciembre de 1967 asesinado por los nigerianos durante la guerra de Biafra.

El año siguiente es todavía más duro. Han aparecido los grupos pro-chinos y trotskystas que trabajan sobre todo en la universidad y difunden las consignas contra la guerra del Vietnam y en apoyo al Vietcong. Esto inspira a Occident a la creación de una réplica: el Front Uni de Sutien au Sud Vietnam. El 7 de febrero de 1868, el Front intenta celebrar su primera reunion en la gran ala de la Mutualité de París. La extrema-izquierda llama a la movilización general: “El nazismo no pasará”. El mitin asediado por 3.000 maoistas termina entre grandes incidentes. Occidente se manifiesta luego en el Boulevard Saint Michel al grito de “Vietcongs asesinos” y “Occidente Vencerá”. El saldo es favorable y el Front envía 4.000 francos recogidos en la ocasión para la construcción de un hospital en Vietnam del Sur. Y dado que se juzga que la jornada ha sido un éxito, se convocan otras dos para el 30 y 31 de marzo de 1968. El día 30, 2.000 manifestantes desfilan tras las banderas de Vietnam del sur en la Av. Wagram. El gobierno vietnamita difundirá exhaustivamente las fotos tomadas en esa ocasión. En pocas semanas el Front ha encuadrado 1.500 simpatizantes. La columna vertebral del Front es, por supuesto, Occident.

En esos días, Cohn Bendit hacía lo mismo que Occident, solo que su objetivo no era obstaculizar las actividades izquierdistas, sino hostigar a la Federación Nacional de Estudiantes de Francia, asociación de derecha universitaria. Un miembro de Occident está a punto de ser linchado. Y en ese contexto, Cohn Bendit replica públicamente al ministro de educación Missoffe ocupando grandes espacios mediáticos. Occident ordena a sus militantes una “marcha sobre Nanterre”. Pero los maoístas se adelantan y realizan un ataque fulminante el 29 de abril contra la exposición del Front en la rue de Rennes. Doscientos cincuenta maoístas de la UJC-ML con su “dirección militar” al frente asaltan la exposición en un momento en el que apenas está defendida por 10 militantes que son, literalmente, masacrados. A raíz de este ataque, los dirigentes de Occidente solicitan realizar un mitin… en la universidad Nanterre para el 2 de mayo.

La UJC-ML cede protagonismo a su “dirección militar” y junto con los miembros del Movimiento del 22 de Marzo de Cohn Bendit se atrincheran en la facultad almacenando cócteles molotov, barras de hierro, palos y mangos de madera. Una asamblea de extrema-izquierda entrega la dirección de la defensa de Nanterre a Xavier Langlade, jefe del servicio de orden de la JCR. En la entrada de la facultad colocan una pancarta: “Fascistas que escapasteis de Dien Bien Fu, no escaparéis de Nanterre”… Sin embargo, los atrincherados no son tan optimistas como sus pancartas quieren presentarlos. Temen de un momento a otro el asalto de 250 militantes de Occidente capaces de desarrollar unos niveles de violencia inauditos y que la propia izquierda ha conocido perfectamente en su piel. Finalmente, el ministerio de Educación ordena el cierre de la facultad. Así pues, lo que no ha podido tener lugar en Nanterre, alejado del centro de París, tendrá lugar en el Barrio Latino, en la facultad de Sorbonne, en pleno París.

4. Las sorpresas de mayo

Y entonces se produce un extraño atentado que nadie reivindica y que cuarenta años después nadie ha conseguido aclarar. El 3 de mayo de 1968, por la mañana estalla una bomba en la Sorbonna que está a punto de destruir completamente la Facultad. Se ha atentado contra las tuberías de gas. Todos los gropusculos de extrema-derecha y de extrema-izquierda se atacan unos a otros. El atentado hace que los izquierdistas se atrincheren en la Sorbonne y los militantes de Occident en “su” facultad de derecho en la rue d’Assas; a las 14:00, 200 de ellos intentarán manifestarse ante la Sorbonna. Observan que, a pesar de la tensión, el cordón policial ha desaparecido. En esa ocasión no llevan los instrumentos de combate encima, sino en tres furgonetas que siguen de cerca de los manifestantes. Sobre la marcha deciden retirarse. Hay algo que no entienden y que se les escapa: ¿quién ha dado la orden de retirada de la policía? Así pues deciden manifestarse en el Boulevard Saint Michel, justo donde los izquierdistas de la Federación de Estudiantes Revolucionarios (otro grupo trotzkysta) y los maoístas de la UJC-ML intentan reagruparse. En ese punto, las tres camionetas que seguían a los miembros de Occidente, distribuyen su carga. Entre los objetos contundentes figurará el primer cóctel molotov que un estudiante de Occidente arrojará contra los flancos de uno de los vehículos policiales. La “revolución de mayo” acaba de estallar.

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A cuarenta años de mayo del 68 (III de XVI). El situacionismo y la revuelta

Infokrisis.- Lo poco que ha quedado del mayo francés son unas pocas consignas, más o menos espectaculares e impactantes que fueron difundidas a través de serigrafías manuales o pintadas. Tales consignas -"imaginación al poder", por ejemlo- han terminado caracterizando a mayo del 68. Sin embargo, estas consignas eran patrimonio de un pequeño movimiento internacional de intelectuales europeos, la Internacional situacionista, considerad como última vanguardia artística del siglo XX. Algunos miembros del Movimiento de 22 de Marzo estaban influidos por el situacionismo.

 

El situacionismo europeo

Es un mito más que una presencia. En la revolución de Mayo situacionistas los hubo, pero pocos y no precisamente destacando por su activismo. Se ha querido ver en el Mouvement 22 de Mars de Cohn Bendit y Alain Geissmar, una inspiración situacionista. No es así. O al menos, no exactamente.

A cuarenta años vista, lo que queda del mayo francés son apenas unas cuantas consignas («A medida que la necesidad resulta socialmente soñada, el sueño se hace necesario. El espectáculo es la pesadilla de la sociedad moderna encadenada que, en última instancia, no expresa sino su deseo de dormir. El espectáculo es el guardián de este sueño».). Esas consignas fueran elaboradas por los situacionistas o extraídas de las obras de Raoul Vaneigen o de Guy Debord, jefes de fila del situacionismo.

El Movimiento del 22 de marzo, situacionista pero menos

Lo que sí es cierto es que el M22M era un grupúsculo entre los grupúsculos, acaso mucho más pequeño que otros, mucho más manipulable que otros en tanto que su ideología oficial era el anarquismo y ya se sabe que los anarquistas, por su ausencia de estructuras de organización “autoritarias” (es decir, por su ausencia completa de estructura organizativa) han sido siempre los preferidos de los servicios de Inteligencia para ser penetrados por sus agentes, manipulados en sus actividades y sacrificados en sus resultados. Un informe de los servicios secretos de a OTAN daba a la Internacional Situacionista con sede en Copenhague como teledirigida por la H.V.A., los servicios de seguridad y de inteligencia de Alemania del Este.

El informe en cuestión estaba datado en 1965 cuando los situacionistas iniciaron una campaña contra la presencia de tropas alemanas en territorio danés para unas maniobras conjuntas. La campaña terminó siendo una campaña contra la OTAN y no es raro que la inteligencia de la Alianza Atlántica se fijara en los situacionistas daneses.

Pero ¿realmente podemos creer ese informe? Difícilmente. A primera vista los “situacionistas” eran solamente un pequeño grupo de intelectuales de varios países, que utilizaban un lenguaje retorcido, frecuentemente críptico, para exponer ideas contracorriente que solamente merecían comentarios en muy escasos y reducidos medios intelectuales. Me hubiera gustado conocer de dónde extrajo François Duprat la información sobre la relación entre los situacionistas y la H.V.A. que incluyó en su obra La Comédie de la Revolutión (nº 73 especial de la revista Defense de l’Occident, junio 1968, pag. 45 y sigs, París 1968). El problema es que en mayo de 1977 François Duprat saltó por los aires en una carretera olvidada cuando viajaba de París a Normandía. El crimen, todavía hoy sigue impune. Duprat volverá a salir en estas páginas en varias ocasiones. Sea o no sea cierta la información, lo indudable es que la lectura de las obras de Duprat indica que disponía de información privilegiada aunque en algunos casos se tratara de evidentes intoxicaciones.

Los situacionistas confesos jamás han aceptado una vinculación entre el M22M y su Internacional. El movimiento que tenía a Cohn Bendit y a Geissmar como cabezas visibles, apenas tenía a 40 afiliados al iniciarse los sucesos de mayo, en su mayoría extranjeros. Hoy, ni siquiera merece un hueco en Wikipedia-Francia, como si sus antiguos militantes prefirieran hacerse olvidar. Al iniciarse los incidentes, los periodistas, ávidos de catalogar los grupúsculos que protagonizaban la revuelta se fijaron en el pequeño pero gesticulante M22M y publicaron sus relaciones con la Internacional Situacionista. No eran del todo evidentes, pero es cierto que algunos miembros del M22M conocían los textos situacionistas y habían hecho con ellos una mixtura de anarquismo, marxismo heterodoxo y ribetes situacionistas. Los situacionistas “de verdad” callaron por aquello de que todo lo que la prensa hablara de ellos pertenecía a lo que ellos llamaban “espectáculo” y daba a conocer su grupo hasta entonces enfeudado en los altos muros de la intelectualidad más sofisticada de la época. Pero el asesinado Duprat utiliza para evocar la actitud de los situacionistas la palabre “rechignant” (rechinando).

