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INFOKRISIS, el blog de Ernest Milà

Carta a un nacionalista .cat

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Infokrisis.- Querido nacionalista: Te escribo cuando sin duda estás asistiendo a la peor crisis de la opción política que defendías desde tus tiempos de scout o desde que estudiabas en las Escuelas Virtelia o eras compañero mío en los Escolapios. El hecho de que hayamos pasado por algunos territorios comunes y que no te considere fundamentalmente una mala persona, sino como máximo, un pobre incauto, es lo que me anima a escribirte hoy.

Durante décadas, elección tras elección has votado a CiU, has hecho oídos sordos a las pocas noticias que se filtraban en Cataluña sobre la honestidad, moralidad y ética de quienes dirigían ese partido y has decidido que un catalán “de seny” solamente podía apoyar la opción que te parecía más razonable en tanto que defendía los intereses de Cataluña, su forma de ser y su tradición. Y, bruscamente te enteras de que la cúpula del partido al que entregabas tu confianza, te ha traicionado. Más aún, empiezas a entrever, que te han utilizado, que una banda de desaprensivos se ha envuelto en los colores de la bandera catalana y, nuevamente, ha utilizado “el patriotismo como trinchera de los bribones”.

Sí, han jugado con tus sentimientos y con tu instinto de arraigo en la tierra que te ha visto nacer. Pero han hecho algo peor, algo que todavía no entrevés: han falseado la tradición catalana, la han retorcido para mayor gloria de sus negocios y la han intentado separar del resto de la tradición española. Porque, aunque no te lo parezca todavía, el mayor delito del gang Pujol (¿por qué llamarlo “clan” cuando todos pertenecemos a algún clan familiar? Cuando todo el “clan” se pone de acuerdo para delinquir, lo que estamos es ante un gang mafioso, una banda de gánsters sin escrúpulos que ha saqueado a todo un pueblo; ¡empecemos a llamar a las cosas por su nombre¡) no es haberse lucrado; se roba a quienes se tiene cerca, a ti, a mí, a nuestros vecinos y nuestros conciudadanos en un período histórico; el gang Pujol es todavía más culpable por que ha traicionado a la Nación a la que pertenece Cataluña. Una “nación” es algo más que una generación que coincide en el tiempo, es el discurrir de generaciones, es pasado, presente y futuro, es el conjunto de esfuerzos de todos los que han contribuido a crear esa unidad histórica a lo largo de la línea del tiempo.

Ya sé que no puedes admitir eso. Se empezó definiendo a Cataluña como “nacionalidad”, lo cual es cierto a condición de ponemos antes de acuerdo en los contenidos de este concepto. Está claro que una tierra sobre la que se habla un determinado idioma, es una “nacionalidad”. Pero las cosas no son tan simples. El problema es doble: en primer lugar porque desde hace mucho en Cataluña se habla, catalán y castellano. Dicho de otra manera, existen dos identidades en Cataluña, generadas por la riada de migraciones que viene registrando esta región geográfica desde hace mucho tiempo, motivada por las necesidades y ambiciones económicas de la burguesía catalana que desde hace tiempo son muy superiores a su capacidad para procrear. Por eso han llegado millones de españoles procedentes de otras regiones a Cataluña, porque hace más de dos siglos empezó a demostrar una vitalidad industrial superior a otras zonas del Estado.

El hecho de que existan dos identidades coexistiendo en Cataluña no es algo negativo, ni bochornoso para nadie. Tampoco implica necesariamente la aparición de tensiones. Aparecen cuando aparecen los nacionalismos y especialmente, en la Cataluña actual, cuando una de las dos identidades intenta imponerse sobre la otra. Algo que no tiene porqué ocurrir necesariamente y que cuando ocurre es porqué una parte aspira a ser hegemónica y asfixiar a la otra.

