A 40 años de la revolución de mayo (VI de XVI): El arte de la manipulación
Infokrisis.- La tesis de este trabajo sobre la "revolución de mayo" es que fue cualquier cosa menos expontáneo y que sirvió a intereses que tenían muy poco que ver con la "imaginación", la "revolución", o simplemente con la "libertad" que tanto estuvo en las bocas de los contestarios. Mayo del 68 no fue más que un pequeño teatrito de marionetas en donde algunos tiraban de los hilos y adolescentes activistas creyeron que hacían historia cuando en realidad su desconocimineto de la historia de la manipulación de masas hizo de ellos carne de cañón de intereses que ellos despreciaban con profundidad.
El bonito arte de la manipulación
En el análisis pormenorizado sobre la UJC-ML que hemos realizado ya se ha colado la tenue sombra de la sospecha. No se han podido identificar las fuentes abundantes de financiaciones del gropusculo y se destacó su papel provocador en las jornadas de mayo.
En 1968 éste grupo había suscitado el interés de los medios. Entre los reportajes fotográficos publicados en la prensa española de la época (Gaceta Ilustrada, Sábado Gráfico, Triunfo), algunos de sus militantes aparecieron en las manifestaciones vestidos con el “traje Mao”. No eran fotos ingenuas: China vivía en aquel período uno de los momentos más duros de la revolución cultural y el maoismo era presentado como extremista (de hecho lo era) frente al “revisionismo soviético” que, hasta la invasión de Checoslovaquia unos meses después, pasaba como más moderado.
El comunismo chino causaba miedo en Occidente. Quienes estimulaban el anticomunismo no tenían nada más que difundir noticias sobre las actividades de los partidos pro-chinos para que el grueso de la opinión pública se reforzara en la convicción de que era preciso defenderse de aquellos peligrosos extremistas.
Para colmo, a los partidos maoístas de Europa Occidental les pasaba como al pez: que morían por la boca. En efecto, entre sus consignas figuraba la “guerra popular prolongada” y la “insurrecicón armada de masas”. Habitualmente los símbolos de sus partidos estaban formados por la hoz y el martillo a los que se sumaba inevitablemente un fusil o una ametralladora… Y, sin embargo, casi todos eran inofensivos, incluso los más fanáticos, aunque su imagen delatara lo contrario.
¿Por qué hacían tanta gala de extremismo? ¿Acaso porque lo eran? Seguramente, pero solamente eran capaces de gesticulaciones revolucionarias y muy pocos de una práctica terrorista. La mayoría eran adolescentes fanatizados, equivalentes a los miembros de algunas tribus urbanas actuales, fácilmente manipulables, dados a la violencia –como toda generación, aquella también tuvo una cuota de adolescentes más o menos violentos- y utilizados para precipitar situaciones predefinidas.
1. Notas previas sobre el papel de la provocación
En diciembre de 1968 un estrecho colaborador de SEDEC me comentó que hasta ese momento el gobierno español había cometido la ligereza de no haber montado ningún grupo extremista estudiantil. Me lo decía después de haber asistido a una de las habituales que el jefe del SEDEC, el coronel San Martín, realizaba con estudiantes anticomunistas. No entendí bien el concepto –tenía entonces 16 años…- así que solicité más explicaciones: me las dieron y desde entonces he recordado siempre aquella conversación.
Todos los gobiernos, en todas las épocas, al menos desde principios del siglo XIX, han estimulado, a través de sus servicios de inteligencia, la creación de grupos extremistas y revolucionarios. La historia de Giorgi Apollonovich Gapon es el paradigma de esta práctica.
Gapon fue un sacerdote ordotoxo que organizó la Asamblea de Obreros Industriales Rusos de San Petersburgo. Sus fines no eran diferentes a los de otros partidos de izquierda. Sólo que Gapon trabajaba para la policía secreta zarista, la Okrana. A partir de 1904, Gapon tuvo éxito en su infiltración en los movimientos obreros de oposición al zarismo. El 22 de enero de 1905 condujo una manifestación obrera que terminó en tragedia. Autoexiliado siguió manteniendo relaciones con el Partido Social Revolucionario. Siguió manteniendo su relación con la Okrana hasta su muerte en Finlandia ejecutado por miembros del Partido Social Revolucionario que finalmente lo habían identificado como provocador zarista.