Y ¿por qué es importante para valorar los sucesos de mayo? Es simple: nuestra tesis es que lo que más ha llamado la atención de la Revolución de Mayo son sus consignas espectaculares (“No morirse de hambre a cambio de morirse de aburrimiento”, “imaginación al poder”, etc.) son de origen situacionista, sin embargo el papel efectivo de los situacionistas fue, poco menos que nulo. Hoy parece que hablar del papel del maoísmo y de trostkysmo en la Revolución de Mayo condene a la banalidad a los hechos de mayo. En 1968, estas dos corrientes del marxismo, a decir verdad, diferían muy poco del marxismo y, por lo demás, éste ya está en el basurero de la historia, mientras lo “libertario” goza aún de cierto aire de romanticismo y da la sensación de una mayor creatividad. Toda la importancia que se ha dado a Mayo del 68, no deriva de ser una sucesión de incidentes protagonizados por grupúsculos marxistas marginales… sino por un formidable movimiento creativo e imaginativo que supuso la “revuelta de la juventud contra el orden establecido”. No hay tal. Esa tesis solamente se apoya en unas cuentas serigrafías y carteles realizados en el taller de Nanterre por los estudiantes del M22M cuya única actividad en esas jornadas, fueron los discursos ampulosos y arrebatados y la difusión de consignas más o menos sonoras y rotundas. Esas consignas fueron la aportación del situacionismo y, de hecho, si es cierto que lograron proyectarse en la historia y es, a fin de cuentas, lo único que resta de mayo del 68, cuarenta años después.

La cuestión siguiente a plantear es ¿qué es el situacionismo?

Una internacional de intelectuales

Hay dos libros y un archivo en Internet en lengua española que vale la pena consultar para entender aquel situacionismo que existió tenuemente y que ya no es. Los dos libros son el Tratado del saber vivir para uso de las jóvenes generaciones de Raoul Vaneigen y, especialmente, La sociedad del espectáculo de Guy Debord.

El 1 de junio de 1959 se publicó el número 1 de la revista Internationale Situationniste” que incluía una especie de manifiesto en el que se explicaba el por qué del nombre: situacionista es todo aquello que contribuye a construir situaciones, y añadían: Situación construida: Momento de la vida construido concreta y deliberadamente para la organización colectiva de un ambiente unitario y de un juego de acontecimientos.

El movimiento había surgido a mediados de los años 50 a partir de círculos intelectuales agrupados en la Internacional Letrista, grupo que fue una de tantas rupturas de intelectuales con el comunismo al producirse la invasión soviética de Hungría en 1956. Teniendo como clímax los sucesos de mayo que dieron a conocer universalmente el situacionismo, el grupo se disolvió en 1972. Debord la había abandonado en 1970. Jamás debió tener más de 200 adheridos.

Debord (el polemista político rotundo) y Vaneigen (el poeta del situacionismo más sugerente cuyas consignas son los paradigmas del mayo francés), sobre todo, eran intelectuales brillantes que habían bebido en las fuentes del marxismo, pero no de la ortodoxia soviética ni de los dogmatismo trotskystas o maoístas que en los 60 tenían cierto predicamento en los medios de la izquierda, sino de las corrientes “marxistas revolucionarias” que tenían a Rosa Luxemburgo, al consejismo de Pannekoek, a las doctrinas de Amadeo Bordigha y a la Escuela de Frankfurt, especialmente a Georg Lucács.

La utopía situacionista aspiraba a una sociedad sin clases que surgiría de la derrota, no del capitalismo, sino de la dominación capitalista. Buena parte de los escritos situacionistas son críticas al capitalismo e intentos de analizar sus mecanismos de dominación.

La Internacional se junta en Cosio d’Arroscia el 28 de julio de 1957 con la fusión de media docena de grupos de intelectuales: la Internacional Letrista en primer lugar, el Movimiento Internacional por un Bauhaus Imaginista (MIBI), el grupo COBrA (disuelto en 1951 cuyo nombre deriva del acrónimo Copenhague, Bruselas ámsterdam donde radicaban los miembros del movimiento) y el Psychogeographic Comité de Londres. El origen de casi todos ellos era el mismo: intelectuales de izquierda que habían roto con el stalinismo entre finales de los años 40 y mediados de los 50, con una pasada militancia artística en las filas del surrealismo.

Vaneigen se preguntaba en La Revolución de todos los días como afectada el capitalismo y el sistema autoritario que según él generaba, en nuestra vida cotidiana, intelectual y colectivamente. De ahí infiere un tema interesante que trasladará a la “ideología mayo”: que la revolución es fundamentalmente el arte de cambiar la vida.

Tácticas situacionistas

Los situacionistas no se contentaron con realizar una crítica al capitalismo y a sus consecuencias sino que aspiraron a participar en actos de agitación anticapitalista. Para ello establecieron una serie de tácticas. La primera de todas ellas era la “desviación” (detournement) que era posible hacer con “objetos” creados por el capitalismo distorsionando su significado original y convirtiéndolo en un elemento crítico contra el “creador”. Estaba en el espíritu de la época y es fácil suponer que debió ser Warhol quien inspiró esta táctica a partir de su creación de serigrafía reiterativas y obsesivas sobre “objetos” creados por el capitalismo en los EEUU: las imágenes de Elvis Presley, de la sopa Campbell’s, de Marilyn Monroe, etc. Al igual que una palabra mil veces repetida pierde su sentido, todas estas imágenes multiplicadas sin apenas variaciones contribuían a que el objeto representado pierda su sentido originario y se convierta en símbolo de la banalidad capitalista.

El situacionismo aspiraba a integrar distintos elementos revolucionarios en su propia teoría por medio de lo que llamaban “comodificación”, la exposición de las ideas que bastaba por sí misma para ilustrar el objetivo crítico. Tal es la táctica que hizo que los escasos situacionistas presentes en los sucesos de mayo sintetizaran sus ideas en forma de consignas tan escueta como rotundas.

En cierto sentido los situacionistas fueron los precursores del ecologismo (o más bien de una forma ecológica de urbanismo) cuando establecían la noción de “psicogeografía”, que aspiraba a interpretar los efectos del horizonte geográfico en el comportamiento y en el estado anímico de las personas. El marco geográfico generaba una forma de comportamiento y unas rutinas. Frente a las rutinas, los situacionistas planteaban seguir las emociones.

La creación de situaciones

Pero la práctica situacionista tenía como eje central la “creación de situaciones”. La idea partía de la comprobación, casi conspiranoica, de que los acontecimientos son fruto de construcciones minuciosamente preparadas por poderes fácticos. Debord había advertido que algunas de estas construcciones no recibían la bendición de los medios de comunicación por distintos motivos. Estas construcciones, pues, podían ser utilizadas para denunciar al capitalismo. El caso más claro era, sin duda, la guerra del Vietnam y las protesta que podía generar a partir de la actitud adoptada por los medios de comunicación.

La idea de “situación construida” era fundamental en la perspectiva situacionista. El ser humano tiene la posibilidad de construir situaciones -“dado que él es el fruto de su historia”- y, por tanto e asumir su propio destino y ser “responsable del devenir de su existencia”.

También la técnica es denunciada como instrumento del capitalismo. En el nº 1 de Internationale Situationniste (01.06.58) se denunciaba que “La técnica se ha convertido en una terapéutica contra el virus revolucionario”. Las formas de aprendizaje que en aquel momento llamaban la atención –la utilización de magnetófonos mientras se dormía, para aprender determinadas materias- o las técnicas de gestión de grupos –el brainstorming, la “tempestad de ideas”- se consideraban como inventos del capitalismo para rentabilizar al máximo los tiempos muertos (el sueño) o la producción de ideas.

Debord y la sociedad del espectáculo

Sin duda, La Sociedad del Espectáculo, de GuDebord es la obra más imaginativa del situacionismo. Debord de joven se había curtido en las actividades de Socialismo o Barbarie de Castoriadis, disidente de la IV Internacional cuya idea era que las burocracias socialistas reproducían el sistema de dominación del capitalismo. Cuando se separó de Castoriadis, participó en la creación de la Internacional Letrista y de ahí al situacionismo. No era un organizador, sino un teórico y su falta de eficacia en la gestión de un grupo determinó las críticas de Veneigen y su escisión que fue la puntilla que determinó la muerte de la Internacional Situacionista. Debord reconoció en el consumismo el principal elemento de alienación capitalista: consumir es hermoso y seductor, por tanto, alienante en cuando que se deja de ser lo que se es para identificarse en el objeto consumido.