BANCA CATALANA: LA MADRE DE TODAS LAS CORRUPTELAS

Si Franco, al llegar a Cataluña, hubiera aceptado una vertebración del Estado como la que proponía el carlismo (fuerte en Cataluña desde el siglo XIX) en base a los “fueros” y si la lengua catalana hubiera podido expresarse de manera natural en lugar de ser considerado como sospechoso de masonería, republicanismo y separatismo (¡cuántos catalanes que hablaban y pensaban en esa lengua –entre ellos mi padre– se vieron obligados a cruzar la frontera francesa clandestinamente, entrar en España de nuevo por Irún! ¡Cuántos catalanes murieron defendiendo la opción franquista!), es posible que nadie se hubiera acordado nunca más de revitalizar el nacionalismo catalán en la postguerra.

Pero hubo uno que vio en ese recurso emotivo y sentimental, una posibilidad para medrar a costa de tontos útiles como tú. Se llamaba Jordi Pujol y su propio padre le enseñó cuál era el camino: ya que no había redaños para emprender la vía de la clandestinidad, ya que construir células ilegales parecía muy arriesgado y era tarea de los que solamente tenían imaginación y valor para hacer eso en defensa de sus ideales, él intentaría eludir el camino de la política y limitarse a “hacer país”. Fue entonces cuando, para demostrarlo, constituyeron, padre e hijo, Banca Catalana.

Cuando acaba el período franquista, el nacionalismo en Cataluña no suponía socialmente nada. Desde 1964 había prensa catalana que se vendía en las calles. Es cierto que el semanario Tele|Estel, publicado por DOPESA, no estaba subvencionado y que se vendía bien, acaso por su amplitud de miras o porque el editor no estaba contaminado por la fiebre nacionalista. Otras publicaciones como Presencia, en cambio, que se querían portavoces públicos de las corrientes políticas de izquierdas y nacionalistas, encontraban más dificultades para salir adelante. En 1940 –repito, en 1940– la Caixa había editado el primer libro que se publicó en catalán en la postguerra, una recopilación de versos de Verdaguer, y a mí, en el curso 62–63 en el Colegio de los Escolapios de Balmes,  el “pare Pedemonte” nos daba una hora de catalán a la semana. Todo esto era poco pero te demuestra que la peor persecución que hizo el franquismo fue no subvencionar, ni promover la lengua catalana. Sin olvidar, por supuesto, que, un servidor que en su infancia se movía por el Penedés, oía hablar catalán en los años 50 y 60 en esas zonas mucho más que en la actualidad.

Acabado el franquismo, Banca Catalana ya tenía un respetable número de clientes y empresas que imponían allí sus depósitos y realizaban sus negocios utilizándola como operador. El problema era que, desde muy pronto, Banca Catalana desviaba cantidades descabelladas del dinero de sus impositores hacia determinadas asociaciones de carácter político–cultural que iban difundiendo un clima nacionalista en la sociedad. Pujol se estaba pagando la campaña electoral... Pujol no fue procesado por dos motivos: en primer lugar porque supo llegar a la primera de las sucesivas componendas que la arquitectura constitucional le permitía y que se reducía a esto: “manos libres en Cataluña a cambio de apoyar a quien gobernara en Madrid”. Así se hizo durante treinta años. En segundo lugar, porque gentes como tú, pobre y triste nacionalista, nunca llegasteis a creer que la descapitalización de Banca Catalana (la madre de todas las corruptelas del gang Pujol) fuera un delito, sino que os tragasteis con una ingenuidad pasmosa que las medidas judiciales contra Pujol eran un “ataque a Cataluña”. A partir de ahí, el gang Pujol perdió todo sentido de la medida y de la ponderación y llegó a exigir el 20% de los contratos de obra pública y de los contratos con la Generalitat.