Gapon había logrado restar efectivos a los movimientos de izquierdas, había precipitado situaciones que terminaron en la derrota de la revolución de 1905 y mantenía permanentemente al corriente a la Okrana de los proyectos y actividades de la oposición antizarista. El partido de Gapon había sido creado por la propia Okrana.
En las décadas posteriores, los servicios de inteligencia mejoraron sus técnicas de trabajo hasta el punto que en los años de la guerra fría nadie estaba seguro de por cuenta de quien trabajaba este o aquel grupo extremista. Los partidos comunistas ortodoxos frecuentemente acusaban a los trotskystas, maoístas y anarquistas de “agentes provocadores”. Y cada uno de estas corrientes trataba a las otras con el mismo calificativo, incluso dentro de cada corriente no era raro que las distintas fracciones se acusaran unos a otros de provocadores, informadores de la policía, agentes de la CIA, sin olvidar el de “aventureros sin escrúpulos” que tampoco está mal y que evita identificar directamente a cualquier centro provocador.
2. Pequeño manual de la provocación
Los gobiernos a través de sus servicios de inteligencia impulsan la creación de grupos extremistas con las mismas intenciones que ya hizo la Okrana a principios del siglo XX. Se trata de:
1.- Tener organizaciones controladas que puedan hacer causa común con aquellos partidos que el servicio de información considera como enemigo principal, los verdaderamente peligrosos. Eso permite que estos grupos generados artificialmente puedan disponer de información sobre las actividades, las personas y las intenciones de grupos mucho más eficaces y con mayor fuerza social. Podemos decir que estos grupos tienen “información privilegiada”.
2.- Grupos extremistas –nadie suele crear un grupo moderado, para que sea eficaz un grupo provocador debe ser, necesariamente, extremista- así formados pueden romper mediante la táctica del radicalismo, estrategias perfectamente diseñadas por grupos más moderados (tal como hizo Gapon). Cuando dentro de una manifestción moderada se infiltran extremistas que terminan rompiendo lunas de escaparates y lanzando cócteles molotov, esa manifestación y quien la haya convocado quedan automáticamente desprestigiados.
3.- A la hora de la creación de frentes o en la convocatoria de manifestaciones unitarias, estos grupos suelen actuar colocando palos en las ruedas, rompiendo la unidad del conjunto, realizando convocatorias disidentes y generando, en una palabra, una orgía de confusión.
4.- Cuando existe un grupo extremista controlado –sino creado- por los servicios de información de un Estado, se evita también que pueda surgir en ese mismo Estado un partido autónomo de esa corriente: el hueco ya está cubierto. Es incluso posible que si en un país ya ha irrumpido un partido extremista de una familia concreta impulsado por determinado servicio de información, y aparece otro de esa misma familia… seguramente también estará controlado por otro servicio de información. Tenemos una idea de quién controló, por ejemplo durante la revolución de mayo del 68 a la UJC-ML, pero no era el único grupo más o menos teledirigido.
5.- En aspecto importante de estos grupos consiste en ejecutar tareas de desprestigio sobre organizaciones más moderadas y ampias. Por ejemplo, si en Europa Occidental en los años 60 el “enemigo principal” de las democracia eran los Partidos Comunistas (¿por qué? simplemente, porque a pesar de sus declaraciones no eran otra cosa más que instrumentos de la política del Kremlin), los partidos maoístas dedicaban la mayor parte de sus esfuerzos a “denunciar el revisionismo”. Cuando –como veremos- en España irrumpe el PCE(ml), el partido maoístas por excelencia, presenta al PCE de Santiago Carrillo como traidor a la clase obrera, revisionista y denuncia la “política de conciliación nacional” como contraria a los intereses de clase. Asi mismo, cuando el PCE(ml), a través del FRAP, empezó a realizar atentados, los medios de comunicación, asesorados por el SEDEC, solían titular la noticia: “Atentado del PCE” evitando la partícula (ml) para responsabilizar a la formación de Carrillo de los atentados cometidos por este otro grupo. Este tipo de iniciativas entra dentro de lo que en términos de ineligencia se suele llamar “intoxicación informativa”.