Para Guy Debord el espectáculo es el producto básico de la sociedad moderna. La política se ha convertido en un espectáculo y el ciudadano, en espectador de la teatralización o de la escenificación que inevitablemente han generado los poseedores del capital. El espectáculo es el instrumento del capital para imponer hasta el tuétano modelos culturales. La vida entendida como espectáculo es el eje central de la modernidad. De hecho, el propio mayo francés, si fue algo, fue puro espectáculo. En la sociedad del espectáculo, la política ha desaparecido. Todos somos espectadores que albergamos solamente el deseo de una vida tranquila y pacífica. Y en esto no hay diferencia: tanto los poderosos como los miserables vivimos una vida rutinaria en la que la novedad –o al menos novedades trascendentes- quedan completamente excluidas de nuestra perspectiva de vida. La novedad implica el riesgo y el riesgo es algo que el espectador no busca. El espectáculo termina siendo el “opio del pueblo”. De la misma forma que el espectador de un filme no tiene capacidad de operar sobre ese producto cultural sino que apenas puede aceptarlo o rechazarlo, la sociedad del espectáculo implica una actitud pasiva ante los acontecimientos. Todo escapa de nuestras manos y todo está fuera de nuestro control.

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A cuarenta años de mayo del 68 (II de XVI). En las fuentes de la contestación

Infokrisis.- En la segunda entrega de esta serie abordamos las fuentes intelectuales lejanas de la contestación. Nuestro análisis nos lleva, primeramente, a los "poetas malditos" franceses del siglo XIX, a las vanguardias artísticas de principios del siglo XX (dadaistas y surrealistas) y, finalmente, a la beat generation norteamericana de la postguerra. Esta excursión intelectual nos llevará por derroteros insospechados: por ls filosofías del nihilismo, por la irrupción de un nuevo modelo de sociedad, por el redescubrimiento de oriente, etc.

1. Los poetas malditos franceses, precedentes de la contestación

No hubiera existido contestación política de no haberla precedido una fuerte contestación cultural. La alternativa cultural hunde sus raíces desde el instante mismo en que la sociedad burguesa se estabiliza a mediados del siglo pasado. La personalidad del contestatario ya está implícita en algunos de las más grandes intelectuales del siglo XIX como Baudelaire (“El Dante del siglo XIX” según Barbey d’Aurevilly e hijo intelectual de Josep de Maestre del que diría: “Me enseñó a pensar”; toxicómano y libertino, admirador de la síntesis artística de Wagner y que tomó conciencia en nombre de los poetas modernos de ser apestados y rechazados por la sociedad moderna a cuyos valores se opone) o Thomas de Quincey (admirado por Baudelaire, con el que le unía su tendencia a compartir su vida con prostitutas y sus toxicomanías, no en vano el primer tomo de su autobiografía se titula significativamente Memorias de un Comedor de Opio, su demonio personal), sin olvidar a Verlaine (cuyos poemas malditos escritos tras una estancia en prisión le dan fama literaria como precursor de los decadentistas) o, finalmente, y a Rimbaud (genio del mal según sus profesores de bachillerato, gustaba escandalizar con blasfemias a los feligreses católicos, amante de Verlaine –de quien recibió un tiro- habitual del hachís, viajero impenitente y traficante de armas)…

Todos ellos fueron hombres de letras y artistas no ortodoxos, hombres que negaron la sociedad que llegó al poder con la revolución de 1789 y que entronizó como modelo a la burguesía; hombres que se situaron en los límites de las experiencias místicas o introducidos en ellas de cabeza a través de la droga. Poetas "malditos" todos ellos, de los que Julius Evola en Cabalcare la Tigre dijo:

"Vivían a la desbandada, frecuentemente eran alcohólicos y mezclaban el genio con un clima de disolución existencial y con una revuelta contra los valores establecidos".( )

En 1884, cuando estalla la revuelta de la Comuna de París, Rimbaud grita: "Hemos vencido al orden" y escribe: "El artista debe ser el gran enfermo, el gran criminal, el gran maldito y el sabio supremo". Él y los que como él vivían su arte como exaltación e ímpetu aventurero, eran espíritus turbulentos, frecuentemente asociales, ansiosos de libertad y buscadores impenitentes de experiencias interiores.

Les siguieron Lautréamont primero, el dadaísmo más tarde y, finalmente los surrealistas. De Lautréamont se dijo que murió de sobredosis de droga, pero de lo que no cabe la menor duda es de que sus Cantos de Maldoror (= Mal d’aurore = Mal de la Aurora) ensalza todo aquello que aborrecía la sociedad burguesa, incluyendo la blasfemia, el crimen, la obscenidad y lo desagradable. Fue el primer surrealista in pectore, el Bosco de la poesía que apostó por la victoria de lo irracional sobre cualquier forma de orden Los surrealistas lo rescataron del olvido y, antes, Tristán Tzara y los dadaístas lo veneraron. Aún hoy su relectura suscita adhesiones desgarradas. Muchos de los que creyeron en Mayo del 68 lo habían leído. Él precedió su espíritu narcisista cuando escribió cien años antes: “Soy hijo del hombre y de la mujer según me han dicho, y eso me extraña, porque creía ser mucho más…”.

A lo largo de todo el primer tercio del siglo, las vanguardias artísticas se sucedieron vertiginosamente. Todas ellas -aparte del exhibicionismo propio a los movimientos de este tipo- pueden ser consideradas como contestaciones más o menos profundas a la sociedad de su tiempo, contestaciones sucesivamente devoradas e integradas por ella, pero cuyo rastro puede seguir aquel que esté interesado en sondear las huellas de la protesta a través de los siglos.

2. Beats: los “golpeados”

La generación surrealista peinaba canas cuando, a principios de los años 50 en la Playa Norte de San Francisco, acampó una nueva comunidad bohemia. Se había marginado voluntariamente de la sociedad y llevaban una vida desenfadada y turbulenta. Coincidieron escritores, filósofos y artistas, junto a desaprensivos. Jack Kerouac, Lawrence Ferlinghetti, Allen Ginsberg, Philipe Lamantia, William Burroughs, entre los mejores, vivieron más o menos de cerca el experimento. Todos ellos debían convertirse luego en las referencias culturales obligadas de los contestarios. En realidad, fueron sus mentores intelectuales especialmente de su rama americana. Deseaban vivir al margen de la sociedad. Inconformistas y consecuentes, habían creado una nueva forma de vivir y la seguían... fueron llamados la generation beat.

beat por que se consideraban "golpeados", porque decían haber logrado descubrir y denunciar todas las coberturas del nihilismo, advertían la inexorabilidad de la muerte y el drama de una humanidad que no tiene nada donde agarrarse para cubrir su vacío existencial... Se consideraban beat porque su música era el jazz. También porque, en palabras de uno de sus miembros -Jack Kerouac- se trataba de alcanzar la "beatitud"... Antimaterialistas, eran también antiautoritarios y anticapitalistas. Se definían por la negación antes que por propuestas en positivo.

Era una generación, en parte dramática, compuesta por desesperados que advertían el sinsentido de la vida, la inquietud angustiosa de la guerra fría y la subsiguiente posibilidad de desaparecer en cualquier momento; percibían el progreso como una ilusión y sentían la vida como una aventura solitaria: "Dentro de mi no hay nadie" se decían, y también "Fuera de mí no tengo nada"... para ellos el problema radicaba en seguir viviendo con ese convencimiento. No todos lo lograban y aunque no fuera específicamente beat ahí está Ernest Heminway que no resistió esta tensión: el suicidio selló el punto final de su negación.

Walt Whitman, poeta místico y disidente temprano, fue uno de los mentores de la generación "beat". Inspiró directamente el Aullido de Ginsberg, leído en público en 1955 que será, poco más o menos, el manifiesto del grupo. En esa época Ferlingheti publica sus mejores obras y su editorial se convierte en el foco difusor de lo que pasará a llamarse "cultura beat".

3. En el camino del arte y de la poesía Beat

En 1957 Jack Kerouac publica En el camino y por boca de sus protagonistas define su propia concepción del mundo: no hay que detenerse, no hay que parar el flujo de la vida, no hay que dormirse, hay que gozar, seguir adelante, marchar, estar siempre en movimiento; estar "en el camino", tal es la consigna.

Se percibe en ello un espíritu eminentemente moderno: un espíritu activista y frenético de aquellos que -por emplear una terminología oriental- voluntariamente se han situado en el perímetro exterior de la rueda que gira, donde la velocidad es más elevadas; intuyen, con impotencia, la quietud del centro de la rueda, allí donde radica la serena estabilidad de quienes han pasado del Devenir al Ser. Algo que la mayoría de beats no terminan de comprender. Hacerlo hubiera supuesto desengancharse de la modernidad, algo que no entraba en los planes de ninguno de ellos.

La poesía beat es específicamente americana, no debe nada a Europa y busca su inspiración en la realidad de los EEUU en contraposición a otros disidentes de la civilización yankee. T.S. Elliot y, sobre todo, Ezra Pound, que tienen los ojos puestos en el viejo continente y en la cultura clásica. Aunque ambas tendencias sean antitéticas, Ginsberg y Pound, denuncian el espíritu burgués y su afán insaciable de lucro y usura; ambos intentan abrir nuevos horizontes para el espíritu.