No podías creer que aquel hombre cuyo único mérito había consistido en organizar una protesta en el Palau y haber pasado unos meses de cárcel, era un poca solta, un sinvergüenza educado para ser eso y nada más que eso y que además iba a educar a sus hijos para seguir la tradición... No podías creer que aquel hombre al que se le llenaba la boca hablando de Cataluña y predicando ética, buen sentido y patriotismo, fuera un simple vendedor de humo que vendía la “marca Cataluña” con la habilidad con la que un charlatán vende un crecepelo o con la insistencia utilizada en Teledienda para colocar el producto más absurdo.

He visto en algunos de vosotros discurrir lágrimas por vuestras mejillas cuando os han recordado que Companys se descalzó para pisar tierra catalán cuando fue fusilado. He visto la emoción en otros cuando os han repetido el “Catalans, Catalunya” o cuando han cantado la habanera llegaba al estribillo de “Visca Catalunya, vista el Catalá”… En el fondo, como todo nacionalista, eres emotivo y sentimental. Pujol te ha manipulado apelando a esta parte blanda y romántica de ti mismo. Tú crees que eres nacionalista, pero antes que nacionalista eres víctima de una serie de engaños encadena que han permitido al gang Pujol y a las cúpulas de CiU llegar a convertir a Cataluña en la zona más corrupta de todo el Estado.

UNA “NACIONALIDAD” NO ES UNA “NACIÓN”

La primera mentira fue semántica. Una “nacionalidad” (y Cataluña si es algo es una “nacionalidad”) no es lo mismo que una “nación”. Al término nacionalidad se le dan distintas acepciones. No es lo mismo “tener nacionalidad” que “pertenecer a una nacionalidad”. La “nacionalidad” que aparece en el pasaporte, no es lo mismo que el concepto histórico de nacionalidad. La “nacionalidad”, hablando con propiedad, es simplemente una parte de un conjunto mayor, habitualmente un Reino o un Imperio, en el que sus gentes son reconocibles por algún rasgo antropológico y cultural, básicamente el lenguaje común. Aun a pesar de que la observación de la realidad catalana actual indica que existen sobre ese territorio dos “identidades” y dos grupos lingüísticos, puede admitirse con alguna reserva mental, que Cataluña sea una “nacionalidad”. Lo que nunca ha sido, es una “nación” y ahí es donde te han engañado.

El concepto de “nación” aparece en la historia a finales del siglo XVIII y de la mano de la Revolución Francesa. Antes lo que existía era “el Reino”. La Nación nace con el chasquido de las guillotinas y con los disparos de los kentuckys de la Revolución Americana. ¿Vale la pena que te recuerde, pobre nacionalista, que el siglo XIX fue el siglo más español de Cataluña? Se inicia con la resistencia heroica de los menestrales de Barcelona a la ocupación napoleónica y el rechazo generalizado al emperador que había ofrecido a Cataluña un estatuto especial… en Francia. Rechazo reiterado en el Bruc, en los sitios de Gerona y en la sublevación de los menestrales. Sólo unos años antes, Cataluña se había movilizado masivamente contra los jacobinos. Después volvería a movilizarse para impedir la independencia cubana.

¿Fue Cataluña un reino? No, lo que te han hecho llamar “confederación catalano–aragonesa” nunca existió. Lo que existían eran lazos dinásticos y feudales de lealtad entre el Reino de Valencia, el Reino de Aragón, el Reino de Mallorca y los condados catalanes… Esos condados catalanes siempre (como todo condado) fueron feudatarios de alguien, nunca fueron independientes en el sentido que se atribuye hoy a la palabra independencia. Y, por supuesto, los distintos condados catalanes, nunca tuvieron ni la más remota idea de constituir una “nación”… concepto que aparece siglos después en la historia.