3. ¿Quién? ¿durante cuánto tiempo?
Ahora bien, si la creación de grupos artificiales que sirven a intereses muy distintos de los que dicen defender, ¿quién impulsa la creación de estos grupos? Habitualmente servicios de inteligencia. ¿Cuáles? Es fácil establecer una catalogación: servicios de inteligencia nacionales o extranjeros, públicos o privados. Nos es imposible citar una lista que sería interminable. Ahora bien, vale la pena añadir que, en ocasiones, un servicio de inteligencia, no se compromete en determinadas actividades sino que las “externaliza” recurriendo a redes privadas. En la actualidad estas redes dependen de lo que, eufemísticamente, se llama “compañías de seguridad”. En la guerra de Irak actúan masivamente, pero no son algo nuevo. En los años 20, los excombatientes alemanes habían creado la “Organización Cónsul” que actúó entre 1920 y 1924 cometiendo atentados, robando armadas, falsificando documentos y creando un canal de fuga al extranjero, en ocasiones por cuenta de la inteligencia militar o de alguna fracción, en otras enviando militares a guerra iberoamericanas por cuenta del Ministerio de Exteriores, etc. Tras la Segunda Guerra Mundial, exmilitares alemanes e italianos terminaron asesorando a gobiernos árabes (Nasser se rodeó de ellos y hasta el Septiembre Negro de 1970, Al Fatah tuvo instructores militares que procedían del ejército de la República Social Italiana. Entre 1965 y 1973, antiguos miembros de la OAS realizaron trabajos por cuenta de la PIDE portuguesa y otros miembros de esta organización residentes en España realizaron misiones anti-ETA en el País Vasco francés. En 1973 el Coronel SS Otto Skorzeny desde su oficina de la calle Montera de Madrid realizaba seguía realizando discretas misiones de infiltración y espionaje entre grupos como el Frente POLISARIO y misiones en Iberoamérica. Diez años después, gente que había trabajado para la inteligencia alemana del coronel Ghelen, seguía operando en Iberoamérica e incluso realizaba funciones de enlace entre gobiernos de facto iberoamericanos y determinados países árabes. Habrá tiempo de hablar de todo esto. Como vemos redes privadas no faltan… y no digamos públicas.
4. ¿Por cuánto tiempo?
Falta añadir una precisión: es posible que un servicio de inteligencia impulse la creación de determinado grupo extremista. Una vez realizada la operación, la “tutela” de ese servicio de inteligencia se retira. Puede ocurrir incluso que ese grupo pase a ser teledirigido por otro servicio de inteligencia, o simplemente que adquiera una autonomía propia e incluso que logre sobrevivir. Y también es posible que ocurra lo contrario: que un movimiento nacido autónomamente haya terminado siendo víctima del entrismo de cualquier servicio de inteligencia ganándolo éste para sus propósitos. Ejemplos no faltan: las Brigadas Rojas de grupo autónomo en sus orígenes, pasaron a sufrir infiltraciones de todo tipo, desde los servicios de inteligencia del Este, hasta de servicios de inteligencia del Estado italiano que lo utilizaron para ajustes de cuentas interiores. Y en cuanto al GRAPO cabría decir que durante una época –probablemente desde su fundación hasta la transición- la actuación de este grupo fue completamente sospechosa como antes lo había sido la del FRAP-PCE(ml). Sin embargo, liquidado el franquismo en lo que respecta al FRAP-PCE(ml) y acabada la transición en lo que se refiere al GRAPO, ambos grupos quedaron a su meced desapareciendo el primero poco después y el segundo manteniendo una vida residual durante más de 20 años. Los instrumentos no sirven eternamente, tienen fecha de caducidad aunque sus militantes honestos lo ignoren.
¿Qué tiene que ver los hechos de mayo del 68 con todo esto? Es simple: distintos servicios de inteligencia tiraron de los hilos, utilizando cada uno a sus manípulos preparados en el año y medio anterior. Y no falta información sobre la llamada Operation Chaos desencadenada por la CIA a partir de 1965 tal como veremos más adelante.
© Ernesto Milà – Infokrisis – Infokrisis@yahoo.es – http://infokrisis.blogia.com
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