Blogia
INFOKRISIS, el blog de Ernest Milà

365 QUEJÍOS (210) trans-post

365 QUEJÍOS (210) – TRANSHUMANISMO Y POSTHUMANISMO (1)

Me quejo de que el “humanismo” esté sobrevalorado, siga apareciendo como “valor occidental” cuando ya no es más que un despojo. Nacido de la crisis de la escolástica medieval, los puntales del humanismo son la exaltación de la naturaleza humana. Cuando José Antonio Primo de Rivera decía que el “hombre es portador de valores eternos” se hacía eco de esta larga tradición humanista que se había extendido y conquistado incluso el corazón del mundo católico del siglo XX con personajes como Jacques Maritain o Charles Peguy terminando en el personalismo versión 2.0 de Emmanuel Mounier. La doctrina fue situada en el centro de la filosofía política del catolicismo por Paulo VI y confirmada por Juan Pablo II. Lo reconozco, es una doctrina que nunca he compartido por culpa del vecino del quinto, que tiene forma humana, disfruta de todos y cada de los derechos humanos, tiene el mismo DNI que yo, pero me temo que es cualquier cosa menos “humano”: homínido, quizás, hominicaco, seguramente. Me induce a este criterio su falta de educación, de sensibilidad, sus modales más próximos a la animalidad que a lo humano y el hecho de que, aparentemente, no porte más valores que su estupidez. Estoy seguro de que todos vosotros habréis tenido también a un cretino de este calibre que os haya hecho dudar de su humanidad. ¿Se nace “humano”? Sí, pero luego todo el mérito consiste en demostrar que “se es humano”. Y, vosotros sabéis también como yo, que no todo el mundo lo consigue porque es mucho más fácil comportarse como animalicos. Así que, si se me permite, rectificar la frase de José Antonio, diría que “el hombre es portador de valores eternos, pero hay humanos a los que difícilmente se les podría otorgar el título de mamíferos, sino el de mamoncillos”. Así pues, partamos de esta premisa: si el humanismo ya no se adapta al “tiempo nuevo” es, precisamente, porque el ser humano se ha autodesvalorizado, involucionando hacia la animalidad. Hay animalidad allí donde la cultura se ha retraído. No es el momento de explicar los procesos que han llevado a ese repliegue de la cultura, sino simplemente de constatarlo.

SEGUIR LEYENDO EL POST

0 comentarios