¿Y antes? Para algunos historiadores nacionalistas, el hecho de que en un momento dado, los romanos a efectos de administración del territorio constituyeran la división Tarraconense, o que en el período anterior a la “pérdida de España” con la invasión musulmana, se produjera en parte del actual territorio catalán y en la Septimania, la revuelta del “conde Paulus”, han sido utilizados como infantiles precedentes de la “nación catalana” y de su “deseo secular de independencia”. La Cataluña del abad Oliva es heredera del Reino Visigodo de Toledo y los primeros núcleos de la Reconquista en los Pirineos nacen con la misma intención que los núcleos astures: la recuperación de la unidad del Reino visigodo. En cuanto a la colonización romana, su sentido geopolítico les hizo llamar a todo el conjunto peninsular Hispaniae y las distintas divisiones territoriales en las que dividieron ese conjunto, nunca tuvieron nada que ver con algo parecido a unidades “nacionales”.

No vamos a entrar en la cuestión de fondo que supuso la entrada de los Borbones en la historia de España, pero sí recordarte que hubo catalanes que apoyaron a la dinastía francesa, como los hubo otros, mayoritarios, que apoyaron a los Habsburgo. Pero ni los primeros luchan “por España”, sino por la dinastía borbónica, ni los otros lo hacían por la “Catalunya Lliure”, sino por un imperio español con un Habsburgo al frente. Si te has creído esa historieta de que el pobre Rafael de Casanova era un nacionalista catalán, simplemente el que te lo ha contado te ha engañado.

Tú eres nacionalista. Exaltas a lo que consideras tu nación. Vale la pena que te preguntes cómo apareció esta doctrina en Cataluña. Te han dicho que fue con la Renaixença y que la Oda a Cataluña de Buenaventura Carlos Aribau supuso el pistoletazo de salida. Y, por supuesto, te han engañado. Aribau apenas escribió nada en catalán y el poema en cuestión fue un intrascendente encargo para el aniversario del financiero Gaspar de Remisá que, como él, vivía en Madrid… El nacionalismo catalán no fue un fenómeno de recuperación cultural sino de acumulación de capital por parte de un sector de la burguesía residente en una determinada zona del Estado.

Existió burguesía catalana pujante porque existió proteccionismo para los productos fabricados en Cataluña durante un largo período del XIX. Pero cuando la burguesía catalana se sintió lo suficientemente fuerte, simplemente creó el nacionalismo utilizando elementos dispersos en la antropología catalana, creando directamente otros, y todo ello para que el entramado emotivo y sentimental y el recurso a la “patria chica” les permitiera una mayor autonomía en la administración… de sus caudales y de su patrimonio.

DE LA MANIPULACIÓN HISTÓRICA A LA HISTORIA FREAKY DE CATALUÑA

Hacía falta buenas gentes como tú, con sentimientos a flor de piel, que experimentaran el arraigo en la “patria chica” como una fuerza de atracción que generara un patriotismo de tal manera que quien pronunciara la palabra “Cataluña” con el énfasis suficiente fuera inmediatamente reconocido como “salvador de la patria” y “redentor del pueblo”. Los dineros del Conde de Güell sirvieron para crear una cultura catalana a medida y para justificar la hegemonía político–económica de la burguesía catalana; en ocasiones esa “cultura” era incluso grotesca. Gentes como tú, querido y pobre nacionalista, estaban sentados en la platea mientras Eusebio Güell i Bacigalupi, explicaba con una seriedad pasmosa en el discurso inaugural de los Juegos Florales de 1905 que el catalán era más antiguo que el latín y derivaba del idioma que todavía se habla en los Alpes Rhéticos… Todos los presentes le aplaudieron a rabiar a pesar de la enormidad de la teoría. Todos (y entre ellos estaban los grandes nombres de la cultura catalana de la época cuyos nombres omitimos por pudor y para no avergonzarte un poco más) quisieron creer al conde que su entorno conocía como “patricio” y como “prócer renacentista”. Otros nacionalistas, más moderados ellos, sostenían que el catalán era una lengua galo–romance simplemente porque eso parecía dar más cuerpo a la teoría de una Cataluña que nunca había tenido nada que ver con España. Hoy, por cierto, no hay un solo lingüista que se atreva a defender este origen y se acepta unánimemente que el catalán es una lengua hispano–romance.