Queda por analizar otro escritor marginal que puede situarse entre los mentores directos de la contestación: Herman Hesse, aunque no era americano de nacimiento, el Nuevo Mundo supuso para él una tierra de promisión. En realidad Hesse ha influido en todas las contestaciones de este siglo ¿puede ser considerado como un post-romántico? Desde luego es algo más que eso, sus novelas son seguimientos de la vida de sus protagonistas en la búsqueda de sí mismos. Demian es una nueva forma de novela llena de simbolismo, mística y lirismo. Con Sidharta, Hesse abre las puertas del budismo: gracias a el muchos occidentales irán a encontrar en Oriente aquello que ya se extinguió en Occidente hace siglos: la técnica del conocimiento del yo. Las obras de Hesse gozaron de una gran difusión en los EEUU durante los años cincuenta y sesenta, constituyendo uno de los basamentos de la contracultura.

La literatura de la contestación tiene múltiples formas y estilos, pero una temática común: la necesidad de vivir la vida, de no arrodillarse ante el fatum, porque arrodillarse es aceptar lo que existe, la convicción de que hay estados de conciencia más profundos a los que se puede acceder mediante tres vías: el sexo en el orgasmo, los estados de meditación profunda, o la droga, en la medida en que estas tres experiencias suspenden la conciencia ordinaria. Otro disidente europeo, Julius Evola añadirá otras vías: el riesgo en sus múltiples variantes, desde el combate hasta la aventura de la escalada... pero unos y otros buscarán estados de conciencia en que la intuición y el acto no pensado, intuitivo y directo, inmediato, priven sobre la razón discursiva...

Los beat tuvieron conciencia de marginación, pero no se recrearon en ella, se limitaron a constatarla simplemente como una forma de no-estar, de no ser cómplices del sinsentido de los tiempos modernos, de vivir consecuentemente con lo que se piensa.

Clellon Holmes en la revista Esquire definió a esta generación diciendo que "en el fondo de su personalidad están mirando hacia arriba". Kerouac ya dijo a mediados de los años 50 que el impulso de esta generación es religioso: pretendían "hallarse a sí mismo y hallar a Dios". Kearouac ya había incorporado temas orientales a la temática de sus novelas Vagabundos del dharma o En camino. En la introducción a Protesta pueden leerse estas lúcidas palabras: "Y si Dios es demasiado remiso a mostrar su faz, y la generación abatida es una generación de huérfanos, sin pasado y sin padres terrenos, endurecida para todo sentimiento, el corazón de Satanás guardará al Padre como una reliquia" (...) "De este modo la generación abatida puede sugerir muy bien una generación de buscadores de basura que esperan hallar el Misterio y la Magia encerrados en una botella, una aguja o un cuerno abandonados".

Fue el desencanto por la civilización y el estilo de vida americano, lo que impulsó a la beat generation; estos hombres, para los que "Dios ha muerto", tuvieron una necesidad desesperada de encontrar algo más allá del square; buscadores de lo absoluto, fueron lo suficientemente lúcidos como para no seguir por los caminos del calvinismo, el anabaptismo y sus derivados, rechazando, incluso explícitamente, el ocultismo y el espiritismo, su búsqueda necesariamente iba a orientarse hacia otros horizontes. La situación geopolítica de la beat generation -agrupados en la Costa Oeste sobre el Pacífico- iba a facilitar los intercambios con el exótico Oriente. La beat generation anuncia en el horizonte la llegada de los gurús y de las doctrinas orientales. Y estos llegaron a caballo con la contracultura.

4. La orgía contracultural

En 1952, Bill Haley, inspirado en la música afro-americana crea con su guitarra de cuerda un nuevo sonido que hace del ritmo el tema central. Pero no sería sino hasta 1954 cuando Haley logró grabar su "Rock Around the Clock": Había nacido el Rock’n roll. Tras Haley saltaron a la fama Elvis Presley, Chuck Berry, Paul Anka... Unos pocos años más tarde el disc-jockey Alan Freed bautizaría a esta corriente musical con el nombre que lo conocemos hoy: rock and roll.

Ritmo trepidante, sincopado, extático, agresivo, siempre se ha atribuido al rock un gran poder destructivo. Y todo induce a pensar que ciertamente es así. Ningún otro movimiento musical ha pagado tan cara su dinámica interior como el rock. Víctimas de la droga, el alcohol, los accidentes y la violencia, tres generaciones de rockeros han visto como sus más conocidos líderes morían unos tras otros, presas de lo que se ha dado en llamar "la maldición del rock".

Alan Fredd, la personalidad más influyente en la música americana de finales de los años 50, sería el primero en inaugurar la lista de víctimas del rock. Luego le seguirían docenas de líderes rockeros: Budy Holly, Janis Joplin, Jimmy Hendrix, Brian Jones, Jhon Lenon, Sid Vicious, entre los más conocidos; pero entre los segundones las víctimas pueden contarse por docenas...

Al compás de la música rock y paralelamente a ella, fueron apareciendo tribus urbanas cada vez más agresivas. En un principio se preocuparon por establecer una "filosofía de la vida" y justificar sus comportamientos en novelas y relatos autobiográficos. El rock nació paralelamente a la "beat generation". Ya hemos visto como gracias a estos escritores, vieron la luz las mejores páginas de la literatura americana de este siglo. Cuando se perdió el impulso intelectual de los "beatniks", la agresividad, el comportamiento violento y desesperado pasó a ser una actitud vital, no un razonamiento ideológico.

Así se llegó a los "teddy boys" norteamericanos, los "halbstarken" alemanes, los "holigans", que convirtieron alcohol, rock y violencia, en su nueva trinidad. Lo que había tras esta actitud no era sino un intento desesperado de cubrir el nihilismo mediante un "furor de vivir" y una actividad situada siempre en espacios límite. Con el cerebro oscurecido por el alcohol y después de horas de escuchar música sincopada, la agresividad contra el "enemigo tribal" (otros grupos de jóvenes, la familia, las instituciones, contra sí mismos) les ayudaba a olvidar lo vacío de sus vidas y lo desesperado de su situación ante una sociedad en la que no encontraban lugar. Se revelaban contra Todo por que no tenían cabida en ese Todo.

5. El “diablo” del Rock

El movimiento rock, desde los orígenes, no fue unitario. Se dividió pronto en torno al tratamiento de los temas y al instrumento central: guitarra de cuerda o guitarra eléctrica, canción protesta y comprometida o canción de tintes dionisíacos. A finales de los años cincuenta algunos cantantes quieren resucitar la canción popular americana y darle un nuevo contenido de denuncia contra la opulencia y la guerra: ahí estarán Bob Dylan y Joan Baez.

En el festival de Newport, Dylan actuará por primera vez con guitarra eléctrica dando a luz el “folk-rock”; la fama de los Beatles había saltado el perímetro de Liverpool, seguidos a corta distancia por los Rolling y más tarde por Janis Joplin y Jimmy Hendrix, que terminarían mal su experiencia en el mundo de la drogas. A este conjunto se le llamará genéricamente "música pop". De la experiencia hippie nacerá el "acid rock", mientras que el "folk rock" se prolongará hasta una época relativamente tardía y post-contestataria con Paul Simon y Art Garfunkel... Preferimos no entrar en la evolución del rock durante los años 70: queda, en cualquier caso constancia de su diversidad y globalidad temática.

Vale más detenerse en el punto álgido del movimiento pop a finales de los sesenta. Habíamos hablado antes del vitalismo de la generación "beat", ese mismo vitalismo es el que reencontramos en las canciones de un Presley y en su mismo estilo o en un Gene Vincent con "Be-Bob a lula".

Y es que el pop fue el revulsivo contra la anterior música melódica para la cual solo existían los temas edulcorados y románticos, una música que se musitaba y se bailaba plácidamente al susurro de promesas de amor burgués. El rock rompió toda esa placidez con su insolencia y sus estridentes notas al servicio de un ritmo frenético y salvaje. Era el "furor de vivir" frente al "seguidismo de la vida".

Algunos cantantes rock y especialmente folk-rock, si bien no eran intelectuales en el sentido estricto de la palabra, eran artistas de su tiempo y finos poetas: cantaban a la juventud que empezaba a revolverse y le daban buenos motivos para la revuelta; las canciones se convirtieron en himnos de las barricadas y de los tiempos nuevos, sentenciaban el fin del "sueño americano" y exaltaban el amor, la protesta contra la guerra de Viet-Nam y contra la prepotencia de las instituciones...

Dylan en su oda a Woody Guthie habla de aquella nación, los EE.UU., "muerta y que apenas si acaba de nacer". A esta seguirá su "Blowin in the Wind", canto de un poeta pesimista que no ve horizontes claros en el futuro: "Eso, amigo mío, sólo lo sabe el viento, escucha la respuesta en el viento". Pero en 1964, cuando aparece su maravilloso album "The times they are a-changin" (Los tiempos están cambiando) las primeras revueltas han estallado en las universidades americanas y las europeas calientan motores.

Todos los cantantes "pop" casi sin excepción, reconocen haber compuesto buena parte de su obra bajo el efecto de las drogas. Los Beatles, desde 1967, habían experimentado con drogas psicodélicas; ellos colaboraron, tanto como Thymoty Leary, en la difusión del LSD entre la juventud. La confusión entre el efecto psicodélico de la droga y las experiencias espirituales, determinó que los Beatles se orientaran hacia el seudomisticismo hindú, integrándose temporalmente en la comunidad del gurú Maharishi....