Sin olvidar a otro “prócer”, el archivero Próspero Bofarull, preocupado por falsear sistemáticamente el listado de colonizadores del Reino de Valencia y por destruir documentos históricos que contradecían las tesis nacionalistas. Bajo el rectorado de Bofarull al frente del Archivo de la Corona de Aragón desapareció, sin ir más lejos, el testamento del Buen Rey Jaume I, que mencionaba explícitamente a Barcelona como condado feudal, sin mencionar a Cataluña. Sin olvidar el Libro de Hechos de Armas de Cataluña datado en 1420, pero escrito en el siglo XVII en el que se han basado algunas de las falsificaciones históricas enseñadas hoy en las escuelas, falsificación que descubrió un historiador próximo al nacionalismo y no un españolista recalcitrante, Miquel Coll i Alentorn.

Desde entonces, los dirigentes del nacionalismo, han aprendido bien la lección y saben perfectamente que es posible crear una historia a medida con la que encandilar a un pueblo y lograr que te vote de corazón. Se empieza alterando la historia ligeramente para lograr un esquema que beneficie a las propias pretensiones y se termina en el reino de la anormalidad, lo chusco y la chabacanería, afirmado que Colón, Santa Teresa, Cervantes eran catalanes de soca i arrels y que Leonardo pinto la Mona Lisa al pie de Montserrat. Siempre hay algún freaky que está dispuesto a llegar hasta el final en el camino emprendido por otros, especialmente cuando la Generalitat subvenciona con cargo a tus bolsillos la búsqueda de las más inverosímiles y paletas afirmaciones históricas.

Eres una víctima de la gente en la que has creído hasta ahora. Sí, no solamente te han robado, sino que además te han tomado el pelo. Tus líderes, tus inspiradores, tus “molt honorables”, tus historiadores, buena parte de tus folkloristas simplemente te han contado historias que luego no se correspondían sino mínimamente con la realidad y a las que te aferrabas pensando que los españoles son como diablos, cuya única intención es robar, engañar y esquilmar a Cataluña. Y un buen día, pobre nacionalista de base, te levantas y te enteras de que, precisamente los que te han imbuido estas ideas, mira por donde, han estafado, robado, conspirado, engañado y extorsionado precisamente con dinero de los catalanes y han exigido más a España, no para repartirlo entre tú y yo y tantos otros catalanes de a pie, sino para mayor gloria de sus trapacerías.

LA PERCEPCIÓN SOBRE CATALUÑA HA CAMBIADO GRACIAS AL GANG PUJOL

Tú que has gritado contra el procesamiento de Pujol por el Caso Banca Catalana, tú que has mirado a otra parte cuando desde hace décadas se sabía que en Cataluña no existía el más mínimo recato en la práctica del nepotismo y de las corruptelas, tú que te has manifestado los últimos 11–S con el “Espanya ens roba” y que crees que si no votas el 9–N te están escatimando un derecho básico (como si las naciones se crearan y se destruyeran mediante una consulta en la que la pregunta es tan opaca como la intención de los convocantes), tú no eres más que un pobre diablo al que un grupo gansteril aureolado de “honorabilidad” y vendedor de “ética”, ha tomado el pelo persistentemente durante 30 años…

Todas las ideas merecen un respeto y todos los tontos el reconocimiento de su tontería. Por eso te escribo. Desde tiempo inmemorial tus jefes y los inspiradores originarios de tus jefes, los Güell, los Prat de la Riba, los Cambó, han sostenido que Cataluña era la “parte seria del España” y que, por tanto, reivindicaban el derecho a dirigir España. Y lo decían con cierto desprecio hacia el Sur de España. Pues bien, hoy, gracias a la gestión de esos dirigentes nacionalistas, la parte más parecida a Cataluña es precisamente Andalucía. Ambas, en efecto, son rivales en corrupción, la diferencia quizás estriba en que la presidente de la Junta de Andalucía no se aureola del título grotesco, pomposo y pretencioso de “molt honorable”. Ambas autonomías son rivales en persistencia de castas locales que han acaparado el poder durante décadas siendo, a la postre, inamovibles. Ambas tienen idénticas tasas de paro, especialmente de paro juvenil, su gran carta económica es el turismo, no la industria. Y ambas tienen a sus clases políticas entrando y saliendo de los juzgados… sin que esto afecte mucho a los resultados electorales. Nunca Cataluña ha sido tan parecida a Andalucía como durante los gobiernos del gang Pujol.

Lo triste –y de lo dice alguien con raíces catalanas– es que, a partir de ahora, un catalán no va a ser considerado como un ser especial, serio y trabajador: la caída del gang Pujol lo ha convertido en pura irrisión. Francesc Pujols, una de las personalidades las exuberantes del siglo XX catalán, decía aquello de que “llegará el día que los catalanes cuando viajen por el mundo lo tendrán todo pagado…”. Pues bien, hoy Cataluña es conocida en todo el mundo, como el jardín privado de un gang familiar, de una banda de salteadores de caminos, sin escrúpulos y con habilidades delincuenciales transmitidas de abuelos a nietos, que consiguieron tomar el pelo al electorado durante tres décadas y lograr, hacer que los catalanes, metafóricamente, además de hacer de putas, pagaran la cama. Te has convertido, querido amigo, en una broma siniestra. El hereu, els nebots, la tieta, las puvillas y els fadrins Pujols, el pare i la mare, tots plegats, era una colla de poca soltas. Tú que dominas el catalán sabes perfectamente lo que quiere decir todo esto, para tu bochorno y oprobio.

TRES ACTITUDES VITALES Y SÓLO UNA ACTITUD LÓGICA

A partir de ahora pueden ocurrir varias cosas. La primera que actúes como los nacionalistas vascos que decían en relación a ETA: “son unos hijoputas, pero son nuestros hijoputas”. El gang Pujol, en efecto, son todos unos chorizos… pero son “nuestro chorizos”. Puestos a que te roben, igual piensas, mejor que te robe uno de tu tierra. Así pues, el gang Pujol tiene una disculpa, porque todo lo que han hecho ha sido, sí, por sus bolsillos, pero han aportado un gran impulso al nacionalismo catalán que ha dominado la política catalana en los últimos treinta y tantos años y han abierto el camino hacia el independentismo. Sigue votando a CiU y olvídate del mundo vivo y cambiante de la realidad; no es para ti.

Lo segundo es que pienses, “si el nacionalismo y sus líderes nos han traicionado, nos han engañado y nos dejado en ridículo… pero “Espanya ens roba” y, por tanto, quiero llegar hasta el final en el camino a la independencia. Ya no votaré más a CiU, sino que, a partir de ahora lo haré a ERC”… Si eres de estos, medita sobre lo que voy a decirte: la honestidad y la defensa de la verdad están por encima de cualquier otro valor humano. Todos, absolutamente todos los cuadros dirigentes de ERC sabían perfectamente de las corruptelas del gang Pujol (y falta saber si en sus siete años de tripartito no llegaron a actuaciones similares, lo cual es más que probable). Las han ocultado como el hermano del violador que oculta las vergüenzas de su familiar porque podría perjudicarle. ERC ha evitado siempre torpedear a muerte al gang Pujol en la creencia –no desencaminada por otra parte– de que una mancha infamante sobre el nacionalismo repercutiría negativamente en el proceso independentista.