Los Beatles simplemente hicieron el ridículo y Lenon pudo dedicar al gurú Maharishi una canción "Sexi Sadie": "Maharishi, hemos hecho el idiota por tu culpa". Pero la imagen de los Beatles cubiertos con túnicas hindúes y con beatífico aspecto, siguiendo al curioso santonzuelo, impactó a muchos jóvenes que se sintieron atraidos por el misticismo oriental; otra docena de gurús del mismo estilo, así como los escritos de Allan Wats y Norman Brown, difusores del Zen entre la contracultura y el mismo Hesse, parecían confirmar que "de oriente viene la luz". Este impulso sirvió para que otros se volvieran hacia Krisnhamurti, Aurobindo, pero la mayor parte siguió a las sectas más desaprensivas.

La contestación y la revuelta de la juventud fueron un ritmo antes que un programa político y poesía antes que ideología. El rock confirmó en la contestación ese aire de gozo erótico, de búsqueda mística y de desesperación reciclada en voluntad de vivir intensamente... No hay autoridad, los viejos mitos de la democracia -de la revolución burguesa, se entiende- se desmontan al paso de los nuevos estilos: beat, pop,. op, rock, folk... Se trata del estilo de una raza aparte, la juventud.

En 1969, el festival de Woodsktock fue la cima de todo aquel movimiento: 500.000 jóvenes durante tres días escucharon a los ídolos del pop. Un año después se estrenaba la ópera rock "Hair" y Stanley Kubripck estrenada "2001, Odisea Espacial", dos producciones que anunciaban respectivamente la "Era de Acuario", la primera y el nacimiento del hombre cósmico la segunda. Un año antes el albúm de los Beatles, "Sargento Peper’s", había abierto las puertas al "verano del amor". Las costumbres sexuales de la burguesía americana se habían conmovido.

6. El papel de las drogas

Sería incomprensible la contestación sin examinar el papel que jugaron en ella las drogas, dos especialmente, el cannabis y el LSD. Su empleo no fue solo por motivos exclusivamente hedonistas: gracias a ellas los contestarios experimentaban una apertura de conciencia que permitió a Allen Ginsberg escribir: "Lo primero es darse cuenta de que estamos en un estado de conciencia disminuida. Esta es la base de la conducta de los jóvenes: se dan cuenta de que se les está timando el paraíso". El LSD o ácido lisérgico es un producto químico sintetizado a partir del cornezuelo de centeno, hongo parasitario, cuya ingestión provoca alteraciones en la percepción, una distorsión de la realidad con aparición de visiones alucinógenas, aumento de la sensibilidad y, por tanto, de la capacidad creativa, discontinuidad de los sentidos y, al igual que el cannabis, una sensación de paz interior y armonía con todo lo que rodea, con el universo entero.

No es por casualidad que a este tipo de drogas se les haya llamado "psicodélicas" y a todo el movimiento que giraba en torno suyo -en su mayor parte contracultura- "psicodelia" de los términos griegos "psico" y "delum", "alma" y "mostrar", drogas que ayudan a buscar el alma, es decir, los estratos más profundos de la personalidad.

En la práctica ambas drogas provocan una ruptura de la conciencia ordinaria y la apertura a nuevas capacidades y percepciones. Una experiencia con LSD es, ante todo, una experiencia que muestra el "rostro oculto" del mundo y aumenta la percepción interior. Gracias a estas drogas aumenta -articialmente, pero aumenta- la sensación de Existir. Otro tanto ocurre con el cannabis que introduce en el universo de la armonía, del cese de las contradicciones y de la vacuidad... y como corolario de todo ello dos palabras que resumen las aspiraciones de la contracultura: amor y libertad. La droga, en este sentido, es un vehículo de liberación (vehículo transitorio y puntual). no puede extrañar el éxito inmediato y fuera de medida de los libros de Carlos Castaneda que decía haber sido instruido por un brujo yaqui que le administró distintas drogas psicodélicas. Castaneda y toda la temática que le rodea está ya a caballo entre la Contracultura y la Nueva Era.

Precisamente la experiencia de la droga y la sensación interior de la paz y del amor, era lo que daba fuerza y convicción a los movimientos contraculturales en su lucha contra el sistema: "los jóvenes se dan cuenta de que se les está escatimando el paraiso", repetía Ginsberg una y otra vez.

Durante los primeros años de la contestación, entre 1964 y 1968, Thimoty Leary y Richard Alpert fueron ese apostol misionero que precisaba el LSD para su difusión. Solían iniciar sus alocuciones aconsejando: "Relájate, colócate y sintoniza"... era el ritual de su técnica del consumo de LSD... Esto, dicho a adolescentes inmaduros tuvo efectos absolutamente demenciales.

En las primeras ocasiones que el contestatario fumaba o ingería ácidos, el no tener conciencia exacta de la experiencia por la que iba a pasar, le inducía a adoptar una actitud mental de espera, es decir, aproximadamente de neutralidad mental. Pero a medida que se habituaba al LSD o al cannabis esa actitud variaba: ya no se trataba de "esperar", sino de "revivir" la experiencia, de "perseguirla", recordarla y ansiarla, pasar por ella otra vez: el deseo de obtener la apertura mental y la búsqueda consciente del éxtasis, bloqueaba la experiencia. No es raro que en las experiencias místicas de las distintas escuelas se repitan frases como esta: "La búsqueda del Nirvana hace huir al Nirvana"... Don Juan, el brujo yaqui de Carlos Castaneda, le advierte del riesgo: "Quien conoce de verdad la hierba del diablo se siente devorado por el deseo".

Tal fue lo que les ocurrió a buena parte de los "contraculturales": la fuerza del movimiento, especialmente en EE.UU. era en buena medida la fuerza de las drogas que lo motivaban. El hábito en su consumo, la persecución desesperada y el deseo irrefrenable de repetir las primeras experiencias, bloquearon el tránsito a esos estados de conciencia diferenciada, el movimiento perdió empuje y se disolvió. En 1969 quedaba poco del movimiento hippi y la contracultura estaba en fase de transformación.

Sin embargo, un cierto número de antiguos contestatarios fueron conscientes de lo que había sucedido: esos "paraísos" que la sociedad del consumo "escatimaba", seguían existiendo más allá de la conciencia ordinaria y se podía llegar a ellos a través de otras técnicas. No es raro, pues, que ya desde aquellos años las técnicas de meditación y de realización del Ser, perdidas en Occidente durante centurias vivieran un nuevo amanecer siendo reinjertadas desde el lejano oriente.

Fue el amanecer del Tantra, el florecer del Zen, incluso la aurora del sufismo... y con ellos, también de las sectas que los deformaron y caricaturizaron...

Las drogas que vinieron luego no eran ya psicodélicas, es decir, ya no buscaban el alma interior del individuo, sino su expansión exterior: anfetaminas, "éxtasis", "venus", metanfetaminas y, sobre todo, cocaína... los tiempos seguían cambiando, como en la canción de Dylan, solo que ahora el viento soplaba en dirección opuesta.

7. La liberación sexual

Otros factores modificaron la escena. A principios de los años 60, el Concilio Vaticano II opera una profunda transformación en la Iglesia: desde el ritual a la teología, pasando por la tarea pastoral, se abre a los jóvenes, a los obreros, al tercer mundo, al pueblo en general, en todos los aspectos "avanza" sus posiciones al ritmo de los tiempos nuevos. Solo en un terreno permanece en las mismas posiciones que en Trento: el sexo. Y fue precisamente eso, lo que hizo que todos los demás "aggiornamentos" no sirvieran absolutamente para nada, porque mientras los prelados debatían en los altos muros del Vaticano la forma de que su mensaje no se extinguiera, fuera, habían sucedido tres fenómenos aparentemente sin relación con la teología, pero que cambiaron los hábitos de conducta de occidente: las enfermedades venéreas retrocedían, los sexólogos hablaban del orgasmo clitórico y se popularizaba el Enovid, la famosa "píldora"...

Efectivamente, hasta el Vaticano II la sociedad occidental, mayoritariamente impregnada de catolicismo aceptaba, mal que bien, pero aceptaba, el hecho de que la sexualidad solamente sirviese para la procreación. A parte de la amenaza teológica, existía el riesgo de contraer peligrosas enfermedades venéreas que limitaban también la práctica de la sexualidad. Y, por lo demás, el riesgo del embarazo y la marginación de las madres solteras, constituían un peligro adicional.

Pero todo esto iba a cambiar en poco menos de cinco años: aparece la píldora anticonceptiva, experimentada desde 1956, eliminando el riesgo de embarazo. Comercializada a partir de mediados de los 60, todavía no se tenía conciencia clara de los efectos secundarios que podía producir, simplemente eliminaba el riesgo de procreación no querida.

Entre 1950 y 1960 las enfermedades venéreas retroceden y quedan casi eliminadas por una década: la sífilis, azote de la sexualidad occidental se bate en retirada ante los diversos antibióticos cada vez más fuertes.