Para ERC la independencia se sitúa por encima de la honestidad, de la legalidad. Si opinas lo mismo y eres uno de estos Maquiavelos con barretina, pon el adhesivo con el burro catalán en tu vehículo, proclama que Cervantes era catalán y que se descubrió América gracias a un catalán… y ya puestos, vota a ERC. Ahora bien, si crees que de la corrupción absoluta no puede nacer nada bueno y eres consciente de que ERC es muy parecida a CiU y que sus ideales son idénticos, entonces vete con cuidado porque el hecho de que hasta ahora no se haya publicado nada sobre la gestión de los tripartitos catalanes con presencia de ERC, no quiere decir que estos sean unas almas cándidas. Nacionalismo, independentismo, no son muy diferentes en Cataluña, tienen personajes intercambiables (Ángel Colom, puede ser tanto secretario general de ERC como paniaguado de La Crida subsidiada por CiU, como jefe del Partit per l’Independencia, como el funcionario “diplomático” de la Generalitat en Rabat destinado a atraer a contingentes de inmigrantes marroquíes a Cataluña; “Sis Ales” está allí en donde está la VISA Oro. Por no hablar de la Rahola, aquella de “no sabe usted con quien está hablando”, la defensora más cerrada y patética de la “honorabilidad” que les ha salido a los Pujol hasta ahora…

Finalmente, si eres una persona que todavía sitúa la honestidad y la bonhomía por delante de la emotividad y el sentimentalismo nacionalista, es posible que, a la vista de todo lo que ha salido estos días a la superficie, tiendas a razonar a la manera socrática “si el gang Pujol son unos bribones, si han jugado con mis ideales y mis ilusiones, si me han engañado, siendo el peor tipo de estafadores, los estafadores a todo un pueblo, son por tanto son carne de presidio”. A partir de ahí tienes la posibilidad de desandar lo andado, repensar todo lo que has creído en las últimas décadas y saber si eres capaz de realizar un esfuerzo de honestidad intelectual que te llevará –no lo dudes– a posiciones radicalmente diferentes a las que hasta ahora tenías como ciertas.

Creo que solamente unos pocos –me alegraría que fueras tú, francamente– optarán por esta tercera opción. No tengo la menor duda de que CiU es ese tipo de “partidos cadáver”, próximos a que su tiempo concluya y que difícilmente llegarán a las próximas elecciones municipales y a las elecciones autonómicas que, sin duda, se adelantarán. Te escribo pocas horas después de que Artur Mas augurara que en los próximos días hará falta demostrar más “fortaleza psicológica” ante el aluvión de nuevos datos sobre corruptelas y desgobierno de la Generalitat que vendrán. CiU va a contar muy poco a partir de ahora, ni en la política catalana, ni para la gobernabilidad del Estado. Lo que hasta hace poco era su fuerza y la salvaguardia para que sus exacciones no salieran a la luz pública, se ha disipado. Si CiU ya no es nada, ni va a volver a ser nada ¿para qué evitar hacer públicas sus vergüenzas? Si ya no va a poder garantizar la gobernabilidad del Estado apoyando hoy al PP y mañana al PSOE, mejor descargar contra él las iras de la opinión pública y, hasta de paso, se puede torpedear el proceso soberanismo por ellos emprendido.

En cuanto a ERC hasta hace poco era la única “opción de protesta” en Cataluña, junto a Ciutadans… pero allí también ha aparecido Podemos y si bien ERC, de manera inmediata se va a convertir en clave para la gobernabilidad de Cataluña, su tiempo pasará pronto por incapacidad para pilotar un improbable proceso independentista que sería suicida para Cataluña y para la sociedad catalana. Pero esta es otra historia.

Quiero terminar con una última acusación. Te han tomado el pelo, pero la culpa no es íntegramente de CiU ni de su clase política dirigente, ni de unos medios de comunicación locales ultra–subvencionados sin los cuales no hubiera sido posible mantener la impunidad del gang Pujol durante tanto tiempo, hay otras responsabilidades que ni tú ni yo podemos perdonar ni olvidar. Como español me resulta bochornoso que todas las miserias de la Generalitat (y las que saldrán de aquí al 9–N) han emergido simplemente como cortafuego al proceso independentista. Si Artur Mas hubiera mantenido la prudencia y se hubiera dejado de maximalismos independentistas, es lícito pensar que Cataluña hubiera seguido siendo esquilmada ad infinitum por el mismo gang y sus secuaces. La tontería se paga y Artur Mas tiene toda la vida para preguntarse por qué no pasó a la historia de la independencia de Cataluña pero si fue el detonante para que el gobierno central abriera las espitas de la verdad jurídica sobre la corrupción en esa autonomía.

MADRID TAMBIEN TIENE SU PARTE DE RESPONSABILIDAD

Lo que me resulta más estremecedor de toda esta historia es que todo esto haya salido a la luz pública porque un tipo sin carisma, ni capacidad de gobierno, un individuo gris, mediocre e irrelevante, sin posibilidades de ofrecer a los ciudadanos éxitos político–administrativos, un inepto que se ha visto arrastrado por una banda de irresponsables (ICV), borrokas a la catalana (CUPs) y aventureros políticos primitivos y viscerales (ERC) a la vía independentista, HAYA SIDO EL DETONANTE PARA QUE EL GOBIERNO CENTRAL SE DECIDIERA A DESVELAR TODO EL ENTRAMADO DE CORRUPTELAS Y SINVERGONZONERÍAS EJECUTADOS POR UN GANG MAFIOSO. Sinceramente, creo que la causa de la “unidad del Estado” merece mejores argumentos. Éste de la corrupción de los Pujol (y de las cúpulas de CiU, o casi mejor lo que podemos llamar en rigor “CASO GENERALITAT DE CATALUNYA”) es un tema para juzgados, educadores de prisión, funcionarios penitenciarios, criminólogos y psiquiatras. Por tanto, no me alegra que haya salido ahora, sino que considero bochornoso que el Estado SOLAMENTE ahora se haya visto obligado a ponerlo en el candelero de la actualidad.

Pero pienso también que Rajoy no es consciente de lo que ha hecho. No solamente ha contribuido a desmantelar el eslogan soberanista “Espanya ens roba” y a sustituirlo por el infamante “Pujol roba a Catalunya”, sino que además ha herido de muerte a CiU partido que nunca logrará recuperar ni el prestigio, ni la influencia, ni el peso perdido. Te lo repito, tu partido, es hoy un cadáver que como los protagonistas de esas películas de fantasmas, todavía no se ha enterado de que ha muerto. Rajoy ha hecho mucho más. En un momento en el que el PSOE demuestra que la elección de un nuevo secretario general es incapaz de sacar al partido de una crisis que ya se muestra como estructural y no meramente coyuntural, el hundimiento de CiU, implica el que dos partes de la “banda de los cuatro” (el grupo de poder formado por PP, PSOE, PNV y CiU) se han repartido los equilibrios de poder en las últimas décadas, están hundidas y que, por tanto, en el futuro no podrán volver a repetirse tales equilibrios. Falta ahora saber cómo queda el PP después de las municipales y autonómicas de mayo de 2015 (en las que el centro–derecha perderá ayuntamientos y comunidades) y lo que queda del PNV cuando las urnas certifiquen el surpaso por parte de la izquierda abertzale. Un mundo, el del régimen nacido en 1978, se está hundiendo ante tus ojos y ante los míos. Tú lo lamentas, yo en cambio me limito a dar testimonio y a jalear esta época de “fin de régimen”. La única sombra que veo ante la vista es que, me da la sensación de que el régimen de 1978 no será sustituido por un nuevo modelo constitucional superior al anterior, sino que la inestabilidad se convertirá en la palabra clave de nuestro futuro. Algo que si te queda algo de seny rechazarás para Cataluña, como yo rechazo para España.

Tuyo afectísimo

© Ernesto Milà – infokrisis – ernesto.mila.rodri@gmail.com – Prohibida la reproducción sin indicar origen

 

 

 

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