Una modista londinense tiene la brillante idea de acortar las faldas femeninas un palmo y medio: nace la minifalda y la mujer pasa a enseñar partes cada vez más amplias de su anatomía. En las playas se populariza el bikini. Y en el cine películas como la serie 007 en sus primeros títulos y "Barbarella", entre otros, crean una nueva ola de erotismo no a nivel de élites, sino para consumo popular. "Barbarella" llegaría a España en 1975 cuando el cadáver de Franco estaba aun caliente.

Finalmente grupos de sexólogos norteamericanos e ingleses empiezan a analizar el orgasmo femenino: advierten que éste no se genera en la vagina, donde las terminales nerviosas son escasas, sino en el clitoris en donde existe una verdadera acumulación de centros sensibles... la consecuencia es inmediata, por una parte, la mujer no necesita de la penetración del hombre para gozar. De esta observación partiría toda la teorización y legitimidad "científica" del Women’s Lib". Los estudios sobre el orgasmo evidenciaron que el cuerpo de la mujer no está esculpido solo para parir, sino también para gozar; la función reproductora coincide solamente con el gozo por pura casualidad. Todo esto llevó, no solamente a la ideología de la liberación de la mujer, sino también a unas relaciones entre los sexos mucho más directas. Es en esa época cuando se extienden -incluso en la católica España- las relaciones prematrimoniales.

Tras el Concilio Vaticano II, la Iglesia se "aggiorna" dentro de un marco asexuado... pero el sexo estaba presente en todas partes. La iglesia se vio de repente, en cuestión de pocos años, abandonada por los jóvenes que no podían limitar su sexualidad a cuantos apareamientos en aras de la procreación. Se vio abandonada por aquellas familias que por sus cargas económicas tuvieron que aceptar la píldora, anatemizada por la Iglesia. Se vio abandonada por otra parte, por aquellos que concebían la Iglesia en términos de ritual tradicional y peremnidad y no se reconocían en las nuevas formas... La Iglesia empezó a perder influencia en Occidente. La principal barrera moral que impedía la liberación sexual se desleyó en apenas una década.

El psicoanálisis y sus derivados aportaron elementos teóricos para la revolución sexual. Se releyó a Eric Fromm y Wilhem Reich. Herbert Marcusse revisó el marxismo y lo apareó con el freudismo. Reich fue leído en los años de la contestación abundantemente, incluso por cristianos progresistas, no en vano afirmaba que Cristo era un "ser orgónico", en la medida en que reconocía en Cristo un "ser de amor". Reich y Fromm aportaron el soporte teórico para la revolución sexual.

Una de las piezas de la ópera "Hair" se titulaba precisamente "Orgasmo" y su letra está prácticamente compuesta por las palabras tabúes rotas por entonces: "felación", "coito", "cunilingus"... Estas palabras penetraron en occidente a través de textos orientales muy antiguos: Kama-sutra, Ananga-Ranga, etc. Se supo que había un arte de amar y una técnica para gozar. Se aceptó que el sexo, además, de ser un medio de procreación y de gozo, también era un método para acceder a estados de conciencia diferenciados a través del orgasmo...

8. La contestación en el arte: Andy Warhol

Paralela a la contestación política, precediéndola estalló la contestación artística. Hemos visto como influyó en literatura y música. En las artes plásticas se tradujo en el pop-art y en el op-art luego. América fué el paraiso de todas estas tendencias.

Este tipo de arte, en sus inicios supuso una ruptura con respecto a lo anodino del arte de la postguerra. Superó en audacia incluso a las vanguardias artísticas de principios de siglo. En primer lugar se trató de un arte anónimo. Desde el Renacimiento el arte había ido íntimamente ligado a la firma del artista, se trataba de un arte personalizado que pretendía ser, no la expresión de una determinada idea o fuerza de la naturaleza, sino de la visión que el artista tenía de esa idea. Se trataba, en definitiva, de un arte subjetivo.

La fuerza del pop-art radicó en que reflejaba exactamente lo que era la civilización moderna, un arte tan anónimo como todo lo que lo rodeaba. Y los artistas que participaron de la primera ola pop tenían conciencia exacta de que había que superar el consumismo, se negaban a transformar sus creaciones en piezas de museo o en objetos decorativos Andy Warhol decía que se trataba de "obtener un cuadro tan despreciable que nadie se atreviera a colgarlo en la pared".

El mismo Warhol utilizaba distintas técnicas para denunciar la vacuidad y la masificación e una civilización mecanicista: Warhol durante años había estado alimentándose de una sopa preparada, la sopa "Campbell’s", con un embase caraterístico. a partir del diseño de la lata de sopa, realizó serigrafías, repitiendo un mismo tema, sin variaciones, hasta lo obsesivo.

Utilizando los retratos de los monstruos sagrados del cine, a Marilyn Monroe o a Elvis Presley, Warhol realizó collages serigráficos variando solamente el color de las tintas y repitiendo el rostro de la actriz hasta lo infinito: así representaba el rostro de lo anónimo, de lo masificado, la faz terrible de una sociedad en la que el principio de individuación ha sido abolido.

Warhol, como Oldemburg y el resto de artistas op eran nihilistas puros. Usaban técnicas de reproducción serigráfica con una zafiedad deliberada, tomaban las viñetas de los comics americanos de Dick Tracy, acentuando lo grosero de sus tramas de colores. El pop art y el op art -arte óptico, en el que el volumen pesaba más que en el pop- fueron estilos de denuncia y como tales contribuyeron a matizar la importancia cultural de la contestación. Quizás, sin ese arte horrorizante y provocador, sin esas reiteraciones pegadas toscamente a un lienzo gigantesco, sin esas simplificaciones de lo banal, sin todo eso que era impactante, festivo como el hapening -la fiesta en la calle, expontánea, basada sobre lo cotidiano- que vino luego, seguramente no hubieran bastado las denuncias de los ensayistas e intelectuales contra el consumismo y la sociedad burguesa que lo había hecho posible.

9. El origen del “Tercer Gran Despertar” americano

Esto fue la contracultura. Nada más. Cabalgando sobre ella se renovó el fenómeno sectario. Se había iniciado el "tercer gran despertar" del neo-espiritualismo americano; las circunstancias eran propicias para que hicieran su irrupción gurús y mesías llegados de Oriente y Occidente, incluso emergido del mismísimo infierno.

La colusión de todos estos factores, junto con los elementos coyunturales de carácter político -fundamentalmente la guerra del Vietnam y la lucha por los derechos civiles y la integración racial- fueron los elementos catalizadores de la contracultura y de la contestación. En EE.UU., más que en ningún otro lugar, alcanzaron un carácter de masas. Especialmente en California. Cuando el movimiento entró en reflujo, un pequeño grupo de irreductibles prosiguieron su acción y nuevas ideas surgidas de la evolución de lo que había aparecido en el marco contracultural, dieron como resultado el movimiento "New Age".

Cuando Nixon ordenó la retirada de las tropas americanas de Viet-Nam, todo el movimiento pacifista quedó privado de su motivación principal. Esto se unía al desgaste de la contracultura y al reciclado de muchos de sus miembros que, andando el tiempo se convertirían incluso en líderes consevadores. La mayoría, una vez acabados sus estudios, debieron enfrentarse a los problemas de supervivencia y algunos se dieron cuenta que solo dominaban unas pocas habilidades: tirar las cartas, levantar horóscopos, dar conferencias, liderar movimientos sociales alternativos, animar reuniones o, simplemente, hacer yoga. Estos, abandonaron los aspectos más radicales y problemáticos de la contracultura, y procuraron rentabilizar sus conocimientos y convertirlos en un medio digno de vida. Fue así como nació el Movimiento de la Nueva Era.

Lo que va de la contracultura a esta nueva etapa es lo que va de lo artesanal a lo industrial; en efecto, se trata de dos estadios de evolución de un mismo paquete temático. El paralelismo con el desarrollo de las fuerzas productivas tal como lo enunció Carlos Marx, resulta evidente. Incluso en el momento actual, los grupos de Nueva Era que se muestran más activos y dinámicos, son aquellos que tienen una dimensión multinacional (tercera fase de crecimiento acumulativo del capital en la jerga marxista). Ya ha pasado el tiempo de los grupos independientes de carácter local agrupados en torno a un pequeño núcleo de individualidades inquietas o brillantes; ahora es el momento de las grandes redes capaces de realizar ciclos de conferencias de sus gurús o dirigentes por todo el mundo, que tienen sedes centrales en las que se forman cuadros, se expiden títulaciones y se extienden patentes o se publican libros. El mundo se ha quedado pequeño para el radio de acción de todos estos grupos: su actividad es frenética, su líder puede estar hoy dando un cursillo en un país, mientras que en otro situado en las antípodas se están realizando conferencias y campañas de lanzamiento para conseguir clientela para ese mismo cursillo que el mismo personaje desarrollará en el otro extremo del mundo solo dos días después. Y todo este mecanismo funciona. Los fondos fluyen de secciones implantadas en los más recónditos lugares, y alimentan el aparato central del movimiento. En ocasiones el conjunto adquiere una dimensión verdaderamente monstruosa en todo similar a una gran corporación industrial. Pero lo que se está vendiendo es "Nueva Era".

Enrique de Vicente, hoy director de la revista "Año Cero" y antes redactor de "Muy Interesante" publicó en esta revista en 1988 uno de los primeros artículos aparecidos en prensa española donde se exponían las líneas maestras del movimiento de la Nueva Era. El artículo se subtitulaba "¿Renacimiento espiritual o montaje comercial?" que ya de por sí desvela una de las pautas por las que discurre la exposición. Escribe de Vicente: "… abruma la cantidad de anuncios que denotan la amplitud del mercado Nueva Era: alimentos y cosméticos naturistas, vitaminas y minerales, toda clase de equipamiento para ejercicio físico y psicofísiológico; cursos por correspondencia, cassettes y vídeos para todos los gustos; congresos, seminarios y conferencias; estancias o vacaciones saludables en centros nueva Era multiuso; cursos de sanación en Brasil o obre el "camino del guerrero" en Perú; viajes metafísicos a "lugares sagrados" de todo el mundo; artefactos de cuarzo y otros talismanes o acumuladores energéticos; miles de libros al año que incluyen unos cuantos "best-sellers" permanentes, como Shirley McLaine o Carlos Castaneda" (...) "La moda ha llegado al punto de que "New Age" es una mágica etiqueta que todos los fabricantes quisieran colocar en sus productos en la seguridad de que se venderán, siempre que puedan encajarlos en la nueva tendencia. ¿Nos enfrentamos a un nuevo engañababos del que la sociedad de consumo se vale para mantener atrapados a insatisfechos, revolucionarios y buscadores espirituales? La pregunta adquiere un preocupante sentido cuando hablamos de lo que desde hace más de una década se conoce como psychic business o negocio de la conciencia, un mercado en constante crecimiento desde los años 70, que abarca una amplísima gama de enseñanzas y prácticas psíquicas o espirituales".

No es raro que hayamos empezado por considerar la "Nueva Era" como una etiqueta comercial; para los más activos, para quienes tienen una mayor influencia y penetración en todo este movimiento así es efectivamente: la Nueva Era es un zoco en el que cada cual puede poner a la venta su producto, con la seguridad de que tendrá éxito a costa de que sepa imprimirle una buena dosis de originalidad y plantear una política de marketing adecuada al producto. No estamos hablando de vender alfombras o abanicos, estamos hablando de productos que son escuelas espirituales, terapias alternativas, sistemas de auyo-ayuda, cursos de esoterismo, aparatos para relajar la tensión, iniciaciones miríficas, etc.

Bien, dejando establecido que los antiguos contestatarios intentaron rentabilizar sus conocimientos, falta ahora saber en función de qué lo hicieron y cómo se produjo la transformación. El batacazo había sido muy fuerte. Los sectores más radicales y gesticulantes de la contestación fueron constantemente procesados y muchos de ellos visitaron las cárceles, ante la hostilidad creciente de un pueblo fundamentalmente conservador como el americano. El "proceso a los ocho de Chicago" considerados como responsables de los altercados producidos durante la Convención Republicana, fue el canto de cisne de la contracultura, el underground y la protesta. Aquello supuso un shock para toda una generación de contestatarios. Algunos buscaron razones para justificar su abandono de la militancia de manera elegante, presentándolo, no como una opción personal comprensible, un huir de allí donde hay riesgo, sino como una reflexión ideológica "en profundidad". Merilyn Fergusson, expuso lo esencial de esta rectificación: "El activismo social de los años sesenta y la "revolución de la conciencia" de los primeros años setenta parecían converger en una síntesis histórica: el advenimiento de una transformación social como consecuencia de la transformación personal, cambio de dentro afuera". Ya que era imposible conquistar el mundo exterior y transformarlo, porque el agente de la transformación no estaba aún transformado, había que partir de éste, convertirlo en un "hombre nuevo" que a su vez cambiara al mundo. La consigna era "el mundo cambiará cuando nosotros cambiemos". Pero ¿cuándo tenemos nosotros plena conciencia de qué hemos cambiado efectivamente? Y por lo demás ¿quien nos asegura que en el momento en que cambienos no cambiará también nuestra percepción sobre las necesidades del mundo?

La frase era una excusa brillante para luchadores desmovilizados y militantes cansados, pero solo era eso. En realidad esta tendencia estaba ya implícita en el movimiento de las comunas que sacudió Estados Unidos a lo largo de los sesenta. Las gentes de las comunas se veían incapaces de cambiar el mundo así que decidieron vivir conforme a sus principios, como si se tratara de refugiarse en un islote batido por los vientos y rodeado de hostilidad. Era la "moral de resistencia" de aquellas buenas gentes para las cuales la experiencia duró poco. Sin embargo, la idea de vivir según los propios principios y partiendo casi de cero, quedó en el ambiente como un bello proyecto. Solo sobrevivieron unas pocas comunas, fundamentalmente porque supieron ser viables económicamente y por tener a su frente a gurús reputados de estar en contacto con entidades sobrehumanas de las que recibían "canalizaciones"; desde la más remota antigüedad el poder nunca se discute si emana de una entidad superior a lo humano. Gracias a las "inspiraciones" y mensajes "canalizados" a través de Eileen Caidy, la Comunidad de Findhorn pudo transitar del período contracultural a la Nueva Era sin traumas y pasando a ser uno de los referentes del movimiento.

La moderación que fue adquiriendo el sector ex-contestario, fue a confluir con otras componentes que habían tenido pocas relaciones con ellos en tiempos anteriores. Por una parte existía toda una tendencia mística y teosófica, muy vinculada a los organismos internacionales fundados a partir de 1945. Una parte de la teosofía había intentado mantener relaciones con organizaciones mundialistas nacidas en el período de las entreguerras y luego asistieron entusiasmadas a laa fundación de las Naciones Unidas. Estos sectores pasaron completamente desapercibidos durante el período contracultural, pero no dejaron de estar en actividad y experimentar un relativo crecimiento. Derivados del pensamiento de Alice Ann Bailey, su moderantismo político no casaba bien con el radicalismo contracultural, pero luego, cuando entró en reflujo los moderados pudieron imponer sus criterios. Por otra parte, algunos admiradores del hinduismo, estaban situados en la misma línea. "Auroville", la utópica ciudad inspirada en el pensamiento de Sri Aurobindo, empezó a edificarse en 1968 con las subvenciones y el apoyo de distintos organismos de cooperación internacional.

Estos grupos no exigían militancia frenética y, en realidad, aun cuando tenían opinión política, eran más bien "grupos de meditación". Estaban convencidos de que reuniéndose a determinado momento, a una hora convenida, en todo el mundo, su meditación cóordinada contribuiría al establecimiento de la paz mundial y al advenimiento del tiempo nuevo. En 1987 tuvo lugar el primer Festival Mundial de Convergencia Armónica, pero los grupos inspirados en Alice Ann Bailey ya recitaban su "Gran Invocación Mundial", desde finales de los años cuarenta. Este festival fue llamado el "Woodstock de los 80" y sumando los participantes que acudieron a los 350 puntos de encuentro de los EE.UU. participaron probablemente doscientas mil personas, más de las 144.000 que su promotor José Argüelles consideraba necesario para obtener resultados apreciables... Diez años después los grupos de este tipo habían proliferado extraordinariamente, se habían extendido a todo el mundo y por todas partes surgían redes diferentes de meditadores. Lo cual no implicaba que las guerras y las catástrofes no proliferaran igual que antes.

La contracultura presenció una inflación de gurús llegados de oriente. Fue Maharishi quien comprendió que su clientela norteamericana no quería vivir el Nirvana después de un largo e intensísimo camino, sino que buscaba relajación y optimización de sus posibilidades humanas. Esto coincidió con nuevos rumbos de la psicología norteamericana, el planteamiento de una psicología transpersonal y fue a unirse con algo todavía más sencillo: la fiebre por la "auto-ayuda". Gurús orientales que vendían técnicas de relajación combinando la psicoterapia con la mística oriental, fueron a reunirse con psiquiatras disidentes del freudismo que vendían justo lo contrario, terapias psicológicas adobadas con un toque místico-ocultista y finalmente convergieron con autores de libros sobre "auto-ayuda" y "crecimiento interior". Esta tendencia es, con mucho, la que suscita un mayor favor entre las masas y la que está experimentando un crecimiento más sostenido. La idea de todo este sector era tan antigua como el pensamiento humano: conocerse a sí mismo.

Tampoco se había inventado nada nuevo en el terreno de la salud, todo se había limitado a rescatar corrientes terapéuticas que ya habían aparecido a mediados del siglo pasado y que tuvieron su mejor momento hacia finales del XIX. El desarrollo de la medicina oficial y sus éxitos arrinconaron a todo esta corriente que no terminó por desaparecer del todo. En los años sesenta se exportaron a Occidente algunas técnicas terapéuticas orientales que lograron cuajar, particularmente la acupuntura. Pero a principios de los años setenta la medicina oficial empezó a ser cuestionada desde todos los frentes, especialmente por lo que tiene de mecánico e inhumano su administración, fue entonces cuando algunos volvieron la mirada hacia esas técnicas antiguas y vieron en ellas una alternativa. Los inspiradores del movimiento de la Nueva Era agruparon todas estas técnicas en un mismo saco y lo etiquetaron como "medicina holística". "Lo holístico" se fue abriendo paso en la Nueva Era.

© Ernesto Milà – Infokrisis – Infokrisis@yahoo.eshttp://infokrisis.blogia.com

A cuarenta años de Mayo del 68 (I de XVI): Introducción

Infokriris.- En mayo del 68 ni siquiera había cumplido los 16 años y vivía en España al calor de mis padres disfrutando de mi condición de hijo único. No viví las barricas parisinas, pero recuerdo que entre mis amigos hablamos mucho de ellas. El tiempo hizo que pudiera conocer a algunos de sus protagonistas. Unos son suficientemente conocidos, los otros no. Ninguno militaba en la izquierda… y sin embargo estuvieron en las barricadas de mayo. En esta serie pretendemos exponer los motivos que tenía cada uno.

   

Hay demasiada gente que cuenta que estuvo en el Odeón y en la Sorbonne, que sostiene que se manifestó en la calle Gay Lussac en la llamada “noche de las barricadas”. Muchos mienten o bien han reconstruido sus recuerdos y los han adaptado a su necesidad de quererse protagonistas de la historia.

Cuando se cumplen aniversarios redondos de los hechos mayo del 68, inevitablemente aparecen nuevas obras firmadas por excombatientes que aspiran a defender su estatus y a arrogarse de más medallas de las que en justicia les corresponde. Y en este tema se cumple de nuevo el axioma hermético: “los que hablan no saben y los que saben no hablan”. Afortunadamente, nosotros hemos podido conocer a algunos que “saben”. Lo que vamos a contar no gustará a los excombatientes del mayo parisino; es como decirles: después de cuarenta años de contarnos milongas, ahora va a resultar que fuisteis unos pobres diablos manipulados la inmensa mayoría y unos infames traidorzuelos otros. Menuda peña.

En este cuarenta aniversario de los hechos de mayo, algunos vamos a contar una historia que va a chocar a muchos. No es la habitual hecha de heroísmo apasionado, romanticismo militante y combate contra molinos de viento. En lector verá junto a retórica épica, la ingenuidad de la mayoría de protagonistas.

Una historia de mayo políticamente incorrecta

Aquello fue un juego de niños porque, en buena medida, muchos de sus protagonistas eran mentalmente, al margen de su edad biológica, niños perdidos en sus delirios antisistema, mera sublimación de la revuelta edípica contra papá-sistema.

Contrariamente a lo que han ido contando algunos de sus protagonistas (especialmente en el 10º aniversario de mayo 68), aquella sucesión de disturbios –ni fue una revuelta, ni mucho menos una revolución- más o menos concatenados que ocuparon el mes de mayo hasta las vacaciones estudiantiles, no puso en peligro a nadie. La mayoría de sus protagonistas fueron, simplemente, marionetas de poderes que desconocían y que los utilizaron como carne de cañón. Sólo unos pocos eran más o menos conscientes de quien movía los hilos, otros creían firmemente en el “espontaneísmo de la acción revolucionaria desde la base” y en “la capacidad de autoorganización de la clase obrera y de los estudiantes para abatir el sistema”… Pobres diablos todos ellos. A nuestros 16 años, ya intuíamos desde nuestro hogar barcelonés del Eixample, que la clase obrera no tenía otro anhelo que alcanzar un estatus burgués.

Hubo en aquellas jornadas mucho de marxismo extraño, dogmático, más rígido que un cuello almidonado, mal digerido, con pretensiones “científicas” y gesticulaciones ultra revolucionarias y mucho menos de aportaciones y análisis ideológicos nuevos.

Algunos textos divulgados en mayo del 68 destilaban ya entonces la increíble tristeza del marxismo de manual, más o menos extremista, más o menos sofisticado, más o menos bien envuelto en la estética contestataria; un marxismo que fue a partir de mediados de los años 60, indiscutible en las universidades. Y era indiscutible porque los distintos dialectos marxistas tenían como denominador común la intolerancia. Era la parte del extremismo que tanto gustaba a los contestatarios.

¿Imaginación al poder?

A los 10 años de la revolución de mayo, Alain de Benoist explicaba en Nouvelle Ecole que si algo faltó en mayo del 68 fue precisamente la tan cacareada imaginación que los contestatarios aspiraban a entronizar en el poder. Fíjense ustedes en la “novedad” del programa contestatario que no era otro que el tan ajado eslogan de “libertad, igualdad y fraternidad” puesto en el frontispicio de la revolución francesa dos siglos ha y que la revolución de octubre de 1917 ya había intentado actualizar cincuenta años antes de los sucesos de mayo y que redescubrieron los activistas de mayo 68. Créanme si había algo que faltaba en todo esto, era imaginación. Y sobraba irracionalidad infantiloide y superficial.

Pero no todo en nuestro análisis va a resultar negativo. El que toda la “revolución” fuera apenas un juego de niños díscolos no implica que el estallido constituyera el primer chispazo del “tiempo nuevo”. En toda Europa, la posguerra termina en mayo del 68. En ese momento irrumpen como veinteañeros jóvenes que no han conocido la II Guerra Mundial y que se han criado al calor de una serie innovaciones culturales: el rock, la minifalda, la píldora, el LSD… Crecidos en el ambiente protector de sus padres y en un momento de bienestar económico casi continuo (que se truncaría con la primera crisis del petróleo en 1973), pudieron permitirse el lujo de ser diletantes.

No hubo una contestación, hubieron dos. La primera era cultural y tenía mucho que ver con el underground que venía de los EEUU y cuyas raíces en buena medida estaban en intelectuales y artistas del siglo XIX europeo. Esta componente era, sin duda, la culturalmente más interesante. Pero había otra casi siniestra. Era la componente marxista.

El marxismo fue en la contestación una especie de forúnculo situado en el lugar más doloroso de la anatomía humana. Generó una fiebre extremista que se contagió entre buena parte de los contestatarios y los llevó por el camino de la acción política revolucionaria de la mano de aventureros políticos, manipuladores al servicio de todos los servicios de inteligencia que los compraron a bajo precio,  embarcados en las más rocambolescas aventuras políticas: desde la Banda Baader Meinhoff hasta el maoísmo pasando por el revival anarquista hasta la recuperación del más espeso y dogmático trotskysmo. El marxismo era tan inactual en 1968 como lo fue luego cuando empezó a desmoronarse en toda Europa diez años después, estaba tan demodé entonces como cuando se echó la piqueta al Muro de Berlín. En gran secreto de los diez años que median entre 1968 y 1978 es cómo el marxismo logró enmascarar un fracaso que entonces ya era demasiado evidente. No es que en 1989, cuando cayó el muro de Berlín, hubiera surgido una crítica nueva al marxismo o que, en ese momento, se hubiera demostrado un desfase entre la realidad y la interpretación que el marxismo se había de esa misma realidad. De hecho, los críticos del marxismo no individualizaron nuevos argumentos en contra de esta doctrina. Desde la aparición de Sociología del Marxismo de Jules Monerot en plena postguerra o de la obra del neo-socialista belga, Henri de Man ¡en los años 30!, es imposible encontrar más argumentos contra el marxismo… Era como esos cadáveres a los que les seguían creciendo el pelo y las uñas días después de haberse producido la muerte.

Diez años después de mayo del 68, ya no quedaba nada del underground norteamericano, buena parte del cual se había reconvertido en New Age y otra parte estaba en camino de la reconversión que haría de ellos a los famosos neo-con norteamericanos y llevaría a algunos europeos a las cancillerías de la mano de los muy moderados y neocapitalistas partidos socialdemócratas.

¿Qué hacían neofascistas en las filas de la contestación? ¿Por qué cada estallido revolucionario servía únicamente para reforzar la posición de aquellos a los que se trataba de derrotar?

Mayo del 68 no dejó ninguna huella apreciable porque fue un fenómeno tan absolutamente superficial que por definición estaba impedido para proyectarse en el futuro como no fuera en la imaginación de sus protagonistas. Se ha escrito demasiado lirismo sobre mayo del 68; se le ha comparado a una tormenta veraniega que en pocos minutos lo destroza todo a su paso y, a los pocos minutos, un sol radiante y un cielo limpio, hacen olvidar las tensiones precedentes. No es nada de eso. Mayo del 68 ni fue una tormenta tropical, ni siquiera un sirimiri. Como máximo puede ser comparado a un riego por aspersión que solamente se inicia cuando una mano abre la llave de paso y termina cuando la misma mano la cierra.

Mayo del 68 no fue apenas nada, sólo un mito que ya va siendo hora de descuartizar. Tal es el objetivo que nos hemos propuesto.

La verdadera revolución francesa no tuvo lugar en mayo del 68 en la Sorbonne y en Nanterre, en el Latino y en el Odeón. Eso fue –lo hemos dicho- cosa de un grupo de niños díscolos y malcriados en la opulencia. La verdadera revolución tuvo lugar treinta y siete años después en los suburbios de Francia protagonizada por la inmigración. A fuerza de mirar hacia atrás, los contestatarios de mayo del 68, canosos, panzudos y barrigones, ya ni siquiera son capaces de percibir los verdaderos problemas del presente. Es una pena, andar durante cuarenta años permanentemente desenfocado.

© Ernesto Milà – Infokrisis – Infokrisis@yahoo.eshttp://infokrisis.blogia.com